Era de noche y Bolín había literalmente arrastrado a Korra a un bar nuevo en la Ciudad donde todos tus sueños se vuelven realidad... O se destrozan: New York.

El joven ojiverde la había llevado ahí después de un largo día trabajando en la construcción donde ellos cumplían sus funciones de constructores. Ellos son socios de una empresa de construcción ya algo conocida en todo el país a pesar de estar naciendo. Se llama Global Constructions Company. Esta es una pequeña empresa rama de Future Industries, una de las mas grandes compañías constructoras e inventoras a nivel mundial. Global Constructions Company la habían fundado cuando se graduaron de la Universidad de California, dónde conocieron a Asami Sato, futura heredera de Future Industries. Unos años después se mudaron a New York para seguir levantando su pequeño imperio que poco a poco iba ganando terreno. A pesar de ser tan jóvenes ya eran empresarios reconocidos y galardonados por varias construcciones. Bolin y Korra hacen un gran equipo y no cabe duda que también tienen mucha suerte pues pocos conocen a la heredera de un super consorcio de índole mundial. Bolin tuvo la suerte de conocerla mientras ella salía con su Hermano Mako, quien también trabaja con ellos. Por desgracia, las cosas no funcionaron entre ellos pues "tenían visiones distintas del futuro". Ella quería vivir con él hasta que descubrió que estaba enamorado de Korra. Su dulce venganza fue que Korra no estaba interesada en él, pues en ese entonces ella estaba descubriéndose a sí misma. Ella y Asami, se conocieron después pues tenían algunas clases juntas y se agradaron. Quizás no de una manera física pero si como conocidas. Si tenían la fortuna de encontrarse en los pasillos se saludaban con cordialidad, se iban a tomar un café de vez en cuando, Asami ayudaba a Korra con sus tareas a veces pues, a pesar de ser una gran constructora ahora, antes necesitó tutorías y nada más y nada menos que el promedio excelencia de la generación a la que la mayor pertenecia, le ayudó. Es decir, la hermosa pelinegra ojiverde, sex symbol, filántropa, multimillonaria, Asami Sato. A pesar de ser todo esto, ella siempre mantuvo sus pies sobre la tierra con respecto al trato con los demás pues era una persona de actitud amable y sencilla pero eso no evitaba que llegara en sus autos últimos modelos y sus ropas de última moda a la facultad. Tristemente, Korra y Asami se alejaron poco a poco con motivos de viajes de negocios de ambas, proyectos y juntas. Aunque en estas ultimas, se encontraba regularmente la hermosa CEO de Future Industries, solo se limitaban a trabajar y acordar una cita para tomar café que siempre terminaba cancelada por uno u otro motivo.

Asami y Bolin, se caen demasiado bien, y a pesar de Mako, se volvieron muy buenos amigos. Una noche después de la fiesta de graduación, ellos acordaron que ella lo ayudaría a crear su propia empresa pero que tenía que ser rama de Future Industries y por lo tanto mantener el estándar de calidad de la empresa a la que pertenece. Después de casi siete años, llegamos al dia de hoy… Bolin y Korra son los dueños de la empresa pues, le devolvieron completamente su inversión a Asami después de trabajar como locos con proyectos innovadores y al mismo tiempo de excelente calidad. La mayoría son obras arquitectónicas como aeropuertos pequeños, muelles, barcos, aviones, estructuras turísticas y hoteles lujosos alrededor del mundo. Se mataron trabajando para lograr esto y necesitaron todo de Future Industries para terminar todas estas obras en tan pocos años y salir victoriosos.

Korra y Bolin staban en un pequeño bar para relajarse después de un largo dia de juntas y viajes fugaces a ciudades cercanas. Era un lugar modesto pero muy bonito y agradable.

-¡Vamos Korra, es solo espectáculo! Mako me lo recomendó ampliamente.- Comentó el joven socio de la morena que jalaba de su traje sastre hasta una mesa cercana al escenario del bar.- Te divertirás. Mako dice que está misteriosa y hermosa señorita cantando cada viernes con una voz increíble. Siempre lleva una máscara.

-Mako cree que todas las señoritas son hermosas y... adorables, por decirlo de alguna manera menos impropia. ¿Ya no recuerdas cuando intentó ligar conmigo, y con esta guapa ingeniero de Future Industries?- Expresó la morena ojiazul refiriéndose a Asami, obviamente.

-Si, lo recuerdo. Pero ¡Vamos Korra! Deberías divertirte un poco más. Vives trabajando en planos y cosas. De vez cuando es sano salir a distraerse con los amigos.

-El dinero no se aparece por arte de magia, Bolin. Hemos trabajado duro para tener lo que tenemos. ¿Ya no recuerdas todo lo que nos costó reembolsarle la inversión a Asami?

-Si pero también somos dos jóvenes solteros, exitosos y ¡Guapos!- dijo lo ultimo levantando una ceja y codeando a la joven señorita con su brazo derecho.

-Aagh... ¡Esta bien! Tú ganas… Sólo una canción.- Se quejó ella con un gesto de resignación a estar en un lugar corbata que no quería estar.

Ambos traían sus impecables trajes. Ella un traje gris sin corbata pero igualmente elegante y formal mientras que Bolín vestía un traje azul marino con una corbata negra. Ambos se quitaron sus respectivos sacos y Bolín aflojó su corbata para desabotonarse el primer botón al igual que su amiga.

El mesero llegó con dos cervezas que previamente habían ordenado y mientras empezaba el show llegaron sus otros amigos: Mako, Iroh, Bataar y Kuvira. Todos ellos amigos y socios de Global Constructions Company.

-¡Hey! Justo a tiempo, el show no tarda en empezar- comentó Bolín en forma de saludo.

-Hermano, no podemos perdernos a esta hermosa chica cantando. Su voz es casi como un hechizo. -Comentó Mako, el hermano mayor de Bolín de mirada suave y feroz al mismo tiempo, piel clara y de físico delgado. Sus ojos color café con ligero tono dorado reflejan confianza al igual que los ojos de Iroh. Un hombre alto, cabello negro siempre bien peinado y el mayor de todos mientras tanto Kuvira venía con su esposo Bataar, quien es arquitecto de la compañía de Korra y Bolín. Él es un hombre tranquilo, inteligente y guapo con una pequeña barba solo en el mentón y lentes. Kuvira es una mujer alta de tez morena muy clara y facciones fuertes como ella. Su principal distintivo es su lunar debajo del párpado inferior derecho. Ella trabaja en la empresa como jefa de seguridad y ahí fue donde se conocieron. El mesero llegó a tomar sus órdenes y justo después que se retiró las luces ténues del lugar se apagaron al igual que la música de ambiente dando paso a una sola luz que iluminaba el escenario. Todos se quedaron expectantes hasta que una voz se escuchó en el fondo lugar.

-Bienvenidos damas y caballeros, esta noche se presenta con ustedes la hermosa... ¡Laaaaady Flameees!

Los aplausos no se hicieron esperar mientras que de la parte de atrás del escenario salía una hermosa mujer con una mascara roja y un vestido elegante y escotado con un corte en la pierna que revelaba una gran parte de su muslo, dejando ver su piel blanca y su cuerpo bien conservado y tonificado. Los jóvenes empresarios se encontraban muy cerca de ella y Korra podía apreciar cada detalle de ella. Como el tamaño de su nariz, de sus manos, el brillo de su piel, el rojo de sus labios que se le hacía tan familiar pero lo que mas le hechizó, además de su voz, fueron sus ojos que eran verdes pero no cualquier verde. Era un tono poco común, era un verde claro y brillante. Como si fuesen dos piedras preciosas. Su vestido le hacia justicia a cada detalle de su cuerpo, se ceñía a cada curva de su cuerpo y el color favorecía al tono de su piel. La música empezó a sonar y después de unos segundos su voz se escucho en todo el lugar. Era suave, sensual y estaba en perfecto tono. Empezó a caminar y bailar con el soporte del micrófono muy sensualmente. Ella odiaba admitirlo pero Mako tenía razón… Su voz era como un hechizo y a pesar de no poder ver bien su rostro, Korra sabía que aquella mujer es la mas hermosa que en su vida había visto. Su cabeza daba vueltas alrededor de la intérprete al micrófono mientras tomaba su cerveza a sorbos sin despegar su mirada de la joven. Notó que bajó del escenario y empezó a caminar hacia la mesa donde estaba ella con sus amigos y entre mas se acercaba su cerebro menos respondía. Lo único que pudo hacer fue mirarla acercarse con un caminar muy sensual a ella mientras cantaba una canción lenta que decía que ella siempre obtenía lo que deseaba mientras sentía su mirada verdosa quemarla al contacto. La misteriosa Lady Flames una vez enfrente de ella le cantó al oído mientras le bailaba un poco a la morena ojiazul. Sus amigos no podían dejar de verla y envidiar la suerte que poseía. Después de unos segundos, Lady Flames se retiró al escenario de nuevo para terminar su presentación. Todos estaban estupefactos mirando a Korra fijamente.

-Te odio tanto en este momento... ¡He venido aquí por meses y ella nunca le había cantando a nadie al oído así!- comentó Mako en tono un poco escéptico.

-¡Demonios, Korra! Siempre te llevas a las chicas lindas. Deja algo para los demás...- agregó Bolín mientras Iroh y Bataar se reían de los dos hermanos.

-Yo no hice nada... Pero sin duda esa mujer tiene encanto. Realmente me puso muy nerviosa y la manera que me miraba era tan... No se que pensar... -la joven empresario estaba aun nerviosa por lo que tomaba a tragos su cerveza. Cuando llegó ese lugar se quería ir y ahora que descubrió aquella mirada, no la quería dejar ir. Iba a esperar hasta que todos se fueran para buscar a la mujer. Y así fue, pero ella nunca apareció.

Después de varios días, el viernes regresó y Korra no podía estar mas ansiosa por ir aquel pequeño bar a ver a aquella mujer que había robado una parte de ella la otra noche.

Llegó temprano con esperanza de entrar a su camerino antes del show, pero nadie le daba referencias de ella, mas que se presentaba una vez por semana y su nombre era Lady Flames.

En su desesperación fue directamente con el dueño del lugar. El era un hombre alto con muchos tatuajes en el cuerpo excepto en el cuello y cara.

-¿Puedo ayudarle en algo?- preguntó aquel hombre.

-Estoy buscando a Lady Flames. Verá...

-No sería la primera…- interrumpió el dueño del lugar- Me temo que debo decirle que no se nada de ella más que viene aquí los viernes y me deja mucho dinero en propinas. Si quieres puedes esperar a que termine su acto intentar encontrarla por el callejón de atrás.

-Lo haré señor, gracias.

Korra regresó a dentro del pequeño bar, sola. Esta vez le había pedido a Mako y Bolin que no la acompañaran. Se sentó justo en la misma mesa y ordenó la misma cerveza. Después de varios minutos el show estaba por comenzar. La misma voz y la misma presentación. Lo único que cambió fue su ropa y la canción. Ahora era un vestido negro con brillos elegantes, un corte en la misma pierna con solo un hombro del lado contrario a la abertura de la pierna. Traía el mismo antifaz en color negro y su cabello recogido al lado izquierdo. Su voz fue igual de cautivadora. A penas notó la presencia de Korra, sonrió. Danzó por todo el escenario lentamente y bajó del mismo un par de minutos después. Korra no podía evitar tener la cada de idiotizada mientras la veía actuar.

"Demonios, ahí viene, actua normal" pensó para si misma. La joven cantante bajó los mismos escalones hacia su mesa mientras seguía cantando. Derrochaba sensualidad y elegancia en cada movimiento que efectuaba y cada paso que se acercaba a la mesa. Korra se heló al sentir su aliento tan cerca de ella asi como su voz. La mirada de la morena estaba fija en la misteriosa cantante, y una vez más le cantaba al oído. Esta vez le besó la mejilla dejándole una marca e instintivamente tocó su mejilla en reacción a tal atrevimiento. Sintió el calor de su piel y una sensación por todo su cuerpo y de repente un "Creo que te amo…" salió de su boca mientras la joven subía al escenario a terminar su presentación. No es que estuviera enamorada de ella pero estaba mas que determinada a que quería conocer a esa joven e irremediablemente invitarla a salir. Al terminar la presentación, inmediatamente Korra dejó un billete sobre la mesa y salió por la puerta principal a la parte trasera del lugar. No iba a dejar que esta vez se le escapara, no. Ella estaba decidida a conocer a esa chica. Llegó al lugar y se plantó ahí con una pose confiada sobre el muro hasta que la puerta se abrió después de un rato. La misteriosa mujer venía saliendo del lugar cuando Korra actuó.

-Ejemm…- se aclaró la garganta.-Hola… ¿Lady Flames, no? Mi nombre es Korra.- dijo mientras le extendía la mano en modo de saludo. La otra señorita no respondío. – Verá, seré honesta… me encantaría invitarle a tomar un café o quizás… podría acompañarla a su destino esta noche… he escuchado que estas calles son muy inseguras a estas horas de la noche y no es por presumir, pero he practicado artes marciales de todo tipo desde que era joven… no es que sea muy vieja… quiero decir… me encantaría cuidarla mientras camina… ¡Oh, que torpe!... mi nombre es Korra por cierto.

"si que eres inteligente Korra, ya le habías dicho tu nombre" la morena se reprendió a si misma. La otra señorita, solo esbozó una sonrisa de ternura. Ahora que la tenía mas cerca podía apreciar cada detalle de la joven. Era un par de centímetros mas alta que Korra, su aroma era dulce y su sonrisa… por alguna extraña razón… se le hacia tan familiar…

-Me encantaría que me acompañara pues lamentablemente tengo meses intentando concretar una salida con usted, señorita Korra…

Su voz… esa voz…

-¿A-a-a-asa-mi?

-La misma…

Su cerebro entró en conflicto, todos los archivos estaban siendo quemados por miles de Korras en su cerebro.

-¿Tu eres Lady Flames?- pregunté con la cara más estúpida e incrédula que encontré.

-¿Acaso no es lo suficientemente evidente ya?- se cruzó de brazos.-¿Podrías quitar esa cara ya?

-¡Oh, lo siento!- me sacó de mi trance mientras el color rojo incrementaba considerablemente en mis mejillas. - Ehh.. yo… aun me gustaría invitarte ese café si tu quieres, claro…

-Por supuesto… ¿Qué te parece mañana? Y mientras por hoy puedes acompañarme a mi casa. Escuché que estas calles son algo peligrosas a estas horas de la noche y alguien ha estudiado artes marciales de todo tipo desde que era joven. – dijo con tono ironico a lo que acababa de decirle.

-Me parece perfecto…

Empezamos a caminar hacia la calle en silencio, aun estaba aturdida por lo que acababa de pasar.

-¿Vas a estar en estado catatónico todo el camino?-preguntó sonriendo. Y, ahora que Korra podría pensar mejor todo, era tan evidente que ella era Asami y que era una estúpida por no haberlo descubierto antes.

-No… es que todo es tan evidente ahora, tu voz, tu perfume, tus ojos y el rojo… nadie tiene ese verde que tu tienes, es único.- lo que la morena acababa de decir había sonrojado a la CEO de Future Industries pero debajo de ese antifaz a penas se apreciaba.

-Si-i… bueno, creo que eventualmente las demás personas se darán cuenta.

-Un momento… eres CEO de una empresa internacional… ¿Qué haces cantando en un lugar como este?- reaccionó la morena.

-Es una larga y muy cómica historia… aunque de cómica no tiene nada…

-Bueno… el camino a tu mansión es largo, tengo tiempo.

-¿En serio esperas que camine hasta allá? Julio me espera en Central Park en la limosina.- dijo levantando una ceja.

-Bien, estamos a unas cuadras y mientras me puedes contar…

Pasaron todo el camino a Central Park hablando de cómo Asami había conocido a esta chica en la universidad. Ella le habló de este lugar y fueron a ver una presentación. La amiga de Asami le retó a que hiciera eso y asi fue como se decidió a subir al escenario. Ningún Sato rechaza un reto de esa índole o de cualquier otro. Minutos después se vistió y se arregló para presentarse. Le gustó tanto la sensación de estar enfrente de todos que decidió hacerlo su hobby de cada viernes. Solo que ahora se hacia llamar Lady Flames. Cuando llegaron a la limo Julio estaba esperando a la CEO en la puerta.

-¿Te gustaría un aventón?- ofreció la pelinegra.

-No te preocupes… vivo cerca…

-Korra… vives del otro lado de la ciudad. No pongas excusas y subete de una vez, es una orden.- su ceño se frunció drásticamente.

-¡Tranquila fiera… esta bien!- Korra dio un salto dentro de la limo y Asami detrás de ella.

-Julio… ya sabes a donde.- ordenó de nuevo.

-Si señorita Sato.- respondió el chofer de Asami.

Todo el camino platicaron de todo y nada hasta que llegaron al edificio donde vive Korra y se despidieron.

-Te veo mañana para el café… Lady Flames…- ella rió ante tal burla.

-Le veo mañana, señorita Korra.

La morena cerró la puerta y la limo arrancó. Una vez en su apartamento se refrescó y tomo un baño rápido para posteriormente ponerse su pijama y recostarse en su cama mientras que a solo a 20 cuadras estaba la otra señorita con una sonrisa inmensa recostada sobre su cama.

-Lady Flames… Asami…

-Korra…

Ambas suspiraron en al mismo tiempo.