Quise publicarlo antes pero surgieron unos problemas en casa que no me lo permitieron hasta ahora. ¿Cuántos del tipo horror he publicado hasta ahora? ... creo que con este es el quinto... bueno no importa. Lo que si es importante es en que si pude cumplir con este fic del genero horror que prometí.
.
Nota:
Hantā: Cazador en japonés
Alfombra perlada de Baroda: hecha de pequeñas, perlas, rubíes, zafiros y diamantes, en una base de seda. Es considerada como la segunda más cara del mundo.
Alfombra Vase: Salida del sudeste Persia, considerada como las más cara del mundo.
.
ADVERTENCIA: Puede contener ligera violencia y Lime, así que cuidado.
Contrato
– Len Kagamine… alias Hantā el mercenario
– Leon Kagene – dicho nombrado sonrió con sorna – ¿A que se debe el honor en que me trajeras a tu castillo?
– No envié a dos de mis sirvientas más leales a llamar a una alimaña como tú por gusto – estrecho sus ojos verdes hacia los ojos azules de la persona frente a él.
– Ohhh~ – salió suavemente de su boca mientras aún seguía sonriendo – ¿Debes estar desesperado si mandaste por mí?
– No presiones tu suerte – dijo entre dientes mientras fulminaba al chico frente a él – te llame por una razón y solo una
– ¿Y cuál sería esa? Ohh~ Rey Leon Kagene – enarco una ceja mientras le seguía sonriendo.
– Quiero que busques a mi hija Rin Kagene – levanto su barbilla con orgullo – princesa y futura emperatriz de toda Francia
.
~Hace horas~
– ¡MUERTO! – Grito con indignación Leon mientras se levantaba de su trono de madera de caoba y terciopelo rojo – ¡¿CÓMO QUE MUERTO?! ¡YA ES EL DOCEAVO!
– Su majestad cálmese o tendrá otro ataque de cólera – dijo suavemente una mujer vestida de sirvienta con los ojos azules y la piel marrón con pelos largos de color morado con las puntas celestes con un broche de flor color rosa-cerezo – y no creo que tengamos suficientes jarrones
– Lo se Merli – pellizco el puente de su nariz mientras cerraba los ojos – pero el doceavo detective que contrate estiro la pata
– Mi rey… – su mirada se volvió un poco triste – usted no se enojó demasiado con los otros once
– Es porque ellos no tenían nada en las manos – se cruzó de brazos mientras frunció el ceño – pero Big Al sabia en donde se encontraba Rin y dijo que iba a darme su ubicación a finales de este día
– ¿Y no dejó algo en donde podamos encontrarla? ¿Una carta o una pista quizás? – trato de ser optimista pero fracaso inevitablemente.
– Toda la información que estaba en su casa fueron quemados hasta los cimientos – miro el suelo cubierto por una alfombra roja con ira – el quien tiene a mi hija no quiere que sepamos en donde se encuentra
– ¿No será un secuestro?
– ¡IMPOSIBLE! – grito mientras miraba a la criada con enfado.
–… – la morena permaneció callada y un tanto asustada ante el grito de su rubio rey.
– Si fuera un secuestro habrían pedido un rescate – apretó los puños mientras contenía su enojo – ya han pasado seis años
– Su majestad…
– Sabía que no debía dejarla ir a ese estúpido baile sola
–… No es su culpa mi rey
– Si lo es, debí haber enviado a Oliver con ella
– ¿El niño británico? – pregunto incrédula la peli-morada.
– Que no te engañe su apariencia Merli – dejo salir un suspiro – es mucho más fuerte y rápido de lo que parece
–…
– ¡BIEN YA ESTOY HARTO! – grito con furor mientras salía de la sala del trono junto con su sirvienta que se puso un poco nerviosa.
– Mi rey ¿A dónde va? – trato de seguir el paso veloz del monarca.
– A llamar a uno de mis sirvientes más confiables y darles la orden que jure nunca en mi vida hacer – el rostro del soberano se oscureció mientras le respondía a su criada.
La morena se quedó callada mientras veía el rostro ensombrecido de su regente mientras caminaba. Ellos caminaron por los grandes pasillos del castillo que estaban decorados por las pinturas de los antiguos monarcas de la historia francesa junto con los pedestales de marfil y los jarrones de porcelana que llevan siglos sin un rasguño y también de las alfombras perladas de Baroda y las alfombras Vase que había en el suelo e impedían que los zapatos del rey y su doncella tocaran el suelo de concreto.
La peli-morada no supo cuánto tiempo estuvo caminando ella o su gobernante pero de algo que si sabía era de que el hombre apuesto junto a él se estaba desesperando para encontrar por todos los medios a su hija mayor.
Ella no llevaba mucho tiempo trabajando en la alcazaba pero si lo suficiente para conocer a Rin por unos pocos meses antes de que esta desapareciera sin dejar rastro. La princesa rubia era alguien digna de confianza hasta el punto en que uno puede confiarle su propia vida.
Rin Kagene es la princesa más querida y respetada de todo el país. Y aunque ella misma lo niegue, fue reconocida por muchos hombres como la más hermosa de todo el reino frances. Con su corto y suave cabello dorado que pareciera haber sido bendecido por el más bello rayo del sol y sus iris azules que parecieron haber captado el tono del gran océano en un día soleado, en sus ojos se le puede ver la inocencia y la honestidad que ahí en ellos. Y una sonrisa que siempre está en su lindo rostro que hace dejar las preocupaciones de uno a un lado y ver lo positivo de las cosas.
Cuando ella trabajo en el palacio por primera vez se había preparado para el peor trato posible. Por los chismes de las personas siempre creyó que la gente de la clase alta trata a la gente de clase media o baja como la peor de la basura. Pero cuando se encontró con la princesa se equivocó por completo y entablo una amistad con ella. De hecho la futura monarca tiene una estrecha amistad con toda su servidumbre y también se preocupa por sus ciudadanos.
Pero cuando escucho de su desaparición la angustia la invadió. No solo ella, todo el país se inquietó pero sobre todo se enfureció por la desaparición de la hermosa chica. Todo ciudadano la continúa buscando a pesar de que hayan pasado años. Ella también quiere ayudar pero tiene que evitar que Leon tenga uno de sus ataques de furia y evite que rompa los jarrones de porcelana antigua que quedan.
Cuando el rubio se detuvo frente a una puerta de madera y la abrió vio a dos sirvientas idénticas sobre una de las dos camas que había en la habitación. De cabellos naranjas y ojos verdes. Una de ellas tenía el pelo más largo que la otra.
– Anon, Kanon
– Su majestad – ambas lo llamaron y se arrodillaron frente a su gobernante – ¿Qué necesita nuestro rey? – dijeron al unísono mientras continuaban arrodillándose.
– Ustedes dos tienen contactos con el bajo mundo ¿No?
– Si… su majestad – sudaron un poco.
– Quiero que me traigan a Hantā el mercenario
La peli-morada como las gemelas se quedaron sin aliento ante la orden de su soberano de pelo amarillo. El realmente debe estar exasperado si mando a llamar a Hantā.
– Lo quiero en el castillo antes de que se acabe el día – dijo mientras sacaba de uno de sus bolsillos un sobre con el emblema real y se los acercaba a las peli-naranjas.
Cuando Anon y Kanon vieron la determinación de su Rey no hicieron objeción. Agarraron la carta y salieron de la recamara para perderse de vista cuando cruzaron la esquina de uno de los pasillos.
Merli no creyó que Leon Kagene sería capaz de contratar al Hantā. No después de lo que sucedió hace varios años. Pero recordó las palabras del monarca y sabía que en los momentos desesperados se necesitan medidas desesperadas.
.
Las gemelas de cabello naranja iban cubiertas por una capa con capucha. La de Anon era blanca mientras que la de Kanon era gris oscuro. Ambas estaban en los barrios más pobres y descuidados en donde la gente que no tiene trabajo ahoga sus problemas en alcohol de las tabernas que ahí en esos lugares.
Cuesta creer que en las cantinas que ahí en esas zonas sirvan vino y cerveza que no te mata u ocasiona asco con solo el primer sorbo.
Las chicas se mantuvieron juntas mientras trataban de ignorar a los vagabundos en el suelo con botellas de vino medio vacías en las manos y otros estaban tirados en el suelo durmiendo. O eso es lo que querían creer, no estaban seguras y no tenían el tiempo para averiguarlo.
Escucharon gritos y vieron a un tipo salir volando de una ventana y supieron que habían encontrado su destino. Ignoraron al pobre tipo que se desangraba y encajaba los pequeños trozos de cristal mientras entraban con mucha cautela hacia el bar.
El hedor del alcohol y tabaco llenaron sus fosas nasales. Arrugaron la cara en disgusto mientras entraban a esa taberna de mala muerte. Ellas odiaban ir a ese tipo de sitios. Aunque conozcan a gente peligrosa como buena en esa clase de cantinas no significa que les agraden (solo los buenos). La mayoría de ellos los odian, pero si Leon les manda ir a esos lugares no tienen más opción que obedecerle.
Esquivaron a una persona que empujo a otra y empezaron a golpearse sin sentido en el suelo y otros tres se le unieron mientras que al resto no les importo. Aunque les dio repulsión la conducta poco educada de esa gente solo optaron por ignorarlos como si no estuvieran ahí. Ellos se acercaron al cantinero que se encontraba limpiando una jarra de cristal mientras fingía que los hombres que estaban en el suelo no intentaban matarse.
Ellas se sentaron en uno de los asientos y llamando la atención del cantinero de cabellos negros y ojos rojos y haciendo que deje de limpiar la jarra.
– Bonjour, Anon y Kanon hace tiempo que no las veo ¿Qué les sirvo?
– Nada, pero gracias de todas maneras Mikuo, buscamos a alguien –dijo Anon de manera tranquila.
– ¿Quién sería ese alguien chicas? – El tabernero empezó a limpiar otra jarra – aquí viene mucha gente de muchas clases ¿Saben?
– No se trata de alguien común, se trata de… – se acercó al cantinero – Hantā… el mercenario
CRASH
El peli-negro dejo caer en el suelo la jarra de cristal que estaba limpiando. Sabía que eso iba a pasar. Todos en la cantina se quedaron quietos mientras dirigían sus miradas hacia donde ellas estaban. Incluso las cinco personas que parecían estar dispuestas a pelear hasta el final se quedaron como estatuas.
No se sorprendieron en lo absoluto.
Hantā es conocido por todos lados como el mesnadero más peligroso y traicionero que puede haber en toda Francia. Como su nombre lo dice, él es un gran cazador y un estupendo rastreador. No hay cosa o persona que él no pueda encontrar y robar.
Normalmente recibe los trabajos de asesinar a alguien que uno considere un estorbo a cambio de una fuerte suma de dinero. Con los años se volvió un asesino experto y cruel. Cuando la persona que lo contrato no le deja hacer bien su trabajo o simplemente ya se cansó de obedecerlo, el acaba con la molestia. Es uno de los pocos que se atreven a morderle la mano que le da de comer.
Mikuo miro seriamente a las chicas encapuchadas.
– Ustedes dos saben con quien se están metiendo ¿Verdad? – Se acercó hacia ellas mientras ignoraba las miradas de los clientes – algo que odia este tipo más que nada es que lo molesten – estrecho los ojos – aún más si no tienen con qué pagar su trabajo
Kanon se acercó al oído del tabernero que parecía preocupado.
– Es orden directa de su majestad Leon Kagene – quiso asegurarse de que solo el peli-negro lo escuchara y Anon miro que los ojos de este se ensancharon – ¿Dónde lo encontramos?
Señalo una puerta que estaba subiendo unas escaleras hacia el segundo piso.
– Tienen suerte de que el este de paso por aquí – su rostro se oscureció – pero tengan cuidado, su anterior cliente no le pago y esta de malas
Ambas peli-naranjas tragaron duro mientras se levantaban del asiento y se dirigían hacia dicha puerta que señalo el tabernero. No le gustaban las miradas que esos hombres les estaban dando. Claramente decían "la funeraria tendrá dos nuevos clientes" en toda la cara.
Tock tock
– Adelante
Dudaron por un momento antes de girar la perilla y abrir la puerta de madera que tenía varios rayones hechos por objetos filosos. Todo el cuarto estaba oscuro. La única luz que había era la del sol que entraba en por una pequeña ventana. Pero la poca iluminación que había se podía ver una figura masculina con una cabellera rubia y ojos azules que estaba sentado en una silla de roble mientras sostenía una copa de vino en su mano izquierda y detrás de dicha silla estaba un bolso y supusieron que estaba sus instrumentos de caza y búsqueda.
Pudieron ver en el suelo de madera desgastado unas gotas de sangre. Por instinto retrocedieron un poco ya que según dijo Mikuo, no le pagaron por sus servicios. Y si no mal recordaban, el quien no le pague tras haber cumplido su cometido le costara la cabeza.
– ¿Qué es lo que quieren de mí?
– Bueno… – Kanon intento hablar pero el pánico la invadió ya que es la primera vez que esta tan cerca de un mercenario y asesino de fama muy alta.
– Les advierto que no estoy de humor para estupideces de niñas como ustedes – entrecerró los ojos – si están aquí para hacerme perder el tiempo mejor lárguense antes de que suceda una tragedia
– Yo…
– El rey pidió por tus servicios
La sala quedo en silencio tras las palabras de Anon. Tanto ella como su hermana sabían que el mesnadero no esperaba que diera sus servicios al monarca del país. Después del desastre que hubo hace unos años el rey como el mercenario que tiene enfrente se hicieron enemigos a muerte. Vio que sus ojos se ampliaron antes de hacer una sonrisa socarrona.
– Así que su majestad se doblega ante su enemigo jurado – se rio suavemente – y yo que creía que tenía demasiado orgullo para eso
– No te burles de nuestro monarca Len Kagamine
La risa del rubio se detuvo en cuanto escucho su nombre. No muchos sabían cómo se llamaba y los que lo hacían se aseguraba de que estuvieran bajo tierra. Le fulmino con la mirada a la peli-naranja de la capucha blanca mientras que esta permanecía impasible ante su mueca de enfado. La chica que le llamo con su verdadero nombre saco una carta y se la extendió. Se la arrebato y vio el escudo real en la cera que se usó para sellar el sobre.
Rompió el sello y saco una hoja en blanco que estaba dentro del sobre y leyó su contenido.
.
Carta
Ven al castillo y te daré las instrucciones.
Fin de la carta
.
Enarco una ceja al leer el poco contenido que había. Aunque fueran escasas las palabras que el rey escribió, sabía que tenía que ser algo muy serio si se rebajaba al punto en que necesitaba su ayuda. Miro a las chicas que tenían cubiertos sus cuerpos completamente esperando su respuesta. Dejando salir un suspiro dejo caer en el suelo el mensaje, fue por el equipaje que estaba detrás de él y saco una capa con capucha como la suya, solo que era negra y acomodo el bolso sobre su hombro derecho.
Frunció el ceño a las sirvientas del gobernante.
– ¿Qué esperan para llevarme con su soberano?
.
~Actualidad~
– ¿Quieres que busque a tu mocosa? – el rubio enarco una ceja ante las palabras de Leon.
– Cuida tu lenguaje inmundicia – apretó el cetro que tenía en las manos para evitar llamar a los guardias.
– ¿No sería mejor contratar a un detective profesional?
– Créeme que ya lo hice – sus ojos se oscurecieron – pero todos y cada uno de ellos fueron asesinados
– Recuerdo, he escuchado de esos homicidios – cerro los ojos mientras sonrió un poco.
– El ultimo detective sabia la ubicación de Rin pero el asesino acabo con él antes de que me dijera en donde estaba y la información que tenía la quemo
– Eso si es tener mala suerte, Leon
– Y ya que tú eres un buen rastreador y sabes cómo usar armas blancas y de fuego, sin olvidar también el combate mano a mano he decidido recurrir a ti
– ¿Y que gano yo a cambio?
– Perdonare el caos que ocasionaste tiempo atrás y dejaras de ser el más buscado del país por eso, más seis veces tu peso completo en oro
– Que sean nueve – se cruzó de brazos.
– Ocho
– Nueve y medio
– Siete y otro en diamantes
Len lo medito un poco mientras se frotaba la barbilla. Siete veces su peso en oro y uno de diamantes era tentador. Pero no tanto como en nueve. Después de todo el no pesa demasiado pero si lo suficiente para que uno se queje un poco cuando lo cargan. Además si Leon olvida el desastre que hizo por fin podría caminar por las calles de su país sin ser perseguido, al menos por ese acontecimiento.
– Hecho
.
En un cuarto oscuro que apenas era iluminado por una pequeña vela que podría apagarse en cualquier momento había una jaula gigante que acaparaba casi toda la habitación. Dentro de esa jaula estaba una cama matrimonial y sobre esta estaban dos figuras desnudas y la persona que tenía el dominio se movía frenéticamente contra la otra casi sin importarle en romperla si esta en busca de saciar sus propios placeres.
Dejo salir un gemido gutural e inclinaba la cabeza hacia atrás mientras dejaba salir su semen caliente dentro de la silueta que tenía debajo. La persona que estaba acostada en la cama ahogo un sollozo mientras sentía sus paredes exprimir el miembro del tipo que tenía encima y ser inundadas por ese líquido tan familiar.
Cuando esa figura se aseguró de haber dejado salir hasta lo último de su cálida semilla tomo unas cuantas respiraciones y acaricio la sudorosa pero suave mejilla de su acompañante mientras trataba de recuperar el aliento. Su mano hizo un camino de su mejilla hasta descender por el cuello y pasar entre los pechos de su compañera y detenerse sobre el vientre de gran tamaño y acariciarlo.
– Tienes que alimentarte bien – dijo el tipo con una voz suave mientras sonreía – quieres que crezca saludable ¿No?
Cuando vio la aprobación silenciosa de su acompañante, salió de su cálido y húmedo interior y busco su ropa de tela fina que estaba esparcida por el suelo de la jaula para después salir de la trena y cerrarla con llave y apagar lo que quedaba de la vela dejando que la oscuridad dominara el cuarto e irse de aquella sombría habitación dejando a esa persona en la cama sola.
Primero que nada, lo siento por eso ultimo, pero advertí que habría Lime más nunca dije que seria de nuestros rubios favoritos (por desgracia). Y posiblemente ya se estén imaginando a quien es la persona en la cama en esa oscura recamara, pero solo les diré que no se adelanten mucho a los hechos. Esta historia no tendrá Oc, de eso me voy a asegurar, por cierto creo que es la primera vez que hago aparecer a Anon y Kanon y a Merli. Y creo que es la segunda vez que hago aparecer a Mikuo Zatsune. Pensaba poner a Mikuo Hatsune, pero como que no le quedaba mucho al peli-turquesa estando en esos lugares algo lúgubres.
Aparte a aquellos que no conocen a Merli, ella es una vocaloid y quedo confirmado que es la hermana de Aoki Lapis. También se le conoce como una Tsundere, y no se sabe si las joyas que tiene están aderidas a su cabeza.
Dejando eso de lado, espero les haya gustado este fic.
