Tenían la suerte de vivir relativamente cerca.
Antes simplemente caminaba cada uno para su casa, y si por casualidad se encontraban, pues bien.
Pero claro, ahora era diferente.
Llevaban dos semanas siendo novios.
Seguían gritándose y peleando por todo. Seguían siendo un dúo poderoso en el volley, y seguían compitiendo por cada pequeña cosa que encontraban. Su relación seguía siendo prácticamente la misma, exceptuando un par de besos a escondidas, miraditas en clase, mensajes nocturnos, y caminar juntos a casa.
No era nada del otro mundo.
Sólo caminaban. Separados por unos diez centímetros, hablando de cosas sin importancia, quizás con algún grito de Kageyama luego de que Hinata dijese algo estúpido, y un tímido beso antes de separarse cada uno para su lado.
Después de todo, no había nadie conocido por ahí.
Pero ese día fue diferente.
No sabían bien por qué, pero se sentían un poco nerviosos. Tal vez era porque se estaban dando cuenta de que querían hacer más cosas juntos.
Ese día, como todos los demás, caminaron juntos.
Primero pasaron por las calles donde había más gente conocida. Compañeros de clase, adultos que ya conocían, profesores saliendo de la escuela y demás.
Luego, la gente comenzó a desaparecer.
La gente conocida, por lo menos, y siguieron caminando, hablando de tonterías, en la calle semivacía.
Y de repente, sus manos se rozaron.
No fue a propósito, solo estaban caminando muy cerca y sus manos se tocaron al moverse.
Pero esa pequeña acción logró callarlos a ambos. Ya no hablaban de tonterías, ni de volley, ni de nada.
Sus manos volvieron a acercarse, esta vez adrede, y sus dedos se entrelazaron.
Kageyama sintió su rostro arder.
Estaban tomados de las manos.
Caminando tomados de las manos.
¡Como toda una pareja!
Miró hacia la izquierda haciendo una mueca desinteresada que no fue muy convincente, pues sus mejillas sonrosadas delataban que no estaba desinteresado en lo absoluto.
Hinata miró hacia la derecha. Ambos tenían el rostro rojo, sólo que él no intentaba ocultarlo. Estaba nervioso y sus manos comenzaban a sudar.
¿Tobio notaba que su mano estaba transpirada? ¿Le molestaría?
Quizás le molestaba y no se lo decía.
Quizás era porque su mano también estaba sudada.
Pero...le gustaba.
Le gustaba que estuviesen tomados de la mano. Era lindo.
Ninguno se dio cuenta cuando llegó e+l momento de despedirse. No habían dicho palabra en todo el camino, solo habían caminado en silencio, con una mano apretujada a la del contrario, y mirando hacia el costado o el suelo.
Cuando se detuvieron, tuvieron que mirarse.
Ambos estaban muy sonrojados. Kageyama se acercó, haciendo que Hinata se parara en puntas de pies, y se besaron.
Un besito corto. Sólo presionaron los labios contra los del otro por unos segundos, y se separaron. Se soltaron las manos, se miraron, y rompiendo totalmente la rutina de su pequeño beso de despedidas, volvieron a besarse y a entrelazar las manos.
Tal vez eso era incluso mejor que su rutina.
Hola babys(?
Debería estar escribiendo el capítulo cinco de mi fic SebasCiel, pero terminé acá haciendo esta cosita KageHina.
Ay~ ¡Es que me encantan! Son tan dulce Voy a intentar escribir Lemmon de ellos alguna vez, pero soy muy mala en eso ;A;
Bueno, espero que les haya gustado :3
