Último primer día.
¿Sabes esa sensación cuando tienes la certeza de que vas a morir y de repente todo a tu alrededor parece maravilloso? Lo dudo.
Pero no todos tenemos esa condenada suerte, algunos desafortunados un día nos despertamos en un hotel, tras una aburrida y tediosa junta mundial y nos damos cuenta, bueno, mejor dicho, prácticamente nos despierta un pensamiento: "Tío, de hoy no pasas".
La verdad es que tampoco me sorprendo por desaparecer, es decir, ¿qué nación necesita doble representante? Exacto, ninguna. Así que Italia no podía, por una maldita vez, saltarse las reglas de la naturaleza. Lo extraño es tener la completa seguridad de que va a ser esta noche.
En realidad yo nunca pedí ser una nación, no me malinterpretes, no digo que no me guste serlo, menos en ciertas ocasiones es bastante cojonudo, sobretodo cuando ganas alguna batalla y ya ni digamos una guerra, o por lo menos eso imagino, porque las victorias bélicas italianas... bueno, tampoco es que sean muy habituales.
De todas formas, como ya he dicho antes, hoy todo me parece jodidamente maravilloso ¿qué es perder una guerra en comparación con sentir el calor del sol sobre la piel o de escuchar tu canción preferida con los ojos cerrados?
Por qué hoy todo es tan bonito, te preguntarás. Bueno, la vida es así de capulla y enseñarte todo lo que te vas a perder a partir de ahora como si fuera algo estupendo es uno de sus últimos ases bajo la manga, por no decir el último.
Lo único bueno que he podido sacar del hecho de que voy a morir ha sido algo esporádico, de repente he pensado: "Eh, Romano, ya que la vas a palmar hoy, puedes hacer lo que te de la gana." Y eso he hecho, durante todo el día me he dedicado a hacer cualquier tontería(por ejemplo, tirarles patatas desde una azotea a los alemanes que estaban a tiro, porque no pienso perder las buenas costumbres.) sin pensar en las consecuencias, ya se ocuparán de ellas el gobierno mañana.
Lo malo es que, a medida que el día ha ido pasando un solo pensamiento ha ido sustituyendo a todos los demás.
"No va a haber un mañana".
Y eso, por mucho que intentes evitarlo haciendo cosas estúpidas durante la mayor parte del día, asusta. Porque sí, estoy acojonado.
Llega un momento en el que te das cuenta de que, en realidad, no has hecho nada bien durante toda tu existencia, por muy larga que haya sido y te preguntas si alguien se acordará de ti dentro de algunos años, cuando todo haya cambiado ¿habrá alguien que diga: "Te acuerdas de Romano"? ¿O solamente me olvidarán y nadie recordará a la parte sureña de Italia?
Al caer la noche, ya no tienes ganas de hacer nada, de ver a nadie, solo quieres recordar y, es entonces, cuando deseas que sea verdad lo que dicen en los libros, eso de que toda tu vida pasa por delante de tus ojos antes de morir porque lo único que deseas es poder volver a vivirla de nuevo, con todos sus fallos y problemas pero con la certeza de que tu corazón late y de que mañana, al despertar, continuará latiendo.
Y te sientes solo ¿sabes? porque no puedes decirle a nadie lo que te pasa, no puedes simplemente llegar ante uno de los pocos idiotas con los que te has relacionado durante toda tu existencia y decirle: "Me estoy muriendo, pero no pasa nada. Por cierto, se ha quedado buena noche ¿verdad?".
De todas formas, aunque pudiera hacerlo ¿a quién se lo iba a decir? ¿A Veneziano? ¿A Spagna, tal vez? pero ya está, solo a dos naciones, uno, mi hermano y otro el que fue mi jefe durante toda mi infancia, la verdad es que nunca he sido bueno en relacionarme, cosa de la que también me arrepiento ahora. Igualmente no se lo querría decir, lo único que haría sería preocuparles y al final acabaría teniendo que consolarles yo a e ellos, pasaría el día con dos naciones que ni si quiera podrían comprender por lo que estoy pasando, aunque tampoco quiero. Por muy idiotas que sean no quiero que desaparezcan.
Tampoco necesito que pasen por el miedo que da esto. Me pregunto si Nonno Roma también pasó tanto miedo como yo ahora, aunque la verdad es que lo dudo, él era muy valiente, yo no.
Ojalá estuviera ahora mismo él conmigo, porque no quiero tener que pasar por esto solo, estoy completamente aterrado y nadie sabe cómo se siente.
¿Nadie? No, eso no es verdad, hay una nación que ha pasado por lo mismo, que ha sentido todo lo que estoy sintiendo ahora.
Y siguiendo el impulso que, casi con toda seguridad es el más idiota de toda mi larga existencia, corro fuera del hotel, dando gracias por la aburrida y tediosa junta de ayer y por no haber cogido el vuelo de regreso a Italia porque Veneziano quería quedarse aquí el fin de semana.
Corro por las calles de Berlín buscando la casa de la única nación que quiero ver en estos momentos aunque ni si quiera se bien por qué, nunca hemos sido buenos amigos, ni amigos tampoco, solo somos conocidos, los hermanos mayores olvidados pero que, a parte de eso, no tienen casi nada en común.
Aún así prácticamente vuelo por las calles alemanas con un único objetivo: La casa de Prusia.
Cuando llego ante la puerta es noche cerrada, no hay luna y tengo más miedo del que he sentido jamás. Lo único que noto ahora mismo es el aire entrar y salir de mis pulmones y el corazón bombeando sangre sin parar y deseo que no se termine esta sensación.
Toco a la puerta temeroso de que el albino haya salido por algo y que la casa esté vacía.
Cuando el portón no se abre la desesperación me golpea como si fuera una maza y no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas al saberme solo a pocas horas de mi muerte. No hago nada por secarlas, es más, las dejo recorrer mis mejillas, ya no importa.
Entonces se escucha un ruido que viene del interior, y lentamente la puerta se abre, apareciendo tras esta el albino, que me mira sorprendido.
-Está pasando. Tengo miedo.-es lo único que soy capaz de decir, pero Prusia no necesita más para enterderlo. Para entenderme, porque él sabe por todo lo que estoy pasando, porque él ya lo vivió hace tiempo, y sin embargo sigue existiendo.
N/A: Espero que os haya gustado esta pequeña historia. Solo aparezco por aquí para decir que he pensado hacer de Final eterno un two-shot aunque no sé cuándo podré subir la segunda parte, así que nada, me despido hasta la próxima.
Dre-chan.
