Cáp.1 "Hospital"
Era una fría y lluviosa madrugada a las afueras de Osaka, la niebla se hacia cada vez mas densa, los rayos se abrían paso fugazmente iluminando el obscuro cielo y los estruendosos relámpagos hacían que no se pudiera oír nada más, incluso pudiendo opacar los desgarradores gritos de una masacre inesperada en lo que antes era un campo de batalla y ahora se encontraba reducido a un conjunto de escombros salpicados de sangre y barro envueltos en llamas.
• No! Por que hiciste eso?! La mataste! Esta muerta! Ella esta muerta! –Gritaba desesperado entre lágrimas-
• No quedaba otra opción, y ahora es tu turno...
• No, por favor! Te lo suplico! –Decía entre lágrimas el niño asustado y mal herido mientras intentaba escapar inútilmente tropezando con todo a su paso, hasta no lograr sostenerse más y cae torpemente al suelo rasgando sus rodillas y parte de su rostro-
• Lo lamento, es mi deber… -Respondió fríamente el mayor mientras se le acercaba paso a paso-
• No! Déjame, por favor! Suéltame! –Grito suplicante al sentir las manos sobre su cuello- No lo hagas, por favor! –Sus lágrimas no dejaban de brotar, nunca creyó que todo acabaría de esa forma- Creí que éramos amigos…
• De veras lo siento Chris, es el destino, Orochi-sama lo desea –Tomo con fuerza la garganta del menor levantándose en el aire-
• Yashi… Ro… -Sujeto con fuerza la muñeca del mayor tratando inútilmente de zafarse, sus ojos se entrecierran y abrió mas la boca buscando desesperadamente un poco de oxigeno, pero ya era demasiado tarde-
• -Poco a poco sintió como la fuerza con la que el menor lo sujetaba disminuye hasta que cesó por completo dejando sus manos tendidas, dejo al chico en el suelo y saco una pistola de su bolsillo- Es mi deber… -Mientras destrababa el seguro pudo distinguir el sonido de las ambulancias y camiones de bomberos a lo lejos- Es el destino -Jala el gatillo-
El peliblanco callo al suelo, pudo verse salpicado con su propia sangre antes de que su visión comenzara a hacerse borrosa y aun oía lo que pasaba a su alrededor. La violenta frenada de las ambulancias, las órdenes de los paramédicos, las ruidosas autobombas apagando el incendio… Hasta que pronto todo se desvaneció y se sintió acogido por la oscuridad.
• Despejen!
• Doctor, no conseguimos respuesta!
• Una vez mas! Despejen! –El choque eléctrico vuelve a impactar-
• Doctor, ya no hay caso! Llegamos demasiado tarde… -Ve con tristeza al pálido joven sobre la Camilla-
• Eso no lo voy a permitir! Despejen! –Insistente lo intenta una vez más-
El monitor comienza a marcar el pulso nuevamente y el joven comenzó a toser irguiéndose sobre la camilla.
• Es un milagro, doctor! –Grito asombrada una de las enfermeras-
• Perfecto, manténgalo en observación –Hace un gesto como para que se lo lleven de la sala-
• Do… Donde estoy? –Pregunto volviendo en si-
• No se preocupe, todo esta bien –Le respondió automáticamente una de las enfermeras-
• Que hago aquí? –Se sienta en la camilla tomándose la cabeza con la mano izquierda, pero una de las enfermeras le interrumpe el gesto tomándolo del brazo para inyectarle suero- Hey!
• Quédese quieto
• Y usted puede decirme que rayos sucede?! No debería de estar aquí! –Intenta hacer un gesto con la otra mano pero nota que la tenia vendada-
• Claro que debe, usted participaba del torneo de lucha anual llamado King of Fighters y sufrió un accidente
• King of Fighters? Un accidente? –No lograba comprender nada de lo que le decía-
• No puedo darle más información al respecto, por ahora tendrá que quedarse aquí en el hospital hasta que se recupere. Dentro de media hora vendrá el doctor a hacerle unos estudios –Se va-
• El pelirrojo molesto se desconecto el suero, se levantó de la camilla y leyó el historial medico que colgaba a los pies de esta- "…, hemorragia, infarto, fractura en mano derecha, amnesia,…" –Leyó esto ultimo casi atónito- [No recordare lo que paso en ese King of… Algo! Pero se muy bien quien soy!] –Queda un minuto con la mente en blanco y luego rápidamente vuelve a leer el historial- "Paciente: Yagami Iori" [Yagami Iori?] –De pronto una discusión del otro lado de la puerta interrumpe sus pensamientos-
• Como que no puedo entrar?! Saben quien soy yo?!
• Pero señor, este no es horario de visitas! El paciente necesita descansar!
• No me importa su horario de visitas! Necesito verlo cuanto antes!
• Pero, señor..!
La discusión se torna más fuerte y la puerta se abre violentamente dejando pasar a un joven, de desordenados cabellos castaños y ojos miel y piel rasgada vestido con un uniforme escolar muy maltratado.
• Ve? Él esta perfecto! –Le reprocho a la enfermera que tiraba inútilmente de su brazo tratando de sacarlo de la habitación-
• -Lo suelta y suspira fastidiada- Esta bien, pero tiene solo un momento –Se va cerrando la puerta tras si-
• Que gente molesta… –Se queja viendo salir a la enfermera y luego voltea hacia Iori- Como te sientes, Yagami? –Hace una breve pausa y luego algo nervioso agrega- Es que...! Se que no es muy común que te pregunte algo por el estilo, pero… -Desvía la mirada al suelo- Lo de esta madrugada nos asusto a todos
• Bi… Bien… -Contesto algo confundido-
• -El castaño se sorprendió de no recibir algún insulto o queja como respuesta- Ah… Que bueno… -Ve el historial que llevaba el pelirrojo en la mano y se lo arrebata leyendo tranquilamente hasta petrificarse ante la misma palabra que el otro- Es broma, no? Es decir, sabes quien eres y… Quien soy? –Tono entre sarcástico y nervioso-
• A decir verdad… -Niega con la cabeza- Lo siento
Kyo se quedo perplejo, como si no asimilara las palabras que acababa de escuchar y luego sintió como si todo el mundo se le viniera abajo en un parpadeo, dejándolo completamente vacío. Como podía ser? Como podía ser que la razón de su existencia ni siquiera lo recordara?
• -Ríe nervioso- Por poco me lo creo, desde cuando sos bromista Yagami?
• -Solo se le queda viendo- Como me gustaría mentirle
• -Se le borra la sonrisa del rostro, se toma la cabeza con una mano y se tira el pelo hacia atrás al tiempo que suspira- Oke…
• Por favor dígame, quien es usted? Tal vez así pueda recordarlo
• Yagami, como puede ser que no me recuerdes?! –Lo toma de los hombros- Yo soy Ky…! -No pudo terminar de hablar ya que justo entro la enfermera dispuesta a echarlo de ahí-
• Puede regresar cuando sea el horario de visitas, ahora por favor deje al paciente descansar –Va hasta al lado de Iori, hace que vuelva a acostarse y nuevamente le conecta el suero-
• -Se queda mirando a Iori- De… De acuerdo, nos vemos luego Yagami –Prefiere irse sin molestar y, a diferencia de cómo había entrado, desanimado y desconcertado totalmente- [Esto no puede ser… Esto no está pasando… Es imposible…]
Todavía sin salir de su asombro se dirigió hacia el ascensor he inconscientemente toco el botón de la planta baja ya que su mente se encontraba totalmente perdida entre una mezcla entre confusión, asombro y miedo. La campanilla del ascensor lo regreso por un instante a la realidad y al ver el desastre que sucedía en la recepción lo atrajo del todo.
El lugar era un caos, se encontraba repleto por doctores y enfermeras que informaban y consolaban a los angustiados familiares de los heridos en el torneo, que hacían parecer chica la gran sala que era inundada por llantos y lamentos. Pero fuera tampoco se podía respirar paz, los guardias de seguridad forcejeaban en las puertas del blanco edificio impidiéndole entrar a la abundante y alborotada prensa que se encontraba en la puerta desde que se habían enterado del desastre.
En ese instante escucha un par de voces conocidas a sus espaldas y voltea encontrándose con integrantes de otro Team muy decaídos entrando a la sala.
• Hey chicos! –Va hasta ellos- Como se encuentra Leona?
• Y desde cuando te interesa, Kusanagi? –Contesto Ralf fastidiado-
• Este no es momento para peleas –Respondió serio-
• Eso hubieras dicho mucho antes de lastimarla
• Yo no le hice nada, mis golpes en el torneo no fueron de gravedad
• Ya varas lo que es gravedad –Esta a punto de pegarle un puñetazo pero Clark lo detiene-
• Vasta! Kusanagi tiene razón, si alguien tiene la culpa son los idiotas del Orochi team
• Igual ellos ya tuvieron su merecido –Agrego el castaño-
• No todos…
• Como?! –Mira al rubio confundido-
• Parece que lograron rescatar a uno, pero igual se encuentra demasiado grabe y no saben si soportara agonizando por mas tiempo, dicen que lo tienen en un tal "Sector 6" de este hospital.
• Ya veo –No sabia si alegrase o maldecir- Y Leona?
• Ella esta bien, no es tan grabe como parecía., eta en la habitación 106, le va a llevar un tiempo recuperarse –Comento el rubio-
• Ella es fuerte, se que todo ira bien
• Gracias –Respondieron los dos militares al unísono-
• Por cierto, que haces aquí, Kusanagi? Que yo sepa tus amigos no fueron hospitalizados
• Es que… Solo vine a ver como se encontraban todos
• No lo esperaba de ti –Confeso muy sincero el pelinegro-
• Jeje si –Ríe nervioso-
• -En eso llega una enfermera- Disculpe Kusanagi-san, venia a avisarle que ya es el horario de visita y puede pasar a la habitación 204
• Gracias
• 204? –Preguntan los chicos del Ikari Team-
• -Mira un reloj que había empotrado en la pared- Oh miren que tarde es! Que rápido pasa el tiempo, cierto? Será mejor que ya me valla, un gusto verlos bien, adiós! –Se va como alma se la lleva el diablo-
• Pero ahí no es donde se encuentra…? -Se quedan por un momento observándose pensativos- Imposible! –Niegan con la cabeza-
El castaño entre avergonzado y fastidiado por lo que acababa de pasar subió apresurado hasta el segundo piso, pensando en aclarar todo ese inesperado asunto de una vez. Cruzo un largo pasillo hasta distinguir la 204, pero se detuvo al notar que frente a la puerta ya se encontraba alguien mas, un chico rubio de unos 12 años de edad, sosteniendo un bonito ramo de rosas bien adornado con un lazo tan rojo como estas.
• [Que idiota, debió equivocarse de habitación]
Fue lo primero que pensó el castaño y decidió ir a hacer su "buena acción de el día" guiándolo a la habitación correcta, pero en ese instante el pelirrojo abrió la puerta y al ver al chico su rostro se ilumino con una sonrisa como nunca había visto por parte de este, y el menor igual de feliz lo abrazo.
Kyo se quedo estático, con la mandíbula por el suelo y los ojos abiertos a más no poder, no cabía en su asombro. Quien rayos era él? Como era que nunca había visto o oído sobre él? Y, aun mas importante, como podía ser posible que a ese niño lo reconociera y a él no?!
El pelirrojo correspondió el abrazo del muchacho, al separarse este le entrego el ramo de rosas que el mayor acepto con mucho gusto y tras sacudir sus dorados cabellos lo invito a pasar cerrando la puerta tras si.
Kusanagi solo se quedo parado en el pasillo viendo la blanca puerta cerrada, repitiendo una y otra vez en su mente la escena que acababa de ver, olvidando incluso el porque se encontraba ahí y decidió irse. Volvió a bajar, atravesó nuevamente la recepción, salio del edificio cabizbajo y con las manos en los bolsillos, siendo inmediatamente acorralado por todos los periodistas y reporteros que se empujaban unos a otros intentando conseguir una simple respuesta.
• Que opina de lo que ah pasado, Kusanagi-san?!
• Le parece que este es el fin del King of Fighter?!
• Esta feliz por su victoria a pesar de todos los muertos y heridos en el torneo?!
• Piensa renunciar luego de esto?!
• Es verdad que la leyenda solo era una excusa para acecinar a los del clan opuesto?!
Sin prestarle atención a las preguntas se abrió paso entre la gente, pidió un taxi y se fue alejándose de aquella tormenta.
• Iori, no sabes cuanto me alegra saber que estas bien –Dijo sonriente pero a la vez calmo el ojisclaros-
• Sí –Respondió sin dejar de ver a través del frió cristal a aquel taxi alejare- A mí también…
