Disclaimer: los personajes le pertenecen a Kishimoto.
Atención, esta historia contiene mención de incesto ¡si no te gusta la temática por favor abstente de insultar! y si bien te pareció bueno un review es siempre bienvenido.
No podía ser, su girasol, su princesa, su amada hija Himawari había abandonado el servicio como ninja y había desaparecido de la aldea.
En sus manos pesaba mas que nunca la banda con el símbolo de la aldea de la hoja, no pudo evitar compararlo con el episodio de su vida en que su mejor amigo había abandonado la aldea también, la diferencia es que ahora Himawari ya no era una ninja al servicio de la hoja, y él como Hokage no podía mandar a rastrearla como ocurrió con Sasuke.
Se puso de pie, dispuesto a hacerlo con sus propias manos, encontrar a su hija, que si bien ya había alcanzado la mayoría de edad, para él seguía siendo su pequeña florecita.
Shikamaru lo observó debatirse de pie en medio del despacho, y de inmediato supo que no sabía por donde comenzar.
-Primero ve con tu esposa –le aconsejó –ella debe estar igualmente preocupada.
Naruto le agradeció en silencio y desapareció como un relámpago de la habitación.
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Pudo ver en el rostro de su esposa la desesperación, los ojos enrojecidos de haber estado llorando, sin embargo, a diferencia de él, parecía resignada.
-Iré a buscarla –le dijo Naruto.
Hinata negó con la cabeza, unas cuantas hojas papel se mantenían arrugadas en sus manos y Naruto sintió que allí estaba el meollo del asunto.
-Se fue porque… -a Hinata se le quebró la voz y todos los años que no aparentó nunca parecieron caerle encima -, es un hombre, se fue con un hombre.
El séptimo Hokage boqueó como un pez, ¿Su niñita tenía novio? ¿Por qué es que él no lo sabía?¿Había decidido abandonar su brillante carrera como kunoichi por un hombre? No lo entendía ¿Por qué Hinata no se lo había contado?
-Yo tampoco sabía… -su mujer respondió a su incógnita silenciosa –ella dice que jamás lo hubiésemos a-aceptado… -la voz se le quebró por completo y rompió a llorar ocultando su rostro entre ambas manos que temblaban.
Naruto tuvo el impulso de cruzar la habitación y abrazarla, estrecharla entre sus brazos y eliminar aquellas lágrimas que caían por su rostro, pero se quedó estático ahí. No era momento de llorar, Himawari no sabía lo que hacía, aún era una chiquilla… escaparse con un hombre… ¡por todos los Hokages! ¡Si pareciera que no era la hija que él crío!
-Hinata, no es tiempo de llorar –intentó no ser duro, se acercó a la puerta principal para irse –iré por Boruto para que me ayude… de seguro se volverá loco cuando se entere… -musitó mas para si mismo -¿Dónde estará? ¿Con Sarada-chan?
-¡Naruto-kun! –Hinata se puso de pie, su voz se elevó anormalmente, casi histérica –no lo entiendes… no lo entiendes, Anata… Boruto tampoco está…
Naruto miró a su esposa, sus ojos se encontraron con los acuosos de ella, y le tomó un minuto darse cuenta que su familia se había derrumbado bajo sus propias narices, ni su modo sannin pudo descubrir lo que se tejió bajo su propio techo por tantos años.
Notas de autor: el Boruhima siempre me ha llamado la atención pero soy una lectora mas bien silenciosa, ahora quise aventurarme con un pequeño drabble de al rededor de 500 palabras sobre este pairing tan polémico, que si bien se menciona muy implicito, sé que es bastante triste para la familia uzumaki pero es lo que salio, hay que aventurarse con todo tipo de tematicas, incluyendo las tristes.
Gracias por leer, me encantaria leer sus opiniones.
Y recuerden, no se pongan graves, ficción es ficción.
