0. PRÓLOGO
Los Shinigamis son criaturas enviadas por la Muerte para recolectar las almas de los seres humanos a los que les ha llegado la hora de abandonar este mundo. Estas criaturas poseen cada una un cuaderno, llamado Lista Negra en sus oficinas, donde muestran específicamente quién morirá, cuando, cómo y qué Shinigami se encargará de decidir si sigue vivo o si muere según su Linterna Cinemática, una sucesión de tiras cinematográficas que salen de su cuerpo que muestran su vida. Si debe morir, el Shinigami hace uso de su Guadaña de la Muerte y cercena el alma con su Linterna Cinemática y coloca el sello de "Completo" en la página del individuo.
Este es básicamente el trabajo de un Shinigami: recolectar las almas que la Muerte o Lista Negra les va ordenando antes de que se usen para otros propósitos o se las coma algún demonio. Este trabajo es como castigo por cometer el crimen más inhumano contra la vida: el suicidio. Sí, los Shinigamis fueron en su tiempo seres humanos normales que perdieron el interés o que ya no tenían fuerzas para seguir viviendo y cometieron suicidio. Cuando esto ocurre, despiertan en un mundo lleno de personas con trajes negros, gafas y portando sus Guadañas de la Muerte. Su vista se vuelve borrosa y su iris cambia a un color amarillo verdoso que solo les permite ver la Muerte allá a donde vayan, de ahí las gafas tan características que llevan.
Nadie puede verles, nadie debe verles porque son como la señal de que la Muerte se encuentra cerca como le ocurre hoy a Alan Humphries, un Shinigami bastante callado, que le gusta trabajar por vía libre y que odia que sus compañeros Shinigamis no cumplan las normas preestablecidas, véase el caso de Grell Sutcliff involucrándose con humanos, o el de Ronald Knox ligando con muchachas a la hora de trabajo. Sus dedos bailaban impacientes en su Lista Negra mientras observaba aburrido desde un tejado victoriano sentado cómo dos niños jugaban a la gallinita ciega en un jardín. Intercalaba miradas a los niños, al reloj y a la Lista Negra, donde salía la foto de un niño rubio llamado Henry Smith que debía morir a las 11:52 de la mañana. Ese niño era el que tenía los ojos vendados y jugaba feliz con su hermanito. Miró el reloj. 11:50 de la mañana. Llevaba ahí media hora esperando el momento aburrido, pero prefería estar ahí antes que estar en su oficina oyendo las riñas de William T. Spears a Grell sobre tomarse en serio su trabajo y no como una fiesta de disfraces, y Ronald Knox le había invitado a tomar un café junto con su superior Eric Slingby, un hombre bastante dicharachero que intentaba por todos los medios caerle bien, pero Alan nunca fue de ese tipo de personas: siempre estuvo solo, todos le daban la espalda y cuando estaban delante de él, sonreían, pero luego les oía que le criticaban continuamente. Tras convertirse en Shinigami, aprendió a valerse por sí mismo y a no confiar en nadie. A estar solo siempre. 11:51 de la mañana. Los niños siguen corriendo ajenos a los hechos que van a ocurrir dentro de un minuto escaso. Alan empieza a limpiar su Guadaña de la Muerte, un cuchillo de mango largo japonés para cortar el jardín. Nada más entrar como Shinigami, se le asigna a cada uno una Guadaña de la Muerte propia, que junto la Lista Negra, serán sus herramientas más fieles a la hora de trabajar. Son de lo más variopintas, desde la motosierra de Grell hasta el cortacésped de Ronald, pasando por una verdadera Guadaña que oyó que tenía un tal Undertaker. 11: 52 de la mañana. Alan se levanta y se sacude el polvo del pantalón. Ve a los niños corriendo por el jardín. El rubio aún no ha atrapado al castaño y hace todo esfuerzo por cogerlo. Alan ya puede ver a la Muerte desenvainando su Guadaña detrás del niño.
-La esquina...-murmura el Shinigami al ver al niño correr cerca de la pared de ladrillo.
Como si de una orden fuera, el niño resbaló con un escalón y se clavó el pico en la sien a la vez que la Muerte movía su Guadaña hacia él. El otro niño se fue llorando a llamar a su madre, momento en el que Alan bajó del tejado y se acercó al niño, tendido en un gran charco de sangre sin dar señales de vida, pero ya veía cómo emanaba de su pecho la Linterna Cinemática, solo visible para los Shinigamis. Henry Smith había nacido en Londres el 3 de febrero de 1880 en el seno de una familia de clase baja golpeada por las crisis del siglo XIX. Veía su nacimiento, su vida como único hijo y cuando nació su hermano pequeño, del que se hizo cargo cuando su padre marchó a la India como soldado.
-Henry Smith. Hijo de un militar, Henry J. Smith y un ama de casa, Rose Smith. Hermano mayor de John Smith. Nacimiento: 3 de Febrero de 1880. Muerte: 5 de Abril de 1885. Causa: Golpe en la sien. Comentarios: Nada en especial-escribió en su Lista Negra-. Caso cerrado-y puso el sello de "Completo" en rojo en la foto del niño mientras cortaba la Linterna Cinemática con su Guadaña y la guardaba en el la ficha del niño.
Cuando se fue, solo pudo oír el llanto desgarrador de la madre. Así era el trabajo de un Shinigami. Llevarse a las personas del lado de sus seres queridos, soportar lloros y funerales. Algo que a los Shinigamis no les ocurría. Ellos no podían morir, o eso fue lo que pensó Alan antes de que contrajera aquella enfermedad que le llevó a aparecer en una Lista Negra: en la de su superior, Eric Slingby...
