¡Hola chicas! Aquí traigo otra traducción de una gran escritora; si son delicadas en cuanto a temas sexuales explícitos, lo mejor será que se preparen mentalmente, porque a partir del siguiente capitulo, se pone candente (MUY CANDENTE).
Entonces, a disfrutar.
Arrow no me pertenece, y la historia es una traducción de la grandiosa lilbluedancer: (sweety, thanks for letting me play with this creation of yours; I won't let you down.)
"Esta es una mala idea," dice Oliver, recargado contra una pared del lujoso edificio de condominios.
"Esta fue tu idea," dice Felicity, exasperada, tirando del dobladillo de su vestido negro.
"Te ves barata," dice él, ceñudo.
El vestido tiene un corte bajo en el frente, revelando el generoso abultamiento de sus senos, aparentemente no tiene espalda, y apenas cubre la curva de su trasero. Es un viejo vestido de Thea, donado a Felicity por la noche. Es demasiado pequeño, y no en un buen sentido.
"Ese es el punto," dice Felicity, poniendo los ojos en blanco.
"Repítelo una vez mas por mi," dice él, incluso aunque ella se sabe el plan al derecho y al revés, porque llámalo intuición, o su tendencia a la paranoia, pero él tiene un mal presentimiento acerca de esta noche.
Felicity suspira con impaciencia. "Yo voy al departamento de Walker en el cuarto piso. Doy unas vueltas, me mezclo, espero a que me note, que lo hará, porque, hola."
Ella señala el vestido. "Comienzo a coquetear, pido que me de un tour, pongo el micrófono bajo el escritorio de Walker, y salgo como el infierno de ahí."
"Okay," Oliver suspira, girando sus hombros, tratando sacudirse la tensión.
"Hey." Felicity toca su muñeca, y quema a través de la piel de su traje. "Voy a estar bien. Esto es como, la cosa más fácil que he hecho por ti."
El asiente rígidamente. "¿Sabes qué hacer si algo va mal?"
Ella mueve su cabello rubio, arreglado lacio para la fiesta, detrás de su oído y da dos golpecitos en su auricular. Hay un tranquilizador golpe sordo en su oído.
"Debería irme," dice ella. "Son casi las once. La fiesta estará en toda su gloria."
"Felicity-"
"Te veré pronto, Oliver." Ella se aleja caminando, sus piernas luciendo larguísimas en tacones de quince centímetros, y entra por las puertas de vidrio del edificio.
Oliver sube por la escalera de incendios hasta que esta cuatro pisos arriba. Esta esperando por ella mientras planta el micrófono. El está al lado de una ventana de un departamento abandonado adyacente al de Walker. Si ella se mete en problemas el puede entrar para sacarla de ahí.
Por los siguientes quince minutos el escucha los sonidos de una velada. Copas chocando, pedazos de conversaciones mientras Felicity se mueve en la habitación.
"Tienen una muy buena champaña aquí," susurra ella. "¿Puedo?"
"No en una misión," dice él gentilmente.
"Oliver," dice entre dientes. "¿Sabes qué incomodo es estar sobria en una fiesta de este tipo?"
El se ríe. "Te comprare un trago cuando terminemos."
"Más vale que sea algo costoso," dice ella, y el se ríe silenciosamente.
"Lo que tu quieras," le dice, y luego guarda silencio cuando escucha hablar una voz masculina.
"No creo que nos hayamos conocido."
"Amanda," dice Felicity.
"Congresista Walker."
"Wow," dice ella, toda ingenuidad y aliento entrecortado. "Nunca antes había conocido a un congresista."
El hombre se ríe, y Oliver aprieta sus manos en puños.
"Bueno, es un honor ser tu primero," dice Walker, y Felicity deja salir una pequeña risita.
"Necesitas champaña," dice Walker, y Oliver escucha el delicado sonido de cristal en una bandeja.
"Gracias," dice Felicity dulcemente. "Wow, eso sabe muy bien."
"Felicity," dice entre dientes, y es recompensado con un molesto sonido en su oído cuando ella toca su auricular demasiado fuerte.
Dos golpes, problema. Uno, todo va de acuerdo al plan.
"Tu casa es tan genial," dice Felicity, sonando como una insípida chica de fraternidad. "Es enorme."
"¿Te gustaría un recorrido?" ofrece Walker. "Tengo unas hermosas antigüedades en el estudio."
"Claro," dice Felicity con una risita.
Oliver escucha mientras recorren el estudio, la cocina, el comedor, el conservatorio.
"¿Y que hay de la oficina?" pregunta Felicity alegremente.
Walker se ríe entre dientes. "Nada de interés ahí, supongo."
Oliver imagina la expresión que debe tener ella en ese momento, ese puchero. Batiendo sus pestañas, doblándolo a su voluntad.
"Me gustan los libros," dice ella, y Walker se ríe.
"Hermosa e inteligente. Mi tipo de chica." dice el. "Muy bien, vamos."
Hay un ligero golpe, y Felicity suelta un pequeño chillido que suena mas de sorpresa que de placer. Algo en el pecho de Oliver se aprieta.
Toma aliento profundamente y cierra sus ojos, escuchando la voz de Felicity en su oído apreciando los libros en la oficina.
"Me gusta tu silla," dice ella, y Oliver resopla.
"¿En serio?" murmura él. "¿No podías inventar una mejor excusa para acercarte al escritorio?""
Hace un suave sonido con su lengua, y luego dice, "Nada como una buena silla, ¿sabes?"
Es poco convincente pero el congresista no parece notarlo, sin duda encantado por su escote y sus pequeñas risitas tontas.
"Deberias intentar sentarte en el escritorio," dice Walker. "Roble. Un material fuerte."
"Oh, no podría. Aquí es donde haces todo tu trabajo importante, ¿verdad?"
"Así es," dice Walker, y Oliver se estremece cuando su voz cambia a un tono depredador.
"Eres poderoso, ¿no es así?" dice Felicity lentamente, alimentando su ego.
"Cariño," dice Walker, "no te puedes ni imaginar."
"Debe ser agradable," dice ella suavemente, y Oliver nota el ligero temor en su voz.
"¿Todo bien?" pregunta suavemente, pero ella no contesta.
"Es intoxicante," dice Walker. "Deberías probarlo."
"Oh, yo-"
Su micro se apaga.
No hay ningún crujido, no se desvanece lentamente. Solo se apaga.
"¿Felicity?" grita él en el micro. "¡Felicity!"
No hay nada. Revisa su reloj y comienza a contarle el tiempo.
Un minuto. Le dará un minuto para salir de ahí, arreglar el auricular, lo que sea, antes de entrar por la ventana.
"Vamos," murmura, mirando fijamente su reloj. "Vamos, vamos."
Un minuto.
Nada ocurre.
Se congela por diez segundos antes de decidir darle otro minuto, porque Felicity fue fastidiosamente insistente en que no quería actos heroicos esta noche.
"Es un congresista, Oliver," había dicho ella. "¿Que va a hacer, asesinarme en medio de un coctel con treinta personas en la habitación de al lado?"
"Aun así voy a llevar mi arco," había dicho él, obstinado.
"Es un político. Si me atrapa siempre puedo salir de ahí ofreciéndole una mamada."
El la había mirado fijamente con horror. "Felicity, ¡no le vas a hacer una mamada a Walker!" había gritado.
"Whoa, Oliver," había dicho ella, alejándose un paso de él. "Estaba bromeando."
Dos minutos.
Si fuera un tipo de hombre diferente estaría rezando ahora mismo. Pero Oliver cree en hacer, y saca una flecha explosiva para su arco.
Dos minutos y quince segundos.
El prepara su arco.
Dos minutos y veintidós segundos.
Toma algunas respiraciones profundas y apunta hacia el centro de la ventana.
Dos minutos y treinta segundos.
"¿Oliver?"
El jadea, casi soltando el arco por la sorpresa cuando escucha su voz, clara como el cristal, en su oído.
"¡Felicity!"
"Esta hecho. Voy subiendo al elevador."
"¿Que diablos pasó ahí adentro?"
"Estaré en el lobby en un segundo, solo espera."
El baja por la escalera de incendios y se encuentra con ella en el lado del edificio donde la dejó.
La primera cosa que le dice, en voz alta, es "¿Qué sucedió?"
Ella comienza a caminar en dirección a su auto. "Puse el micrófono bajo su escritorio."
Su voz esta temblando.
"No, Felicity, ¿qué sucedió?"
"¿Con qué?"
"¡Con la comunicación!" grita él.
Ella lo mira sin expresión alguna. "¿Qué pasa con eso?"
¿Esta siendo seria? "Te desconectaste por dos minutos y medio."
"Oh," dice incómodamente, repentinamente luciendo un poco sospechosa. "¿En serio?"
"¿No lo notaste?"
"Eso es extraño," comenta ella.
El toma su muñeca. "¿Eso es todo lo que tienes que decir? ¿Es extraño? Me espantaste como el infierno. Creí que estabas en problemas."
"Lo siento," dice ella, pero no lo voltea a ver.
"Felicity, ¿te encuentras bien?"
"Estoy bien, Oliver."
"Siento haberte gritado," se disculpa él. "Estaba preocupado."
Ella suspira y luego repentinamente lo esta abrazando, sus brazos apretados estrechamente alrededor de su cuello.
"Esta bien," susurra ella. "Lamento haberte asustado."
El pone una mano alrededor de su espalda y gracias a dios esta en su traje de Arrow y no tocando toda esa piel expuesta, o seria su fin.
"¿Aun quieres esa bebida?" pregunta él suavemente.
"Um…" Felicity se desenreda del abrazo tan rápidamente como lo empezó. "Tal vez en otro momento."
Felicity comienza a actuar extraño. Es sutil, pequeñas diferencias que no hubiera notado si no la conociera tan bien, si no estuviera en sintonía con ella.
Esta asustadiza, alarmada fácilmente cuando la toca. Se ve distraída, yéndose a otro lugar en medio de las conversaciones. El piensa al principio que es el único que lo nota. Asume que tal vez esta cansada.
Pero no puede quitarse el sentimiento de que tiene algo que ver con Walker.
Oliver trata (y falla, espectacularmente) de no preocuparse por eso- ella le diría si algo estuviera mal, ¿verdad?
Pero una noche en la guarida, cuando todos se habían ido excepto él y Roy, el chico se detiene en la base de la escalera y dice, "Hey, ¿qué pasa con Felicity?"
Oliver se pone rígido. "¿A que te refieres?"
Se escucha mas agresivo de lo que debería, y Roy se encoge un poco. "Nada hombre. Es solo que, Thea me dijo algo."
"¿Thea?" ¿Que tendría que ver Thea con todo esto?
Roy cambia su peso de un pie al otro, luciendo incómodo. "Supongo que vio a Felicity en Verdant la otra noche."
"¿Y? Pasamos por Verdant todo el tiempo."
"No, ella no estaba pasando por ahí, ella estaba bebiendo. Como, bebiendo mucho. Thea dijo que comenzó a llorar e hizo una escena."
"Eso no suena como Felicity."
"No le digas, ¿esta bien? Thea dijo que estaba realmente avergonzada."
"No lo haré."
"Okay. Mmm…¿ya me puedo ir?"
"Si," Oliver suspira. "Gracias."
El sabia que algo andaba mal. Lo sabia. Oliver aprieta su mano y riste la urgencia de patear la mesa.
No sabe que lo molesta mas: que algo este mal con Felicity, o que ella no le dijera nada.
Oliver la descubre en Verdant el día siguiente. Es la mitad de la tarde y se esta encontrando con Diggle y Roy para entrenar en la guarida.
La ultima cosa que espera ver es a Felicity, en un lindo vestido rosa, sentada en un banco en la barra llorando mientras habla por teléfono.
Su espalda esta hacia el y se detiene, escondiéndose en una esquina. Sabe que no debería estar escuchando, pero no puede evitarlo. Debe descubrir que esta mal, y él no esta en contra de espiarla para lograrlo.
"Fue tan malo, Caitlin," esta diciendo, sonando abatida. "No, solo me fui…¿que se supone que dijera?"
Hay una larga pausa, y luego Felicity se lamenta, "No puedo hacer eso… ¡tu sabes porque!"
Hay unos tortuosos segundos mientras Felicity llora suavemente, escuchando lo que sea que Caitlin dice, y luego Felicity suspira, "Esta bien, lo pensare…esta bien…diles a Barry y Cisco que digo hola…si, lo se. Hablamos luego. Adiós."
Felicity cuelga y pone el teléfono boca abajo. El espera que se levante pero ella se queda ahí, inclinándose para descansar su cabeza en sus brazos doblados.
Oliver se acerca suavemente, cruzando el club hasta que esta parado detrás de ella, y pone una mano en su hombro.
Felicity se sobresalta, una mano sobre su pecho.
"Dios, me asustaste," ella jadea.
"Lo siento," se disculpa suavemente.
Ella se ve triste y sus ojos están rojos e hinchados. Lo pone irracionalmente enojado. Quiere destruir lo que sea quepa tiene así, que la hace verse tan pequeña y derrotada. Normalmente Felicity es tan brillante, su única luz brillante en la oscuridad. Verla así simplemente esta mal.
"¿Qué esta mal?" pregunta gentilmente.
"Nada," murmura Felicity, sacudiendo su cabeza.
"Has estado llorando."
Felicity suspira. "Eres molestamente perceptivo, ¿lo sabias?"
"Felicity."
"Oliver."
El toma su hombro, su suave piel cálida bajo su mano. "Dime que esta mal."
Ella se quita sus lentes para frotar sus ojos. "No puedo."
El frunce el ceño, "¿Porqué no?"
"Solo no puedo, ¿esta bien?"
"Felicity, eres mi amiga. Me puedes decir lo que sea."
Ella sacuda su cabeza. "Esto no."
El desliza su mano por su brazo, viendo la forma en que sus ojos se aprietan al cerrarse, como si su toque le doliera.
"Estoy preocupado por ti," dice el, deslizando sus dedos entre los suyos.
Ella suelta una pequeña risa temblorosa.
"¿Qué?" pregunta él, confundido.
"No, es solo que, yo me preocupo por ti, como todo el tiempo, así que ya sabes. Ironía."
"Felicity, ¿ estas segura de que no quieres hablar?"
"Oliver, detente. Por favor." susurra ella.
Podría empujarla. Es un interrogador entrenado y ella es su amiga. La podría hacer hablar en cinco minutos si dijera las cosas correctas, si aplicara presión en los lugares correctos.
Pero es Felicity. Nunca ha podido tratarla de esa forma, como un objeto que puede manipular.
Siempre ha sido su punto débil.
Así que la abraza, jalándola gentilmente contra su pecho aun cuando se pone rígida en sus brazos. Su mano encuentra su cuello y lo sostiene, moviendo su pulgar sobre un músculo apretado, siguiendo hasta que ella se relaja.
Felicity olfatea delicadamente. "No es que no quiera decirte, es solo que…no puedo."
Ella se aleja un poco para mirarlo. "¿Eso tiene sentido?"
"Si," dice el de forma tirante. "Entiendo. Solo no sabia que nos guardábamos secretos el uno del otro."
El se arrepiente de decirlo inmediatamente, porque algo en su rostro se aprieta y ella se aleja de sus brazos.
"¿Me has dicho todo lo que te pasó mientras estabas en la isla?" estalla ella.
La pregunta lo atrapa con la guardia baja, principalmente porque ambos saben la respuesta.
"No," dice el secamente.
"¿Porque es un secreto?"
"No es un secreto, es solo…cosas que aun no te he dicho."
Apenas puede voltear a verla. La idea de mirar a Felicity a los ojos y decirle todo lo que ha hecho, las personas a las que ha matado y como, hace que su estómago se apriete.
Ella nunca lo vería de la misma manera si lo supiera.
"Y porque no me lo has dicho?" demanda ella.
"Porque," dice el, jalando el cuello de su camisa, acalorado y avergonzado. "Solo…no puedo."
Felicity se cuelga la bolsa del hombro. "¿Lo entiendes ahora?" le dice, y sale de Verdant.
