Disclaimer: Los personajes de la Saga Twilight no me pertenecen, son de Stephanie Meyer. La historia es obra mía, no autorizada para copia.

Título: The Girl That I Really Love You

Pairing: Bella Swan & Edward Cullen

Raiting: M (Si no te gustan historias con lemmon y no son mayores de 16+ absténganse de leer de lo contrario lean bajo su propio riego.)

Resumen: Fuiste mi primer amor, la primera vez que te vi supe que no había nadie más para mí, lamentó que nuestra historia estuviera marcada de secretos y dolor. Tenías a muchas a tus pies, pero ambos sabíamos que nadie te amo como lo hice yo, pues yo fui... La chica que en verdad te amo y por amor te deje ir.


Capítulo 1: La chica que te conoció

"Cuando te vi me enamoré y tú sonreíste porque lo sabías."

William Shakespeare

La primera vez que te vi yo tenía 13 años y tú 18. Yo aún asistía a la secundaria y tú a la universidad. Yo era aún una niña, criada bajo el cobijo de mi tía después de la muerte de mi mamá cuando era una niña de 6 años, quedarme con mi papá no era una opción ya que él era policía y sus turnos le impedían cuidarme como debía, por eso tomaron la decisión que yo creciera con ella y a papá lo vía solo en vacaciones o cuando él podía viajar a visitarme.

La primera vez que te vi, fue una noche fría de febrero. En un restaurante de esos lujosos donde todo mundo te miraba por tu ropa y tu forma de sentarte, me sentía intimidada, si bien mi tía y yo vivíamos en un suburbio ubicado en una zona elegante, y he tenido de todo gracias a la herencia de mi mamá y al dinero que le enviaba mi papá, no fui criada como una niña rica. Aunque tuve todo, no me lo daban a manos llenas, y los berrinches con mi tía no servían pues si bien yo sabía que ella me quería y en mi veía al recuerdo de su única hermana nunca me crió consentida por no tener a mi madre, pues ella se encargó de serlo y ocupar el lugar a la perfección. Mi educación se basó en escuelas públicas, y mi mejor amiga es la hija de la mujer que nos ayudaba a tener todo en orden en la casa. Mis juegos preferidos no eran las muñecas, aunque Angela adoraba jugar con ellas, tampoco eran los deportes pues era muy torpe y siempre terminaba lastimada e ingresada en los hospitales, más detalladamente en el área de urgencias, urgencias, razón por la cual sospecho mi tía ahí lo conoció a él. Mi mayor juego era mi propia imaginación, leer un libro y vivir la aventura de ese momento, había conocido Praga, París, Tokio y muchos lugares más, convivido con reinas como Victoria y María Antonieta, saqueado con piratas y rescatando princesas, pues leer era mi mayor afición. Así que no era raro para nadie que meque me conociera que fuera introvertida.

La primera vez que te vi, sentí mariposas en el estómago y no las náuseas comunes porque un chico se me hiciera lindo. La primera vez que te vi, por un momento pensé que no eras real, pues tu piel de porcelana, tus ojos verdes tapizados de largas y espesas pestañas negras, tus labios rojos, y pulcro traje de vestir te hacía parecer irreal, fuera de este mundo, eras un dios griego que había bajado a convivir un rato con nosotros los humanos.

La primera vez que te vi, tú me dirigiste una mirada curiosa, y yo sonrojada aparte mi vista de ti lo cual te hizo reír. Tu risa fue música celestial para mí y me hizo querer mirarte de nuevo solo para ver cómo te veías cuando eras feliz.

La primera vez que te vi, apartaste la silla de la mesa para que pudiera sentarme. La primera vez que te vi te sentaste al la lado de mí.

La primera vez que te vi había más gente, pero solo te miré a ti.

La primera vez que te vi, fue en ese elegante restaurante donde tu padre y mí tía nos anunciaba su próxima boda.

La primera vez que te vi, extendiste tu mano hacia mí para saludarme. La primera vez que te vi me dijiste tú nombre y jamás lo olvidaré, pues saboreé cada letra que salía de mi boca mientras lo repetía.

La primera vez que te vi, deseé tener tu misma edad para te fijaras en mí. La primera vez que te vi mi corazón brinco de emoción y dejo de ser mío para pertenecer inmediatamente a ti. La primera vez que te vi me enamoré perdida e irrevocablemente de ti.

La primera vez que ti vi, aun siendo una niña de trece años, sin experiencia en el amor, supe que tenerte sería difícil y hasta imposible. La primera vez que te vi supe que sufriría por ti.

Edward Cullen...

Diez años después.

La última vez que te vi, tu cruzabas la puerta de la casa sin dirigirme una mirada, ibas con ella, me lo acabas de decir, sin importarte que dentro de mi crecía una parte de ti.

Continuara...


¿Espero sus Review?

Nos leemos en unos días más.