PROLOGO: LA CARTA
2 meses después del primer fic…..
-¡Bieeeeeeeen!- al fin vacaciones exclamaron los niños de primaria del Teitan
Aquel día al fin empezaban las vacaciones de verano y los niños estaban más contentos que nunca, Conan y el grupo de detectives salieron de la escuela para volver juntos a casa. Genta, Ayumi y Mitsuhiko iban en cabeza mientras Conan y Haibara les seguían a unos pocos pasos.
-¿Qué te pasa Kudo?- le pregunto Ai al verle algo bajo de animo
-Debería estar resolviendo miles y miles de caso como un adolescente y no como un niño cuya máxima aspiración es ver Yaiba el enmascarado- dijo con pocas ganas
-Vaya pensé que los detectives no os deprimíais nunca.
-Eso solo los de la tele y hasta esos tienen mas suerte, hemos tenido oportunidades para conseguir el veneno de la organización y hasta ahora hemos fracasado, al final tendré que esperarme 10 años para volver a recuperar mi aspecto original.
-Que quieres que le haga- contestó Ai- quería hacer pastillas para la tos pero se me fue la mano con algún componente. Hago lo que puedo con la última muestra que me trajiste del profesor Moriarty pero no consigo que los efectos sean definitivos.
-Confio en ti Ai, haz lo que puedas. Ya nos veremos.- dijo Conan despidiéndose
Cada uno tiró por su camino, Conan iba con paso lento a la oficina de Mouri que gracias al esfuerzo del pequeño detective cada día tenía más clientela
"Quien va a venir con este calor" pensaba.
Estaba a punto de entrar cuando Azusa, la camarera del café Poirot salió del establecimiento. Iba vestida con el delantal y unos guantes de plástico así que Conan imaginó que lo quería decirle era urgente
-Conan, me alegro de verte. ¿Puedes darle esta carta a Kogoro? Es para él, el cartero se equivocó y la hecho en el buzón del local- le dijo mientras le daba el sobre
-Descuida lo haré "perfecto que día mas divertido ¿No hay nada mas interesante que una carta y una moneda roñosa que me encontré en la calle? En fin al menos encontré algo aunque no fuera un criminal"- pensó irónicamente.
Cuando se despidieron Conan se metió la carta en el bolsillo y subió al tercer piso hasta su habitación para dejar la mochila. Después de beberse un refresco entero bajó a la oficina. Kogoro estaba sentado como de costumbre viendo videos de Yoko Okino, su cantante favorita.
-Ya he llegado. Ha llegado una carta para ti Kogoro- dijo mientras la dejaba en la mesa.
-Muy bien muy bien luego la leeré- dijo Kogoro como si su boca respondiese automáticamente mientras su cerebro se centraba en la cantante.
-Ábrela papá, podría ser un caso- dijo Ran que entraba en aquel momento en el despacho.
-La carta puede esperar, Yoko no- respondió
Entonces Ran cansada de la poca dedicación que ofrecía su padre a su trabajo agarro el enchufe de la televisión y lo arrancó de un tirón dejando la pantalla a oscuras.
-¿¡Se puede saber que estas…!
-¡AHORA!- le interrumpió Ran con un grito.
-Voy voy- dijo Kogoro con un tono de voz asustado
"Siempre igual este par… ¿Eh, vaya la moneda que encontré, que hace en el suelo? Se habrá caído cuando le di la carta a….un momento ha desaparecido todo el óxido… ¡No puede ser!
Los dedos de Kogoro se acercaban lentamente a la carta, casi podía acariciar el papel con sus yemas cuando un cenicero salio volando de algún lugar de la habitación y se estampó contra su cara.
-¡Maldito niñato se puede saber que narices haces!- exclamó Kogoro con la vena de la frente a punto de estallar de rabia
-¿Conan te has vuelto loco?- le preguntó Ran
-Esa carta esta envenenada, si la hubiese tocado ahora estaría muerto- dijo Conan rápidamente
-¡¿Qué!- exclamaron Ran y Kogoro
-¿Veis esa moneda del suelo? La recogí esta mañana de la calle y estaba oxidada, ahora al caerse estaba reluciente y lo unico que tocó la moneda dentro de mi bolsillo fue la carta. Posiblemente este impregnada de cianuro. Han intentado matarte tío Kogoro.
-¿Pero si está envenenada como es que a ti no te ha afectado?- preguntó Ran
-Durante el recreo estuvimos comiendo helados, como el mío se me deshizo y me quedaron las manos pegajosas es posible que eso hiciera que el cianuro no entrase en contacto con mi piel y ahora que lo recuerdo Azusa llevaba unos guantes de cocina puestos cuando me entregó la carta.
-¿Pero quien podría querer matar a papá?- preguntó Ran
-Lo sabremos ahora mismo- respondió Kogoro ajustándose unos guantes
