Eri.

Miro a través de la ventana, estoy en el salón de clases, aunque logro escuchar de vez en cuando lo que la profesora trata de decir no le presto la atención necesaria, mi mente se concentra más en el cielo, el cual, se está nublando paulatinamente. Y no me preocuparía, para nada, si tan solo trajera una sombrilla conmigo. Pero no la traigo.

Si no fuera por ese pequeño detalle, la lluvia que se avecina me sería totalmente indiferente.

Suelto un suspiro largo y pesado; al momento que vuelvo a percatarme que estoy en clases la maestra está escribiendo algo en el pizarrón. Por un segundo fijo mis pupilas en el cabello púrpura que está delante de mí, solo un segundo y basta para volver a deprimirme.

¡Cómo me gusta ese color púrpura!

Miro al otro lado y veo a Nico-chan dormida, suerte sería poder ser como ella en estos momentos. Poder estar desparramada en la mesa sin ninguna preocupación que la atormente.

Por quinta vez en el día siento en el alma unas ganas inmensas de llorar, así que dirijo mi vista otra vez hacia afuera; sonrío secamente pues parece que el cielo está igual que yo. Solo viendo como una gota cae del cielo y tragando el nudo en mi garganta, volteo hacia el pizarrón y de verdad intento poner atención. Pero, otra vez, fracaso monumentalmente porque el cabello púrpura que está delante de mí me recuerda a su dueña y a como nos gritamos hace unos minutos.

De nuevo y con resignación, mi atención se dirige a la ventana para mirar y escuchar la lluvia que cae vacilante en el piso por toda la hora siguiente mientras yo espero a que suene la campana…

.

Treinta y ocho minutos después por fin suena, y agradezco que la sensei no me haya preguntado nada, porque no habría sabido que contestar.

Escucho un ajetreo y es mi vecina que se despertó aturdida, Nozomi ríe y se acerca a ella ignorándome por completo.

—Ara, Ara, Nicocchi, ¿Acaso estabas soñando con Maki-chan? —Nico pasa rápidamente de un estado de aturdimiento a fulminar con la mirada a Nozomi.

—No, pa…para nada, ¿Qué te hace creer eso? —entrecierra los ojos y se cruza de brazos.

—Si no eres sincera tendré que castigarte —amenaza moviendo las manos con su típico acto y como siempre a Nico.

Suficiente no puedo más, meto mis cosas a mi bolso, lo tomo y salgo lentamente del salón dirigiendo una mirada muy desagradable a Nico, sintiéndome mal al momento que me dedica una cara de: "yo no he hecho nada".

— ¡Basta! —escucho gritar a Nico, supongo que ahora Nozomi no hace nada, o tal vez sí, no sé y aunque me importara no puedo ver nada porque mis pasos se dirigen hacia la salida de la escuela.

Siento de nuevo un nudo en la garganta al saber que hoy no iré junto a Nozomi a casa y me da mucho coraje que ella esté tan normal después de nuestra discusión. Incluso tocando a Nico, el recuerdo hace que me ponga roja de frustración.

Suspiro de nuevo llevando mi dedo índice y mi pulgar al puente de mi nariz para presionarlo como medio tranquilizante. Estoy a punto de dar un paso hacia el pasillo de la salida cuando una voz me detiene.

—Ayase-Senpai —volteo al lugar donde proviene dicha voz y logro ver a una chica que parece de primer año, con el cabello corto, castaño y ojos del mismo color. Al toparse con mis ojos la chica se pone vacilante, pero de repente se acerca poniéndose a escasos centímetros de mí, provocando que me ruborice en el acto —Ayase-senpai… yo he notado que no lleva una sombrilla… —dice nerviosa, su mirada está clavada en mis ojos.

—Yo, Hum… —Miro hacia afuera como una forma de salvarme de esos penetrantes ojos, aún llueve, la miro a ella de nuevo y tiene ya la sombrilla en las manos.

—Ayase-Senpai si no es ningún atrevimiento, ¿Quisiera compartir la sombrilla conmigo? —. ¿Atrevimiento? Solo esa palabra hace que me sonroje aún más y no sé porque. Digo, no es como que me importara tanto mojarme pero no tenía manera de decir que no, no cuando esos ojos me miran emocionados y ella se ofrece amablemente a ayudar.

—Bueno —le doy una pequeña sonrisa tímida y ella se ruboriza un poco —si no es mucha molest…

— ¡Ericchi! —Escucho esa voz a lo lejos al mismo tiempo que siento como mi corazón se estruja, Nozomi viene corriendo hacia acá y lo único que hago es verla sorprendida.

Cuando al fin reacciono es porque Nozomi ha llegado a mi lado tomándome del hombro, aferrándome a ella tan fuerte que me ladea hacia abajo.

— ¿Nos vamos?

Estoy un poco impactada, ¿No se suponía que ella estaba molesta conmigo? Miro a la chica en frente de mí que ahora mira incómoda la escena, luego miro a Nozomi la cual le sonríe y mira de manera extraña. De pronto la chica me vuelve a ver a mí y yo entro en pánico porque sé que espera una respuesta y también porque Nozomi me aprieta el hombro de una manera que me lastima un poco.

—Yo, eh… yo lo siento… yo... Iré con Tōjo-san —digo al fin, la chica mira decepcionada hacia abajo y se despide con una leve reverencia —Lo siento.

Lentamente Nozomi empieza a bajar su amarre hasta al final quedar solo sujetándonos por los codos, volteo a verla pero ella aún no me mira. Supongo que sigue molesta pero también lo estoy yo, así que no seré la que rompa el silencio. Por otro lado, ¿Por qué hizo esto?

Doy un paso al frente y ella me sigue. A unos pasos de la salida al fin vuelvo a escuchar su voz.

—Debí haber dejado que te fueras con esa chica —dice en un tono indescifrable, deteniéndose por completo, trata de soltarme pero no la dejo; fijo mi vista en su rostro, ella solo ve el cielo, empiezo a inspeccionarla y noto que no trae sombrilla tampoco y entiendo su comentario. Me hace sentir mal el haber salido del salón tan rápido porque mi Nozomi se hubiera ido indefensa, sola y sin protección a casa.

Sin decir nada aún, tomo una de sus coletas entre mis manos y empiezo a jugar con ella, me parte el alma estar mal con Nozomi, levantó mi mirada de su cabello a su rostro y pongo unos mechones sueltos detrás de su oído, siento como se estremece y veo un pequeño rubor aparecer en sus mejillas. Eso me alegra, me encanta saber que no le soy totalmente indiferente con este tipo de acciones. Por fin voltea su mirada y nuestros ojos se encuentran, estos reflejan tristeza, una pequeña muestra de lo que pasó hace rato.

Yo también me siento muy mal, demasiado triste, demasiado impotente, aun así no quiero desperdiciar ningún segundo a su lado.

— ¿Vamos? —bajo mi mano lentamente por la suya, deleitándome con su piel tan suave. Me dedica una sonrisa tímida, esa sonrisa que va acompañada de un brillo especial en los ojos, "qué va" esa sonrisa solo es mía. Con el ánimo un poco renovado la encamino junto a mí a la fría e inesperada lluvia…

.

Mis sentidos se agudizan mientras siento el frío colarse hasta por mis huesos, creo que fue muy mala idea salir sin nada de protección. En este momento no sé en qué rayos estaba pensando hace unos minutos cuando jalé a Nozomi conmigo al agua helada.

Las calles están completamente desoladas, solo estamos caminando Nozomi y yo bajo la lluvia.

La miro, ella al parecer me viene viendo desde quién sabe cuánto tiempo atrás, pero no me está viendo el rostro exactamente, así que ni cuenta se dio que la volteé a ver, empiezo a pasar de sentir frio a sentir calor en ciertas partes específicas de mi cuerpo al momento que sigo su mirada, la cual al perecer está clavada en mis pechos pues a pesar de caminar rápido por las banquetas y que la lluvia no es exactamente un diluvio, estamos ya muy mojadas, pronto llegaremos a la esquina que divide el camino entre nosotras.

—No…Nozomi ¿está bien que te lleve a tu casa? —Pregunto, ella levanta su rostro sonrojada y después evita verme a los ojos — ¿Nozomi?

—No, No, sería mejor separarnos donde siempre- dice, sus dientes están castañeando.

—Nozomi, por favor, después de todo aún no me quiero separar —ella me mira a los ojos por un segundo y sabe que no voy a dejar que vaya sola a casa —yo hice que vinieras así aquí —digo, mientras señalo el entorno, la lluvia sigue cayendo fría y constante.

—Mejor vayamos a tu casa, Ericchi, es más cerca que la mía.

—Pero…

—Ericchi —su tono da a notar que en verdad no quiere ir hacia su casa.

No puedo hacer nada, además no está bien que nos sigamos mojando, así que asiento y la jalo nuevamente con paso más apresurado que antes.

Solo tres minutos bastaron para llegar a casa, ambas estamos empapadas, busco entre mis cosas las llaves y rápidamente abro la puerta, una cálida brisa nos da la bienvenida. Invito a pasar a Nozomi y ambas nos quedamos en la entrada donde nos quitamos los zapatos los cuales están por el momento inservibles. Escucho movimiento en la cocina por lo que Nozomi se pone un poco tensa.

—Válgame —dice mi abuela saliendo de la cocina, mirándonos fijamente a Nozomi y a mí — ¿Pero qué ha pasado?, Oh, no vayan a atraer ningún resfriado —dice alterada acercándose a nosotras, Nozomi y yo nos quedamos inmóviles recibiendo el regaño —Nozomi-San buenas tardes. ¡Erichika Ayase ¿Por qué no has llevado ninguna sombrilla?! —O al menos esperando el regaño para mí —Vamos corran a la tina —dice mientras comienza a quitarme el saco y el moño.

— ¡Ab… abuelaaaa! —Intento detenerla con mi mano pero ya me ha quitado las dos cosas y ahora se dirige a Nozomi que simplemente sigue paralizada — ¡Abuela, espera! —Le digo pero ella ya ha quitado la corbata a Nozomi — ¡Abuela!

Antes de que tome a mi abuela por la mano, Nozomi me detiene tomando mi mano y sonríe felizmente mientras deja que mi abuela le quite el saco.

—Gracias, Señora Ayase —le dedica una dulce sonrisa que hace que todo mi ser se estremezca por la hermosura que contemplo.

—Harasho… llámame abuela, ya te lo he dicho antes —dice apresuradamente —iré por toallas, vayan quitándose la demás ropa, no quiero la madera mojada.

Nos deja solas a Nozomi y a mí, yo solo me quedo expectante y Nozomi se encoje de hombros, su sonrisa tímida que me ha mostrado la última hora a cambiado y ahora es una sonrisa más juguetona, picara, como solo ella sabe. Empiezo a temer por mi integridad, trago pesado.

—Vamos Eri ya escuchaste a la abuela — ¿Eri? Mis ojos se agrandan, ¿Acaso ella está?, ¿Se está quitando la falda? No puedo seguir viendo, mi cordura se perdería si lo hiciera así que me volteo y le doy la espalda.

—¡Nozomi! —escucho unas risitas detrás de mí, y solo por curiosidad, esa misma que mató a mil gatos, miro por el rabillo del ojo a una Nozomi que está en cuclillas, acomodando su ropa con solo su ropa interior puesta, que es rosa y que se le ve asombrosamente espectacular, se va parando lentamente y yo sé que tengo una mirada boba en este momento pero no puedo apartarla de semejantes curvas. Harasho.

—Ara, Ara, Ericchi te descubrí mirando — ¿Ah? esa voz de burla, esa sonrisa socarrona y yo en estado de bochorno… — ¡Pervertida!

Suficiente si quiere jugar así, vamos a jugar así, ella también debe terminar igual de roja y avergonzada que yo.

—Nozomi...—digo con una voz agitada, no exactamente fingida, y su reacción es inmediata su sonrisa empieza a crisparse. Así como estamos yo aun volteando para la pared, pero con mi cabeza ladeada un poco para alcanzar a verla, me empiezo a dar lentamente la vuelta y con la misma lentitud a desabotonar mi falda, la cual se desliza por mis piernas hasta mis pies. Botón tras botón desabrocho mi camisa.

Ahora sí que es ella la que tiene la mirada clavada en mi cuerpo y su rostro, su rostro parece un poema, sus ojos simplemente me recorren de arriba abajo, su boca está entreabierta y no podía imaginar unas mejillas tan hermosas como las que están tomando un color intensamente rojo poco a poco. Por un momento mi garganta se seca y ya no sé si soy yo la que estaba haciendo la broma o a la que le están haciendo la broma. Nuestros ojos se encuentran y en ellos se nota una mirada especial, doy un paso hacia adelante mientras me quito la blusa y ella baja la vista no sin antes regalarme un hermoso brillo de fascinación en sus pupilas.

Esto ya no es un juego más, me digo mientras intento acortar la distancia entre las dos…

—Chicas, la bañera está casi lista, tengan aquí sus toallas —hubiera gritado por haber sido descubierta en infraganti de no ser porque la abuela nos empuja a ambas hacia el baño aventando una toalla a cada una —Oh, vaya Erichika no te quitaste las medias —ambas, Nozomi y yo volteamos hacia abajo —a dónde crees que vas, vamos quítate eso, ya dije que no quiero el piso mojado —Me agacho para quitarme rápidamente las medias —Nozomi-San deja eso en la entrada lo meteré a lavar —va por Nozomi y le quita la ropa mojada que trae en sus manos.

—Ah, Lo siento.

—Listo —digo, al instante que me levanto la abuela me las quita de las manos.

Y ahora sí Nozomi y yo vamos semidesnudas hacia el baño con la abuela pisándonos los talones.

Cuando por fin llegamos…

—Bien, ahora denme su ropa interior, pondré la lavadora —dice de la manera más inocente que puede viéndonos de forma maternal, yo quiero morir de vergüenza y bueno pues mi pensamiento lógico es que entre más rápido lo haga más rápido se acaba.

Me quito la parte de arriba, me quito la parte de abajo, paso como rayo al lado de Nozomi, le entrego las cosas a mi abuela y me acerco a la bañera. La cual yo ingenuamente creí ya estaría llena.

—No puede ser…

::::::

Rin.

— ¡A…Ayuda! —dice Kayochin mientras corro a toda velocidad hacia el club tomándola de la mano.

Al llegar, todas las personas que requiero están ahí, Nya. Maki-chan parece estar discutiendo con Nico-Chan por algo, Honoka está comiendo sentada en la silla de la presidenta, Kotori y Umi, estaban preparando sus cosas por lo que parece que estaban a punto de irse. Bien no tengo más tiempo que perder.

—¡Nozomi-chan se va a América! —grito llamando la atención de todas.

— ¿¡Queeeeé!?—gritan todas al unísono.

—¡Y Eri-chan se irá a Rusia, nya!

— ¿¡Queeeeé!? —puedo apreciar como si de la nada se escuchará una música dramática en el lugar. Nya.

—Eso no puede estar pasando —dice Honoka conteniendo las lágrimas que se asoman en sus ojos vidriosos.

—Eso me recuerda…Ah..., la vez que Kotori... Ah…, se iba a ir a Francia... Ah...— dice Kayochin recuperando el aliento.

Umi-chan que se había mantenido seria da un paso para quedar junto a Kotori, sin embargo, ésta no se da cuenta de la reacción de Umi porque se ha adelantado hacia Kayochin.

—Eso no puede pasar antes de que den el primer paso —dice de manera dramática y determinada, la susodicha con un semblante muy preocupado. Yo no sé a qué se refiere pero Kayochin, Honoka y Nico le dan la razón.

—Mmm eso explica su compartimiento de hace un rato —expone Nico y todas la volteamos a ver con la cara de interrogación, rápidamente se da cuenta de las miradas y pone un rostro de irritación —estaban distantes, ¿ok?

— ¿Cómo sabes eso Rin-chan? —pregunta Maki-chan y ahora toda la atención se centra en mí.

—No creo que sea correcto invadir su privacidad —dice Umi de manera estricta, Maki rápidamente se ruboriza y pone su cara indiferente enrollando su cabello, Muy linda, muy linda, nya.

— ¡Umi-chan! —se quejan Honoka y Kotori al unísono. —Queremos saber —dicen de manera suplicante.

—Umi-chan —creo que Kotori hace esa cara a Umi cada vez que quiere algo, me pone incomoda, aunque también se ve muy linda, Nya —¡Por Favor!

—Ra...rayos Kotori —dice Umi-chan dándose por vencida.

— ¡Rin-chan, cuéntanos! —dice Honoka con una mirada brillante, propio de Honoka, Linda, Linda.

— ¡Nya! —miro a cada par de ojos los cuales me miran inquisidores y comienzo a narrar la historia– iba caminando felizmente, cuando escuché gritos en un pasillo lejano, así que me acerqué corriendo, yo estaba ahí Nya, y ellas ni siquiera notaron mi presencia... —me siento un poco triste por haber sido ignorada y Kayochin limpia mis ojos con sus dedos, ella es la más linda, sin duda la más linda de todas —Ericchi fue la primera que habló después de un largo silencio entre las dos, ambas estaban frente a frente, Mirándose fijamente…

.

"¿América? ¿Por qué no les dices que te den más tiempo, Nozomi?"

"No se trata de eso Ericchi, el trato con mis padres fue hasta acabar la preparatoria" contestó Nozomi tristemente.

"Pe...Pero América es muy lejos" ella se debatía internamente y era muy notable por como abría y cerraba la boca "puedes estudiar la universidad aquí, es un buen lugar para seguir" Nozomi-chan apretaba los puños, estaba… no sé cómo estaba Nya, pero enojada no es la palabra daba un poco de miedo y Eri no se quedaba atrás tenía su mirada como nublada, un semblante frío, propio de Eri-chan.

"Y qué hay de ti, Erichika Ayase, no volverás a Rusia a usar un traje tradicional de color rojo, ¿No es así? ¿No se lo prometiste a tus padres y a tu abuela? ¿Qué sentido tiene pelear con ellos si no estarás?"

"¿Qué tiene que ver lo del vestido con esto?"

"Tú tampoco estarás, Erichika idiota" dijo Nozomi antes de salir corriendo de ahí.

"¡Nozomi, espera!" luego Eri-chan fue tras ella y yo no las seguí…

.

—Ahora veo porque estuviste inquieta en el salón la última hora —dice Maki y Nico la voltea a ver con cara de pocos amigos, yo solo me encojo un poco por tal actitud.

—Cielos Eri-Chan sí que es densa —dice Kotori-chan y Kayochin asiente de manera enérgica.

—Tenemos que ver la manera de detener está locura.

— ¿Cómo lo harías Honoka? Esto va más allá de nosotras, esto tiene que ver con las familias de ambas —dice Umi.

—Eso es verdad, yo entiendo eso y no es tan fácil —dice Maki-chan de manera triste.

—Yo no quiero que ellas se vayan —Dice Kayochin al borde del llanto y yo me abalanzo sobre ella.

—No, Kayochin. Nya.

—Kotori ya lo dijo antes, solo tenemos que ver la manera de lograrlo —Dice emocionada, levantando el ánimo de Kayochin y de Kotori-chan.

—Oh vamos Honoka, ¿no estarás hablando en serio? —Dice Nico, que hasta el momento se había mantenido apartada de la conversación.

— ¿Qué cosa es? —Pregunta Maki-chan y veo que no soy la única que no sabe de qué hablan, ella y Umi-chan están igual que yo.

—Cielos, eres tan Tsundere que no te llega nada a la mente

—¡Cállate, Enana!

—A quién llamas Enana, ¡tonta Tsundere!

— ¡Basta! —dice Honoka en voz alta y decidida, pero al segundo se esconde atrás de Umi-chan cuando Maki-chan y Nico-chan la voltean a ver como si la fueran a matar.

—Nya.

—So… solo digo, que tenemos que juntar a Nozomi y Eri-Chan para que no se vayan de Japón —dice Honoka saliendo lentamente de su escondite en la espalda de Umi.

— ¿Juntar? —Pregunta Umi —. ¿Cómo juntar, juntar? — Se está poniendo roja y yo rio un poco.

—Sí, sí Umi-chan así como tú y Ko…

— ¡Honoka-chan! —grita Kotori.

— ¡Kotori-Chan! —le responde de la misma manera. Cerrando los ojos y llevándose las manos a la boca como si hubiera hecho algo muy malo y la hubieran descubierto, a este punto Umi-chan casi se desmaya.

— Cielos —dice Nico con rostro burlón viendo a ese trío avergonzarse haciendo que todas, incluyéndome, nos sintamos de esa manera —parece que ahora sí entendiste Maki-chan estás tan roja como tú cabello —termina de burlarse riéndose como solo ella sabe y tocando la mejilla de Maki-chan con su dedo índice, haciendo que ésta desvíe la mirada.

—Entonces hay que hacerlo —dice mi Kayochin de manera segura.

—Muy bien Hanayo-chan, esa es la actitud —dice Honoka chocando las manos con ella olvidándose de lo sucedido.

—Va… vamos a planear muy bien esto. ¿Entendido? —Dice Kotori-chan recuperándose de lo sucedido mientras nos mira a todas.

— ¿Qué cosa? Nya

Hola, aquí les traigo algo nuevo, es que ah, tenía tantas ganas de escribir un NozoEri que no me pude contener, al final resultó ser algo que ya lleva más de 20,000 palabras, y tenemos, NozoEri KotoUmi, Rinpana, NicoMaki y TsubaHono... pero tranquilos aquellos que le den una oportunidad, (los cuales estarán bendecidos con mucha suerte por mí) aún no tengo todo editado y créanme que carezco de tiempo así que no les prometo publicar muy seguido, intentaré hacerlo cada 15 días, pero tal vez como la loca autora de Citrus, muy probablemente lo haré cada mes.

Si me dejan comentarios seré muy feliz y un escritor del fandom feliz puede hacer maravillas.

Sigan amando a las musas que el tiempo que pase no se lleve la emoción por estas Diosas.

Gracias.