ZeroUchiha haciéndose presente (luego de meses de inactividad) y con una nueva historia de digimon. Más o menos tengo esta historia hecha en mi cabeza y quería compartirles este fic. Espero les guste.
Digimon no me pertenece, es de Bandai, creo.
Capítulo 1: Comienzo.
Davis Motomiya corría lo más rápido que sus piernas le permitían. Se movía por las calles de Odaiba sin rumbo fijo y con una opresión en el pecho que era dolorosa. No quería encontrarse con nadie por lo que evitó los lugares que solía transcurrir con sus ex amigos.
"Conque…así se siente ser un idiota", se dijo. Se lamentaba por todo, ¿Esos eran sus amigos? ¿A esos los quería como su familia?, tanto esfuerzo para que lo aceptaran como líder y, al fin de cuentas, sus pensamientos sobre él no cambiaban. Lo peor de todo era que debía notarlo con sus formas de comportarse, pero fue un ciego y tuvo que escucharlos a escondidas, hablando mal de él.
Sin saber muy bien que hacer, se sentó en una banca y se pasó la mano por su rostro, intentando borrar todo lo sucedido, pero sabía que era imposible. Empezó a jalarse los cabellos al escuchar las risas en su cabeza de esos que decían ser sus amigos y sintió algo que jamás pensó sentir: odio. Un odio puro y excesivo hacia TK, Yolei, Cody, Ken e incluso sobre la chica de la cual, aunque ahora era doloroso admitirlo, estaba enamorado.
"¿Qué voy a hacer? ¿Fingir que nada sucedió? ¿Qué no los escuche? ¡Ni hablar!", sabia mejor que nadie que no era bueno ocultando emociones y tarde o temprano estallaría. Y tampoco estaba interesado en volver a saber de ellos luego de escucharlos.
"Sé que soy algo tonto y a veces soy un poco molesto, pero ¿Acaso los amigos verdaderos no se aceptan con errores y virtudes?" seguía pensativo, molesto con todo el mundo. Estaba seguro de que, si hubiese sido al revés y otros hablaban mal de ellos, él los defendería porque así se suponía que debía ser y ellos eran sus amigos. Que equivocado estaba.
No supo cuánto tiempo se quedó recostado en esa banca, pero cuando se marchó ya el Sol se había ocultado. Notó para su mala suerte que había estado corriendo por mucho tiempo y se encontraba alejado de su hogar, por lo que se vio obligado a tomar un autobús para regresar. Con los ánimos y la autoestima por los suelos, subió al primero que llegó y se sentó en el fondo.
"Supongo que no podría ser peor…" estaba jugueteando con los googles que le había obsequiado Tai hace tres años, indeciso de que hacer. Con lo de hoy ya no sentía que pudiera cumplir el papel que le había otorgado al darle ese objeto. Su D-Terminal lo sacó de sus lamentos, era un mensaje.
(Kari: Davis, mañana no podré ir a la escuela, ¿Podrías tomar apuntes por mí?)
Anteriormente hubiera respondido que sí, sin dudarlo, pero ahora ya sabía que pensaban de él, ella y los demás.
(Davis: No, no puedo, y aunque pudiera, ¿Por qué no se lo pides a TK? De seguro no es irritante y celoso como yo)
No dudo nada en mandar la respuesta, apretó el botón con cierta furia y lo guardó en su bolsillo, ignorando el pitido que indicaba la llegada de otro mensaje, sabiendo que se aprovechaba de la estupidez que solía tener con respecto a ella, le pidió que lo hiciera segura de que no se negaría. O al menos creyéndolo.
Al bajar, justo enfrente del edificio donde vivía, siguió sintiendo su D-terminal sonar pero lo ignoró. Ingresó al vestíbulo y subió a su piso por las escaleras.
"¿Sucede algo, Davis?", le preguntó su hermana al verlo entrar al departamento con esa mirada seria. No respondió y se instaló en su habitación, arrojando su mochila con violencia sobre la pared y recostándose boca bajo sobre su cama. Aunque quiso evitarla, Jun entró sin avisar y se sentó a su lado, apoyando su mano sobre su espalda. "¿Me dirás que te ocurre?", volvió a preguntar.
Contestó secamente un no que obviamente no convenció a su hermana, que siguió insistiendo hasta lograr que estalle y le cuente todo. La pelirroja lo escuchó atentamente, incrédula de lo que oía.
"¿Estás seguro, Davis?, tal vez solo escuchaste mal y fue un malentendido", intentó razonar ella cuando terminó de contarle todo.
"Créeme que fue real, yo estaba a punto de entrar al salón cuando los escuché mencionarme por lo que decidí ocultarme. Fue completamente real", se había vuelto hacia su hermana, sin borrar esa mueca de disgusto al recordar los hechos.
"En ese caso, no le des importancia, Davis. Esos no son tus amigos, pero sigo creyendo que deberías hablarles para aclararles todo, digo, hacerles saber que sabes lo que piensan de ti", razonó Jun, sonriéndole.
Su hermana se marchó después de decirle eso, dejándole la decisión a él. Por su parte, Davis se mantuvo pensativo unos segundos, meditando que podría hacer. Casi como un salvavidas, su computadora emitió una luz brillante que lo hizo prestar atención y dirigirse a ese lugar, sentándose. Reconoció al sujeto al instante.
"¡¿Gennai?!" preguntó, extrañado de que se comunicara con él. Podía notar algo diferente en ese sujeto, pero no sabía que era.
"Motomiya Davis, que suerte que puedas ver esto. Este no soy yo, es un mensaje pregrabado y necesito que vengas al Digimundo rápidamente para investigar algo extraño que está ocurriendo" el agente hablaba entrecortado y la señal no era buena pero se podía entender su mensaje. "Algo está ocurriendo y necesito que vengas, tu solo".
Le deberían haber parecido extrañas esas últimas palabras, pero tampoco quería hablar con sus amigos así que le alegraba el ir solo. En ese momento, lo mejor que podía hacer era ir al Digimundo a ver qué ocurría y encontrarse con Veemon.
Un rato después, luego de cenar y fingir que se iba a dormir, se puso frente a su monitor y extendió el dispositivo que lo llevaría al Mundo Digital.
Davis se encontraba en ese subterráneo, esperando la llegada del transporte que lo llevaría a ver a Veemon. En primer lugar se extrañó al ver que no podía entrar de manera normal, pero casi antes de que pudiera averiguar que pasaba, un email le llegó y le mostro el "nuevo camino" para entrar al Digimundo. Observó la hora en su D-Terminal y comprobó que el último que llegara a la estación seria el que debía tomar. No entendía que era lo que ocurría en el Digimundo como para que tenga que ir de esa forma ni el porqué de que Gennai quisiera que vaya solo. Detuvo sus pensamientos al ver como un tren abordaba la estación, suspiró, tomó una bocanada de aire y se adentró en él, comprobando que estaba completamente vacío. Su D-Terminal volvió a emitir un pitido y esta vez, sin leer el mensaje, mandó un mensaje a varios de sus antiguos amigos.
(Kari, TK, Ken, Cody, Yolei: Les demostraré que soy un buen líder, salvaré al Digimundo sin su ayuda)
Guardó el objeto en su bolsillo y esperó a llegar. Podía notar que estaba en lo correcto. No era un tren normal ya que avanzaba a gran velocidad sobre la oscuridad y parecía que de apoco iba descendiendo. Se extrañó al ver por la ventana: era oscuridad total y podía distinguir algunas siluetas algo aterradoras, empezó a dudar de que estaba ocurriendo exactamente.
"¿Qué está ocurriendo, dónde estoy?", para su desconcierto, no veía nada. De repente, tomándolo desprevenido, el misterioso transporte frenó de golpe ocasionando que resbalara y cayera al suelo. Gimió de dolor, tomándose la cabeza.
Se puso de pie, notando el moretón en su cabeza, pero decidió no darle importancia. Las puertas se abrieron, revelando una especie de bosque oscuro que cubría toda la vista. Decidió quedarse dentro, estudiando el lugar desde su posición. Suspirando, sin saber muy bien donde estaba, pensó que lo mejor era bajar del tren, que al sentirlo fuera comenzó una marcha rápida perdiéndose en la oscuridad.
El lugar era como lo había observado antes, un inmenso bosque que era rodeado por oscuridad, los arboles daban un aspecto sombrío y leves gemidos se escuchaban a lo lejos, solo una pequeña luna dejaba que él pudiera ver un poco. Sentía su cuerpo temblar, no iba a negarlo, tenía miedo de lo que pudiera encontrarse y no estaba seguro de donde estaba. Sabía que era el Digimundo, pero no estaba seguro de que parte.
"¿Gennai sabía que llegaría aquí?", se preguntó, dando unos pasos y adentrándose en el bosque. Ahora que lo pensaba le pareció raro que le solicitara ir solo y moviéndose a través de un trasporte público de dudosa procedencia. A pesar de no querer pensar en sus compañeros elegidos, se le vino a la mente el avisarle donde estaba pero descartó la idea casi al instante; el saldría de esa como sea. Sin dudarlo ni un segundo, y con paso más seguro que antes, avanzó por el bosque oscuro sin saber dónde estaba metiéndose. Sin saber que se encontraba en la mismísima Área Oscura.
El resto de los elegidos de segunda generación se mantenía expectante, asimilando todo lo que habían discutido hace segundos por culpa de cierto mensaje que llegó a sus D-Terminal. Algunos lo habían notado hoy al despertarse y otros, como Ken y Kari, lo había leído casi al instante en que llegó. Ayer en la noche.
"¿Creen que se enojó mucho?", el Ichijouji aún tenía la conversación del día anterior grabada en su cabeza. Habían dicho algunas cosas tontas sobre Davis que luego pasaron a ser reproches sobre su actitud que finalizaron en algo que decidieron guardarse para no herir a su amigo. Pero al parecer los había escuchado.
"Si bien es alguien bueno, también creo que no sería normal que no se enojara, le pediré disculpas", TK se rascó la barbilla, dudoso de haber sido él quien había seguido lo dicho, por otra estudiante, de su amigo.
"Deberíamos ir a ver qué ocurre en el Digimundo", murmuró Kari, arrepentida por lo que quizá había escuchado el castaño de sus labios.
"Sí, eso es lo más extraño", dijo Cody. Todos se alarmaron al recibir ese mensaje que les decía sobre que iría a salvar al Digimundo por cuenta propia. Gennai no les había informado que algo estuviera ocurriendo ni tampoco lo habían podido notar por ellos mismos.
"Bien, luego de clases, nos veremos en el club de computación", ordenó TK, tomando el mando. "Debemos ir a hablar con Gennai y preguntarle qué ocurre con el Digimundo y donde esta Davis"
Todos asintieron, dudosos de lo que deberían decirle cuando lo vieran. Bajaron de la azotea de la escuela y se dirigieron cada uno a sus respectivas aulas. Yolei tomó un camino diferente al resto y luego lo hizo Cody. Ken, TK y Kari quedaron solos.
"Kari, ¿Estas bien?", el rubio miraba a su mejor amiga, que tenía las mejillas sonrosadas de la fiebre. Se suponía que no iría ese día, pero el mensaje de Davis la había alarmado y quería discutir sobre el asunto con sus amigos.
Kari asintió sin borrar ese color de su rostro. Los tres siguieron hasta el salón que compartían, también con Davis, y esperaron al fin de clases para reunirse. Las horas pasaron lentamente para todos, pero más para la Yagami, que sentía que su estado no mejoraba.
Al escuchar, por fin, el timbre de fin de horario escolar, partieron rumbo a la sala de computación. TK, Kari y Ken llegaron minutos después de que lo hiciera Cody, Yolei se apareció pasados los diez minutos.
"Bien, vamos entonces", TK apuntó su D-3 a la pantalla del computador y pronunció las palabras que los llevaría a su destino. Nada ocurrió. Extrañado, volvió a intentarlo pero obtuvo el mismo resultado. "¿Qué ocurre? no puede ser posible, ¡Puerta al Digimundo, ábrete!"
"¿Sera que lo que dijo Davis era cierto?", Yolei miraba desde su lugar al Takaishi, que ahora estaba extrañado de que no pudieran entrar.
"Sí, pero aun así debemos intentar entrar y llegar a donde esta él", murmuró Kari, con un hilo de voz. Sabía que su amigo estaba en peligro por alguna razón y, por otra razón más extraña, sentía como una especie de conexión entre ella y un lugar lejano. Tenía la leve impresión de que su fiebre se debía a esa sensación.
"¡Kari!", la peli morada sostuvo a la chica, que estuvo a punto de caerse. Al tocar su mejilla notó que ardía exageradamente, preocupando a sus amigos.
Y en ese momento, una poderosa luz los cubrió y en instantes se vieron en el Digimundo, Pero no era nada parecido a lo que recordaban que era la Isla File. Los arboles estaban derribados y algunos estaba en llamas, los monitores destruidos y podían ver a cientos de digimons pelear entre sí.
"¡Rápido, síganme, chicos!", no pudieron digerir nada de lo que estaba sucediendo, Gennai se apareció ante ellos y aceleradamente les ordenó que fueran detrás de él.
TK cargó a Kari sin pensarlo y comenzaron a huir de esa zona, escuchando de fondo los gritos y destrozos que hacían a sus espaldas. Todo parecía un verdadero caos. Yolei tropezó, perdiendo sus anteojos de paso. Ken no se lo pensó dos veces y tomó su mano, obligándola a dejar sus eternos lentes a la suerte.
"¡Por aquí!", el agente siguió un largo camino ignorando a todo digimon cercano. Avanzaron con rapidez hasta que distinguieron una pequeña cueva subterráneo por donde el anciano los llevó.
Entraron sin dudarlo y avanzaron en plena oscuridad, sin ser capaces de distinguirse entre ellos mismos. El silencio inundó el lugar. Se escuchaban los gemidos de la castaña haciendo eco.
"Aguanta, niña", dijo Gennai, casi viendo la entrada. "Entren", abrió un pasadizo que les permitió por fin ver con claridad. Entraron en una especie de refugio en el que podían ver una pequeña tienda de campaña y un par de cosas que parecían pertenecer al agente. "Pónganla aquí"
El rubio obedeció y acostó a su amiga sobre una especie de cama. Ella gimió de dolor y, al tocar su frente, comprobó que parecía estar peor que antes. Antes de que pudiera hablar, el anciano se aparición con un paño frio y lo puso en su frente, luego miró al resto de chicos elegidos. Alzó las cejas en señal de duda.
"¿Y Davis?", escucharlo ocasionó que se miraran entre sí, confundidos.
"¿No estaba aquí para salvar al Digimundo de lo que sea que está ocurriendo?", Yolei se dirigió a Gennai. Ken la ayudó a que viera en la dirección correcta.
"Dejaremos la explicación de lo que ocurre para después y, chicos, yo no sé nada de ustedes desde hace meses", respondió con seriedad, poniéndose de pie de manera acelerada y revisando una máquina que poseía en esa cueva. "Díganme, ¿Ocurrió algo para que viniera aquí?
Todos, a excepción de la enferma Yagami, miraron en suelo con algo de vergüenza antes de contarle lo que había ocurrido. O al menos lo que suponían. Él los escuchó atentamente hasta que terminaron, luego frunció el ceño.
"Qué raro…niños, esto es muy extraño. No hay forma de que pudiera entrar ayer en la noche", dijo con algo de nerviosismo.
"¿Por qué?", preguntó la Inoue.
"Bueno, aquí vamos. El Digimundo está en colisión, las bestias sagradas han sido selladas por Barbamon, uno de los siete señores demonio, y ha tomado el control de la situación. Con su ejército oscuro ha conquistado varias regiones del Digimundo, estando a punto de hacerlo con la Isla File, y logró interceptar la unión con el Mundo Humano. He tenido mucha suerte de poder estar en el lugar correcto para poder crear un vínculo breve para traerlos a ustedes"
"¿Y Davis?", preguntó el Ichijouji al terminar de escuchar todo.
"Me temo que sí, lo que les envió es cierto y vino aquí, ahora mismo está en…", se detuvo unos segundos, observando algo en la pantalla de la máquina. "Miren, aquí mismo"
Los elegidos observaron a donde apuntaba. Era una especie de réplica en 3D del Digimundo donde se veían las distintas zonas. Todos se quedaron confundidos al ver que apuntaba al...
"¿Océano Net?", dijeron todos a la vez, pero recibieron una negación como respuesta.
"Miren mejor…en las profundidades del Océano Net, es el Área Oscura", dijo con seriedad, luego se movió de su lugar y comenzó a hurgar unas cosas en un bolso que tenía. Sacó un par de comunicadores. "Y lo mejor será que lo encuentren rápido, el Área Oscura no es un lugar donde un elegido puede sobrevivir fácilmente. Menos sin un compañero digimon".
Y hasta ahí el primer capítulo. Espero les guste y comenten que les parece que ocurrirá más adelante.
Saludos!
