Alguien que cambio mi vida
Capitulo uno: Dr. Cullen
P.O.V. Elizabeth
Otro "emocionante" día, después de un aburrido y callado desayuno con mis tíos y esme el autobús llego a recogernos, me siento avergonzada y frustrada de tener 17 años y no tener auto, claro que seria posible si no fuera por el señor y la señora platt que parecen de hace un siglo y creen que los adolecentes no deben manejar auto por su seguridad, aun recuerdo el maldito día en que mi padre me forzó a vivir con tíos.
Había invitado a unos amigos y casualmente uno de ellos me gustaba mucho, el punto fue que terminamos besándonos en mi sofá, y cuando íbamos a pasar a pasar a otra base, ¡bam! mi padre llego a casa y nos descubrió, además uno de mis amigos había traído vodka y se formo un completo e innecesario alboroto sobre eso, el castigo de mi padre fue que terminaría la preparatoria en estados unidos, con mis tíos, en el momento me sentí feliz por no ir a un internado o algo así, pensé que seria genial ir a un lugar alejado de mi padre y de sus estúpidas reglas, ese hombre debería ser dictador en vez de abogado, pero resulta que mis tíos no son exactamente los dulces y modernos parientes que yo esperaba.
Llegamos a la prepa y fui a mi casillero con esme, supongo que ella y su amistad son lo único bueno de estar en forks, su personalidad es alegre y dulce, la extrañare cuando me valla.
-¡hola lizzie!-grito vera antes de arrojarse a abrazarme, la pequeña loca de mi amiga vera, con su cabello negro y hermosos ojos miel, camiseta a cuadros, jeans desgastado y converse rojos
-hola veri, ¿Porqué tan alegre?-le pregunte
-oh bueno, recuerdas a Daniel, bueno el y yo disfrutamos mucho anoche-alardeo con una sonrisa picara
-me alegro, no tengo acción desde hace…diablos desde hace mucho tiempo, creo que seis meces-ella rio y esme me sonrió con diversión
-¿y tu esmi?, ¿desde hace cuando no tienes?-
-oh, yo, bueno es que soy…-
-no jodas eres virgen-exclamo abriendo los ojos vera, esme asiento ruborizada, sonó la campana y fuimos a nuestras respectivas clases.
Era hora del almuerzo, me senté con unos amigos y me dispuse a comer, no tenía mucho apetito, en verdad comía muy poco, mi nana siempre me lo decía, "lizzie comes como un pájaro, por eso estas tan flaca", me reí en mis adentros, mi nana era una mujer buena y amable, solo que a veces un poco gruñona, en sus tiempos libres tejía y le daba comida a Shelley, su gata, la pobre estaba tan regordeta que parecía un peluche a punto de estallar, papá me solía llevar mucho donde ella en vacaciones de verano, la vi la ultima navidad, a ella no se le pasan los años, solo unas pocas arruguitas en su frente y al lado de sus ojos, siempre decía que era la mascarilla de avena y aloe que se aplicaba, secreto de las Mansen, como ella suele decir "no paro de envejecer, solo lo hago con gracia", mis pensamientos fueron interrumpido por la voz de Steve
-oye lizzie, ¿quieres fresas con chocolate?-me ofreció
-no gracias, odio las fresas-respondí, el rio, tal vez por mi cara de asco
-¿Por qué?-pregunto renee
-el olor, lo detesto, no lo se, es extraño de solo olerlas me da nauseas- renee sonrió debido a mis facciones de asco, ella era otra gran amiga, me equivoque al pensar que esme era lo único bueno de haberme mudado, aquí tenia grandes amigos, en Inglaterra también pero ellos eran especiales, siempre los voy a tener en mi corazón, ahhh, tal vez extrañe un poco mas a forks de lo que imagine.
-¿no le atraigo verdad?, a pete, no creo que le guste-nos pregunto Taylor con tristeza
-no digas eso nena, eres muy hermosa-le aseguro vera y era cierto sus facciones eran muy hermosas, pómulos bonitos, nariz fina, y ojos grandes, todo en una angelical cara redonda
-es cierto, mira si te sueltas el cabello-dije acomodándoselo, saque de mi bolso algo de labial y polvos compactos, también unos aretes de repuesto, sonreí por el resultado-oh y una cosa mas-incluí, un botón menos en su camisa, reímos e intente comer un poco, charlamos un rato y luego sonó la campana, las clases transcurrieron normalmente, se acabó la jornada y espere sola el autobús, esme se debía quedar por un trabajo y los padres de sus compañeros que estaban con ella la llevarían a casa mas tarde. Me hubiera quedado ayudándola solo que esos tipos eran la primera cosa mas aburrida que había en el universo.
Al tiempo vino y más tarde llegue a casa de mis tíos, que aparentemente habían salido, eso decía en la nota que estaba en la nevera:
Volveremos a las 11:00 pm, acuéstense a las 9:30 pm, la cena esta lista, no pueden invitar a nadie, ni salir.
En mi cara se formo una sonrisa retorcida, alguien dijo fiesta, subí las escaleras rápidamente antes de sentir mi pie deslizarse por uno de los escalones y caer escaleras abajo, al final sentí un horrible golpe en la cabeza, como si algo se clavara, la estúpida pinza para recogerlo que tenia, seguido de un doblón en mi pierna, di un grito ahogado, maldición, oí un golpe y la puerta se abrió
-¡lizzie!-exclamo esme corriendo hacia mi-¿Qué paso?-
-me caí de las escaleras-le respondí-no te preocupes no es nada-le susurre en un intento de que no se preocupara por mi, sus ojos se movieron preocupados hasta el teléfono
-llamare a una ambulancia no te muevas-
-no esme, no exageres, yo estoy bien- intente pararme, pero instantáneamente sentí una punzada horrible de dolor en mi pierna, esme toco mi cabeza y su mano se unto de sangre, oh genial, sangre, sentí como mi vista se nublaba, odiaba ver sangre, me mareaba, solo deje que la gravedad se llevara mi cabeza al suelo y cerré los ojos…
Sentí luz que pasaba por mi parpado cerrado, abrí los ojos y me encontré con una gran luz, y debajo de ella un joven rubio con los más profundos ojos azules que había visto en mi vida, era un hombre muy guapo, intente moverme pero no podía, me sentía algo entumecida, ¿Dónde estaba?
-hola-me saludo el hermoso ser, no estoy segura de poder hablar, y si soy capaz simplemente estoy paralizada
-ahhh-es lo único que salió de mi boca
-soy en Dr. Cullen-oh estaba en un hospital, ¿Por qué?, mis ojos revolotearon por toda la habitación-¿sabes quien eres?-
-soy…Elizabeth-ah claro, Elizabeth, los planes de fiesta y las escaleras, esme debe estar preocupada por mi, con una linternita reviso mis pupilas
-¿sabes en que año estamos?-me pregunto, ¿Cuánto tiempo he estado dormida?
-1993, octubre de 1993- respondí segura, me sonrío cálidamente-¿no he estado en coma por muchos años o algo así verdad?-el negó la cabeza sonriendo, la luz se reflejaba muy bonito en su cabello rubio
-solo una o dos horas-di un suspiro de alivio –es por la morfina, te aplicamos un poco para que no te doliera, tenias un trozo de gancho enterrado, pero no era mucho- su sonrisa y mirada amable me calmaron, voltee algo la cabeza, su rostro me parecía familiar, me quede clavada en sus ojos hasta que le pregunte
-¿lo conozco de algún lado doctor Cullen?-pregunte a la expectativa
-no lo se-frunció el seño, yo también le resultaba familiar, en ese momento supe quien era
-¿Carlisle?-pregunte-¿Carlisle Cullen?-
-Elizabeth Mansen-sonrío reconociéndome
-no te veo desde sexto grado-le sonreí mientras me sentaba y acomodaba
-bueno, me gradué, a los 12, y estudie medicina-él había sido compañero mio en sexto grado, cuando vivía en Londres, hablamos un par de veces, era un niño muy cumplido, siempre sacaba la mejor nota, con razón se graduó tan joven
-te felicito, gracias por lo de la cabeza-señale las vendas que habían detrás de ella, creo que me han hecho algunos puntos, incluso cortado algo de cabello
-de nada, es mi trabajo y un placer-asentí la cabeza, no me imagino ser doctora, estar rodeada siempre de sangre, oh casi siempre, da igual, yo no puedo pensar en ella, el solo echo me asquea, aclare mi mente y cambie de tema
-Wow, debe ser genial, ser profesional y vivir por tu cuenta-le comente con admiración y algo de curiosidad francamente, también con envidio, de la buena claro
-no, de vez en cuando extrañas la vida en el colegio-¿enserio?, tareas, adolecentes patosos, yo no iba a extrañar en nada eso, a mis amigos, pero no a la vida de colegio
-¿Por qué no lo terminaste?-pregunte curiosa
-sabía lo que quería ser, ayudar a los demás, no tenia que experimentar esos otros años para descubrirlo-me respondió, me quede viendo su rostro perfecto hasta que recordé algo importante que se me había esfumado de la cabeza
-¿sabe donde esta mi prima?, ella vino conmigo-
-lo se, la esta esperando, la hare entrar-el la llamo, vino directamente hacia mi
-¿estas bien?-me pregunto preocupada, su cara estaba algo arrugada, tal vez de la misma angustia, ella siempre era tan linda y…maternal
-si esmi, sana y salva, ¿saben mis tíos de esto?-espero que no, por favor, de seguro armaran una tormenta en un vaso de agua
-no, no he podido localizarlos-algo en mi se calmo un poco, yo podría lidiar luego con ellos
-oh, esme el Dr. Cullen-le presente a Carlisle
-un gusto-dijo estrechando su mano, ella sonrió
-Igualmente-respondió amablemente
-fue un compañero en Inglaterra-añadí, me dieron de alta mas tarde, lo fui a buscar luego
-hola, ya me dieron de alta, la verdad fue un gusto encontrarte aquí, no perdamos el contacto-
-claro-el sonrío, saco un papelito y anoto algo y me lo dio-para cuando necesites un doctor-
-o un amigo-le sonreí, me abrazo y tuve que marcharme, después de todo este día no había sido del todo malo, nos marchamos en taxi a casa, llegamos y encontramos las luces encendidas, esto no me gustaba, entre y los vi, con su mirada molesta y ceño fruncido, ellos son muy distintos físicamente, bruce es alto y delgado ojos miel como los de esme y cabello castaño, en vez mi tía es baja y algo gruesa, con su cabello lacio caramelo, y sus ojos oscuros
-¿Qué hacían afuera?, les dimos ordenes directas a las dos de que no podían salir-nos regaño molesta, se volvió su mirada hacia mi cabeza y ver los vendajes abrió los ojos como platos-¿Qué te ha pasado en la cabeza?, ¡que te haz hecho Elizabeth!-
-Elizabeth te estamos preguntando algo, respóndenos, ¿Dónde estabas en algún bar o algo así?-me pregunto molesto e intrigado
-no, subiendo las escaleras me tropecé, mi gancho se enterró y me tuvieron que hacer algunos puntos, solo fue eso, estábamos en el hospital-sus miradas mas tranquilas pero igual de duras, no necesitaba quedarme aquí a escuchar su charla sobre portarse bien, blah, blah ,blah, subí a mi cuarto y le puse seguro, mire el afiche de nirvana y sonreí, mi cuarto todo pintado de blanco, con cuados de Europa, afiches de Pearl jam, U2, nirvana, sonreí para mis adentros, estar en esta habitación es como estar dentro de mi misma, y eso me gustaba, me puse una pijama cómoda, me lave los dientes y recoji mi cabello cuidadosamente con un moño, dejando solamente libre la parte de los puntos, me acosté boca arriba y me fundí en un profundo sueño pensando en solo una cosa: Carlisle.
Espero que les haya gustado, sé que en este capitulo no se define la trama aparente, pero esperen les prometo que pronto lo sabrán.
Mary C.V
