Su espalda es tan perfecta. Casi como la tuya.
Cuando me besa es como si el alma abandonara mi cuerpo y mis labios encajan casi a la perfección con los de él. Como contigo.
Cuando me hace el amor con pasión y furia contra el mueble de la cocina casi siento llegar al orgasmo. Como contigo.
Caminar de su mano es reconfortante, me siento segura y protegida, casi como si fueses tú.
Me ha pedido mudarme con él, su rostro reflejo alegría cuando le dije que lo pensaría pero que estuviese preparado para recibirme. Tiene ese gesto especial y particular en el rostro cuando esta feliz muy parecido al tuyo.
Me hace muy feliz, me sienta bien alguien que se preocupa por mí casi como lo hacías tú.
Las palabras que dice son muy tiernas y eso puede ser el único defecto del que me puedo quejar, porque él es un gran hombre. Casi como lo eras tú.
Mis padres están encantados con él, casi como lo estaban contigo.
El único que no lo soporta es la pelusa marrón que siempre esta sentada a mis pies y que no pierde la oportunidad de acertarle un buen rasguño. Como nunca lo hizo contigo.
Prefiero tenerlo a él entre mis brazos que visitar tu recuerdo.
Siento que lo quiero, que puede llegar a ser importante en mi vida. Casi como tú lo fuiste.
Verlo dormir es intrigante, ese cabello me recuerda a viejos tiempo, el par de coloridos ojos que se esconden tras los parpados son como un pensadero en el que me puedo sumergir. Casi obteniendo los recuerdos que mas añoro.
No pretendo usarlo para olvidarte, pero casi consigo hacerlo.
Me baño en el olor de su cuerpo mientras olvido el tuyo. Que es casi parecido.
No lo uso a él para borrar las huellas indelebles que dejaste en mi cuerpo. Pero casi.
Casi ya no me dueles, casi ya no te recuerdo.
