PD: Este AU (Alternate Univcrse –Universo Alternativo) es un AU del que se puede ver en The White Queen and The Black Knight, así que si te pasas por allí antes venir por este fic podrás de entender mejor un par de cosas y captar mejor algunas referencia. Si no lo haces, no importa mucho. La trama aquí no tiene nada que ver con el otro fic.

Sin más que decir disfruten de la "trama" de esta historia.


The Lustful Demigod

No me pertenece Naruto, el universo de PJO ni ninguno de los personajes y elementos de otras fuentes.

Capítulo 1

Si una mujer enojada es algo que cualquier ser racional querría evitar, una diosa enojada era suficiente motivo para buscar un refugio antinuclear. Y eso es precisamente lo que haría cualquiera que tuviera una vista de la cara de furia que cargaba Afrodita en esos instantes.

Describir a la diosa del amor y belleza era algo que muchas veces resultaba fútil e imposible. Su apariencia cambiaba conforme al concepto de perfección que tuvieran sus admiradores. La imagen más cercana que podía tener de ella era el de una mujer de exuberantes atributos, cabello largo de color variable entre rubio y pelirrojo, y un rostro de súper modelo.

Aun cuando un seño fruncido reposaba en aquella cara, eso no le quitaba ni una pizca de su belleza. En aquello podían coincidir Hefesto y Ares cuando vieron a la diosa entrar en la forja del primero.

Si. Esa parecía ser una escena extraña y algo improbable. No era nada lógico que el esposo de Afrodita (Hefesto) y el amante de esta (Ares) estuvieran en un mismo lugar sin tratar de matarse. Sin embargo había que tomar en cuenta algunas cosas.

Ares rompía muchas de sus armas con sus constantes combates y por consiguiente necesitaba de alguien que las reparara o le forjara algunas nuevas. Hefesto como herrero de los dioses no podía negarse a tal petición. Además su hermano era un buen sujeto de prueba para sus más nuevas invenciones y no podía perderlo.

Como las peleas en el Olimpo no estaban permitidas, había momentos en los cuales ambos dioses podían "socializar" como dos hombres civilizados.

-Entonces el mango de la lanza se partió cuando estaba atravesando el cráneo de ese drakon-dijo Ares describiendo muy detalladamente la escena. El dios de la guerra era una mezcla entre un motociclista y marine veterano, así que la palabra rudo se quedaba corta con él.

-Entiendo. Debo revisar la resistencia de la madera en el arma. Debería hacerlo completamente de metal, pero eso le quitaría flexibilidad- respondió Hefesto. El dios de la forja era grande y fornido, pero no era de muy buen ver. Las malformaciones en su cuerpo casi le hacían ver como un troll de cavernas.

Estaba demás decir que la ironía había hecho de las suyas cuando el destino dictamino cuales serian los hombres más cercanos a Afrodita.

-Grrrr- rugió la diosa cuando estuvo frente ante sus iguales.

-¿Sucede algo, querida?-pregunto Hefesto. Era obvio que lo hacía, pero no estaba demás ser cortes.

-¡Atenea! ¡Esa maldita sabionda sucede!-reclamo Afrodita.

-¿Ahora qué? ¿Piensas que te robo una de tus cremas?-pregunto Ares, haciéndose el "interesado".

-¡No! ¡Esta vez es mucho peor! ¡Me ha dicho que soy una cabeza hueca!

-…

-…

Tanto Ares como Hefesto se vieron las caras. Algo les decía que el asunto no iba termina nada bien.

-Esa sabionda ha dicho que toda mi prole son una panda de modelos pusilánimes y descerebrados. ¡Eso es una vil mentira!-reclamo la diosa.

-Astucia es lo que menos les falta a tus hijos, querida-dijo Hefesto. -Pero en cuanto a fuerza…

-Hacer que Fobos y Deimos tomen una espada es casi que imposible. Ni se diga de los demás-dijo Ares.

-No tolero que ellos estén frente al horror de una guerra-dijo la diosa en tono dramático.

-Pero igual te ligas al dios de estas y ellos causan muchas-pensó Hesfesto recordando la de Troya.

-Independientemente de todo. No se puede decir que mis hijos son unos buenos para nada. Aeneas fundo Roma.

-Recuerda que aun discutimos que tan buena idea fue eso. Se mantuvo nuestro poder, pero ganamos unos señores dolores de cabeza.

-Yo tengo nada que quejarme. Esas acciones me hicieron aun más popular-dijo Ares riendo.

-Eso es lo que molesta a Atenea. Los romanos la degradaron mucho-dijo Hefesto.

-Ella quería presumir su inteligencia y cestería, así que la posición que le dieron fue más que justa-gruño Afrodita.

-¿Entonces que es lo que te incomoda en esta ocasión?

-Estoy particularmente cansada. Voy a hacer que se coma sus palabras.

-¿Y cómo pretendes hacerlo?

-Actualmente ella tiene su atención en esos Rating Game en los que participan los jóvenes de hoy en día. Hare que acepte hacer una apuesta conmigo en uno de ellos y le quitare su bien más preciado.

-¿Patrocinaras a un equipo en particular?

-No exactamente. Mi apoyo ira a mi equipo.

-¿Tu equipo? Pero si actualmente solo los demonios, ángeles y humanos tienen acceso a los Rating Games.

-Pues deberíamos hacer espacio para los semidioses griegos, ¿no creen?

-Por supuesto-dijo Ares emocionado. -Las peleas que se darían serian legendarias.

-Me alegro que pienses eso, pues tú será quien convencerá a Zeus de autorizar el sistema necesario para que podamos entrar en el juego.

-¿Yo?

-Sí yo se lo pido, Atenea sospecharía. Si lo haces tú, ella automáticamente lo apoyaría con el fin de humillarte. Seguro que querrá demostrar que vale más la estrategia que la fuerza bruta.

-Entiendo…..eso creo.

-¿Sabes que para que los semidioses participen necesitaríamos de algo como las Evil Pieces?-dijo Hefesto.

-Allí entras tú-explico Afrodita. –Necesito que construyas un sistema que permita a un semidiós tener un grupo de subordinados. No seas muy restrictivo con los usuarios. Que solo sea necesario que el líder sea afín a los olímpicos.

-Si lo pones de esa forma no será muy complicado.

-Es un hecho que ya tienes todo muy bien planeado, Afrodita. Sin embargo, tengo que preguntarme aquí tienes pensando como campeón-pregunto el dios de la guerra.

-Sencillo. Sera uno de mis hijos.

-¿Estas seguras?-intervino Hefesto. -Quiero decir. Si no hay muchas diferencias entre los hijos de Atenea y los tuyos, es un hecho que cualquiera de ellos palidecerá frente a los actuales jugadores de los Rating Games. Sobre todo contra los usuarios de Sacred Gear.

-No te preocupes. Ya tengo un plan para ello-dijo la diosa con una sonrisa de confianza y algo de malicia.

-De acuerdo. Ayudare en todo lo posible. Si es para humillar a Atenea. Tienes mi apoyo incondicional.

-Igual yo. Solo me gustaría saber en que semidiós tienes tanta confianza como para emprender un plan así.

-Ya pronto lo sabrás. Mi campeón no destaca por su mesura.

[En alguna parte de Japón]

Lejos de la vista de los dioses, o al menos de los tan no curiosos de la vida humana, ocurría una escena por demás particular. Se trataba de un oscuro y abandonado callejón donde se podía visualizar a una joven pareja en acto por demás clandestino.

La primera participe de la fechoría era una mujer de unos veinte con el cabello rojo rapado a un lado, con unos lentes de montura negra. Sus ropas consistían en una cuya blusa purpura que estaba levantada dejando al descubierto sus pequeños, pero bien proporcionados pechos. Estos eran masajeados a la vez que ella era salvajemente "empalada" por su intimidad que también estaba libre gracias a que sus pantaloncillos negros que estaban caídos en el suelo.

El segundo perpetrador era un joven terminado su adolescencia, de complexión alta y fornida. De piel clara, pero bronceada, lo que le daba cierta apariencia de surfista. Su cabello rubio y picudo solo hacía que aquella imagen fuera más fuerte. El vestía un conjunto deportivo de color azul marino con negro. Aunque en aquellos momentos podía omitirse la parte del pantalón, pues era así como el joven estaba dándole lo suyo a su acompañante.

-¡Por kami! ¡Me estas volviendo loca, Naruto!-dijo la pelirroja apoyada en la pared del callejón.

-Eso me suelen decir-dijo el rubio conforme pasaba su manos al estomago de la chica para tener un mejor agarre e introducir con mayor ferocidad su palpitante miembro. –Tú tampoco te quedas atrás, Karin. Tu coño me encanta-dijo el chico seductoramente.

-¡No…..puedo…..creer que esa verga tuya sea real!-dijo la pelirroja en medio de espasmos. –Llena por completo mi….útero-dijo ella viendo como su estomago se deformaba ligeramente con cada estocada.

-Hablando de llenar, espero que este lista para una buena descarga de leche.

-Por favor…. hazlo.

-No tan rápido. Primero tienes que decir cuál es tu posición.

-Yo soy tu….amante. Soy tu zorra. Tu puta-dijo Karin a la vez que sus ojos se voltearon por el repentino abultamiento de estomago.

Luego Naruto le soltó y le dejo en el suelo, donde le termino de cubrir con el semen que aun borboteaba de su verga.

- Sip. Definitivamente te queda esta imagen. ¿Qué opinas, Karin?

-La mejor-dijo la chica con una cara boba por el placer.

[Unos 20 minutos después]

-De acuerdo, Namikaze. Si necesitas otra lección extra curricular, estaré a tu servicio-dijo Karin ajustándose sus lentes.

-De acuerdo. Debo decir que lo de hoy fue bastante instructivo-dijo el rubio pícaramente.

-Lo fue. Solo agradecería que evitaras un poco los desordenes. Las ChronoBottle son algo difíciles de limpiar-dijo la chica con un sonrojo.

-Tú fuiste quien que me dijo que fuera sin miramientos.

-Me asegurare de preparar un escenario más conveniente para la próxima ocasión. Lo mejor es que vayas a tu clase-dijo la pelirroja para regresar al salón que regentaba, uno llenos de esferas de cristal con modelos a escalar en su interior. Resaltaba uno con la apariencia de una ciudad oscura por el cartel de fuera de servicio que tenía alrededor.

-Lo esperare. Nos vemos luego-dijo el rubio para caminar triunfantemente por el pasillo de su academia.

Y esas eran las naturales andanzas de Naruto Namikaze, un joven estudiante de la academia Sword. Un instituto de semi-universitario que enseña a jóvenes aspirantes a guerreros. Como hijo del legendario Minato Namikaze no se esperaba que él estuviera en un mejor lugar, pues tal como su padre, Naruto era un prodigio en el Ninjutsu.

Actualmente se encontraba en el segundo año de su estadía en el lugar y el no podía estar más conforme con ella. El joven tenía varios títulos entre los que destacaba el Huracán Rubio y el Viento Rompecorazones, este último era las razones de los suspiros de las jóvenes que veían al chico como una meta inalcanzable.

Esto debido a que los conocidos de Minato asentían en que el joven había heredado toda la galantería del Namikaze y la había aumentado por mil. La diferencia entre padre e hijo, era que Naruto había desarrollado rasgos más serios y que sus ojos eran de un inestable color azul que se intercambiaba con verde de vez en cuando.

Otro título era menos conocido y un tanto secreto, pues algunos lo tomarían como una ofensa. Naruto trataba de negarlo, pero las que lo conocían no podían llamarle de otra forma.

-Naruto-fue lo que escucho Naruto de una chica de voz severa y autoritaria. -¿Dónde estabas?

Cuando el rubio se voltio, se topo con la mirada inquisitiva de una joven de largo cabello negro, cuyo peinado hacia que un flequillo cubriera el lado izquierdo de su rostro. Su rostro era severo y acompañado por unos ojos azabaches. Vestía con una camisa de estilo quipao color verde oscuro, con un minishort blanco quedaba total visión de sus bien definidas piernas. Al igual que Karin no tenía un especial desarrollo en su pecho, pero igual estos eran perfectos en su bien moldeado cuerpo.

-Hola, Tsuki-chan. ¿Qué tal la clase de Estadística?-le dijo el rubio con una sonrisa nerviosa.

-Todo bien. Tuvimos bastante un examen sencillo, el cual tienes un 100% de reprobar por faltar a la clase-dijo cínicamente la pelinegra mientras zapateaba el suelo con sus sandalias ninja.

-Que mal. Ya veré si Kiriko-sensei me da otra oportunidad.

-Grrr-expreso Tsuki haciendo que Naruto temblara un poco. –No te hagas el listo. No harás nada con ella.

-¿Qué?-dijo Naruto haciendo el aludido. -¿Cómo se te ocurre que intentaría tal estratagema con una profesora? Tengo principios.

-Si como no-dijo la chica en burla.

-Mejor vayamos a la siguiente clase.

-El profesor se reporto enfermo. Tenemos libre hasta la siguiente.

-Oh bien. Entonces lo mejor es que vayamos al patio a esperar-dijo el rubio dedicándole una mirada picara a la chica.

-Si…. Es lo mejor-dijo ella ocultando un sonrojo.

[Minutos después]

Luego de una larga inhalación, Naruto soltó un suspiro de relajación. -Sip Lo que más me gusta de esta academia es el aire limpio. ¿Opinas igual, Tsuki?

La chica le devolvió una mirada vergüenza conforme sacaba la verga de Naruto de su boca. Cabe destacar que ambos estaban bajo un árbol del patio, con el rubio recostado en el tronco y la chica agachada sobre este. El lugar estaba lejos de estar en solitario, pues muchos estudiantes rondaban por la zona ya fuera hablando, entrenando o simplemente pasando el rato. No obstante, nadie se percataba de lo que hacia el par.

-Por favor no me hables mientras estoy ocupada. Necesito mantener toda mi atención en la ilusión que nos oculta-explico Tsuki.

-La gracia es que puedas mantenerla subconscientemente, Tsuki-chan. Hasta que no puedas hacerlo, no podremos pasar al siguiente nivel-le dijo Naruto.

-No es justo. Otras ya han tenido una oportunidad contigo.

-Otras no tienen el mismo aprecio que te tengo, Tsuki-chan. Tú mereces un trato especial.

-Creeré eso cuando me hagas totalmente tuya.

-Mmmm. Te daré una recompensa si logras superar una pequeña prueba.

-Escucho.

-Allí viene Hinata. Mantente oculta mientras hablo con ella.

-Eso es senci…..

-Sin detener lo que hacías.

Tsuki entonces dedico una seria mirada a Naruto. -Eres cruel.

-¿La quieres o no?

-Grrr.

Y por arte de magia, Naruto hizo aparición en el árbol. Como nadie tenía su atención en el lugar, no notaron la repentina presencia del rubio. Fue el saludo de este lo atrajo la atención de una peliazul que muy emocionada se acerco al chico.

Hinata Hyuga podía hacer que muchas chicas se sintieran poca cosa por dos muy buenas "razones". Sin embargo la joven era demasiado modesta como para presumir de sus atributos. La chica de largo cabello azul y ojos perlas era apariencia gentil y apacible. Vestida con un sueter lila y un pantalón azul oscuro que ocultaban bien su figura.

A pesar de su timidez, la chica no lo dudo para sentarse a un lado del rubio y darle un beso, que fue inmediatamente correspondido.

-¿Y qué trae a mi preciosa novia por estos lares?-dijo Naruto saludando con una sonrisa a la ojiperla.

-B-bueno. N-no creo que necesite una razón para saludarte cuando te veo-dijo Hinata con un sonrojo.

La única razón por la que Tsuki no vomito fue porque estaba demasiado a gusto con el sabor de lo que chupaba en esos momentos. Le enfermaba que Naruto estuviera de novio con la santa Hyuga.

En primer momento estuvo de acuerdo con la relación ya que esa era una perfecta estratagema para hacer pensar a las otras chicas que él no estaba disponible. Como la Hyuga había sido criada a la vieja escuela, no había riesgo de que su persona fuera desplazada por los atributos de su rival.

El problema vino cuando descubrió que Naruto en verdad gustaba de la peliazul. El rubio no estaba tras ella solo por su cuerpo, también por su cariño y para la desgracia de Tsuki, Hinata correspondía los sentimientos del chico a la perfección.

En cualquier otra ocasión eso hubiera significado el fin de muchas, pero ese no fue el caso. Naruto tenía demasiado "amor" como para dedicarlo a una sola chica.

Tsuki no llevaba un registro, pero tenía claro que al menos una docena de chicas estaban bajo el encanto del chico. No en sentido figurado, sino literalmente. Una vez que una mujer cogía con Naruto no volvía a ser la misma y tendía a seguir sus peticiones sin pestañar.

Era por eso que el Namikaze podía seguir su relación con Hinata sin el temor de que alguien revelara el secreto. Las chicas de Naruto lo guardaban gusto, con el placer de que ellas habían disfrutado algo que Hinata no.

Dado que Tsuki no había disfrutado de todos los placeres de la carne, ella estaba en posición de ser el pajarito que echara a perder las andadas del rubio. Pero la pelinegra no era de las que desmontaras los engaños. Ella en todo caso, era del tipo que los promovía.

Fueron varios los minutos de conversación melosa los que tuvo que aguantar Tsuki mientras succionaba su amada semilla del miembro de Naruto. El chico tenía un aguante extraordinario, así que tenía que poner su mejor esfuerzo si en verdad quería obtener su recompensa.

La prueba que había puesto el Namikaze era por demás difícil. Si bien ella no experimentaba un orgasmo de forma deliberada, tenía que tragar cada gota del semen que expulsaría Naruto en los próximos instantes al mismo tiempo que mantenía en pie su ilusión.

El rubio sonrió sutilmente cuando vio que el rostro de Tsuki se puso como un pez globo. Sabía que estaba jugando con fuego, pero molestar a la pelinegra valía el riesgo.

Fue un verdadero trabajo para Tsuki tomar todo la semilla de Naruto. Pensó en escupirle un poco a Hinata para burlarse de ella en plan "se la chupo a tu novio bajo tus narices", pero aquello seria un desperdicio y una muy mala idea.

Un detalle con el semen de Naruto era que el líquido era un afrodisiaco extremadamente fuerte. Una gota era suficiente como para enloquecer a un autobús de porristas, por lo que una carga era una receta para el desastre.

Tsuki tenía la suficiente resistencia como para no volverse una fiera en celo, pero igual no pudo evitar ponerse completamente roja y caliente por el trago que ingirió.

La conversación de Naruto y Hinata termino luego de unos veinte minutos, que fue lo que también le llevo a Tsuki para volver a sus cabales.

Conforme Hinata desaparecía de la vista, la pelinegra pudo hacer lo mismo con su ilusión. El cansancio en ella era notorio, pero eso no evito verse contenta por su victoria.

-¿Qué dices? ¿Pase?-pregunto Tsuki.

-Por supuesto. Luego de clases iremos a mi casa-dijo Naruto sonriéndole.

[Horas después]

-Y aquí estamos. Hogar, dulce hogar-dijo Naruto entrando a un modesto, pero muy bien arreglado apartamento con varios paquetes en sus manos.

-Tssk. Aun no entiendo porque no dejas que me venga a vivir contigo-dijo Tsuki. –Me gusta este sitio.

-Tu apartamento está cruzando el pasillo y comes conmigo todo el tiempo. Realmente no sé si haría mucha diferencia.

-El mío esta alquilado-protesto la chica. –Me ahorraría ese gasto si me mudara.

-Sí, pero me limitaría. Sería raro que dos jóvenes como nosotros compartamos una casa.

-No es necesario que mientras. Lo que te preocupa es que tu noviecita tengas dudas sobre nuestra relación. Ella sabe que somos mejores amigos, pero estás seguro de que sospechara si nos ve viviendo en el mismo.

-Sí. Eso es justamente lo que me preocupa.

-Solo cógetela y soluciona este asunto de una vez. Así no tendrías que andar sin tanto secretismo.

-Sabes que no puedo hacerlo. Hinata no es como la demás chicas. Ella es como un regalo con una cinta de "solo abrir en navidad".

-Cursilerías-bufo la pelinegra.

-Algún día dejaras de pensar así, Tsuki-chan.

-Como sea. ¿Cuándo tendré mi recompensa?

-Solo dame un momento. Debo hacer mis ofrendas.

-De acuerdo.

Lo primero que hizo Naruto fue ir hasta un pequeño altar en una esquina de la sala principal. Allí reposaba una foto de Minato Namikaze con un listón negro y unos inciensos extinguidos. Naruto reemplazo los inciensos y dedico algunas oraciones al que fue su padre.

Tsuki se mantuvo impasible mientras veía la escena. Sabía que Naruto le tenía mucho aprecio a ese hombre, pero ella no era alguien que pudiera entender sentimientos como esos.

Luego Naruto busco en las bolsas que trajo y saco una caja de bombones. Esta la puso en un altar que se encontraba en el centro de la habitación. Este era más colorido y lleno de vida, pues estaba decorado por un plato de plata con tallados de palomas y unas rosas artificiales.

-Aun no me acostumbro a todos tus rituales-comento Tsuki. – ¿En verdad los consideras necesarios?

-Por supuesto que lo hago. Me falta mi sacrifico a los demás Olímpicos, pero ese va con la cena-dijo Naruto girándose hacia su compañera. –Tenía que apurarme con este o se derretirían los chocolates.

-Agradezco tu empeño-dijo una tercera voz. –Hubiera sido una pena que estos bombones se echaran a perder.

Los jóvenes inmediatamente dirigieron su atención al sofá de la habitación, lugar donde una mujer se encontraba con la mencionada caja de dulces en sus manos.

Decir que estaba viendo Tsuki era difícil de precisar, pero Naruto veía a una mujer de largo cabello caoba. Con una piel clara algo bronceada y ojos marrones que armonizaban con azul. Lo estrambótico en ella su ropa, o más bien lo que aparentaba ser ropa. Se trataba de una de una lencería de color morado que dejaba la vista a sus majestuosos senos y cubría su retaguardia. Lo único que cubría su intimidad era un macizo armazón de hierro de que comenzaba por encima de su ombligo y terminaba casi en sus pies descalzos.

-Mmmmmm. Chocolate y crema. De verdad que sabes cuales son mis favoritos, Naruto-dijo la mujer.

-¡Madre!-dijo Naruto con sorpresa y bochorno al ver a la pelirroja. En verdad maldecía el día en que su cabeza grabo la representación de Afrodita que estaba en el videojuego de ese sujeto calvo.

-¿M-madre?-dijo Tsuki toda nerviosa. Ella ya tenía presente que Naruto era un semidiós, pero era la primera vez que veía a su progenitora divina. Decir que estaba deslumbrada era decir poco. Aunque en ese momento la pelinegra se preocupo mas por la pequeña ofensa que había hecho a las costumbre de Naruto.

-Es correcto. Tú hermosa y despampanante madre ha venido a hacerte una visita, mi pequeño semental-dijo la diosa poniéndose de pie.

-G-gracias. Es un honor tenerte aquí-dijo Naruto, quien no pudo evitar pensar en lo ardiente que se veía Afrodita. -¿A qué debo tu presencia?

-¿Acaso no puedo visitar a mi hijo favorito?-inquirió la pelirroja.

-Bueno. Tengo entendido que los dioses no visitan a sus hijos a menos que tengan una razón muy importante.

-Cierto. Por desgracia esas son las reglas en el Olimpo-dijo la diosa suspirando. –El caso es que tengo una misión muy importante para ti.

-¿En serio?

-Sí. Sera la misión más importante que haya tenido cualquiera de mis hijos. Hazlo y tendrás la gloria eterna.

-Suena prometedor. ¿De qué se trata?

-Los Olímpicos harán presencia en los Rating Game y quiero que tú seas mi campeón en ellos.

-Wow. Eso es sorprendente. He visto una par de esos combates y debo decir que allí no anda con juegos-dijo Naruto para entonces quedar pensativo. –Aunque….. No quiero sonar derrotista, ¿pero no crees que eso es demasiado para mí?-dijo el chico algo nervioso por la reacción de la diosa.

Una seria mirada fue lo único que encontró.

-Glup. Quiero decir. Sé que podría hacer algo contra algunos de esos sujetos, pero seguro que me aplastarían en rondas superiores.

-No te preocupes. Tengo eso cubierto-dijo la mujer para hacer aparecer un pergamino antiguo.

-¿Qué es eso?

-Solo una pequeña historia de estas tierras.

-¿De Japón? ¿Cómo la conseguiste?

-Solo tuve que mover unos cuantos hilos para aprender sobre una historia que muy pocos saben. La historia del Rikudo Sennin.

-Esto…..Madre. Esa es una historia que saben casi todos los niños de Japón-dijo Naruto dudoso.

-¿Ah sí? Entonces porque no me cuentas de qué trata-dijo la diosa cruzada de brazos.

-Es sencilla. Es un verso que cuenta sobre como un hombre formo amistad con las nueve Guardianas y logro conseguir el poder sobre un doujutsu legendario-dijo Tsuki para ganar una seria mirada de Afrodita. –Supongo que quiere que lo relate completo, ¿verdad?

-No. No necesito oír la versión para niños. Y tú tampoco deberías preocuparte por ella, Naruto. Tú necesitas la versión real de los hechos.

-¿Y es?

-Que el Rikudo Sennin se cogió a todas las Guardianas.

-¿Eh?-dijo Naruto un tanto en shock.

-Si lo quieres oír en palabras más amables y melosas, podemos decir que ese hombre se gano el corazón de todas las Guardianas e hizo que ellas le concedieran el Chakra que ellas protegen.

-Ok-dijo Naruto igual de confundido.

-Sabes que todo el asunto del Chakra escapa de mis manos y no puedo explicarte el proceso al pie de la letra. Lo que tienes que saber es que si logras convencer a esas todas esas mujeres antropomorfas de darte de su Chakra, te harás tan fuerte como un dios.

-¿Lo dices en serio?

-Por supuesto. Si todo sale a la perfección incluso podría que Zeus te haga un Olímpico honorario o algo así.

-Solo espero que no me fusile en el proceso.

-Si les has hecho ofrendas como te pedí que lo hicieras, el no te hará nada. En todo caso te ayudara. Es un hecho que su orgullo macho alfa entrara en acción y ayudara a un camarada.

-De acuerdo. Tengo que coquetear con las guardianas-dijo Naruto procesando lo que haría.-¿Eso lo ha intentando alguien más?

-Unos cuantos-dijo la pelirroja sin preocupación. –Todos sufrieron de muertes horribles, pero eso no es algo que deba preocuparte.

-¿No?

-Así es. A diferencia de esos sujetos tú tienes un Chakra especial que te permitirá empatizar con mayor facilidad con las Guardianas. Si a eso le añades los poderes que te herede, no hay forma de que falles.

-Sí. Eso me da mucha confianza.

-Atiende mi petición y tendrás lo que ningún hombre ha tenido.

-¿Divinidad? Creo que ya Dioniso y Hercules se me adelantaron.

-No hablo de…...-dijo Afrodita antes murmurarle la respuesta a Naruto al oído.

-¡No juegues!-dijo el chico más que asombrado.

-Hablo muy en serio. Tendré que ofrecer una promesa de castidad eterna para hacer justa la apuesta y tengo que esta demás dejarte en claro que ¡NO PUEDES PERDER!-dijo la diosa con llamas en los ojos. –Si lo haces Prometeo tendrá un compañero y te aseguro que los buitres no irán precisamente por tu hígado-dijo la diosa señalando hacia abajo.

-Capto el mensaje. No perderé, madre. Me asegurare de conseguir gloria en tu nombre-dijo Naruto en estilo militar.

-Cuento con ello-dijo Afrodita para entonces observar a Tsuki. –No creas que estas fuera de mi potestad solo por tu extraña concepción del amor. Igual sufrirás si Naruto falla-dijo la diosa antes de desaparecer en un estallido de corazones rosas.

-Wow. La noche resulto mucho más intensa de lo que esperaba y aun no he hecho nada de lo planeado-bromeo Naruto.

-¿En serio solo vas a decir eso?-cuestiono Tsuki.

-¿Qué quieres que diga? Sabes que los semidioses tienen ritmos de vida bastante movidos.

-Eso no resulta excusa suficiente para lo que te pidieron

-Sí. Igual me han pedido algo muy loco-dijo Naruto tomando el pergamino que dejo Afrodita en el lugar. –Lo abrió y le hecho una ojeada. –Shukaku y Matatabi, Isobu, Son Goku, Kokuo, Saiken, Chomei, Gyuki y Kurama. Esos son los nombres de casa una de las guardianas que debo visitar-dijo poniendo una sonrisa picara. –Y todavía faltaría las participantes de mi Nobleza o lo que sea que los Olímpicos estén planeando.

-En ese sentido, ya tiene a un buen sequito de donde escoger.

-No. Si me ocurre pedirle ayuda a una o dos que conozco, pero necesitare a mejores guerreras para poder cumplir los deseos de mi madre.

-Respóndeme. Pondrás tu atención en este asunto porque Afrodita te lo ha pedido o solo porque estas muy interesado en los beneficios.

-¿Puedo responder que es por ambas cosas? Afrodita me apoyo mucho cuando mi padre falleció y no podría fallarle en esta tarea. Además no puedo perder la oportunidad que me otorgando.

-Sí. Me parecía que eso responderías-dijo la pelinegra con un bufido.

-No te amargues, Tsuki-chan. No te dejare fuera de este particular juego.

-Realmente no sé si quiero participar.

-Te agradara. De hecho ya te estoy pensando como mi segunda al mando.

-Oh. Con eso tienes toda mi atención.

-Solo debes tener en cuenta algo.

-¿Qué?

-Me tendrás que ayudar a refinar mis métodos de seducción.

-¿Eh?

-Empecemos con lo que iba a ser tu recompensa-dijo Naruto viendo siniestramente a la pelinegra. –Espero que no tengas planteado sentarte en un rato, Tsuki. Es hora de quitarte tu virginidad posterior-dijo el rubio haciendo que la pelinegra tragara nerviosamente.

Y Tsuki no era la única dama que debía sentirse preocupada en esa noche, pues Afrodita le había dado cuerda a una insaciable bestia que no descansaría hasta lograr el cometido que le habían encomendado, pues ese era el otro título que ostentaba Naruto. La Bestia Celestial.


Este es mi cuarto intento de hacer una historia estilo Smut, así que si no la pego con esta, tiro la toalla. Aunque claro, con las otras me apegue al Yuri y el Futa, y esos son terrenos poco explorados. Era natural que no recibieran mucha atención.

En fin espero que haya gustado el capitulo. La idea literalmente se me ocurrió en la mañana y dedique todo el día a darle vida. La verdad es que ya quería hacer algo multicrossover de puro lemon, pero no me llegaba algo que fuera original.

Es ciertamente extraño que Afrodita sea la madre Naruto, pero no tan alocado si se toma la intención de esta historia. (Personalmente encuentro mejor esta opción, que hacerlo hijo de Zeus). Espero que todos estén de acuerdo con la imagen que tiene Naruto de Afrodita.

No tiene sentido hacer que sea una imagen mezclada dado que este fic admite que Naruto pueda ligar con cualquier chica que se le cruce. Si dije que en The White Queen and The Black Knight Naruto no podía estar con alguien por X razón (ejem: ya está casada o es de las que va a lo Yuri) aquí eso no tiene validez. Por eso es que doy algo de importancia a que pasen por el mencionado fic.

Otro comentario importante. En este AU no deben imaginarse al Rikudo Sennin como Hagoromo. Dado lo explicado, su hijo Asura seria una visión más indicada.

En este capítulo los lemon fueron cortos para darle más importancia a las bases a la historia, pero eso cambiara en el futuro.

Sin más que decir. Me despido.