La siguiente historia, es un regalo muy especial para una persona muy especial. La cual conocí a través de esta página.
Feliz cumpleaños, FenixCarmesí.
Fullmetal Alchemist: Propiedad de Hiromu Arakawa
Sólo la historia es de mi propiedad.
El punto débil de Roy Mustang
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By: RossyStyles
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- ¿Has escuchado el gran nombramiento del año que tendrá lugar en Amestris?
- Aa, el nombramiento del Führer más joven de la historia del país. Sin duda hablamos de un hombre digno de admirar, he de apostar que un hombre como él, no conoce los temores ni debilidades.
- Eso de seguro, amigo. El coronel Mustang no conoce la debilidad. Él es mi ejemplo a seguir. Yo un día quiero ser como él.
- Idiotas, no saben nada.
- ¿Ah? ¿Y usted quién es?
- Sólo alguien que conoce el secreto de la debilidad del admirable coronel. No es el inmutable personaje que ustedes creen.
- ¡Imposible!
- ¡Eso no puede ser cierto!
- Lo es… lo creerán luego de que les cuente la historia detrás de la debilidad del coronel…
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El suceso que les voy a contar, tuvo lugar en el periodo de reconstrucción de Isvhal, cuando el Führer Grumman ocupaba el alto mando, y ya comenzaba a hablarse de su próximo retiro. La mayoría de los militares sabían que habían dos fuertes candidatos a ocupar su lugar: uno, era la mayor general Armstrong, mujer valiente, comandante en jefe encargada de la protección del norte de Briggs y el otro, claro está, Roy Mustang. Pero pocos saben que hubo un tercer candidato… un tercer candidato que fue la chispa del inicio del tormento del alquimista de fuego.
Fue en una noche, cuando el coronel Mustang se encontraba en su oficina, ordenando y planeando las nuevas estrategias y planes, para que los ciudadanos de la nación confiaran en él como futuro líder. A su lado, como todos los días, se encontraba su mano derecha, la teniente Riza Hawkeye, escribiendo sin parar las órdenes dictadas por su superior.
- Es todo por hoy, teniente. Ya mañana seguiremos, no quiero ver un papel más en lo que resta de la noche.
- Coronel, aún queda mucho trabajo por hacer. –respondió la rubia con tono neutral.
- Tienes razón, aun no me explico cómo es que siempre hay toda una montaña de papeleos por recoger. – suspiró con desanimo – tú eres mejor en estas cosas que yo. Te importaría ordenarlas por mí.
- No tengo elección.
- Eres la mejor, teniente. Bueno, -se estiro al levantarse de su asiento - me adelantaré. ¿Tú que harás?
- Ir a casa una vez que termine esto. – respondió sin dejar de escribir.
- Vamos teniente, la noche es joven y tú también. Aprovéchalo. –dijo sugerente.
Eso hizo que Riza detuviera su escritura.
- He de adivinar… por sus palabras, que ya tiene planes para hoy. – Comento sombría – ¿el cabaret de nuevo?
- Eres buena en todo, teniente, como siempre diste justo en el blanco. Así es, un poco de cariño y atención por parte de mis niñas es todo lo que necesito para sentirme nuevamente relajado para mañana.
- Tiene una forma bastante peculiar de relajarse, coronel. Una persona normal se conforma con una buena noche de sueño.
- Ya me conoces, teniente. Necesito de compañía para sentirme vivo. –comento mientras recogía sus cosas, dispuesto a irse. – deberías seguir mi ejemplo y salir un poco.
- No gracias, tengo mis propias maneras de recreación. –respondió cortante volviendo a escribir.
- Ya puedo sentir las manos de Camelia en mi rostro mientras me consiente, - él ya soñaba mientras caminaba hacia la puerta - y a Jazmín. Ella es buena dando unos buenos masajes en…
Un golpe de un escritorio siendo estampado fuertemente por unos pesados libros lo saco de su ensoñación.
- Es todo, yo también me marcho. –dijo la joven mientras recogía sus cosas con bastante rapidez. – Buenas noches, coronel. – Dijo mordaz – que tenga su noche placentera.
- Pero… el escritorio aun esta hecho un desastre. –señalo, algo confundido.
- Es su desastre, arréglelo usted.
- Pero… tú ya habías dicho…
- Así aprenderá a ser más ordenado. –contesto tajante acercándose con sus cosas hacia la puerta.
- Pero…
- ¡Dije buenas noches! – respondió alzando la voz, y saliendo con paso firme del lugar.
- ¿Cuál es su problema? –Se cuestionó el pelinegro, - así nunca saldré de aquí. –dijo con pesar mirando la montaña de papeles por ordenar.
Y mientras en los pasillos del comando central, una rubia caminaba furiosa, maldiciendo a su jefe por ser tan…
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- Lento. El coronel Mustang es lento.
- Yo diría más bien estúpido.
- Lo siento, no podemos referirnos así de él.
- Pero aún hay más.
- ¡Cuéntenos! Oh, misteriosa mujer.
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Al día siguiente, se podría sentir una tensión en el ambiente en la sala de reuniones donde se encontraban los subordinados del coronel. Ellos no entendían el porqué del aura tan negativa del alquimista de fuego y ojo de halcón. Los compañeros se miraban unos a otros sin entender la situación.
- Mmm… ¿sucedió algo que no sepamos? –se atrevió a preguntar Havoc.
- Están… más tensos de lo normal – contribuyo el soldado Breda.
- Nada, sólo fue una larga noche, al menos para mí –gruño Mustang.
- ¿No paso una buena noche, coronel? Creí que tenía todo planeado para que así fuera –comento con mofa la teniente.
- Tuve que cancelarlos por culpa del papeleo, al final acabe tan cansado que no me quedaron ganas más que para dormir –respondió mordaz pelinegro.
Riza iba a replicar pero en ese momento, tocan la puerta, interrumpiendo la conversación.
- Oh, aquí están a los que buscaba –dice un anciano entrando a la sala, escoltado por dos oficiales.
- Führer Grumman –saludan todos poniéndose de pie, haciendo el saludo militar.
- Buenos días, equipo Mustang. Me alegro que estén todos reunidos. Vengo a informarles algo de última hora. Un asunto muy importante –dijo con seriedad.
- Usted dirá, señor.
- Como todos saben, muy pronto tendré que ceder mi puesto como líder de Amestris a un militar más joven y apto para el cargo. Saben que los candidatos al puesto son el coronel Mustang y la mayor general Armstrong.
- Sí, señor –respondió el pelinegro con un brillo de rivalidad en la mirada. Fue el saber que su rival para el cargo seria Olivier Armstrong lo que lo motivo a esforzarse el doble en sus metas y estrategias.
Todos se miraron con compasión entre sí, no sólo el coronel se esforzó en sus planes, sino que arrastro a todos con sus ideas.
- Pero, los oficiales del consejo, creyeron que se debe proponer a un tercer candidato, para equilibrar la balanza entre los postulantes.
- ¿U-un tercero? –pregunto Mustang. Eso era algo que no había considerado.
- Así es, coronel. Usted representa la central del país. Y la generala el norte. Por eso se decidió que el tercer candidato, debe de ser de la zona sur, la más alejada y pequeña de Amestris. Él no es muy conocido entre la gente de esta zona. Pero no dudo que con su… esto… carisma, logre hacerse conocer –finalizo el Führer, de una manera poco convincente.
Aquello puso a pensar a Mustang, se preguntó el porqué de la incomodidad con la que hablaba del nuevo candidato, cuando a Grumman le caía bien casi la mayoría de las personas.
- Les presento, al mayor Reymon Sawyer –dijo señalando hacia la puerta, donde un hombre hacía su entrada.
Era pelirrojo, de ojos marrones, alto y de buen porte. Sonreí a todos con gran seguridad y altanería, eso desencajo totalmente al coronel. Algo en ese tipo no le agrado.
- Con que ese es el famoso equipo Mustang. Déjenme felicitarlos. Son famosos en toda Amestris. Incluso más famosos que yo mismo.
- Eh… bueno. Yo por mi parte los dejo –hablo el Führer –ustedes están a cargo de ponerlo al tanto de la situación, con permiso –dijo mientras salía con paso rápido.
- Coronel Mustang, - dijo con parsimonia -es un honor conocer al alquimista de fuego –dijo tomándole la mano – mayor Sawyer.
- Mustang –respondió secamente – y este es mi equipo, el soldado Heymans Breda, el soldado Jean Havoc, el suboficial Vato Falman, el sargento Kain Fuery y mi mano derecha, la teniente Riza Hawkeye.
- Teniente Riza Hawkeye, es usted una mujer fascinante. –Dijo Sawyer besándole la mano - ¿lo sabía?
- ¡¿Qué?! – ese gesto y modo de hablar no le gustaron para nada al coronel.
- Tiene usted una verdadera joya, coronel. Riza Hawkeye, más conocida como ojo de halcón. Considerada como uno de los mejores francotiradores en las fuerzas armadas del estado. Sus logros han llegado a oídos de muchos, incluso fuera de las fronteras de Amestris. Nunca falla un tiro.
- Exagera usted. Mayor Sawyer. He cometido errores varias veces.
- Y encima modesta. –dijo con galantería. Lo que irrito al coronel – Teniente, es usted tan valiosa, como hermosa. –le susurro guiñándole un ojo.
- Eso no es secreto para nadie –dijo Mustang exasperado por la situación, ¿Quién se creía ese aparecido para importunar de esa manera a su teniente? – si le parece bien, el soldado Falman le hará el recorrido respectivo y lo acompañara y guiara en lo que necesite. –definitivamente no aguantaba a ese tipo. Ahora entendía muy bien el malestar de Grumman.
- Lo siento, coronel. –Dijo negando la cabeza - Pero me gustaría estar al cuidado de la teniente. Una compañía tan placentera como ella, sé que me beneficiaria.
- ¡¿Placentera?! –preguntaron todos, pero sólo Mustang apretaba los dientes. Eso no había sonado nada bien.
- Con sólo verla, sé que es bastante eficiente. No es por desairarlo soldado Falman, pero… quisiera saber más sobre lo buena que es… la teniente Riza. –dijo sin un rastro de vergüenza.
- Lo siento, pero la teniente es mi mano derecha y tenemos muchas cosas que hacer. –gruño Mustang agarrando a la rubia por los hombros.
- Coronel, sólo será un recorrido. Le prometo que estará en buenas manos –comento de manera ladina. - ¿no cree, teniente?
- ¿Riza? –pregunto Mustang. Ese aparecido no podía llevársela a si, a buenas a primeras. Y conocía a su teniente. Sabía que ella odiaba ser tratada como alguien que no tiene opinión.
- Me parece bien. Mayor Sawyer. –contesto zafándose del agarre - Con gusto lo acompañare. Es mi oficio –dijo sonriendo tiernamente.
- ¡¿QUÉ?!
- Oh, coronel. Estará bien sin mí unos minutos. Ya deje organizada sus cosas para hoy. Sólo tiene que revisarlas y darle su visto bueno. No me necesita para eso. –dijo mirándolo a los ojos con una rara sonrisa en el rostro.
- Claro que la necesitare teniente.
- Entonces ya nos vamos y así volveré antes. –se giró para mirar al pelirrojo. - ¿nos vamos? –pregunto tomándolo del brazo.
- Vámonos. –contesto. Y juntos salieron dejándolos a todos extrañados.
- ¿Qué fue eso? –se cuestionó Havoc. – nunca había visto así a Hawkeye.
- ¿Coronel, se siente bien? –pregunto Fuery preocupado. Un aura negra y alarmante salía del cuerpo del alquimista.
- Perfectamente. –gruño.
- Entonces… ¿Por qué…?
- ¡Dije que estoy perfectamente!
Todos se callaron sin saber que decir, si era extraño ver a la teniente actuar de esa manera tan suave con un hombre. Lo era aún más ver al coronel perder los estribos de esa manera, cuando por lo general era un hombre de lo más tranquilo y seguro de sí mismo.
- Creo… que al coronel no le gusta tener competencia. –comento Breda con una sonrisa.
- Pero… ¿Qué clase de competencia no le gusta? –pregunto confundido Falman.
- Eso… ni el coronel lo sabe.
- ¡ya dejen de hablar como si yo no estuviera aquí!
Eso no le gustaba para nada. Ya conocía a hombres como él. Charlatanes y galancetes de quinta, dedicados a deslumbrar mujeres según sus medios de vida. Y sin duda, ese fulano quería embaucar en sus artimañas a su teniente. ¡era inaudito!
- ¡Buenos días, equipo Mustang! –Saludo un hombre pelinegro alegremente entrando a la sala - ¿han visto lo mismo que yo? La teniente Hawkeye tomada del brazo con alguien que nunca antes había visto. ¿Quién es? ¿Su novio?
- N-no, señor. Es el tercer candidato a Führer, proviene del sur y la teniente le está poniendo al tanto de la situación. –aclaro Breda.
- Y yo que creía que por fin el tirano del coronel le permitía tener novio. Hacen una buena pareja ¿no crees, Roy?
- ¡Cállate Maes!
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- ¿entonces, la debilidad del coronel es que no le gusta competir?
- ¿Maes? ¿El teniente coronel? ¿El que fue resucitado con la piedra filosofal? Es un gran hombre.
- ¿Interrumpirán la historia de nuevo?
- L-lo siento. ¿Entonces, el gran Maes Hughes también aparecerá en la historia?
- A sí, él también estuvo allí. No me interrumpan, que esta historia aún no ha acabado.
Como se ha dicho, está historia aun no acaba. Es un two-shot, así que esperen la continuación.
Si les ha gustado, por favor háganmelo saber a través de un review.
Subiré la segunda parte muy pronto.
Saludos,
Rossy :)
