Do You Love Me..?

Epílogo:

Era finales de mayo casi, justo cuando estaba terminando los exámenes finales del curso, ese día había tenido uno de literatura hispana a ultima hora, y se había retrasado. Para variar, él era el ultimo en salir de clase, casi eran las cuatro de la tarde cuando puso el pie en la calle, hacia un calor bochornoso y la parada del autobús le quedaba a por lo menos veinte minutos a pie... No sabia si llegaría vivo.

Empezó a caminar calle a bajo, cargado con la mochila, llena esta de todos los pesados libros de clase. Cuando al fin vio la parada a lo lejos casi quiso gritar de alegría, pero claro, a él no le podía salir todo así de bien.

Cuando aceleró el paso para llegar a la deseada sombra mas deprisa, un pecho ancho y fornido se interpuso entre él y la parada, haciéndole trastabillar hacia atrás un par de pasos.

-Mike.. -escucho aquella voz que de solo imaginarla le ponía los pelos de punta, levantó sus ojos verdes, cargados de miedo, corroborando lo que mas temía, allí delante suya estaba Ian Newton, el chico que desde que había llegado a aquel instituto se había dedicado a atormentarlo día tras día, escucho un par de pasos a sus espaldas, cerrando los ojos con fuerza sin querer girarse a mirar, sabiendo de sobra que allí estaba aquel par de matones que siempre lo acompañaban, los hermanos Campbell.

Noto aquella mano tan familiar apretándole el hombro y volvió a subir los ojos, mirando los azules cristalinos que tanto le aterraban.

-I-ian.. por favor hoy tengo prisa - Para que diría nada, el primer golpe le vino de improvisto, siendo este un fuerte empujón que le hizo caer de culo hacia el suelo, las risas de los otros dos le resonaron en los oídos.

-¿A donde vas? -le preguntó el pelirrojo con sorna, Mike era un niño flacucho, con el pelo castaño claro semi largo y los ojos de un verde intenso, estos estaban marcados por una agudas ojeras que se veían mas aun debido a la palidez de su piel.

Este, miro al pelirrojo desde el suelo- T-tengo.. que ir al medico Ian.. no puedo perder la cita, deja que me vaya por favor – Le hablaba con extremada educación pues sabia que el mayor era muy fácil de irritar y era su cuerpo el que sufriría esas irritaciones.

Por su parte el otro se acercó al pobre de Mike, agarrándolo del pelo con fuerza y haciendo que se levantara- pobrecito.. ¿Estas malo? -le preguntó claramente para burlarse de el, tirándolo al suelo con tal fuerza que no le dio tiempo a frenarse con las manos, pegando con el rostro en el asfalto, notando aquel sabor metálico, tan familiar, en la boca, y como sus ojos de forma inminente se llenaban de lagrimas- P-por..favor.. -Pidió una vez as, buscando la esperanza donde no la había.

El pelirrojo bufó propinándole una fuerte patada en el estomago, haciendo que así se callara por fin, estaba harto de oír a aquel niñato quejarse cada vez que le pegaba.. Estaba harto de oírlo suplicar una y otra vez y esperaba con ansias el momento en que el menor se levantara y le plantara cara, pero estaba llegando a la conclusión de que ese día no llegaría nunca.

Después de mas de una hora de burlas y golpes, dejaron al pobre chico tirado en medio de la acera, estaba llorando desconsolado, tenia un moratón bajo el ojo, el labio partido y varios golpes mas repartidos por todo su cuerpo.. ni siquiera podía moverse de allí.. se sentía tan patético que a lo único que atinaba era a llorar mas aun.. Entonces escucho como un coche se acercaba, reconocía el motor, era el coche de su hermano... esa misma escena se había repetido innumerables veces en lo que iba de curso, salia de clase, le pegaban hasta dejarlo medio muerto y su hermano venia a buscarlo totalmente histérico.

Casi se mata cuando paro el coche, bajando de este corriendo y llegando a donde el pobre castaño aun sollozaba.

-Mike.. -dijo frunciendo el ceño y agarrando al pobre chico con cuidado, levantándolo del suelo, sacudiéndole la ropa y agarrando su mochila que había ido a parar unos metros mas haya.. tenia la cara empapada en lagrimas y la barbilla llena de sangre seca, temblaba aun del pánico que sentía dentro.. y cuando su hermano volvió de recoger su mochila se le abrazó, este le acarició el pelo suavemente.

-Vamos a casa Mike.. -le dijo ayudándolo a subir al coche, sabia, que aquel tipo de reacción no era propia de un chico de su edad, tenia 18 años ya.. pero claro.. cuando las pocas fuerzas que quedan en tu cuerpo flacucho se van en una habitación de hospital a través de unos tubitos que te meten en el cuerpo dios sabe que.. de lo ultimo que tienes ganas es de rebelarte contra el matón de turno que te persigue a la salida de clase.

En media hora mas o menos llegaron a su casa, una pequeña casa de planta baja, es un tranquilo barrio residencial donde todo el mundo se conocía, salio del coche.. cojeando, llegando hasta la puerta y esperando a su hermano, pues era el que tenia las llaves, al entrar en la casa vio las luces totalmente apagadas, mirando a su hermano.

-¿Donde esta Mamá Daniel? - Le pregunto antes de ir al pasillo que conducía a su habitación.

-No lo se Mike.. Lleva todo el día fuera.. - Le sonrió levemente, dejando la mochila de su hermano en la entrada y cerrando la puerta- Ve a la ducha.. ponte el pijama y duerme un rato, te llamare para la cena – El castaño asintió, haciendo lo que su hermano le dijo.

Cuando por fin se encontró en su cama tumbado, el cuerpo se le relajo por completo, haciéndole cerrar los ojos y ponerse a pensar.. desde que era pequeño siempre había recordado aquello así.. Su madre nunca había prestado demasiado atención en el y en su hermano y su padre murió cuando ambos aun eran demasiado pequeños como para acordarse. Para el su madre.. simplemente estaba ahí, porque era quien era.. pero quien realmente intentaba que Mike sintiera que tenia una familia era su hermano.. también era quien se encargaba de pagar los tratamientos del hospital y las medicinas que le mandaban al pequeño.

Mike sufría una inmuno deficiencia grave, es decir, su cuerpo se estaba debilitando progresivamente.. cada vez se sentía mas cansado, cada vez tenia mas ganas de dormir al día.. los médicos decían que aquello podía llevarlo a una muerte inminente si no encontraban una cura.. y ahí estaban, usándolo de conejillo de indias probando con el no nunca probado con nadie.. incluso había recibido quimioterapia por si acaso se trataba de cáncer.. en ello estaban aun y ese día había perdido la cita para ir a ver al doctor y recibir la sesión de quimio que le pertenecía, aquello era horrible.. quería que descartaran esa opción de una vez pues el sabia de sobra que aquellas sesiones no estaban sirviendo de nada y que lo que el tenia no era cáncer.

No tardo ni diez minutos en caer rendido al sueño, pasando horas y horas hasta que oyó un par de toques a su puerta, abriendo los ojos de forma somnolienta pues le parecía que solo habían pasado un par de minutos desde que los había cerrado.

-Mike, la cena ya esta, ven a la cocina – Escuchó la voz de su hermano tras las puerta de madera blanca, levantándose de la cama y colocándose sus zapatillas, para poder salir de la habitación.

No tenia nada de hambre en aquel momento, el estomago se le había cerrado de tal manera que el solo pensar en comer algo le daba nauseas, pero no quería dejar a su hermano cenar solo.. pues sabia de sobra, incluso antes de salir, que su madre aun no habría llegado.

Y efectivamente, así era. Se sentó en la mesita que tenían en la cocina, en la cual había tres sillas aunque una siempre estaba libre.

-He hecho macarrones con queso – le dijo Daniel girándose y guiñándole un ojo con aquella picardía que poseía, su hermano era un chico alto y bastante guapo.. a diferencia de el, Daniel se parecía al padre de ambos, era rubio, de facciones fuertes y masculinas, aunque ambos tenían aquel mismo par de ojos verdes tan llamativos.

-Que bien – le contesto el castaño con una sonrisa, la gusa empezó a hacer aparición cuando olisqueo aquel aroma a queso gratinado que desprendía el horno y es que su hermano sabia como animarlo con cosas tan mínimas como la cena, ya que aquel era su plato favorito desde que era un niño.

Le sirvió un plato hasta arriba de macarrones, y aunque empezó a comer algo desganado al poco ya los comía con ganas y al fin no dejo ni un solo macarrón en el plato, charlaron un rato después de la cena, ignorando el tema de lo ocurrido horas antes, y después de ver esa seria que tanto le gustaba a los dos de fue a dormir, dejando a su hermano trabajando en el estudio, era diseñador web , por lo que no tenia que trabajar fuera de casa.

Aunque había dormido mucho en la tarde aun estaba agotado, asique puso el despertado para el día siguiente y se acostó, cayendo rendido de nuevo y teniendo una placida noche de sueño.

A la mañana siguiente se despertó antes de que sonara el despertador, apagando este y tomando una ducha matutina, colocándose el uniforme de la escuela y yendo a la cocina a desayunar, se tomo una baso de leche con cacao y unas galletas, saliendo de casa bastante antes de lo normal y cogiendo el primer autobús que iba en dirección a su escuela, cuando llego solo unos pocos alumnos conversaban en la puerta, lo saludaron varios chicos de su clase, aunque tenia esos problemas con Ian.. por lo general era un chico bastante simpático con todo el mundo y se llevaba bien con toda la gente de su clase, y eso que hacia relativamente poco que se había incorporado, solo un trimestre.

Cuando sonó la campana entró en clase y perdió aquellas maravillosas seis horas de su tiempo que podía aprovechar haciendo cualquier otra cosa mas útil, aunque después de todo su media no bajaba de un nueve nunca.

Ese día tenia que volver a ir al medico, asique esperaba por dios que ese día no le pasara nada a la salida.. para su sorpresa cuando salio se encontró con su hermano apoyando en su coche justo en la puerta, lo saludo, viendo un tanto extrañado y desconcertado como mas de una niña de su clase reía de forma estúpida señalando a escondidas a su hermano... el cual no se enteraba de nada, no pensaba que Daniel causara aquel furor en las mujeres.

El rubio le explico que había venido a buscarlo para ir directamente al medico, porque el tenia una reunión con un cliente y ese día tendría que dejarlo solo en el hospital, aunque lo iría a recoger a la salida por supuesto.

Y así fue, entro a la consulta de su doctor, el cual era un hombre cuarentón bastante amable que lo trataba de una forma paternal, aquello se le había bastante extraño al castaño.

Estuvieron conversando un rato, sobre sus mejores o dolencias en los últimos días y finalmente le hizo pasar a una sala, donde había como unas cinco camillas, cuatro de ella ocupadas por sus compañeros habituales, una señora de unos sesenta años: cáncer de pulmón, un chico de unos veintipocos: cáncer de páncreas, un hombre bastante bonachón y simpático de unos cuarenta años: cáncer de hígado... y por ultimo un niño de unos seis o cinco años al que le habían detectado un cáncer de médula.. era al que mas le costaba mirar.

Por lo demás eran todos muy simpáticos y agradables, y Mike se entretenía hablando con ellos en aquellas dos largas horas que tenia que pasar con aquel tubo enchufado al brazo.

Al cabo de un rato de conversación la mujer mayor le dijo animada.

-¿Sabes que Mike? - le sonrió, quitándose años de encima de una forma fulminante- Hoy vendrá mi nieto a verme, tiene mas o menos tu edad – Mike le respondió a la sonrisa, asintiendo a lo que dijo- ¿Si?.. ¿Como se llama? - le preguntó, le gustaba mucho hablar con personas mayores.

- Se llama.. - y justo entonces entro en la sala un chico, era alto y tenia unos ojos azules totalmente intensos, corpulento y con el rostro repleto de pecas, y aquel pelo pelirrojo tan llamativo- Ian..-susurro Mike, quizás demasiado fuerte pues el chico giro los ojos de su abuela a el, abriendo estos como platos- Mike? - la abuela los miro a ambos sonriendo- ¿Ya os conocíais? - dijo notablemente emocionada, tenia la mano de su nieto sujeta con fuerza y miraba a este con la adoración propia de una abuela.

-Eh.. si abuela, vamos al mismo instituto – dijo el pelirrojo clavando sus ojos azules en el castaño, el cual solo de verlo ya empezaba a sentir aquel pánico irracional correrle por las venas.

- Pues que bien, Mike es un chico estupendo espero que os llevéis bien.

Después de aquel incomodo reencuentro con el pelirrojo, paso casi una hora quedando ya solo en la sala, Mike, la abuela y su respectivo nieto, el cual se había agenciado de la camilla que estaba entre la de el y la de la abuela, la mujer por su parte se había quedado dormida dejando a ambos chicos en un incomodo silencio.

-¿porque estas aquí? - dijo el pelirrojo mirándolo, rompiendo aquel silencio incomodo pero convirtiéndolo en algo mucho mas incomodo: Una conversación.

-Creen que tengo cáncer..- dijo Mike con simpleza sin siquiera mirar al otro, no podía creer que estuviera hablando con el sin haber recibido un solo golpe aun, el pelirrojo asintió mirando ahora a su abuela.

-Ella esta terminal.. la quimio que le ponen no sirve de nada, pero aun lo intentan – le contó el pelirrojo, aunque Mike no sabia si realmente hablaba con el o consigo mismo.

-Tu abuela es una buena mujer – Fue lo único que atino a decir, y de esa forma volvieron al silencio incomodo hasta que le toco el turno de irse a el, la mujer ya estaba despierta asique se despidió de ella de forma cariñosa, bajo la atenta mirada de Ian, despidiéndose de este con un escueto "adiós".

Su hermano lo esperaba puntual en la puerta como siempre que quedaban en algo, llegando a casa en menos de cuarenta minutos, ceno algo ligero y se acostó, estaba cansado.. pero mas que nada tenia una sensación rara en el pecho.. algo iba a pasar.