Es mi segundo fic, y sus personajes son Sokka, Azula y Mai, principalmente. Ojalá les guste.

Los personajes de Avatar no me pertenecen.

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Capítulo 1 : La decisión

- ¡Traigan a ese bastardo de la Tribu Agua! – gritó fieramente la princesa a sus guardias.

Velozmente el joven fue traído desde el calabozo a su presencia. Estaba atado de manos y pies, y se notaba en su rostro el cansancio y agotamiento de casi no haber comido en días. Con desgano levantó su vista y vio a la altanera princesa Azula de pie delante de él mirándolo con furia.

- Dime, campesino, ¿dónde se esconde esa maldita maestra agua?

La maestra agua ya la había vencido una vez y Azula sentía unas enormes ansias de vengarse por esa humillación. Entonces, cuando vio al joven de la tribu agua cazando solitariamente, no dudó en capturarlo para transformarlo en la perfecta carnada.

- ¿Por qué debería de decírtelo? – le dijo el joven entre dientes y sin levantar la vista.

- Por que si no me lo dices por la buena, te obligaré por las malas – le gritó la princesa.

- ¿Y cómo sería eso? – preguntó sarcásticamente el muchacho, dirigiéndole una mirada desafiante.

Azula se acercó con rabia, lo tomó fuertemente del cuello arrastrándolo hacia la pared, golpeándolo contra ella; rápidamente acercó su rostro al del joven.

- Practicaré día a día, noche tras noche, la fuerza de mis rayos sobre tu cuerpo. Y cuando me supliques que ya no soportas más, y finalmente me digas dónde está la maldita, llevaré tu cuerpo semi carbonizado donde ella y allí terminarás tu sufrimiento. Y con ella seré menos inclemente que contigo – terminó de escupir la princesa.

Sokka giró su rostro y cerró los ojos. Luego la miró con ira y la escupió.

-¡¡¡ Haz lo quieras conmigo, pero nunca conseguirás que te diga dónde está mi hermana!! – gritó el ojiazul.

Azula sintió la sangre hervir en su rostro y levantó rápidamente la mano que tenía libre y comenzó a crear un rayo.

- ¡¡¡¡Ahora verás lo que es bueno, estúpido campesino!!!!! - aulló la princesa. En ese mismo momento, sintió que alguien le sujetaba fuertemente la mano. Al girarse rápidamente, vio a la causante de esa impertinencia.

- Creo que ahora no es el momento, Azula – le dijo Mai. Dale tiempo de que lo piense.

- ¡¡Agghhh!! – chilló la princesa, soltándose de ella con un brusco movimiento. Soltó al muchacho del cuello, le dio la espalda y caminó unos pasos. De pronto, se devolvió y le asestó un fuerte golpe en la mandíbula. Con lo débil que estaba, Sokka cayó de rodillas al suelo y escupió restos de sangre.

- ¡Saquen a esta basura de mi vista! Veremos si mañana aún piensas igual – dijo la princesa, con una sonrisa en sus labios.

Los guardias rápidamente tomaron de los brazos al joven de la tribu agua y lo arrastraron a su celda. Allí lo arrojaron al fondo de ella, riendo estrepitosamente mientras cerraban con cadenas su pequeña prisión.

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- ¿En qué estabas pensando, Azula? – le dijo Mai. – Está bien que quieras encontrar a esa maestra agua y vengarte por lo que te hizo, pero no puedes matar a su hermano así como así; ya le hiciste una advertencia, espera que lo piense más calmadamente.

- ¡He buscado por cielo, mar y tierra a esa bastarda, y se escabulle como la rata que es! – vociferió la princesa, aún molesta con su amiga por haberla impedido de castigar a Sokka. – Además, tú también deberías sentir lo mismo que yo; recuerda que esa ladrona te quitó a Zuko.

Mai cerró los ojos y bajó la cabeza. Era cierto, desde que Zuko le dejó esa carta en que terminaba con ella y luego se enteró que estaba emparejado con la maestra agua, sintió deseos de vengarse. Pero nunca quitándole la vida a nadie para lograr sus objetivos. Entonces, guió la conversación hacia otro rumbo.

- Mira, a lo mejor deberías encontrar otra forma de lograr tu objetivo.

- Claro, primero lo carbonizo, luego lo corto en pedacitos y cada uno de ellos los cuelgo a la entrada de cada pueblo. De seguro la bastarda llega a mí lo antes posible junto al traidor de mi hermano, - rió la princesa.

Mai volteó los ojos y pensó unos momentos. - ¿Y si cambias tu actitud frente a ese prisionero? Podrías mostrarte un poco más amable, tratarlo un poco mejor, que él no se sienta tan amenazado; convéncelo que has cambiado de parecer, que igual la odias con todas tus fuerzas pero que ya no deseas vengarte de ella, y que antes de dejarlo libre, quieres recompensarlo por los malos tratos que le diste y que él tenga una buena imagen de ti, y después…..cómo sabes…..a lo mejor él mismo te lleva ante la maestra agua – dijo Mai, aunque no muy convencida.

Azula comenzó a caminar con los brazos cruzados detrás de su espalda, mientras murmuraba : "Puede ser….puede ser……me costaría mucho contener las ganas de torturarlo, pero……no sé."

- Tendrías que ayudarme, Mai. No sé cómo agradar a una persona, además soy una princesa y no puedo rebajarme a su nivel y si tú no me contienes pueda que el plan sea un rotundo fracaso, y termine finalmente matándolo de un solo rayo.

- No te preocupes, tendrás mi ayuda – le dijo su amiga.

- Entonces déjame pensarlo esta noche y mañana conversamos – señaló Azula y se dirigió a sus habitaciones.

Mai observó alejarse a su amiga. "Realmente es de armas tomar" – pensó la joven. "Pero tampoco puedo permitir que torture a ese joven tan cruelmente por un orgullo suyo, creo. Sokka estaba tan débil….¿así se llama?......¡pero qué me importa cómo se llame!.....Da igual, lo último que puede hacer es darle agua y un poco de alimento." Mientras pensaba esto, se dirigió rápidamente y sin darse cuenta hacia la cocina.

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Cuando sintió las risas y los pasos alejarse, trató de limpiarse con sus manos la boca. Su celda estaba oscura y sucia, y sólo tenía unos trapos que utilizaba como cama. Se recostó de espaldas en ellos y puso sus manos detrás de su cabeza; pensó en todo lo que le había dicho la princesa. Pensó en Katara, su hermana, y en lo que le podía pasar si Azula la encontraba.

"¿Por qué nos odia tanto? ¿Sólo porque somos personas diferentes a ella? ¡Típica niña mimada, regalona de papá! ¡Lo que le hace falta es que alguien la ponga en su lugar!...Pero si Katara lo hizo y se enfureció aún más. Zuko tenía razón; su hermana está loca." – pensó Sokka. Decidió que tenía que salir de allí como fuera e impedir que ella encontrara a su hermana, porque Katara probablemente no podría ganarle esta vez. Azula mostraba más ira y se veía más poderosa , y si en escapar perdía la vida, no le importaba. En esos pensamientos estaba cuando por fin el sueño lo venció.

Continuará……

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Ojalá les haya gustado. Espero sus comentarios, dudas, sugerencias, para saber si lo estoy haciendo bien.

Una pareja saldrá de esta historia, la cual tendrá mucho fuego y pasión de eso estoy segura.

Saludos.