Título: Dejar.

Pareja: EijixOishi.

Comentarios: No me gusta la pareja pero así salió el fic. Que sirva de regalo para el cumpleaños de Zein/Anye, para San Valentín y para cumplir con febrero. La verdad es que no entendí el final, así que pueden quejarse de eso si gustan. Por cierto, me cambié el nombre (no sé si a alguien le importe, pero antes era Rina Sayata). Y ya con todo icho, espero que le guste a alguien.

OoOoOoOoO

"Vámonos lejos –me dijo ese día."

¿Qué hacer ahora? ¿Cómo decirle que no o que sí? ¿Cómo aclarar todas las ideas que rondaban en mi cabeza? Él era… guapo, lindo, inteligente, amable; él contaba con todas las características, cumplía todos los requisitos. Entonces, ¿por qué no pude responder?

"Por favor, vámonos, huyamos lejos, muy lejos. Ya no quiero que nadie te vea, que nadie te hable, que nadie esté contigo. Quiero que seamos sólo tú yo."

Escuché sus palabras con atención. Era cierto, muy cierto. Sí quería, sí estaba de acuerdo…

"Oishi, respóndeme."

…pero había algo que no quería dejar.

"Eiji –murmuré. Él se acercó a mí y me abrazó, se aferró a mí como si supiera que me iba a ir. Entonces noté que ya había comenzado a llorar. Me sentí culpable, me sentí el peor hombre del mundo, me sentí yo."

"Ya vámonos, Oishi –dijo en voz muy bajita, como para evitar que alguien más lo escuchara."

Por suerte, todo estaba vacío. Todos se habían ido. Hacía más de dos horas que estábamos ahí, sin hacer nada, sin decir mucho, con miedo de todo, divididos por una línea imaginaria que ninguno de los dos pensaba rebasar.

Quería decir que sí, abrazarlo, besarlo, tomarlo e irnos ya de allí; correr, huir, irnos a vivir a las montañas, al Monte Fuji o al Everest, a cualquier lado que estuviera lejos del club de tenis, de las competencias, del mundo.

"Por favor, Oishi –dijo y lo abracé más fuerte."

"Escapar no es la mejor opción Eiji. Hay muchas cosas que debemos hacer, personas que debemos conocer y torneos que debemos ganar."

"Pero ellos encontrarán otros jugadores de dobles… y no necesitamos conocer a nadie más."

"Por más que lo digas así… no es posible."

Eiji guardó silencio. Cerró los ojos y me abrazó más fuerte. Alzó la cabeza poco a poco y me besó en los labios. Fue algo rápido, sencillo, sin más intención que la de tener un leve contacto conmigo.

"Es que ya no me amas, ¿verdad Oishi? –y, a pesar de tener los ojos cerrados, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas."

"No digas esas tonterías. Yo no puedo dejar de amarte. Si ya no lo hiciera, estaría muerto. Tú eres mi razón de vivir, eres mi todo."

"¿Entonces? ¿Por qué no quieres? ¿Por qué no sólo dices que sí? –su llanto iba en aumento. Así que traté de calmarlo abrazándolo más fuerte y acariciando su espalda."

"Sí quiero. Pero no tenemos dinero, ni de dónde obtenerlo. Es mejor esperar."

Él no respondió, pero sí dejo llorar. Tomé su lindo rostro entre mis manos y besé sus dulces labios; cuando lo creí necesario, introduje un poco mi lengua y toqué la suya. Eiji se acercó más a mí y rodeo mi cuello con sus brazos.

"Te amo –dijo cuando el beso terminó."

Le sonreí, como diciéndole que también lo amaba. Y él así lo comprendió pues sonrió, se dio la vuelta, tomó sus cosas y comenzó a caminar. Después de dar algunos pasos volteó hacia mí y dijo:

"¡Oishi! Vámonos ya. Recuerda que debemos hacer muchas cosas."

Entonces todo estaba bien. Tomé mis cosas y caminé a lado de Eiji. Él tomó mi mano lentamente, como si tuviera miedo de mi rechazo. Cuando sentí su contacto, apreté el agarre. No lo pensaba soltar.

Eiji nunca volvió hablarme de ese tema, nunca me volvió a pedir que nos fuéramos lejos. Pero… no es que no quisiera, simplemente hay algo más que no quiero dejar. No puedo irme sin haberle dicho... que algún día lo amé.

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