Advertencia: Aquí les presento la primera de ocho historias navideñas con nuestras queridas Rozen Maiden, ojalá les guste los deseos de nuestras hermosas muñecas :3
Suigintou
Carta a Santa:
Santa Claus:
He escuchado por unos cuantos niños que tú tienes el poder de conceder todos los 24 de diciembre deseos a todos los niños humanos en el mundo, sin duda debes tener una enorme y tremenda magia para poder hacer algo así, y eso es algo que sin duda me interesa en gran manera porque pienso que podría utilizarte para esta Navidad. El deseo que te pido (o mejor dicho exijo) es que me entregues atada de manos y pies a Shinku para que así yo pueda apoderarme sin ningún problema de su Rosa Mística. Ya para cuando me haga con el poder de Shinku será pan comido apoderarme de las Rosas Místicas de todas las demás, pues son demasiado débiles e insignificantes como para ponerles en primer plano. Ojalá que Shinku y las otras no sepan de ti, no quisiera que de alguna manera se enteraran de tu existencia y se adelantaran a mis planes, arruinando todas mis ambiciones para conocer a otou-sama, y sobre todo lo digo por la tonta de Shinku, sé que ella si se entera intentaría adelantarse.
Te espero en el Campo N
Suigintou
Respuesta de Santa:
Querida Suigintou:
A mí me da igual qué carajo tienes en contra de esas chicas que tú dices, que por cierto ya todas me enviaron antes que tú sus cartas, pero ninguna me envió ningún deseo sobre obtener esa basura que llamas "Rosa Mística", y de todas formas ¿qué es una Rosa Mística, una droga? Te recomiendo que te juntes con otra clase de personas, pues esas cosas que veo que te andas metiendo son muy malas, mejor debes enviármelas a mí, que estoy a reventar de pedidos y mis duendes se declararon en huelga porque perdí el bono navideño de todos en una apuesta que hice en mis vacaciones en Las Vegas, y como consecuencia estoy trabajando solo en este chiquero. El regalo que te debería dar es una reservación en un centro de rehabilitación para que se te quite, y empieza a pensar un poco en esas mugrosas que sé muy bien que son tus hermanas, especialmente esa tal Hinaichigo, que ni escribir sabe.
Me importan un carajo tus problemas
Santa
En el Centro Comercial
Santa: Jo, jo, jo ¿Quién será el próximo niño en sentarse en mis piernas?- pregunta sonriente el barbudo.
Suigintou: Yo soy la siguiente- anuncia su llegada la prusiana.
Santa: Jo, jo, jo. No sabía que todavía había niños que estaban celebrando Halloween- esas palabras enfurecen a la peliblanca.
Suigintou: ¡Estas ropas fueron hechas por otou-sama para mí, tonto gordinflón!- algunas personas que disfrutaban paseando o haciendo sus compras voltean a ver a la furiosa muñeca.
Santa: Tranquila niñita, todo el mundo nos está viendo- trataba de calmar un nervioso "viejo del Polo Norte"
Suigintou: Entonces promete que cumplirás mi deseo, vejete- amenaza una maliciosa peliblanca.
Santa: Entonces siéntate y pide lo que quieras- invita un nervioso gordo, y la prusiana inmediatamente se sienta en sus piernas.
La peliblanca toma bastante aire antes de empezar a manifestar sus deseos navideños, haciendo que el barbudo se ponga muy nervioso (más de lo que ya estaba) ante lo que podría llegar a pedir la caprichosa peliblanca con una maliciosa mirada en sus ojos color magenta.
Suigintou: Deseo ser capaz que arrebatarle su Rosa Mística a Shinku y a las demás Rozen Maiden para el día de hoy, también quisiera una remodelación completa para mi campo N que está vuelto un total desastre y no lo pienso limpiar, también quisiera un nuevo vestido que no se parezca en nada a este que tengo puesto porque las demás muñecas se han estado burlando de mí y me han llamado últimamente "gallina gótica", y eso me enfada mucho. Otro deseo que tengo es que cures a Megu, pero no le digas que fui yo quien te lo pidió, y finalmente deseo conocer a otou-sama muy pronto.
Santa: Etto...- el barrigón no había entendido casi nada de lo que había pedido la prusiana, y no estaba seguro de cómo responderle- Lo siento, pequeñita, pero yo sólo doy regalos, y creo que me estás pidiendo demasiados milagros.
Suigintou: ¿Al menos puedes curar a Megu?- pregunta con tono casi desesperado y los puños cerrados.
Santa: Etto...
Suigintou: ¡Responde ahora, gordo bastardo!- nuevamente la peliblanca era vista por varias personas que estaban curiosas por aquel escándalo, pero esta vez el miedo se podía oler en el aire, o mejor dicho se podía oler que el Santa del Centro Comercial se había asustado.
Santa: B-bueno... yo s-solo soy un r-r-representante de Santa en el Centro Comercial, p-p-pues él tiene mucho trabajo en el Polo Norte, y y-yo...
Suigintou: ¡DEBÍ SABERLO, NO ERES MÁS QUE UN FARSANTE!- muchos niños que hacían fila empezaron a llorar al darse cuenta de que el verdadero Santa no estaba. El gordito disfrazado temía por su vida, algo le decía que en sus piernas no estaba una niña ordinaria- ¡TENDRÁS QUE PAGAR CON TU VIDA POR ATREVERTE A MENTIRME!- la muñeca alza lentamente el vuelo, asustando a muchos que salen de allí corriendo con los niños en brazos, mientras que el pobre Santa estaba paralizado de miedo.
Santa: Puedo explicarlo, yo no sabía...
Suigintou: Prepárate para convertirte en basura- la prusiana prepara sus alas para atacar al gordito-. A-mí-nadie-me-miente- una ráfaga enorme de plumas acaba por inundar de negro el lugar.
Más tarde
Megu: Hola, Tenshi-san- llega la chica de linda voz al Centro Comercial vestida con la misma ropa que usa en el hospital.
Suigintou: ¿Qué te trae por aquí, Megu?- pregunta casualmente la prusiana.
Megu: Vine aquí porque cada año me gusta sentarme en las piernas de Santa para pedirle mis deseos para Navidad- la chica esboza una tierna sonrisa-, pero veo que hoy no había nadie que quisiera ocupar el puesto.
Suigintou: ¿Tú sabías que el Santa de aquí no era real?- la prusiana empieza a sentir tristeza por Megu.
Megu: Santa nunca está disponible para cumplir mis deseos en Navidad, por lo que todos los años vengo aquí para depositar mis esperanzas de que algún día pudiese tener a alguien con quien pudiese compartir estas fiestas- la ojimagenta sentía por dentro que quería llorar por arruinar el día de su médium-. Pero no importa tanto ahora- la prusiana mira a la chica con la boca abierta-, para este año he recibido un hermoso regalo por adelantado, por lo que esta vez vine sólo por capricho.
Suigintou: ¿En serio recibiste tu regalo?- la peliblanca miraba fijamente a la humana, esperando la respuesta- ¿Qué regalo recibiste este año, Megu?
Megu: Tu compañía, Tenshi-san.
Suigintou no esperaba tal respuesta de parte de la chica enferma, y se vio obligada a girar su rostro a otro lado para que no viera las lágrimas que ya no pudo contener. Megu sólo miraba con una cálida sonrisa a su única amiga hasta que finalmente pudo dejar de llorar en silencio, y juntas se fueron a recorrer el resto del Centro Comercial.
Megu: Por cierto, Tenshi-san ¿lograste resolver ese asunto de que te llamaban "gallina gótica"?
Suigintou: No me lo recuerdes- gruñe la prusiana.
Siguiente deseo navideño: Kanaria
¿Qué les parece la primera parte de estas historias navideñas de las Rozen Maiden? Pobre del Santa, pero era necesario que sufriera para continuar con este fragmento XD. Reviews, follows y favoritos se les agradece que no omitan al salir o pasar al próximo deseo :3
Hasta otra
