Cierro los ojos, corro, respiro profundo, paro e intento aclarar mi mente y profundizar mis pensamientos y ver cuando comenzó todo esto que me da vueltas en la mente, pero todo comenzó antes de lo que nunca había podido imaginar, antes de todo…

8 de Noviembre de 1940.

Camino más delante de lo que cualquier ser humano tiene que poder, porque lo sé, tal vez mis esperanzas son incompetentes, y todo esto no funcioné, pero… No hay manera más significativa de poder morir y ahora lo sé.

Siento la sensación fría en mis hombros, muerta en la justificación para el limbo, viva y completamente eterna para la mía. Los recuerdos vienen hacia mí y retumban en mi memoria de nuevo, pero ahora con más intensidad, como si se recopilaran todos y estallasen…como si se quisiesen adueñar…algo pesado se ha despegado de mi pecho en ese preciso momento.

Me doy la vuelta y veo su mirada… su mirada profunda que hace verme en sus pupilas, tan profundas como el océano y al mismo tiempo cosas por descubrir… pero…eso ya no es problema. Nada puede estar ya mal…

-Lo lamento. –Me dice con voz titubeante.-Ahora y siempre será por la eternidad.-Se inclina hacia mí y me abraza con intensidad, absorbe el aroma de mi piel y desliza suavemente a mi cabello… comienzo a pensar que en este momento pueda empezar la eternidad…pero…culmina en mis labios y nos besamos como si la eternidad se nos acabase en este momento.