Me di mi tiempo terminando este one shot... realmente me paralizo horrible con los fanfics estos últimos días, igual espero que lo disfruten y me comenten :)

Se les agradece por leer~ Gracias a mi amiga Kasaru-chan que me soportó mis momentos frikis mientras hacia el intento de escribirlo, o mejor dicho, huía de terminarlo.

Me pregunto... ¿Cuántas se apuntarán a las clases de Ichigo después de leerlo? Kukuku ;)


Aprendiendo

No sabían exactamente cómo habían llegado a este punto. Habían estado charlando tranquilos, si es que sus "charlas" se podían considerar tranquilas, las bromas llevaron a las ofensas y antes de que se dieran cuenta se estaban gritando en medio de una calle poco transitada.

- ¡TÚ TIENES EL CABELLO NARANJA! -acusó Rukia, señalando al chico-

- ¿Y qué con eso? -él llevó una mano instintivamente a su cabeza, ¿Por qué todos se metían con su maldito color de cabello?- ¡TÚ ERES PLANA Y YO NO TE LO ANDO RECORDANDO A CADA RATO! -replicó con la misma actitud infantil-

- ¿Cómo te atreves? -touché, cubrió sus pechos con sus pequeños brazos, mirando al chico ofendida- ¡Impotente!

- ¡Ni siquiera sabes el significado de esa palabra!

- !¿Y eso qué?! –su entrecejo se frunció, ¿y qué si no sabía lo que significaba? Sabía que era algo malo, ¡Podía utilizarlo contra él!-

- Te quedarás sola toda tu vida, por amargada –finalizó el pelinaranja, con los brazos cruzados y mirando de reojo a la morena-

- ¡Ja! Tú ni siquiera puedes hacer que una chica se fije en ti, fresita –mentira, ella lo sabía, pero no estaba dispuesta a perder contra él-

- ¿Ah no? –molesto, descruzo sus brazos y se acercó a ella a paso decidido- ¿Segura… que no puedo? –La pegó contra una de las paredes de la calle, sin importarle si alguien pasaba por ahí-

- ¿Qu-qué crees que estás haciendo? –intentó huir, pero los brazos del chico a cada lado de su cuerpo se lo impidieron-

Sentía la cálida respiración sobre su rostro ¿enserio la iba a besar? demasiado cerca. Un escalofrió recorrió su cuerpo y sus piernas comezaron a temblar, intentó escapar de la mirada masculina y sólo logró que el chico sujetara su barbilla obligándola a verlo. El aliento de Ichigo provocó un cosquilleo sobre sus labios, instintivamente los abrió deseando sin darse cuenta el contacto, se sentía tan bien estar así de cerca a él. Sus parpados cedieron y ella olvidó sus diferencias, o la razón por la cual se estaban gritando el uno al otro por un instante, entregándose a lo que fuera a venir…

- ¿De verdad creíste… que te besaría? Je, pensé que nadie estaría interesado en mí, enana –Ichigo sonrió triunfador ante la mirada sorprendida de Rukia-

El silencio reino y un ruido seco lo rompió a los pocos segundos, el ardor en su mejilla le hizo darse cuenta al chico qué había pasado… una cachetada. Abrió los ojos sorprendidos y retrocediendo unos pasos de la morena llevando su mano a la zona afectada.

¿Qué demonios?

- No te atrevas… a jugar conmigo –su voz era sonaba dolida, sus ojos siempre fuertes y brillantes, ahora se encontraban nublados y llenos de lágrimas contenidas-

Ella corrió, escapando de que la viese llorar. Él sólo dejó caer la mano que había estado sobre su mejilla, demasiado impactado como para correr tras ella. Otro golpe lo trajo de vuelta a la realidad, tirándolo al suelo literalmente.

- ¿Qué mier... Renji? –Ichigo miró al ya nombrado con el ceño fruncido- ¿!Por qué mierda me has golpeado!?

- No sé qué le has hecho… ni siquiera sé si le has hecho algo en verdad, pero si no corres tras ella en este mismo instante y arreglas lo que sea que acaba de suceder, ese golpe no será lo único que obtengas de mi –el pelirrojo miró al joven Kurosaki desde su posición, con los brazos cruzados y ceño fruncido- ¿ESPERAS LA CARTA INVITACION O QUÉ? ¡Ve!

- ¡Ya te he escuchado! Carajo, como son de molestos -acusó Ichigo ya de pie, lanzo una última mirada agradecida a Renji y corrió tras la chica- ¡Ya me vengaré cuando vuelva!

- Sí, sí, lo que digas -dijo a la nada, quitándole importancia al asunto. Soltó un suspiro resignado y sonrió despreocupadamente, esos dos sí que eran un dolor de cabeza-


- Oe, Rukia -otro intento fallido. No importaba lo que hiciera la chica no volteaba a verlo ni detenía su andar- Sabes que no fue mi intenci-

- Jódete, fresita -bueno, por lo menos había respondido ¿no?-

Ichigo tuvo que respirar un par de segundos para no matar a la morena frente a él, ¿Por qué tenía que ser él el que se disculpara si ella era la que había empezado? ¡Maldita sea!, un par de segundos de respiración más.

- ¡Mierda! Estoy tratando de disculparme, ¿podrías siquiera voltear a verme? -estalló por fin, tal vez respirar no era una buena técnica de relajación para él-

- ¿Disculparte? -se detuvo, volteándose a verlo finalmente- Entonces podrías decirme, Ku-ro-sa-ki-kun, ¿Por qué te disculpas? ¿Por decirme plana o por intentar besarme? –Sus mejillas te tiñeron de rosa nuevamente, al recordar aquel momento-

- Bueno, tú sabes… -Rascó su nuca, intentando desaparecer la tensión que sentía en ese momento, un rubor más intento que el de la chica sobre su rostro-

- No, no sé, explícamelo -cruzo sus brazos sobre su pecho, dando fuerza a la demanda-

- Tú… ¿Estás disfrutando esto, verdad? ¡Enana traidora! –La acusó confundiendo el brillo en su mirada-

Sus pupilas violetas se dilataron al sentir como era atraída como un imán hacia el pecho masculino, abrió los labios pero antes de poder si quiera decir algo sus quejas fueron calladas por los finos y suaves labios del chico. Su cerebro dejó de funcionar como sólo pocas veces en su vida había sucedido y todos sus sentidos se centraron en el beso.

Un escalofrió recorrió su cuerpo, al sentir como las manos del chico acariciaban suavemente su espalda, un fuego la recorrió entera, poco le importó que sus pulmones se contrajeran en busca de aire. Sensaciones nuevas despertaron en ella y estuvo segura que si no fuera por el fuerte brazo del chico que la mantenía contra él sus piernas hubieran cedido y ella hubiera caído contra el duro suelo.

- Me he explicado… lo suficientemente bien… ¿Rukia? -su voz era ronca, su pecho chocando contra el de la chica tratando de recuperar el aire perdido. Su respiración cálida contra los labios femeninos, mezclándose con el aliento de ella, tentándolos de nuevo. Ella estrelló sus labios contra los suyos nuevamente dándole su respuesta con aquella acción-

Definitivamente el chico sí que sabía explicar... tal vez Rukia debía pedirle que le enseñara ciertos antónimos para la palabra impotencia, pero eso ya es otra historia.