Primer capitulo

Inglaterra

Había llegado a Inglaterra hace aproximadamente un mes, había conseguido una beca de intercambio a una de las facultades en el único posible lugar más frio y lluvioso que Forks y ese lugar tenía que encontrarse en Inglaterra.

Acepto que el increíble acento británico me volvía loca y cada clase que entraba era un vaivén de sonrisas en mis labios por la manera tan hermosa en la que habla la gente ahí. La cuidad era muy atareada, yo pensaba sinceramente que Estados Unidos era el país mas atareado del planeta. Cuando iba a Forks con mi papa, era salir de la monotonía de la ciudad para llegar a un lugar relajado donde pudiera descansar sin escuchar claxon sonando, gente gritando y viendo multitudes de mal humor.

Si bien, mi naturaleza me hacia amar los lugares cálidos y secos como Phoenix, la oportunidad de este intercambio era única para mi carrera. Había decidido estudiar letras y redacción asi que ¿Qué mejor oportunidad que una beca completa? Charlie me mandaba dinero y Renee y Phill también, aparte la abuela Swan se enorgullecía de su nieta y también me mandaba dinero, ese no era mi problema momentáneamente. El problema venia por toda la carga de tareas que tenia que hacer, si no tenia inspiración, no importaba porque tenia que redactar y redactar y si quería leer o no, no importaba porque tenia que analizar y analizar libros.

Me levantaba temprano todos los días para acudir a la facultad, era una maravilla de la arquitectura, aquel enorme campus, la mas bella y exquisita arquitectura antigua yo diría que entre renacentista o barroca, diría mas que nada renacentista porque no estaba completamente saturada. Eran edificios grandes, enormes con muchas areas verdes en las que me encantaba pasar el tiempo. De hecho la cuidar en si era una belleza arquitectónica, las calles empedradas, los edificios antigos, los ventanales y algunos monumentos de antaño hacían el lugar mágico.

Era extraño del todo, Europa lo era de por si, la gente de Inglaterra era muy liberal en unos sentidos y muy cerrados en otros. No puedo entender ese hermetismo en la cultura británica, son tan herméticos con sus sentimientos pero tan abiertamente descarados a bromas o contenidos sexuales. Sin duda diferente de América donde si, en efecto, somos herméticos pero no a ese extremo.

Vestían como querían vestir, seguían creencias que querían seguir, hablaban como querían hablar y yo era una americana cohibida. Si bien mi vida se había tornado mas acelerada, no tenia mucho tiempo para amigos mas que en sesiones de estudio en ciertas noches en la biblioteca que no cerraba nunca. Los ingleses son obsesivos, no tengo otra palabra para describirlos, es una obsesion, una idea delirante hacia el perfeccionismo o la rectitud en los trabajos y tareas que me dejaban asombrada incluso a mi.

Otra costumbre extraña pero chistosa a la vez es la manera en que la gente se da el tiempo para tomar el te a las cinco de la tarde, toman te y galletas o pasteles y todos lo hacen. Niños, mujeres, jóvenes, todos. Me agrada el tè en días lluviosos, pero Inglaterra hace que los días lluviosos sean continuos, frios, grises, apagados, asi los describo.

No es que no me gusten esos días, los disfruto pero son continuos, de hecho a veces no para de caer una lluvia lijera, incesantemente molesta diría yo. No iba a extrañar las hambirguesas con papas fritas, siempre me han gustado mas las ensaladas. Era como vivir en Forks por un año, no, me retracto, en Forks al menos a veces había sol, esas posibilidades se nulificaban aquí, bueno, no es como Forks al final de cuentas… si extraño casa. La diferencia entre Forks e Inglaterra es este frio abrasador que no cesa nunca, nunca deja de hacer frio, literalmente congela, aunque los ingleses están acostumbrados, es difícil para mi acostumbrarme.

Habia conseguido a unas cuadras del campus universitario un apartamento pequeño pero comodo. Estaba en el ultimo piso de un edificio de cinco pisos y por eso me cobraban mas barato. Contaba con una pequeña cocina con gabinetes de madera, un pequeño comedor de cuatro sillas y mi gran sala se limitaba a dos pequeños sillones floreados con una mesita antigua, de hecho todo era antiguo en ese lugar. Mi habitación era, bonita, por no decir precaria. Mi cama era de madera y tenia un escritorio en una esquina al lado de un ropero enorme, ropero que me recordó a mi abuela, todo era algo antiguo pero le daba al lugar un misticismo interesante. Creo que lo mas relevante es que estaba sola, Renee me llamaba una vez al mes para ver como me encontraba y me mandaba correos electrónicos constantemente para que le platicara como me iba, de hecho me regalo una cámara digital para mandarle fotos y solo había podido mandarle unas cuantas aunque su exigencia era constante.

En fin, mi vida en Inglaterra era mas aburrida que en America, que triste.

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Hola a todos los lectores de este es el intro de la historia, espero les agrade.