¡Hola! Es la segunda vez que escribo para este fandom, me siento algo insegura pero soy valiente :D Hace algunos días terminé de releer el manga y no pude con mis ganas de escribir beruani, son mi OTP hetero por exelencia en SnK. Pese a que tenía y tengo en mente una historia un poquito más larga para estos dos, me encuentro sin PC y lo poco que traigo escrito lo escribí con el celular. Hice algunos arreglos ni bien pude sentarme a una computadora pero aun así siento que no es suficiente u.u

Se trata de una colección de drabbles sencillos sobre la pareja, cada uno independiente de los otros. Como tengo pensado agregar uno o dos más dejo la historia incompleta, pero no puedo decir cuándo los subiré.

Sin aburrirlos más, espero que lo disfruten y si ven algún error, disculpen, intentaré mejorar.

Están escritos para la comunidad Minivicios de LiveJournal.


Prompt: Distancia

Rating: T

Extensión: 351 palabras.

Advertencia: -

Descargo de responsabilidad: Shingeki No Kyojin es propiedad de Hajime Isayama.


I. Distancias

El campo de entrenamiento había ido vaciándose cuando el sol comenzó a ponerse. Los reclutas se retiraban, algunos en grupo, otros en forma individual, hacia los aposentos de la tropa. No hacía demasiado frío pero un leve viento se había levantado.

Algunos permanecieron un tiempo más afuera. Estaban los que preferían quedarse solos en el terreno de gran espacio para huir durante algunos minutos de la muchedumbre y estaban los que, a diferencia de los demás, preferían seguir entrenando. Annie estaba entre aquellos, sin cansarse de patear traseros o de hacer girar por el aire a cualquier valiente que se atreviera a desafiarla. O simplemente se quedaba para entrenar sola, golpeando bolsas o perfeccionando el equipo tridimensional.

Bertholt era su espectador. Bertholt se quedaba en el campo de entrenamiento junto a Reiner esperando a que ella decidiera parar. En el peor de los casos -o en el mejor, dependiendo desde dónde se lo mirara- Reiner se retiraba antes, de mala gana, justificando que sólo esperaban a que Annie les pasara por al lado sin mirarlos y sin que él intentase cortejarla. Era absurdo, y Bertholt lo sabía, pero aun así insistía en quedarse.

Sabía que existía entre él y ella una distancia infranqueable que no se correspondía con el espacio y el tiempo. Podía estar a su lado, rozar accidentalmente su brazo durante la formación o agarrarla con fuerza mientras entrenaban, y nada cambiaría cuando de distancia se tratara. Annie estaba lejos de él, parecía que necesitara pervertir muchos lugares, espacios y tiempos para poder llegar a ella. No la podía alcanzar.

Se conformaba con observarla desde alguna esquina o desde algún punto estratégico que le permitiera contemplar su perfil, sus movimientos, el vigor de sus puñetazos, la seguridad en su rostro, la firmeza de sus músculos, la ondulación ínfima de su cabello. Una gota de sudor resbaló de su perfil y humedeció el terreno, y de repente su sombra cobró importancia.

Annie era real. No era inasequible, no estaba enajenada. Tal vez él sólo debiera extender su brazo, quizás se diera cuenta de que no había intentado llegar a ella.