Notas de Autora:

Bueno... He empezado a ver Sonic Boom con mi novia y...

...

¿He dicho que no tengo idea realmente de Sonic? Sólo me se los personajes principales de Sonic X y Sonic Boom... Jajaja... ja...

Bueno, pues como no se de Sonic, muchas cosas me las invento... Lo siento.

En fin, disfrutad.


La lluvia caía con fuerza un lunes por la Tarde, repiqueteando en las ventanas de las pequeñas celdas que formaban una enorme mazmorra, propiedad del Doctor Robotnik. Ahí es donde el hombre aseguraba a sus experimentos "inmaduros". Su proyecto actual, no tenía que ver con la robótica como de costumbre. Esta vez había encontrado una forma de combinar ADN animal y humano creando así una especie de híbridos. Los primeros, por supuesto, fueron un completo desastre. Eso fue hasta que creó a su primer híbrido perfecto. Una combinación con un erizo azul al que le aplicó el gen de la velocidad. Cuando el "ser" nació, lo llamó orgullosamente Sonic.
A día de hoy, nadie sabe muy bien como, el híbrido había acabado poniéndose en contra de su mismísimo creador, y por eso mismo el Doctor sigue creando Híbridos para combatir contra él, y defender sus inofensivos experimentos. Al menos esa es la historia que les han contado.
La creación de Híbridos había sido perfeccionada, por eso mismo las mazmorras estaban a rebosar de estos. Cuando un Híbrido cumplía los quince años el Doctor Robotnik le ofrecía la posibilidad de hacer una prueba que demostrase su valía en el ejército que usaría para luchar contra su enemigo. Nadie estaba muy seguro de lo que pasaba si no pasabas la prueba, porque nadie nunca había vuelto de ella, pero la mayoría de habitantes de las Mazmorras teorizaban que si no lo conseguías, el Doctor simplemente te dejaba marcharte al no serle útil para nada.

Sin embargo... Todas estas historias le eran indiferentes a Miles Prower. Un niño combinado con zorro, de cabellos rubios, que siempre estaba ocupado con una enorme sonrisa en el rostro. Sólo tenía un día para acabar de detallar el robot que estaba fabricando desde hace bastante tiempo. Era el invento que planeaba enseñarle al Doctor para que le dejase formar parte de sus filas. Su sueño era ignorar las burlas de sus compañeros, y demostrarles lo que valía. ¡No todo tenía que ser luchar bien y correr rápido! Estaba seguro de que su invento sorprendería al Doctor tanto, que incluso le ascendería a un rango alto. Todos se iban a tragar sus palabras.
Miles no era un chico... Muy fuerte, que digamos. Desde muy pequeños, todos habían supuesto que por su constitución delgaducha y débil, ese niño no podría pasar las pruebas ni de broma. Además, estaba el hecho de que su creación había tenido algunos problemas... Todos se reían porque en vez de una cola tenía dos, y también por todas esas pecas que ocupaban sus mejillas, aunque la mayoría del tiempo estas estaban cubiertas de polvo. Puede que eso lo hubiese deprimido algún tiempo, pero no iba a dejar que nada le impidiese seguir los pasos de otros grandes Híbridos que fueron antes que él. Definitivamente iba a ser la persona que acabase con Sonic.
Se limpió el sudor de la frente, y de paso se apartó algunos mechones rubios que le impedían ver con claridad. Fue entonces cuando un robot sirviente del Doctor llamó su atención.
- Números... 320, 321 y 322. Es el día.
Tres chicos mucho más grandes que él salieron por la puerta. Todos los miraban, mientras les gritaban deseos de ánimo y alguna que otra burla. Uno de ellos, se volvió a Miles con una sonrisa.
- ¡Nos veremos pronto! -Asintió, mientras se volvía hacia los robots. El niño de ojos azules observó con emoción como se cerraba la puerta hasta el día siguiente. Él era el 323.

A la hora del almuerzo, mientras detallaba su mando, Miles sobreoyó con sus orejas de zorro, una conversación entre un pequeño grupo de chicas un año menor que él.
- Me pregunto si serán cierto los rumores... -Suspiró una, soñadora.
- Bueno, dicen que Sonic siempre está buscando miembros que estén dispuestos a unirse a él. -Asintió otra con fuerza. -Y siempre viene sobre esta época del año.
- Aaah... Ojalá me elija a mí. Yo quiero que Sonic me rescate... -Murmuró la tercera, poniéndose las manos en las mejillas.
El rubio hizo una mueca, volviendo a lo suyo. No podía creerse que a esas chicas les gustase tanto el enemigo del que el pobre Doctor Robotnik se defendía... ¿Es que se habían vuelto locas? ¡Sonic era un delincuente! Ya podía imaginarlo, con dientes enormes y una sonrisa malvada. ¡Ah! ¡Y cicatrices por todo el cuerpo! ¡Y sería enooorme!
- Que miedo... -Se le escapó en un susurro, mientras negaba con fuerza intentando alejar esos pensamientos de su cabeza.
El rumor de que Sonic atacaría pronto, comenzó a extenderse por toda la mazmorra, y la verdad es que había opiniones muy diversas. Algunos amenazaban con acabar con la vida de "ese canalla", otros como las chicas de antes, se sentían emocionados por la visita del primer Híbrido del Doctor. Y... Luego estaba Miles. Él único de todo el lugar que rezaba a los cielos por que no se le ocurriese a ese tipo venir mañana. ¡Era el día que había estado esperando por años! A lo mejor podía venir otro día... ¿Verdad? Uno en el que no dependa su futuro de un hilo.
Con este pensamiento, y deseando buenas noches a su querido robot, Tails se durmió mirando hacia la ventana. Todavía llovía afuera...

Eran las seis de la mañana cuando el niño se despertó de un salto. Con una enorme sonrisa hizo las últimas comprobaciones a su robot, mientras una niña pequeña, la ocupante de la celda del al lado, lo miraba con curiosidad.
- Nunca te lo he preguntado... ¿Qué es lo que hace tu robot, Miles? -La chica rubia, se frotó un ojo. Como respuesta, él simplemente le dio a un botón de su mando con una enorme sonrisa.
- Pues... Esto.
El pequeño robot que parecía una caja metálica, se levantó sobre sus patas y disparó un láser rojo entre las barras de la celda, que chocó contra la pared más cercana, haciendo un enorme agujero. La Híbrida de conejo sonrió ampliamente, mientras daba un par de saltitos.
- ¡Cómo mola! El Doctor definitivamente te dejará entrar en su equipo.
- ¿Eh? ¿De verdad lo crees? -Miles sonrió, alagado, mientras se pasaba una mano por la nuca. -Muchas gracias por todo, Cream. ¿Crees que estarás bien aquí? Y... ¿Crees que conseguirás venir tu también?
La niña asintió con fuerza.
- ¡Tengo diez años! Aún tengo mucho tiempo para pensar en eso. -Empezó a reír ella, abrazando su peluche celeste. -Pero Miles va a derrotar a Sonic, ¿verdad? Entonces no tengo de qué preocuparme...
- Aún así...
- ¡Además tengo mis recursos! -Le sacó la lengua, y luego señaló hacia afuera tímidamente. -Te están llamando...
Con la conversación, el rubio no se dio cuenta de que el robot que llamaba a los aspirantes a la prueba ya estaba ahí, y sus dos compañeros ya habían salido.
- ¡Ah!
Agarró su robot y el mando torpemente, ante las risas inocentes de su amiga, que lo miraba con cariño.
- Buena suerte, Miles.
- Gracias, Cream. Nos veremos pronto. -Sonrió ampliamente el niño, empezando a correr hacía la puerta.
Había llegado el momento. Era ahora o nunca.

- Doctor Robotnik... Eh... Señor...
- Ahora no, estoy ocupado. -El Doctor hizo un gesto con la mano para que el robot se marchase de ahí. Quería hacer las pruebas rápido y marcharse a la cama. Ayer no la había pasado ninguno de esos tres inútiles, y estaba que echaba humo.
- P-Pero es importante...
- Uugggh... ¿Qué demonios quieres, trasto de hojalata?
El robot que parecía nervioso, le mostró una pantalla, en la que se podía ver una estela azul en la entrada de su guarida. El Doctor frunció el ceño con rabia, mientras le pegaba una patada a un cubo de basura.
- ¡MALDITA SEA! ¿POR QUÉ NO LO HAS DICHO ANTES? ¡ATRAPADLO!
- ¡E-En seguida!
El Doctor empezó a rechinar los dientes. Sonic tenía que caer.

Oh, mierda.
Primero pierde al robot que guiaba a sus compañeros y a él hacia el despacho del Doctor (todo por distraerse con un cuadro), y ahora se había perdido en la mansión. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Siempre podía preguntarle a un robot... ¡Pero eso afectaría su nota! ¡Haría ver que no tenía sentido de la orientación ninguno!
Mientras caminaba, mirando hacia todas partes se percató de un chico alto que miraba en una de las puertas. Tenía el pelo azul, y la piel morena... ¡Ah! ¡Debía ser otro aspirante a la prueba!
- ¡Oye! -El chico lo miró con esos ojos verdes, como si lo hubiese asustado de muerte. -¿Tu también te has perdido? Ah... Pero no llevas el uniforme de las mazmorras...
Miles se miró los trapos que llevaba como ropa, y lo comparó con lo moderno que se veía ese chico. Tenía una camiseta blanca, por encima una chaqueta sin mangas y con capucha de color azul como su pelo. Se veía bastante guay. El otro aspirante ahora le miraba de forma confusa.
- ...¿Eh...?
- ¡Ah! ¡Ya se! ¡Has aprobado! -Miles dio un par de saltitos con una enorme sonrisa. -¡Felicidades! ¿El Doctor te ha dado esta ropa? ¡Es muy chula!
- ... Uh... C-Claro... -El chico de cabellos azules se pasó una mano por la nuca. -¿Eso es un robot?
- ¡Um! ¡Sí! ¡Un robot asesino! Ya sabes, para acabar con Sonic.
- Uy a ver... ¿Me dejas verlo?
Miles asintió con fuerza, mientras le daba su creación al tipo alto que se veía bastante simpático.
- Puede disparar lásers, y lo he llamado... ¡EH!
Antes de poder decir nada más, el tipo tiró el robot al suelo y empezó a pisotearlo, destrozándolo por completo. Miles observó con horror como todo su trabajo de casi un año se vio reducido a engranajes y chatarra.
- Ale. Uno menos. -Comentó el chico de pelo azul, sonriendo de lado.
- M-mi Robot... -Miles hizo un pucherito, mientras empezaba a notar las lágrimas amenazando con escapar de sus ojos.
- No te lo tomes como algo personal esto eh... Bueno, no se tu nombre. Pero es que no podía dejar que me atacases.
Entonces, algo hizo clic en el cerebro del pequeño rubio que pasó de un estado de depresión, a horror absoluto, fijándose en el rostro sonriente del tipo de cabellos azules.
- ...Sonic... -Murmuró, abriendo mucho los ojos.
- Oh-Oh...
Lo siguiente que supo Miles, es que acabó en el suelo con el niño de pelo azul encima. Por un momento pensó que lo estaba atacando, pero luego se dio cuenta de que simplemente lo había ayudado a esquivar el disparo de un robot.
- Vale, hora de salir de aquí. -Declaró Sonic agarrando a Miles por las piernas y la espalda, y antes de que se pudiese quejar lo interrumpió con una sonrisa divertida. -Dime, ¿Alguna vez has corrido a la velocidad de la luz?
- ¡E-Espera! -Empezó el rubio, pero fue demasiado lento.

Cuando quiso saberlo, se encontraba en una habitación enana que no había visto en su vida, y que guardaba escobas y demás trastos de limpieza. Despegó para decir algo, pero Sonic retiró la mano de debajo de sus rodillas, para taparle la boca. Miles entrecerró los ojos con rabia, mientras le pegaba un mordisco en la mano, y el chico dio un salto, mientras se quejaba en silencio.
- ¿De qué vas, Tails? Encima de que voy a sacarte de este sitio.
- En primer lugar, no me llamo Tails.
- En primer lugar, no se tu nombre y tienes dos colas de... Lo que sea eso, por lo que encuentro apropiado llamarte Tails.
- De Zorro. -El rubio infló las mejillas, ofendido.
- Lo que sea.
- Y no quiero salir de aquí. Quiero hacer las pruebas y unirme a Robotnik.
- Nah, créeme quieres salir de aquí. No quieres zombificarte.
- Zombifi... ¿Qué?
No pudieron seguir esa discusión a susurros, porque los gritos del Doctor invadieron todo el pasillo. Sonic se puso se tenso, y volvió a cubrirle la boca en caso de que a Miles se le ocurriese gritar por ayuda o algo así, pero el chico estaba demasiado asustado como para articular palabra.
- Volveré a por ti, pero sígueme el juego y di que te había atrapado aquí. -Murmuró el chico, cerca de su oído. Miles entrecerró los ojos, confuso, pero no pudo reaccionar a tiempo porque Sonic lo lanzó fuera del armario, haciéndole caer de boca.
- Ouch...
- ¡Señor! ¡Aquí hay alguien!
El rubio levantó la mirada, para ver a un tipo realmente... Gordo. No se esperaba que su creador fuese... Bueno, "así". Es como si su visión de Sonic y de Robotnik se hubiesen intercambiado por completo.
- Es de los nuestros, Señor. Experimento 323.
El Doctor se acercó lentamente, y lo agarró por un brazo levantándolo sin dificultad alguna.
- ¿Qué hacías ahí? -Preguntó con rabia en su voz. Y Miles no había estado tan asustado en su vida.
¿Qué se suponía que debía hacer ahora...? ¿Hacerle caso a Sonic? ¿Responder la verdad? Ah... Todo era tan difícil, y tan estresante que...
- Yo... S-Sonic... Me atrapó en ese armario y... -Tartamudeó Miles. El Doctor no parecía satisfecho con la respuesta, pero se alejó un poco.
- Vienes por las pruebas, ¿verdad? -El hombre soltó un bufido. -Dime, ¿Crees que tienes alguna posibilidad contra Sonic?
Teniendo en cuenta que en los últimos cinco minutos, el tipo lo había agarrado en brazos y arrastrado por la mansión a su antojo, la respuesta era clara.
- ...N-no, Señor...
- Entiendo... -Miles se mordió el labio inferior. -Entonces no eres más que un inútil...
- ¡Pero! ¡Por favor no me eche! ¡Déjeme otra oportunidad para...!
- ¿Echarte? -Robotnik sacó una pistola de lasers de su chaqueta, mientras soltaba un bufido. -¿Crees que te voy a dejar en la calle? Probablemente acabes del bando de ese erizo... Y no puedo permitirme tener más enemigos. Aunque sean unos inútiles como tú.
Miles no se veía con fuerzas ni siquiera para escapar. Le estaba apuntando con una pistola a la cabeza. Iba a morir, hiciese lo que hiciese. Podía notar sus piernas temblar agresivamente, y su cuerpo parecía no responderle en absoluto.
- Si algo me es inútil... Lo destruyo.
El rubio cerró con fuerza los ojos, en cuanto vio como el Doctor apretaba el gatillo con una mirada indiferente, y esperó a su triste final. Notó una presión en la espalda, pero nada en la frente donde se supone que apuntaba el Doctor. Pasaban los segundos, y estaba bastante seguro de que ya ni siquiera estaba en el suelo. ¿Entonces...?
Abrió un ojo lentamente, para encontrar el rostro de antes, que lo miraba divertido.
- Anda, sigues vivo. Justo a tiempo, ¿eh? -Declaró el tipo de cabellos azules, sin dejar de correr. -En fin... ¿Sigues queriendo quedarte? Puedo dejarte aquí si quieres...
Sonic se paró en seco, y pudo escuchar los gritos de Robotnik en la distancia. Miles sintió su rostro palidecer.
- ¡NO! -Miles se aferró a la camiseta del chico, cerrando con fuerza los ojos. -¡Vamos, vamos, vamos!
- A tus órdenes, Tails.
Y volvió a salir corriendo.

Sonic no había conseguido encontrar los Robots que había venido a buscar... Pero se había llevado algo mejor. Alguien que sabía como hacerlos.