Hola! Este es mi primer fanfic que publico "¿Cómo he podido enamorarme de alguien como tú?" Es un fanfic de Sango y Miroku, pero también habrá un poco de Inuyasha y Kagome. Espero que les guste y dejen reviews n .n
Los personajes de esta historia le pertenecen a Rumiko Takahashi, quizás más adelante aparezca uno inventado por mi, pero de momento no.
¿Cómo he podido enamorarme de alguien como tú?
Cap. 1
Hacía tiempo que no habían noticias de Naraku y nuestros jóvenes amigos decidieron regresar a la cabaña de la anciana Kaede. Miroku empezaba a sentir algo especial por esa muchacha exterminadora que tantas veces le había abofeteado la cara. Le gustaba su carácter y cuando la veía sonriendo con el viento ondeando suavemente su pelo le parecía la chica más bella de todas. Como muchas otras veces Miroku se había quedado absorto mirando como Sango y Kagome conversaban animadamente mientras veían a Shippo y Kirara jugando. Inuyasha se acercó a él y se sentó a su lado.
Inuyasha: Miroku, últimamente... te pasas el rato... mirando a Kagome...
Miroku: No es a Kagome a quien miro
Inuyasha respiró aliviado, ya temía que su amigo le quitara a Kagome...
Inuyasha¿Entonces a quien miras es a Sango?
Miroku: ... Sango...
Inuyasha: y ¿por qué?
Miroku: Me pasa algo parecido a lo que te pasa a ti con Kagome.
Inuyasha se puso muy rojo: A MI NO ME PASA NADA CON KAGOME!
Miroku: venga hombre, no me vas a negar que te gusta Kagome.
Inuyasha ya no sabia que responder, ese tema era demasiado peligroso y decidió que sería mejor no decir nada.
Inuyasha: entonces ¿Sango te gusta?
Miroku: ... Gustar creo que es una palabra que expresa un sentimiento inferior a lo que siente mi corazón.
Inuyasha¿y por qué no se lo dices?
Miroku: Joven Inuyasha ¿qué cree que piensa Sango de mí?
Inuyasha¿Que eres un monje pervertido que sólo ves a las mujeres para hacer "eso" y que siempre vas detrás de las muchachas bellas para pedirles si quieren tener un hijo tuyo?
Miroku: Exacto. Y yo también pienso eso de mí, creo que no soy el hombre más apropiado para ella y nunca la podré hacer feliz.
Cuando Miroku acabó de decir esto se levantó y antes de que su amigo pudiera decir nada más se fue.
Miroku: Voy a dar una vuelta por el pueblo.
Mientras una bella muchacha que prestaba más atención a los movimientos de Miroku y su expresión algo triste que a su amiga vio como Miroku se iba.
Sango: Oye Kagome¿tu sabes si le pasa algo al joven Miroku?
Kagome se dio cuenta de que su amiga no había escuchado nada de lo que le decía y tenía la mirada posada en Miroku.
Kagome: La verdad es que no tengo ni idea pero si que es cierto que desde hace un tiempo lo noto un poco triste, cuando va al pueblo no presta atención a las muchachitas lindas y eso quiere decir que le pasa algo muy gordo. Y ¿a ti¿te pasa algo?
Sango: No se por qué lo preguntas, yo estoy como siempre.
Kagome: Si, si no fuera porque te pasas el rato mirando a Miroku.
Sango: ...
Sango sabía que su amiga tenía razón. No sabía por qué pero ver al joven Miroku triste le producía mal estar, era como si toda la alegría se hubiera esfumado.
Kagome¿Qué tal si vas a buscar a Miroku e intentas averiguar qué le pasa?
Sango hubiera protestado preguntando por qué tenía que ir ella pero el estado de su amigo le preocupaba mucho y sin decir nada más se fue en busca de Miroku.
Cuando Kagome vio que su amiga ya se había ido fue donde estaba Inuyasha, pensaba que con un poco de suerte él sabría algo del tema.
Inuyasha desde que Miroku se había ido se quedó sumido en sus pensamientos. Podía entender a la perfección lo que le había dicho su amigo, de hecho a él le pasaba igual con Kagome, pero le dolía ver a su amigo tan hundido.
Kagome: Inuyasha¿tu sabes qué le pasa a Miroku?
Inuyasha miró a la joven preocupada y tras pensarlo un rato decidió que no pasaba nada por contarle la verdad.
Inuyasha: Parece ser que Miroku se ha enamorado de Sango.
Sango fue corriendo al pueblo. Cuando llegó, empezó a buscar a Miroku por todas partes. Fue preguntando a la gente que se encontraba si lo habían visto pero nadie sabía nada de él y los que le habían visto dijeron que iba sin rumbo y no sabían a donde iba. De repente una voz sonó a sus espaldas.
Miroku¿Me estás buscando?
Sango se giró algo más contenta de haber encontrado a su amigo. Aunque cuando se giró vio a una cara fingiendo estar contenta, se notaba que Miroku no estaba bien, en realidad parecía que estaba triste lo que deprimió mucho a Sango.
Sango: Si... ¿Quieres dar un paseo conmigo?
Miroku: Con mucho gusto.
Sango y Miroku empezaron a andar.
Sango: Miroku, últimamente te notamos como un poco apagado ¿te sucede algo? Ya se que quizás yo no soy la persona más indicada para preguntártelo pero por favor si tienes algún problema cuéntamelo.
Miroku no podía creer lo que estaba oyendo. ¿Sango se preocupaba por él, o quizás es que su amigo Inuyasha le había pedido a ella que hablara con él? Quiso saber cual de las dos posibilidades era la verdadera y antes de decirle cualquier otra cosa le dijo:
Miroku¿Estáis preocupados por mí?
Sango se quedo sorprendida de que le hiciera esta pregunta, ella no quería que su amigo supiera que estaba preocupada de hecho siempre lo trataba duramente, pero en esta ocasión tuvo el deseo de que él supiera la verdad.
Sango: Claro que sí, Kagome e Inuyasha están preocupados...
Miroku analizó bien esas palabras... Kagome e Inuyasha...
Sango: ... y... y yo también estoy MUY preocupada...
¿Lo había oído bien¿había dicho que estaba muy preocupada? Eso sorprendió al joven Miroku pero a la vez le alegró.
Miroku: Tranquila no tienes porque preocuparte, no me pasa nada, estos días estaba un poco pensativo porque hace tiempo que no sabemos nada de Naraku.
Sango¿seguro que sólo es eso?
Miroku: si, no te preocupes
Sango tenía la extraña sensación de que Miroku no había sido del todo sincero pero si él insistía en que no le pasaba nada más le iba a creer.
Desde aquel momento no dijeron nada más. Fueron andando hasta llegar a las afueras del pueblo, en un extenso campo. Entonces Sango cuando iba distraída en sus pensamientos tropezó con una piedra y se iba a caer al suelo pero antes Miroku la cogió del brazo empujándola contra él y la agarró con el otro brazo por la cintura. Sango al darse cuenta de cómo Miroku la cogía quiso salir de entre sus brazos pero antes Miroku le dijo:
Miroku: Por favor, déjame abrazarte un rato más. Luego si quieres puedes pegarme o hacer lo que quieras.
Cuando Miroku acabó de decir estas palabras apretó aun más el cuerpo de Sango entre sus brazos.
Sango estaba consternada. ¿Qué quería decir Miroku con esas palabras? Y ¿por qué su corazón empezó a latir tan fuerte?
Cuando pasó un rato con los cuerpos bien pegados Miroku se acercó a su oreja.
Miroku: Sango, tu me... ¿tu me odias?
Esto acabo de desorientar a Sango. ¿Qué le pasaba a Miroku? Primero les hacía preocupar a todos con ese rostro triste y pensativo, luego la abrazaba de aquel modo ¿y ahora le preguntaba si le odiaba? Y lo que más vueltas le daba a la cabeza ¿Qué le estaba pasando a ella?
Todos estos pensamientos y sentimientos hicieron que Sango no pudiera seguir al lado de Miroku. Necesitaba estar sola y ponerlo todo en orden. Así que notando como Miroku dejaba de estrecharle tanto entre sus brazos debido a que ella no respondía aprovechó para salir y sin mirarle a la cara le habló.
Sango: Discúlpeme monje Miroku yo...
Y antes de continuar la frase se fue corriendo.
Miroku se quedó hecho pedazos. ¿Qué había hecho? Primero abrazando a Sango y luego preguntándole si le odiaba. ¿Pero en que estaba pensando? La había puesto en una situación incomoda y por su rostro notó como se había puesto triste. Ya sabía que Sango le odiaba y si hubiera habido la posibilidad de que no lo odiara con estos actos recién hechos seguro que ahora lo odiaba profundamente. Por eso no era un hombre apropiado para ella ¿cómo podría serlo si no conseguía hacerla feliz?
Miroku no sabía que hacer. Volver a la cabaña parecía lo más sensato pero ¿qué cara pondría cuando se encontrara con Sango?
Sango se fue corriendo hasta llegar cerca de la cabaña pero se ocultó entre unos árboles para poder pensar mejor. No quería encontrarse con nadie. Realmente a Miroku le pasaba algo que no quería contarle pero eso ya podría averiguarlo más adelante, ahora lo que más le preocupaba era saber que le pasaba a ella. ¿Por qué la mirada triste de Miroku la entristecía tanto? Y ¿Por qué su corazón latió tan rápido cuando el joven Miroku la abrazó? Poco a poco se fue calmando y tuvo respuestas a esas preguntas. La mirada triste de Miroku la entristecía, al igual que Kagome e Inuyasha, porque eran amigos y, su corazón latió tan rápido porque segundos antes había estado a punto de caerse y era la primera vez que la abrazaba un chico de ese modo. Sango se repitió varias veces estas frases para poderse convencer a ella misma. No estaba muy segura de que todo terminara ahí pero era lo mejor que podía pensar.
Cuando ya se encontró mejor salió de su escondite y fue a la cabaña. Dentro estaban Inuyasha y Kagome esperando la llegada de los dos jóvenes y Shippo y Kirara durmiendo en un rincón.
Kagome¡Sango! Ya nos estabas preocupando¿encontraste a Miroku en el pueblo?
Sango: Si Kagome, lo encontré y paseamos un poco. Me contó que el motivo por el que estaba tan pensativo era que le preocupaba las pocas noticias que tenemos de Naraku.
Kagome¿Y nada más?
Sango: Él dijo que no le pasaba nada más.
Al cabo de poco tiempo Miroku regresó a la cabaña y no hubo más incidentes.
Continuará
