¡Buenos días! Perdonad si me extiendo algo más de la cuenta, pero es que este fic es muy importante para mí: ¡he vuelto a escribir! Así que quiero dedicar este primer capítulo a varias personas muy importantes para mí y para la historia.

En primer lugar, este fic va especialmente dedicado a Acuatica, una autora cuya historia "Las muchas cosas que me pasan contigo" me ha inspirado y ha conseguido que escribiera esto. Espero que te guste mi pequeño guiño, mi referencia a las pecas de Ron. Lo he escrito así con la mejor intención.

Quiero también dedicárselo Ange_24, alguien a quien no conozco pero que se ha convertido en una amiga de verdad; y a Dryadeh, que supone siempre una inspiración debido a su gran calidad literaria y talento (¡eres única!).

Por último me gustaría hacer una mención especial a todas esas personas que he conocido hace poco pero que me han hecho volver a sonreír (Rocío, Edu, María, Jesica…).

Sin todos vosotros esto no habría sido posible.

Ahora sí, a todos los que lo vais a leer, espero que os guste, ya no os entretengo más.

Disclaimer: No soy inglesa, ni rubia, ni millonaria, ergo nada de esto es mío ni gano nada con esto, todito es de nuestra querida JK y de l Warner…

¡A leer!


Hermione está enfadada. Con Ron, otra vez. No puede evitarlo, todo es culpa suya (de él), por ser tan condenadamente irritante. ¿Por qué no puede entender lo que ella hace? Si solo se preocupa por él… bueno, más o menos… Pero, dios, es que hace mucho que no duerme bien, y todo esculpa suya. Se levanta tan cabreada… y lo peor es que sabe que a pesar de todo no es a él a quien odia (lo detesta tanto porque no puede odiarle…), no, es a La-La a quien detesta (los Ro-Ro le dan vueltas en la cabeza, que apodo tan ridículo, por favor…). Y es que no puede quitarse de la cabeza esa fiesta (y eso que esas celebraciones absurdas en honor al quiditch –que ya es alucinante todo el bombo que le dan a un estúpido deporte- no suelen ocupar un gran espacio en su mente), lo que le fastidia sobremanera. Ella puede pensar en muchas cosas a la vez, pero cada vez que recuerda las lenguas, el beso, ese batiburrillo de miembros entrelazados con más pasión que gracia, su mente se atrofia y pierde toda su capacidad de concentración.

Hermione sabe que no es normal en ella, pero es algo que no puede controlar, de verdad, mira que lo ha intentado. Pero es que cada vez que ve a Lavender aferrada a Ron como si le fuera la vida en ello le hierve la sangre. Pierde hasta el apetito, pero es que, claro, siempre tienen que montar el espectáculo en el Gran Comedor (por favor, ¡qué estamos comiendo!). Hermione siempre tiene una explicación coherente para todo, incluso para esa rabia asesina que la recorre cada vez que ve a Lavender (La-La, bonita, ¿por qué no apartas tus manitas de AHÍ? Vamos, si quieres conservarlas). Ella tiene totalmente claro que la razón es, sin ninguna duda, su desvergüenza, ¿no se da cuenta de que siempre tiene que estar montando el espectáculo allá por donde va; y, por favor, que es eso de llamarle Ro-Ro, Ron es mucho más bonito. Porque es obvio que los celos no pueden ser, por favor, ¿ella celosa?, ¿y de Ron? No, está claro que no, ellos solo son amigos (¿lo son todavía?, ¿o es que ella no quiere su amistad sino algo más?). Hermione, guapa, estás perdiendo la cabeza, ¿desde cuándo piensas estas estupideces?

Definitivamente, Hermione está muy enfadada, pero claro, todo el día con esa voz irritante dándole vueltas en la cabeza (Ro-Ro por aquí, Ro-Ro por allí)…

Oh, dios, ¿a quién intentas engañar? Te late el corazón a mil por hora y no te lo puedes quitar de la cabeza. Dios, Ron, te echo tanto de menos… Hermione sabe que no va a poder seguir negando sus sentimientos durante mucho tiempo, sobre todo con sus funciones mentales cayendo en picado, su coeficiente intelectual desplomándose y su concentración yéndose al garete. Por dios, Ron, ¿por qué tienes que tener ese efecto en mí? Como sienta mariposas en el estómago ya si que me pego un tiro… Definitivamente, esto no es normal, y Hermione no puede dejar de preocuparse: ya es suficiente con todo lo que está sintiendo como para que ahora encima esto afecte su rendimiento académico. ¿Habrá notado la profesora McGonagall lo que me cuesta concentrarme? Espero que no, por favor. Ronald, sal ya de mi mente. Todo esto la está volviendo loca. Quizá si escribo algo…

Querido diario: (por favor, ¡que absurda me siento!)

Me siento extraña, nostálgica, triste, nerviosa, furiosa… ¡siento tantas cosas a la vez! Me ahogo en un mar de confusión… ¡Yo no soy así!

Me gusta tenerlo todo ordenado y clasificado en mi cabeza, y no puedo evitar repasar mil veces todo lo que ocurre a mi alrededor. Pero esto, sinceramente, está empezando a parecer una obsesión… Es demasiado…

Dios, esto es ridículo, estoy contándole cosas que yo ya sé a un trozo de papel

A Hermione le ponía nerviosa escribir un diario, le parecía algo tan tonto… ¿Ves? Otra señal del trastorno mental que te provoca Ronald Weasley. Aunque, quizá si escribo sobre ello piense luego menos en él… Así hizo.

Ron es el responsable de mi confusión, lo sé, todo esto es su culpa… Pero, ¡es que es tan insoportable!

Pero luego, lo veo, sus labios, sus pecas, los gemiditos que

Hermione, ¡para ya!

Bueno, el caso es que me vuelve loca. ¿Por qué tiene que ser así? ¡Está claro que todo es su culpa! Me pone histérica, ¡es insoportable!

Bueno, creo que me siento un poco mejor… Definitivamente, Hermione se sentía más tranquila, ahora solo tenía que comprobar si su táctica funcionaba. Pero bueno, antes de eso tendría que dormir un ratito. ¡A ver si en eso también la ayudaba!

8 horas después, o lo que es lo mismo, a las 7 de la mañana, Hermione se despierta eufórica. Hace mucho que no dormía tan bien, es más, hace mucho que casi no dormía. Pues a ver si esta tontería de escribir funciona… Y es que Hermione se sentía de nuevo ella, de nuevo coherente, y lógica, y todo cerebro aunque siempre corazón; si es que esto se puede entender. De nuevo podía pensar en algo que no fuera Ron, ya no se sentía monotemática, el mundo volvía a estar formado de partículas, y átomos, y de todas esas cosas que se podían aprender en libros… Física y química, mente y cerebro, neurotransmisores y hormonas; nada remotamente relacionado con el amor…

Media hora y un ritual de limpieza y arreglo matinal después, Hermione descendía contenta por las escaleras y observaba alegre a Harry (pobrecillo, solo, que amigo tan ingrato es Ron…), que la miró sorprendido antes de encogerse de hombros y pensar seguramente mujeres… con una mirada condescendiente. Pero esto no afectaba en absoluto a Hermione, Harry era tan predecible que no alteraba en absoluto su concepción del mundo, ni su tranquilidad, ni su concentración (en ese momento dedicada a decidir de antemano que iba a desayunar esa mañana)…

Entraba de esta guisa en el Gran Comedor, con su cabeza ocupada en mil y una cosas, cuando sobrevino la catástrofe. Su cerebro se paró un momento mientras el tiempo se congelaba y las frases mentales que formaba Hermione perdían toda su cohesión… Oh, dios… Lavender… Ron… su cuerpo… su labio… sus pecas… Aquí Hermione se paró a sí misma y se gritó ¡BASTA, HERMIONE! Mira como te observa Harry, parece preocupado… Y eso que parecía que habías recuperado la cordura…

Hermione respiró hondo e intentó parecer normal mientras se sentaba al lado de Harry y en el sitio libre más alejado de Ron que pudo encontrar. No obstante, había perdido el apetito. Para la clase de transformaciones Hermione se sentía igual que el día interior.

Parece que lo de escribir no funciona de verdad… Tendré que encontrar otra manera. La vida continuó, con Hermione esforzándose por pensar en él cada día un poco menos con la esperanza de ser como antes, pero no es fácil superar algo que no has reconocido que sientes. Así que ¡Hermione, concéntrate! siguió siendo el pensamiento más repetido por Hermione Jane Granger, todo cerebro aunque siempre corazón, tan perspicaz que daba miedo pero obtusa respecto a sus propios sentimientos.


Porfi, ahora que habéis llegado hasta aquí, ¿Qué os cuesta darle al botoncito y dejarme un reviewcito? Si yo me conformo con uno pequeñito… Además, si me hacéis feliz Ron llegará con sus pecas y sus gemiditos a vuestra casa por Navidad. ;) Así yo intentaré actualizar lo antes posible...