Introducción:

Tom era el típico chico de los barrios bajos, nació en Hamburgo, pero creció en Stuttgart junto a sus padres Simone y Jorg, un chico muy inteligente y con la mente muy despierta a su edad, empezó a tener algunos acercamientos a las pandillas callejeras desde los catorce años, ya que estas abundaban en su entorno, situación que no le hacía gracia a su madre, con quien tenía incontables altercados por dicha situación.

Algunas veces se ponía bastante pesada con el tema, sin imaginar hasta qué grado ya estaba inmerso en ese mundo, por el cual hizo muchas cosas, ya que al tratar de encajar en la pandilla había participado en más de 3 atracos, claro no de forma activa, ya que aún no le consideraban de mucha confianza.

Pero es sabia que después de participar en un gran golpe estaría metido hasta las narices y una vez cruzada la línea, no habría marcha atrás, lo sabía pero nunca le importo, he incluso lo quería, lo deseaba con cada fibra de su ser, ese ser que poco a poco se tornaba oscuro. Algo que su madre ignoraba, y seguía tratándole como a un niño pequeño, cuando definitivamente ya no lo era, pero es más fácil cerrar los ojos y no ver lo que nos rodea, permanecer en la ignorancia, negar lo obvio, pero ¿hasta cuándo?.

Nunca tomaba nada muy en serio, ni siquiera a las chicas que morían por tenerle como novio ya que tenía locas a todas las mujeres que le conocían, se había puesto un pircing en el labio inferior lo cual le hacía verse sexy a los ojos de las chicas, con una escasa musculatura pero la suficiente para hacerse notar pese a que le gustaba vestir con ropa demasiado ancha, que ocultaba su bien formado cuerpo, le gustaba hacer ejercicio y liarse a golpes de vez en cuando con chicos de la escuela o de la pandilla, para presumir lo que era capaz de hacer y mejorar su técnica, endurecer el puño y afilar su espíritu de pelea.

Se había teñido el cabello de negro y lo llevaba trenzado, mantenido a raya ya sea con una gorra o un pañuelo, había tenido muchos royos con varías chicas, pero no había encontrado alguna que le atrajera de verdad, uno de sus pasatiempos favoritos era follar con cualquier chica que estuviera dispuesta, y como obviamente nunca le faltaba con quien, tenía sexo prácticamente todos los días, por lo menos una vez al día.

Siempre quería más de lo que tenía y su mayor deseo era convertirse en el líder de su pandilla, sabía que de esa forma conseguiría mucha plata, una mejor posición, ya que si algo odiaba era el tener que seguir reglas y obedecer a otros, era de naturaleza indomable, calculador y algunas veces frío y despiadado, por eso tenía que entrenarse, fortalecerse, para poder llegar a cumplir sus metas, les gustase o no a sus padres.

Una tarde cambio su vida por completo, un momento de compasión fugaz, de debilidad, un momento que le costó su mayor sueño, haciendo que se mudara a Frankfurt para trabajar en un restaurante perteneciente a un viejo amigo de su padre, cosa que le pareció el peor castigo que le pudieran dar, sin sospechar lo que el destino le deparaba en aquel lugar, donde encontraría la paz y la compañía que nunca imagino, pero sobre todo encontraría su otra mitad, su alma gemela en la persona que menos se imaginó y de la que menos debía de enamorarse y un nuevo sueño, uno mejor al cual aferrarse con uñas y dientes, que le devolviera parte de su humanidad perdida en las sucias calles de Stuttgart.