Estamos en el 2012, Sawyer, Hurley y Sayid comparten apartamento

DISCLAIMER: Ninguno de los caracteres, situaciones, y episodios son míos o me pertenecen. Tampoco lo son los SPOILERS, teorías y pequeñas referencias históricas. Sólo escribo para disfrutar.

Rated: T.

Nota autora: Los personajes son de Lost, pero las edades y situaciones han sido cambiadas. Cualquier parecido con otras series, novelas o historias es pura coincidencia.

Summary: Shannon empieza una nueva vida. Su tercera vida.

CAPÍTULO 1

De hecho había empezado su nueva vida tres años antes del accidente, justo a punto de cumplir los dieciocho. Ahora quería empezar otra, seria su tercera vida, y creía que había encontrado al hombre ideal. Se había enamorado completamente de Sayid, y pensaba que él también de ella, pero pronto descubriría la verdad.

La luz se apagó de golpe, sus párpados sólo apreciaban un tenue brillo, y su consciencia parecía flotar fuera de su cuerpo. Algo o alguien la sujetaba fuerte, era Sayid, le oía gemir, no lloraba, sólo gemía, pero...por qué no corría?. Por qué la mantenía sobre aquel suelo húmedo que le helaba las piernas desnudas. Sentía frío, cada vez más, y al poco rato notó aquella humedad bajo todo su cuerpo. Voces, gritos, golpes, pero ella seguía ahí, quieta, inmóvil, no entendía por qué ya no la acariciaba ni la sujetaba entre sus brazos. Se suponía que la amaba, quizás sólo lo había dicho para volver. No,no y no, nunca se dice " te amo" por decir, podía haber dicho, "estaré contigo" o "volvamos y hablaremos", o " te quiero", que implicaba menos que decir "te amo". Aunque se hubiera conformado simplemente con "yo creo en ti", eso le hubiera bastado, no necesitaba más. Porque para Shannon, de sólo veinte años, decir "te amo" tenía relación con el amor. Ahora todo estaba gélido y oscuro, ahora que él no le decía nada ni la tocaba pensó que quizás quería volver a la cama con ella, sólo quería hacer el amor, tener sexo, era así como se sentía, una muñeca de nuevo.

Necesitaba llorar pero no le salía ni una sola lágrima, y ese sensación en el estómago, primero un golpe, un pinchazo, calor y dolor dolor y dolor. Luego el dolor se fue, y quedó un vacío.

Aún sentía su cuerpo, oía y podía percibir como las gotas de lluvia caían sobre sus ropas y su piel provocando que el vacío de su estómago se convirtiera en algo pegajoso. Hubiera querido tocar aquella sensación en el centro de su cuerpo pero no le respondían los miembros. Cuando dejó de llover empezó otro martirio, los insectos, los odiaba aunque ahora no podía hacer nada por quitárselos de encima, se estaban uniendo a su piel en rebaños. Podía sentir las cosquillas de las hormigas que subían por sus piernas desde los tobillos y se metían rapidísimo entre su falda y su ropa interior.

- Que asco Dios Mío!. Sayid ayúdame, dónde estas? Por favor, por favor...no me oyes?.

De pronto una mano cálida y húmeda se poso en su rostro y bajó hasta su cuello, pero no era la de Sayid, era una mano suave y pequeña. Las de él eran más grandes y ásperas. Quién la tocaba?. La recogería?. No, no sabía quién la tocaba, pero tampoco la recogió, la dejó ahí, tirada. Seguramente nadie vio la lágrima que resbalaba por su mejilla.

Mucho rato después, no podría decir si eran horas o minutos, sintió a Sayid pone la mano detrás de su nuca y levantarla. Le oyó respirar, colocarla bien, por suerte se comportó y no la llevó como un saco de patatas, la cogió como a una esposa en la noche de bodas, pero esta vez la boda había sido con la muerte. Shannon quería gritarle, "llévame con Jack, estoy viva", pero ninguna palabra salía de su boca, él no la miraba y ella tampoco lo veía bien, aunque consiguió separar los párpados levemente y vislumbrar el hombro y la barba de Sayid, vio que mantenía la cabeza apartada de ella. "No soy una apestada, mírame por favor, mírame".

Y la separó, mostró su estómago a alguien, sí era Jack, él la ayudaría, pero de golpe la apretó contra sí y notó la sien de él contra la suya. "Sayid, por qué me haces esto?. Mírame, ahora te doy asco. Por favor Sayid".

Pero el siguió su camino y volvió a apartar su cabeza de ella.

Caminaba pesadamente, medían lo mismo y ella, aunque era una joven con un hermoso cuerpo no estaba esquelética como algunas modelos, era delgadita pero muy alta, quizás hasta un poco más que él, era lógico que a Sayid le costara transportarla.

"A dónde me llevas?". Shannon no podía parar de gritar, de hablar al hombre que pesadamente cargaba con ella como si su cuerpo fuera cada vez más y más pesado. Le oía jadear, emitir algún que otro lamento, pero eran quejidos de dolor, no de dolor emocional, sino de dolor físico, provocado por un peso muerto, o casi.

Las cuevas estaban vacías, ni se oían voces ni pasos, sólo el agua caer de su fuente natural, a la que tantas veces había acudido para rellenar botellas de agua con él, a veces ella le había dado pequeñas sorpresas y le traía el agua con todo el amor del mundo.

Esta vez no la dejó tan suavemente. Sintió dolor en su espalda al conectar con la camilla. Al menos no había bichos, a pesar de todo, alguna hormiga seguía recorriendo sus muslos.

Cómo era posible que no viera que ella respiraba, que sentía y que algunas lágrimas apuntaban en el borde exterior de sus ojos. Shannon no entendía nada, sólo notaba su presencia, parecía que él la estaba mirando, posiblemente se había sentado como hizo ella cuando murió Boone, a diferencia que ella lloraba y Sayid no, únicamente le clavaba los ojos tan intensamente que Shannon podía sentirlo casi atravesarle la piel.

Ni una caricia, ni un lamento, ni tan siquiera una plegaria aunque fuera musulmán. "Será que no soy tan buena en la cama", pensó Shannon,"Pero como puedo pensar estas cosas, es una barbaridad, aunque...si me quisiera como dijo...espera...a dónde vas?. Vuelve. No me dejes aquí Sayid."

Oyó sus pisadas alejarse, y en algún momento el eco se desvaneció. Ahora estaba de nuevo sola.