Avatar 10

Hola a todos. Este fanfic-crossover es un experimento mío. Cronológicamente se encuadra al final de la segunda temporada de Ben 10 Alien Force. Espero que os guste

Episodio 1. El mensaje de Paradox

Ben se despertó por la mañana. Habían pasado unos días desde que lograron vencer a los Supremos. A Ben le había parecido mucho más tiempo. Durante esos días no había visto demasiado a Gwen y a Kevin, y le había llegado una postal de su abuelo Max, en la que le explicaba los progresos que había hecho entrenando a los hijos de fontaneros.

A veces se ponía a recordar aquel verano de hacía cinco años, que pasó con su abuelo y su prima Gwen, con la que entonces se llevaba fatal. El mismo verano en el que obtuvo el Omnitrix, y de las muchas aventuras que vivió y la gente que había conocido. Pero todo aquello pasó hacía mucho tiempo.

Ahora tenía 15 años, y había cambiado por completo. Era mucho más responsable, aunque todavía le duraba algo de aquella locura que tenía antaño. Y luego estaba el Omnitrix. También había cambiado. Ahora tenía acceso a alienígenas de los que en el pasado no tenía ni idea de que podía acceder. Con gusto le hubiera gustado recuperar a sus antiguos alienígenas para volver a sentir lo que sentía cuando se transformaba en ellos. Pero el Control Maestro que le desbloqueó Azmuth se perdió la última vez que reinició el Omnitrix, y ahora no tenía acceso más que a los últimos alienígenas a los que se transformó: Fangoso, Gigantosaurio, Megacroma, Turbo-raya, Eco Eco, Ameba, Gélido, Mono Araña, Cerebro, Alien X, Rayo de Cañón, Vomitón y Gigante. Los tres últimos le habían servido de mucha utilidad en su última batalla. Por lo menos ahora podía acceder también a ellos. El que no le hacía mucha gracia tener era Alien X. La única vez que se transformó en éste alienígena quedó atrapado en una dimensión en la que no hacía más que discutir con otros dos entes, sin tener control alguno sobre la criatura. Le costó mucho trabajo salir de esa transformación, y por ello decidió no volver a transformarse jamás en ese alienígena. Decidió olvidar aquel suceso y despejarse un poco.

Abrió la ventana. El día aparecía despejado. Era domingo, y no tenía clase ni partido con el equipo de fútbol. Le apetecía hacer algo distinto, distinto a pelear contra alienígenas, distinto a ir siempre con Gwen y Kevin. Estaba decidido: se citaría con Julie. Quería tener una cita de verdad, una que no tuviera que utilizar el Omnitrix ni se viera interrumpida por la repentina aparición de alienígenas. Así pues, cogió su teléfono móvil y empezó a marcar el número de Julie.

Era por la tarde. En un parque de Bellwood. Una pareja estaba sentada en un banco, contemplando el paisaje. A sus pies había una extraña criatura negra con líneas verdes, y cuyo comportamiento era similar al de un perrito, que jugaba a perseguir mariposas

- Creí que no lo conseguiría – dijo él

- Pero lo hiciste, Ben – dijo ella cogiéndole la mano – Yo sabía que lo conseguirías

- Gracias, Julie – dijo Ben – Hemos salvado el universo entre todos

- Sí, aunque nos costó un tiempo de castigo – añadió Julie

- Era necesario – dijo Ben –. Los Supremos estuvieron a punto de destruirnos. Si hubiera fracasado…

- No fracasaste, Ben – le consoló Julie – Si alguien podía detener esa guerra, eras tú. No por tener ese reloj, sino porque tienes un corazón fuerte, y te preocupas por los demás.

Las palabras de Julie animaron a Ben. Entonces la miró a los ojos. Nunca se había fijado en su perfección. Ella le miraba con un gesto igual de sincero. Fue acercándose lentamente a sus labios. Le gustaba, y sabía que ella sentía lo mismo por él

- ¡Ben Tennyson! – gritó una voz

La sorpresa hizo que Ben se cayera del banco. Tardó unos segundos en percatarse de quién provenía la voz. Era un hombre alto, más alto que Ben, con el pelo negro, e iba vestido con una bata de laboratorio

- ¡Paradox! – dijo Ben mientras se volvía a levantar, molesto por la interrupción – ¿qué hace aquí?

- Es muy urgente. Necesito tu ayuda y la de tus amigos

- ¿Y esa ayuda no puede esperar? – preguntó Ben molesto por la interrupción – ¡Es la segunda vez que me interrumpen en una cita!

- Un mundo entero está a punto de desaparecer – argumentó Paradox – ¿Te parece que eso pueda esperar? En cuanto a vuestra cita, no tienes de qué preocuparte. En el futuro, o pasado para mí, tendréis muchas más, y más tranquilas

Ben y Julie se sonrojaron. Pero eso no tranquilizó a Ben

- ¡No quiero una cita en el futuro, sino ahora! – protestó Ben – ¿es mucho pedir un poco de tranquilidad?

- Venga, Ben, no protestes tanto. – dijo Julie – Si un planeta necesita nuestra ayuda, tenemos que ir de inmediato

- Ella tiene razón – dijo Paradox –. ¿Dónde están Gwen y Kevin?

- Habrán ido a cualquier sitio con el nuevo coche de Kevin – dijo Ben –. Hace días que no sé nada de ellos

- Tenemos que reunirnos con ellos de inmediato – dijo Paradox sacando su reloj – No hay tiempo que perder

Y en medio de un gran destello azul todos desaparecieron

Un rato después, en algún lugar de Bellwood, cuatro adolescentes estaban reunidos junto a un adulto vestido de científico

- ¿Por qué tiene que aparecer siempre en el peor momento? – dijo Kevin

- Vamos, Kevin, no seas tan protestón – dijo Gwen

Ben por un momento se sentía igual que Kevin, aunque ambos en el pasado hubieran sido enemigos, ahora eran muy buenos amigos. Y a veces hasta pensaban igual.

- Bien, una vez hayáis acabado de criticar mi inoportunidad ¿puedo contaros ya la razón por la que necesito vuestra ayuda? – dijo Paradox – Hay un planeta esperando a ser ayudado

- ¿Qué planeta? – preguntó Ben

- Necesito que me ayudéis a salvar Pandora – dijo Paradox

- ¿Pandora? – dijo Kevin sorprendido – ¡Si nunca he oído hablar de ese planeta! ¿Dónde está?

- Donde no es la cuestión, sino cuando – dijo Paradox –. Está en peligro en el futuro, dentro de unos cuatrocientos años, para ser exactos

- ¿Cuatrocientos años? – dijeron Gwen y Julie a la vez

- ¿Es que no hay… – dijo Ben

- … héroes en el futuro para ocuparse de eso? – terminó Paradox

- ¡Deje ya de terminar mis preguntas! – protestó Ben – ¡Me pone nervioso!

- Es algo que no puedo evitar, dado que conozco como van a pasar las cosas – dijo Paradox sonriendo –. Y aunque hay héroes en esa época, ninguno de ellos puede hacer nada. Yo intervine, por supuesto, pero conté con una ayuda inestimable

- ¿Nosotros? – dijo Kevin

- Sí, vosotros – dijo Kevin

- Entonces, si todo ha ocurrido ya, deberíamos ir – dijo Julie

- Un momento, Julie – le cortó Ben – Tú no vienes. No sabemos lo que podemos encontrarnos allí

- ¡Yo tengo tanto derecho como vosotros a ir allí – protestó Julie – Además, si yo no voy, Nave tampoco

Ben se puso a reflexionar. Por un lado, le parecía peligroso llevar a Julie con ellos al ser la única que no tenía poderes. Pero por otro lado, les podría venir muy bien la ayuda de Nave para una misión como esta

- Vas a decir que sí – dijo Paradox antes de que Ben abriera la boca

- Está bien, puedes venir

- Bien, si ya está todo decidido, entonces vamos – dijo Gwen

- Excelente – dijo Paradox –. ¡Bien, en marcha hacia Pandora!

Y todos desaparecieron en un nuevo resplandor de luz

Esto es todo, de momento. Siento que sea un poco corto este capítulo, pero no se me ocurrió otra cosa que poner. El próximo episodio ya incluirá cosas de Avatar ¡No os lo perdáis!