N/a: Jelou pipol, nais tu mit chu? (?)

Ok , en serio, ¿cómo han estado? Espero que bien :v. Como podrán ver, les presento esta locura que no he dejado de pensarla desde que subí el especial de año nuevo y que estuve escribiendo junto con el capítulo de Mi bella pirata, que muy pronto lo van a tener. Lo que pasa es que se me está haciendo demasiado largo, mucho más largo de lo que suelo escribir cada capítulo, y por eso todavía le faltan algunas cosas. Así que mientras termine de darle unos toques, subiré el primer capítulo de este spin off para que lo disfruten. Tendrá lugar luego de los eventos de la primer temporada y antes de la segunda. Así que algo de spoilers se van a comer, aunque creo que ya deben tener alguna idea de cómo va a terminar el otro fic.

En cuanto a la segunda temporada, estoy esperando a la salida de Sister Location para hacerla. - Si, porque pienso incluir a los animatrónicos del futuro juego en la historia -, espero que lo disfruten mucho.

Bueno, pues aquí vamos :D.

Disclaimer: FNaF es propiedad de Scott Cawthon, los diseños humanizados le pertenecen a Pole-bear; la Oc protagonista de esta historia es propiedad de LanyCookie, así como también la idea que surgió de ella sobre la historia entre el personaje y The Marionette, y de la cual me ha servido de inspiración para escribir esta locura que leerán a continuación.

Avisos: Malas palabras al estilo venezolano - la Oc es oriunda de dicho país -, Ooc - las personalidades de algunos personajes pueden variar -, faltas de ortografía y/o redacción - escribo desde el móvil y el teclado tiende a poner palabras que nada que ver -. Posibles spoilers sobre lo que pasó con algunos personajes de la primer temporada de Mi bella pirata. Están avisados.

Ok, eso es todo xD.

¡Disfruten!


"¡¿En dónde me he metido?!"

Fue uno de los pensamientos de la muchacha durante su primera noche allí. Había llegado de Venezuela hacía casi un par de días y necesitaba un empleo que la pudiese mantener mientras allí. Por un momento, creyó que no conseguiría nada, ni siquiera para lavar unos simples platos. ¡Pero vamos! Una chica oriunda de otro país no iba a tener tanta suerte de conseguir un empleo más o menos decente.

O eso es lo que ella pensó, después de que el dueño de Fazbear's la tomara como empleada luego de una larga entrevista con demasiadas preguntas. Aún no entendía a qué se debía tanto interrogatorio; quizás era por seguridad sobre a quién iba a darle trabajo. Quizás era para conocer a fondo a sus futuros empleados. Vaya uno a saber. La cuestión era que el sujeto, de aparentemente de más de cuarenta años, luego de que ella respondiera a todos y a cada una de las preguntas, sonrió con aprobación seguido de un: "estás contratada". Seguidamente le entregó una copia del contrato para que ella lo firmara y segundos después ya era la nueva guardia nocturna.

Claro que antes de hacer lo anteriormente dicho, la joven leyó detenidamente cada párrafo de aquel papel que tenía en manos - incluídas las letras pequeñas -, pues por nada del mundo se saltaría ningún detalle.

—¿Se encuentra todo en orden, señorita...?

—Rodríguez, señor Fazbear —atinó a decir—. Y si, está todo bien.

Le entregó el papel junto con el bolígrafo de manera serena, el hombre recorrió la hoja con la mirada; sus labios se surcaron hacia arriba en una sonrisa a la vez que se sacaba los lentes de marco negro que traía casi en la punta de la nariz.

—Entonces, es un hecho. Bienvenida al equipo —le extendió la mano por encima del escritorio, la chica de ojos ambarino le devolvió el gesto al mismo tiempo que se levantaba de la silla—. Antes de que se retire, uno de los empleados la estará esperando afuera para entregarle el uniforme. Ya mañana podrá comenzar.

—Muchas gracias, hasta mañana.

—Hasta mañana.

Salió del despacho cargando su mochila al hombro, a unos metros la estaba esperando el empleado del cual el dueño le había mencionado. El mismo era un muchacho apuesto de cabello castaño oscuro y ojos color azul zafiro, llevaba puesto el uniforme de guardia de seguridad con una gorra y un distintivo en su camisa que decia "Mike Schmidt".

Apenas le vio le regaló una sonrisa.

—Usted debe ser la señorita que empezará a trabajar aquí —le extendió la mano—. Mike Schmidt a sus órdenes.

—Lo sé, leí tu nombre en el distintivo.

—Oh~, claro —carraspeó un poco—. ¿Y su nombre es...?

—Chiquinquirá María de la Trinidad Corona Rodríguez.

Elcastaño la miró seriamente con una ceja alzada.

—¿Y te llaman así?

—No, algunos me dicen Quinqui, otros Kira. Pero detesto cuando me dicen "La Chiqui".

—¿Por qué?

—Es que suena muy puta.

Mike ahogó una risotada ante la respuesta de la venezolana, ella se cruzó de brazos y le miró con algo de molestia.

—Perdón, no quise ser descortés. Está bien, en ese caso te llamaré Kira. Acompáñame, no puedes irte sin tu uniforme de trabajo —ambos fueron hasta unos casilleros que se hallaban en una habitación. Él se paró frente a uno de ellos, puso la combinación para luego abrirla y darle el atuendo que usaría la noche siguiente—. Por el momento éste será tu uniforme y éste tu casillero. Es sólo hasta que la guardia permanente regrese de la universidad. Por lo que veo, ambas tienen casi la misma contextura física; así que no creo que tengas problemas en poder ponertela, pero si quieres, podemos darte otro talle.

La chica de ojos ambarino sintió curiosidad.

—¿Quién?

—Isabella, es el nombre de la otra chica que trabajó de guardia aquí hace seis años. Luego de que ella se graduara en la secundaria, su amigo Kevin la reemplazó mientras que ella se fue a estudiar una carrera y luego un post grado muy lejos de aquí.

—¿Y qué pasó con el tal Kevin?

—En estos momentos debe continuar con su luna de miel. Festejaron la boda junto a familiares, amigos de él y su esposa en Nueva York —sonrió ampliamente—. Fue una bonita fiesta —se quedó pensativo por unos segundos y prosiguió—. Por eso, tú estarás aquí por un tiempo, hasta que alguno de los dos regrese primero.

Quinqui lo miró con un cierto dejo de preocupación.

—¿Y cuando eso pase?

—¿Qué? ¿Acaso no leíste en el contrato las letras pequeñas?

—¡Pues claro que las he leído!

Schmidt se asustó.

—Vaya~, ¡qué carácter! —calmándose—. Ya, en serio. Tú tranquila, que el dueño no te va a dejar sin empleo así sin más. Sólo cumple con el trabajo; quién sabe, tal vez si haces las cosas bien te pongan en aquel mural de "mejores empleados" junto con la foto de Isabella. —señaló dicho lugar ubicado a unos cuantos pasos de donde estaban, justo en el mismísimo pasillo de donde ambos habían estado anteriormente. Quinqui volvió a aquel sitio, acercándose más que nada a contemplar el retrato. En la foto, se podía ver a la castaña sobre la espalda de Foxy, abrazando su cuello y a los demás robots ubicados alrededor, ya sean sentados o parados, algunos sonriendo, otros haciendo alguna que otra morisqueta. En otras palabras, era una fotografía muy adorable.

—Linda, sexy e interesante—murmuró el muchacho detrás de la joven, haciendo que ésta diera un saltito del susto—. Pensar que cuando era niña no llamaba tanto la atención como ahora —al ver que la morena lo miraba con una ceja alzada, se puso algo nervioso—. Olvida lo que dije.

—¿Tú la conoces?

—Es la prima de mi mejor amigo —tratando de que los nervios no lo traicionaran—, se puede decir que la conozco de años.

"Se nota que a éste le gusta..."

Un silencio incómodo reinó de repente en el lugar. Mike la miró fijamente durante un momento.

—¿Qué? —ahora era ella la que estaba nerviosa.

—Espero que no estés pensando lo que creo que debes estar pensando en este momento. —cruzado de brazos.

—No entiendo.

"¡Mierda! ¡¿Este marico es psíquico?!"

El castaño exhaló relajando sus músculos.

—Olvídalo. Ven, tengo que hablarte sobre un par de cosas más para antes de tu gran noche.

Y fue así como Mike le explicó la función de cada uno de los robots, así como la locación donde estaba cada uno y sus personalidades.

—Y por último tenemos a Mangle y Foxy en la Cueva del pirata —abrió las cortinas dejando ver un gran escenario con un enorme barco pirata detrás.

La morena se maravilló al ver la decoración.

—¿Cómo le hicieron para meter semejante barco aquí adentro?

—Oh~, eso fue idea de la esposa del dueño. Pensó que sería algo bonito y original colocar una réplica de tamaño más pequeño de un barco pirata para hacer los shows más realistas. A la compañía le costó millones contratar gente para que construyeran esta belleza de navío —dando unas palmadas en dicha estructura—. Volviendo a los animatrónicos de esta zona, Foxy últimamente se ha comportado algo extraño durante todos estos años —señaló al pirata que estaba sentado a lo lejos en un rincón del lugar contemplando su garfio con suma atención. La humana de ojos color ambarino lo observó atentamente; el pelirrojo traía una expresión de tristeza y sus orejas estaban inclinadas hacia atrás, una muestra contundente de aquella expresión en su rostro. Por un instante, le había dado pena verlo así.

—¿Alguna falla quizá?

—No lo creo, lo reviso cada día al igual que a los otros y está más que perfecto. Sin embargo, me llama la atención que se porte de esa manera cada vez que no está haciendo algún que otro espectáculo para los niños. En fin, es todo por ahora —sonriendo—. Podría decirse que estás más que preparada para mañana a la noche. Bien, antes de que te vayas, déjame desearte la mejor de las suertes. —ambos estrecharon sus manos.

—G–gracias. —sonriendo con timidez.

Lejos de allí, un par de ojos azules observaban a la nueva empleada. La robot dueña de dicha mirada había dejado de hacer sus labores de cocinera para acercarse a escuchar la conversación. Se alegró al saber que aquella chica seria la nueva guardia nocturna que "cuidaría" de ellos cada noche.

—¡Los chicos tienen que saberlo!

Salió corriendo como alma que lleva el diablo a avisar a los demás que debían reunirse en Partes y servicio. Al rato, estaban todos. Bueno, excepto Foxy, quien aun no había llegado.

—¿Dónde está ese maldito pirata? —Toy Chica tenía las manos puestas en sus caderas y sus ojos estaban completamente negros con un punto blanco.

Seguidamente, el susodicho había hecho aparición en el sitio.

—¡Hasta que al fin llega, capitán!~ —Toy Freddy estaba recargado en la pared cruzado de brazos. El zorro lo miró de mala gana, abriéndose paso entre sus colegas para luego sentarse en un rincón apartado de todos.

—¿Ya estamos todos? —preguntó la marioneta, los demás asintieron en respuesta.

—Bien, marinera. Ya dinos porqué nos has pedido de venir hasta aquí. —en un tono serio.

La cocinera 2.0 comenzó a contarles a todos lo que había visto y escuchado con respecto a la nueva guardia.

—… Así que mañana empezará esa chica a trabajar aquí —terminó de hablar.

Freddy bufó molesto.

—Desde ya les digo, no cuenten conmigo para darle la bienvenida.

—Conmigo tampoco. Ningún guardia podrá llegarle a los talones a Bellabell. —siguió Mangle.

—¡Tú lo has dicho, preciosa! —ambos chocaron palmas.

—Chicos, ¿por qué no pueden aceptar a la chica nueva? —habló la rubia de orbes liláceos.

La albina respondió enseguida:

—¿Quieres que lo repita, cuñada?

—Es que no tiene sentido tener que comportarnos mal sólo porque no es alguien del círculo de Bellabell que no conozcamos —exclamó Toy Bonnie mientras afinaba su guitarra.

—A mí el único que me cae mal de ese círculo es su primo —murmuró Freddy 2.0 poniendo ambos pies sobre la mesa. Su novia lo miró con desaprobación al verle hacer eso, por lo que dicho castaño los tuvo que bajar de mala gana.

—Sólo lo dices porque casi te arranca la cabeza por haberte querido pasar de listo con ella. —mencionó el pelimorado. El pirata miró al toy de orejas de oso con una mirada asesina.

—No me lo recuerdes, Bonnie —Foxy acariciaba la punta de su garfio con su dedo índice, sin quitarle la mirada sombría que iba dirigida a Toy Freddy, éste último poniéndose nervioso—. Todavía no me he cobrado lo de aquella vez y la de los baños.

—¿Y qué pasó con las pases que hicimos hace tiempo?

—Eso fue por algo diferente. Estamos hablando de mi novia.

—¡Pero es que no es justo! —protestó.

—¡YO TE DIRÉ LO QUE ES JUSTO! —señalandole con el gancho.

Chica ni lenta ni perezosa, le hizo un gesto a Balloon Boy y a las niñas cupcake para que se retiraran a jugar afuera - más que nada en realidad para que no oyeran nada indebido de aquellos dos -, a lo que los pequeños animatrónicos obedecieron.

—¿Ah si? ¿Y qué harás, pirata de cuarta? —levantándose de su sitio.

—¡Te haré caminar por la plancha! —poniéndose de pie y acercándose a él peligrosamente.

El pirata y el vocalista de los toys iban a trabarse en lucha, por lo que The Marionette tuvo que interferir.

—¡YA BASTA LOS DOS! ambos volvieron a sus sitios de mala gana, sacándose la lengua—. ¡Es increíble que ambos compartan veinticuatro años humanos y se comporten como niños de jardín de infantes!

—¡Él empezó! —señalándose mutuamente.

—¡NO! ¡TÚ ERES EL QUE EMPEZÓ! —gritó Toy Freddy.

—¡¿Qué yo q-?! —el zorro trataba de calmarse, aunque eso era inútil—. ¡Si no hubieras querido tocar a Bella, tu y yo nos estaríamos llevando muy bien en estos momentos!

—Para que te lo veas, en el momento en el que estaba vivo, yo tenía más ventaja que tú.

—¿Ventaja? ¿De qué ventaja hablas?

—En que yo SI tenía algo debajo de los pantalones en ese entonces para complacerla. No como tú, que hasta el día de hoy me pregunto cómo es que ella no te ha dejado por alguien que tenga paquete entre las piernas. —escupiendo con sorna.

El resto comenzó a murmurar.

—Uh, eso si que fue un golpe bajo. —susurró Freddy.

—Demasiado bajo, diría yo. —acotó Bonnie por lo bajo quien lo había escuchado.

—¡Ahora si! ¡VOY A HACERTE PEDAZOS! —los demas tuvieron que sostener a los dos para que no se mataran a madrazos.

—¡Ya parenle! —chilló Bonbon sosteniendo como podía al pelirrojo de la chaqueta junto con ambas Chicas, entre que Freddy y Bonnie sostenían al otro de los brazos.

Puppet se dio un sonoro facepalm, tallando sus ojos, intentando a duras penas de contener su instinto asesino de masacrarlos a los dos.

—Mangle, ¿podrías interferir por favor?

—¡A la orden, capitán Puppet! —dijo tomando a Freddy 2.0 y a Foxy de sus extremidades con sus tentáculos y estampándolos contra el techo.

—¡Bajame de aquí, maldita zorra!

—¡Zorra será tu madre, oso travesti!

—¡Endo! ¿Qué te he dicho de meterte en las discusiones ajenas?

—¡¿Vas a permitir que te insulte de esa manera?!

La albina pirata ignoró su pregunta y se dedicó a dirigirle la palabra a los otros dos.

—¡Tú! —señalando al castaño—, deja de andar provocando a la gente, porque seré yo misma quien te mande a la plancha y con una de esas espadas que usamos en los shows metida en tu lindo…

—Mangle~ —la reprendió su novio.

—Uh, lo siento —bajando por un momento sus orejas—. Y en cuanto a tí —señalando al pelirrojo—, debería darte vergüenza comportarte de esta manera. ¿Qué diría Isabella si te viera?

Foxy reflexionó por un momento las palabras de su compañera.

—Ella… No hubiera dicho nada —sus ojos ámbar se opacaron por un momento—. Simplemente me hubiera tomado del brazo y hubiese hecho que la mirase a los ojos para calmarme.

Todos bajaron la cabeza con tristeza. Echaban mucho de menos a su mejor amiga, especialmente él. Para el pirata, la castaña era la única que podía calmar el demonio asesino que llevaba por dentro.

...

—No creo poder seguir, chicos.

—Debes hacerlo, Bellabell —dijo la rubia de ojos liláceos.

—No puedes abandonar tus estudios ahora —acotó el conejo de cabello azul.

—Pero es que… —sus ojos se llenaron de lágrimas— no quiero volver a dejarlos. Son todo para mí.

—No te rindas ahora. —Freddy le puso una mano en el hombro.

—Si, ya verás que cuando menos lo esperes… —agregó The Mangle.

—… Estaremos todos juntos otra vez como siempre. —terminó de decir el pelimorado con una sonrisa.

Isabella miró a cada uno. Por dentro no quería volver a dejarlos, mas ellos tenían razón. Debía terminar la carrera universitaria que había comenzado.

Dejó la valija rosada con ruedas a un costado, extendiendo sus brazos de par en par. Ellos se pusieron alrededor de ella y la abrazaron, lágrimas saladas y de aceite salían de los ojos de la humana y los robots respectivamente.

Cuando se separaron, ella les sonrió con un dejo de tristeza en sus ojos miel mientras secaba su cara con el dorso de su mano. Tomó la manija de su maleta dispuesta a llevarla al coche que había sido regalo de sus padres, cuando sintió que algo jalaba su vestido.

—¿Cuándo volverás mami?

Ella se agachó a la altura del pequeño niño de los globos.

—Pronto. Te lo prometo —acariciando su barbilla con ternura—. Portense bien los tres— dirigiéndose tanto a él como a las cupcake.

—¡Lo haremos! —exclamaron al unísono con una sonrisa en sus caritas.

Foxy se acercó tocando delicadamente su brazo.

—¿Podemos tener un momento a solas?

Ella lo miró y asintió.

—Que sea rápido. No tengo mucho tiempo.

Ambos fueron a un lugar aparte, a una distancia en la que nadie pudiera molestarlos. Una vez que estuvieron totalmente a solas, él la acorraló contra la pared y le estampó un beso en los labios. Ella se dejó llevar, rodeandole el cuello, jugando con los mechones rojizos del pirata entre sus dedos, entre que él acariciaba cada parte de su cuerpo sobre la tela del vestido corto de color blanco que ella llevaba.

—Te amo. —murmuró en la boca de la chica, permitiéndole que pudiese respirar por un instante antes de volver a besarla.

Siguieron así hasta que él mismo terminó con el beso.

—Quisiera poder quedarme a tu lado. —susurró ella acariciando su rostro.

—Pero tienes que ir y cumplir con todo lo que nosotros nunca podremos.

Isabella se mordió el labio inferior para no tener que volver a llorar, aunque eso no sirvió de nada, porque segundos después ella estaba llorando desconsoladamente en el pecho de su novio.

—Me destroza el alma tener que abandonarte.

—Vamos, tienes que ser valiente mi bella pirata. Tu nunca me dejarás como yo tampoco lo haré. —le susurró mientras acariciaba su espalda con ternura.

—Te amo, Foxy —lo beso con dulzura—. Te prometo que volveré lo más pronto que pueda en cuanto me gradúe.

Volvieron a abrazarse, el pirata la sostenía fuertemente pero cuidando de no hacerle daño.

—¿Ya te he dicho que me vuelve loco ese vestido que traes puesto? —dijo sacándole una carcajada.

—¿Van a dejar de comportarse con inmadurez? —la voz de la albina regresó a su antecesor a la realidad.

Zorro y oso asintieron con la cabeza. Ella los fue bajando lentamente hasta el suelo. La otra rubia los miró con enojo con ambas manos en la cintura, ambos al verla bajaron la cabeza apenados.

Antes de que se armara algún otro escándalo, ella habló:

—Quiero que levanten la mano los que están de acuerdo en darle la bienvenida a la nueva guardia mañana en el turno nocturno. —todos a excepción de Freddy, Mangle y Foxy levantaron la mano.

—Foxy, ¿tú no participarás? —preguntó el conejo peliazul, a lo que el pelirrojo resopló de mala gana.

—Hagan lo que quieran, a mi me da igual. Yo me largo de aquí. —dijo de mal humor pasando olímpicamente de todos y yéndose a vaya a saber donde.

—Ya decía yo que BonBon tenía razón al decir que es un cavernícola. —dijo Toy Foxy con una expresión seria observando la puerta por donde su antecesor masculino se marchó.

—Dejen de decir esas cosas. Se ve que no tienen la más mínima idea de lo que es extrañar al amor de sus vidas. —exclamó Toy Chica.

—Eso dilo por él, por suerte cada uno de nosotros tenemos a nuestros amores aquí. —replicó la albina pirata, a lo cual la rubia rodó los ojos.

—Bueno, no todos tenemos amores. —Fazbear 1.0 miró de reojo al conejo azul y a la marioneta. El primero se había puesto a terminar de afinar su instrumento mientras que el otro no tenía ninguna expresión en su cara.

Su novia se acercó a él.

—¿Estás pensando lo mismo que yo, mi osito? —envolviéndolo cariñosamente con sus tentáculos (?).

—Podría ser, pero no creo que funcione. —respondió el castaño rascándose la barbilla.

—¿Qué es lo que traman ustedes dos? —habló Puppet alzando la voz.

—¡Yo le diré lo que estos dos pelmazos planean, señor Puppet! ¡Escuché todo lo que dijeron!

—¡Oye tú, cabeza parlante! ¡Cierra la boca o te la cerraré yo!

—¡Tu no me mandas, oso marica!

—¡¿Oso marica?! —hiperventilando—. ¡Mangle! ¿No piensas defenderme?

Ella lo miró con una expresión dramática.

—Osito mío~, sabes que no puedo reñir a Endo. Hacerlo sería como reñirme a mí misma. —poniéndose una mano en el pecho en pose dramática.

—¡PERO SOY TU NOVIO, JODER!

—Lo sé, pero es mi segunda cabeza. —mirándolo con inocencia.

—Bueno ya, ¿qué querías decirme, Endo? —preguntó el pelinegro.

—¡Ah si! —recordando lo que iba a decir—. ¡Estos dos planean emparejarlo con Toy Bonnie para que ninguno de los dos esté sin pareja!

—¡¿Qué cosa?!/¡¿Cómo?! —chillaron ambos solteros del grupo.

—Al fin algo de yaoi en este lugar —murmuró Chica, todos la quedaron mirando, lo cual hizo que se sintiera intimidada—. ¿Qué?

—¡Ah no! ¡Ni crean que me voy a besar o a emparejar con Puppet! ¡Iugh! —viendo al títere—. Sin ofender.

—Pues a mi me parece una enorme pérdida de tiempo enamorarse de alguien. —espetó el mayor.

—¿Por qué? —preguntaron todos.

—Porque si. No entiendo cómo es que un sentimiento tan tonto como el amor los ponga a todos como idiotas, especialmente a Foxy.

Todos quedaron boquiabiertos ante la respuesta de su líder mayor. En todos esos años, él jamás les había dicho su opinión sobre el amor. Lo que si no sabían, era que él a pesar de su punto de vista le hacía feliz el saber que sus "hermanos menores" eran felices con sus respectivas parejas, y eso incluía a la relación que tenían el pirata y la castaña.

Sin embargo, él había decidido mantener su idea de no enamorarse jamás, ni de otro animatrónico ni mucho menos de un humano.

Aunque eso era algo que estaba por verse luego.

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A la noche siguiente, Quinqui llevaba deambulando por el local desde hacía media hora, al parecer ninguno de los robots estaba activado, por lo que suspiró algo desanimada y dirigió sus pasos hacia la oficina. Cuando dio apenas un par de pasos, algo llamó su atención; pasando el carrusel, a unos metros más al fondo, había divisado una caja de regalo enorme, de color azul con un gran moño de color morado. Se acercó cada vez más, llamándole la atención la música que salía de ésta.

—¡Qué bonito! —exclamó maravillada al darse cuenta de que se trataba de una caja de música. De niña le encantaban, incluso sus padres le habían regalado una para un cumpleaños - y que todavía conservaba con mucho cariño -. Se acercó, extendiendo su mano para poder tocarlo, pero en cuanto apenas lo hizo, su ocupante salió de repente, causando que ella cayera al suelo.

—¡Coño e' madre! Me quedó doliendo el culo. —frotándose dicha zona.

The Marionette salió de su escondite raudamente para ayudarla a levantarse.

—¿Te encuentras bien, niña? —extendiéndole la mano.

La chica reaccionó furiosa.

—¡Babieco! ¿Por qué carajos no te fijas por donde…? —en cuanto la morena levantó la vista para verlo, quedó completamente petrificada.

Por un momento, los dos cruzaron miradas. El pelinegro de mejillas rojas sintió una sensación extraña en su interior al verla, era algo que nunca había sentido antes. La joven tenía los ojos como platos al tenerlo tan cerca.

Lo que sucedió segundos después, era algo que Puppet nunca se hubiera esperado.

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Ambas rubias estaban en la cocina terminando de amasar las pizzas, solo faltaba ponerles la salsa de tomate y estarían listas para hornear. Sin embargo, la botella de la salsa se había acabado, quedando solamente latas con el contenido previamente mencionado y el abrelatas no estaba por ningún sitio.

—¿Ya buscaste por aquí, Chica?

La aludida asomó su cabeza fuera de la alacena.

¿Que cómo hizo para meterse allí arriba siendo ella algo bajita?

Eso es un gran misterio que nunca vamos a saber (?).

—Si, pero no encontré nada.

La ojiazul se desplomó en la primera silla que encontró allí con una lata en mano.

—¿Y ahora qué haremos?

De la nada, alguien le arrebató la lata y a los pocos segundos se la devolvió abierta.

—¡Foxy! —chillaron ambas de felicidad.

—¿Necesitan ayuda?

Las dos cocineras se miraron cómplices para que luego, la que estaba más cerca de él, le extendiera el resto de las latas que había sobre la mesa.

—Te estaríamos muy agradecidas si nos ayudas con las que quedan.

El pelirrojo sin decir una palabra, fue clavando su garfio en cada uno, abriéndolos y, con una habilidad y velocidad increíbles, todos los envases estaban abiertos en menos de un minuto.

—Ya están todas.

Toy Chica quedó sorprendida.

—¿Tan pronto?

—Wow, capitán. Si no fuera porque eres un pirata, diría que eres el garfio más rápido del oeste. —comentó la ojilila una vez que puso los pies en el suelo.

—Querrás decir de los siete mares, Chica. Los vaqueros no usan un gancho en la mano.

Los tres rieron. El pirata bajó sus orejas de zorro con pena.

—Lamento mucho el comportamiento que tuve ayer —tomó un paño de cocina que estaba sobre la mesada, disponiéndose a limpiar su garfio—. No se dan una idea de cuánto la hecho de menos, de cómo desearía que estuviera aquí entre mis brazos, de poder probar sus labios, sentir como se estremece cuando acaricio su piel por debajo de su ropa y...

—¡Hey! Alto ahí, pirata enamorado —dijo Chica 2.0 poniéndole la mano en la boca—. No es necesario que nos confieses el resto —retirando su mano lentamente, el contrario la miraba con cara de wtf—. Para eso, escríbe un libro erótico sobre tus cochinadas con ella. Quien sabe, tal vez termine siendo mejor best-seller que Cincuenta Sombras de Grey.

—¡¿Cincuenta Sombras de Grey un best-seller?! ¿En serio, Chiqui? ¿Esa porquería?

—Hola, Freddy~. —dijeron los tres al ver al castaño de orejas de oso recargado en el marco de la entrada.

—¿Vienes a ayudarnos, hermanito? —le invitó la rubia bajita.

—Tsk, neh. Vengo a ver si ya están listas las pizzas.

—¡Oh, es cierto! Olvidamos ponerles la salsa y meterlas al horno.

—Vamos, Freddo. No me dejes solo en esto, ¿si? —exclamó su amigo arrojándole un delantal a la cabeza que había encontrado por ahí.

—Yo que tú le haría caso, "Sammy"~ —dijo Chica golpeándole levemente el pecho con el dedo y haciendo énfasis en el nombre que alguna vez le perteneció cuando era un niño—. De lo contrario te dejaré sin pizza.

Los brillantes ojos azules de su hermano la miraron con asombro.

—¿Serías capaz de dejarme sin esas gloriosas pizzas?

—¿Quieres apostar? —mirándolo con diversión.

El castaño desvió la mirada refunfuñando, disponiéndose a poner manos a la obra con los otros tres cuando se oyeron los gritos de la guardia a lo lejos.

—¡Es la chica nueva! —hablaron al unísono para luego salir corriendo hacia donde estaba la humana.

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Los gritos de la muchacha se volvieron a escuchar, haciendo que todos los animatrónicos llegaran corriendo a toda prisa para ver qué pasaba.

Se sorprendieron de verla en un rincón abrazada a sus rodillas, temblando y totalmente pálida del miedo con Puppet apoyado en el suelo sobre su rodilla derecha, a pocos metros de ella.

—¡P-por favor, alejenme esa cosa! —con un hilo de voz.

—¿Uh? ¿Cuál cosa? ¿A qué se refiere? —Bonnie se rascó la cabeza dudoso mirando al resto, los demás se encogieron de hombros en respuesta.

Quinqui señaló con mano temblorosa al títere pelinegro frente a ella.

...

—¡Ayúdenme! ¡Saquenme de aquí!

Una pequeña Quinqui estaba atada de manos y pies sobre una silla en medio de una habitación llena de títeres. Sus sollozos hacían eco por todo el lugar, mas nadie parecía oírla a pesar de que el sonido de su voz retumbaba en las paredes.

La puerta se abrió abruptamente, dejando ver una figura algo lánguida totalmente de negro y una máscara de mimo. Con él venían dos más quienes se acercaron a la pequeña, comenzando a torturarla con los muñecos que estaban desparramados por todo el cuarto.

—No llores, nena~, los títeres no te harán daño. —los tres sujetos comenzaron a reír de forma siniestra, aterrando aun más a la pequeña de orbes ambarinos.

La guardia comenzó a respirar dificultosamente, sentía que su pecho se oprimía y que por ello el aire no podía entrar a sus pulmones.

—Señorita, ¿se encuentra bien? —preguntó Toy Bonnie al verla en ese estado.

—N-no respiro. —fue lo último que dijo antes de quedar inconsciente.

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Abrió sus párpados con pesadez, percibiendo únicamente el brillo de la luz de la habitación junto a varias siluetas de diferentes tamaños que la rodeaban.

—¡Miren! ¡Ha despertado! —exclamó una voz algo chillona.

—¿Señorita? ¡Señorita! ¿Cómo se siente? —dijo otra a su lado, solo que un poco más grave.

Poco a poco su vista se fue tornando más nítida, encontrándose con los robots que tenían una sonrisa de oreja a oreja.

—Tengo náuseas.

—¡Rápido! Alguien traigale un vaso con agua —ordenó Chica 2.0, rápidamente Freddy Fazbear apareció de la nada con el líquido en mano y se lo entregó a la guardia—. Toma con cuidado.

La castaña tomó un par de sorbos de manera lenta y pausada. Le entregó al de orejas de oso el vaso y se incorporó lentamente, sentándose en el sillón.

—¿Mejor? - preguntó Toy Chica.

Quinqui asintió.

Todos suspiraron.

—Linda forma de darle la bienvenida —murmuró por lo bajo el cantante, recibiendo un codazo por parte de su hermana la polluela—. ¡Auch!

Sin embargo, la chica había logrado escucharlo.

—¿Una bienvenida... —observó el enorme lugar lleno de mesas y sillas. A lo lejos estaba el escenario principal y sobre este, encima de las cortinas rojas estaba un cartel que decía: "Bienvenida". Por el resto del salón, habían globos de todos colores que colgaban desde el techo y algún que otro en el suelo. Sus ojos brillaron como los de una pequeña niña en navidad—... para mí? —señalándose a ella misma.

Todos asintieron.

—Que pena que al final no salió como esperábamos. —Cherry bajó la mirada con tristeza.

—Queríamos darte una sorpresa genial. —agregó la otra niña pelirrosa.

—Pero luego escuchamos tus gritos y tuvimos que dejar todo así. —erminó de acotar el niño de los globos.

La ojiambarina les sonrió a los pequeños con dulzura.

—¡Son muy lindos ustedes tres! ¿O sea que fueron parte de esto? —los tres afirmaron con la cabeza—. Vengan aquí —les dio un beso en la frente a cada uno. Luego miró a los más grandes—. Muchas gracias a todos por el recibimiento. —en eso se oyó a la distancia un: "A mi no me lo agradezcas, yo no participé en esa porquería" por parte de la zorra pirata, seguido de un regaño de su segunda cabeza.

—No le hagas caso, continúa. —murmuró la rubia de ojos lilas.

Quinqui prosiguió:

—Créanme que no es nada fácil para mí estar en un país desconocido lejos de mi familia y sin conocer a nadie.

Bonnie levantó la mano para hablar:

—Seré curioso, ¿de dónde eres?

—Venezuela.

—¿No está cerca de Argentina? —inquirió Toy Freddy.

—Está en el mismo continente —respondió ella—. ¿Por qué lo preguntan?

—Bellabell es de Argentina. —respondieron al unísono.

Fue ahí que le contaron con lujo de detalles a la humana sobre cómo los padres de Isabella se conocieron, de cómo Elizabeth había vuelto a su país natal luego de los incidentes en Fredbear's, y Walter había cometido la locura de ir hasta allá a buscarla y decirle que la amaba para...

Bueno, el resto ya lo saben (?).

—Deben extrañarla mucho.

Todos afirmaron en respuesta.

—¡Oh! Antes que nos olvidemos… —chilló la rubia de ojos azules— ¡Puppet!

La joven de sangre latina miró hacia todos lados. De las puertas dobles que iban hacia la cocina, salía un pastel decorado de todos colores portado por la marioneta - quien por cierto, ella no lo había visto porque la torta justo tapaba su cara :v -. Se detuvo frente a ella, sin soltar la bandeja.

—¿Es para mí? —llevándose ambas manos a su pecho con una expresión de sorpresa.

—Y todavía hay más, marinera. —habló Foxy quien había estado callado todo ese rato.

—¡Pst! Foxy, la vela. —susurró Chica 2.0, el aludido sacó del bolsillo de su saco una vela - tipo como las que traen los cupcakes de las Chicas -, colocándolo en el medio de la cima, el pelimorado fue quien la encendió con ayuda de un encendedor que sacó de vaya a saber donde (?).

—N-no sé qué decir. —con lágrimas en los ojos.

Bonnie 2.0 se sentó a su lado y la abrazo por encima de los hombros confianzudamente.

—No tienes porqué agradecernos. Solo esperamos que nos llevemos bien entre todos, ¿cierto muchachos?

—¡Cierto!

—¡Bien, Boss! ¡Haznos los honores!

Quinqui observó el pastel ser colocado en la mesa que habían puesto frente a ella, llevándose una no muy agradable sorpresa al descubrir quién la llevaba.

Nuevamente aquella criatura la observaba con esos ojos negros y profundos.

"¿Por qué me mirará así?"

"Otra vez esa cosa..."

—¿Qué carajos pasa? —murmuró Fazbear.

—Oh~, oh~ —susurró el pirata.

—Creo que me siento mal otra vez. —dijo Chiquinquirá antes de desmayarse nuevamente en brazos del conejo toy.


N/a: Holly shit! Lo terminé al fin, y justo a tiempo para subirlo antes de que se termine este día.

¿Por qué razón de subirlo para esta fecha y no otro día?

Por que es el cumpleaños de una seguidora muy querida y quería hacerle este regalo :'v - sep, te hablo a ti Lany -. Gracias por seguirme hasta el fin del mundo corazón :'); espero que te guste tu regalo.

Y espero que a ustedes también les haya gustado. En unos días tendrán capítulo nuevo y superlarguísimo de Mi bella pirata. Nuevamente pido perdón por algunos spoilers y por mi largo periodo de inactividad.

Por cierto, antes de irme...

*Llamado a la solidaridad*

Se busca novia para Toy Bonnie y una loca que acose a Foxy durante este spin off. Ambas - junto con Quinqui - saldrían en la segunda temporada y la última trataría de robarle a Isabella el amor de su pirata - me refiero a la acosadora :v -. ¿Alguien anota a su Oc? Interesados, favor de mandar un PM al inbox con nombre, apellido, edad, apariencia física, gustos, vestimenta e historia - Si es que tiene una historia -.

Desde ya, muchas gracias :D.

*Fin del llamado a la solidaridad* (?

Bien, eso es todo. ¡Muy feliz cumpleaños, Lany!

¡Nos leemos pronto!