Vida

1er Universo.

Su corazón latía fuertemente, parecía que iba a salirse de su pecho. No podía creerlo ¿Cómo es que el plan había salido mal?

Aunque el metal clavado en su pecho dolía como el infierno no era lo principal ahora. Debía apurarse, debía sacarla de allí abajo en ese preciso momento, el tiempo se agotaba al igual que el oxigeno bajo los escombros de ese techo.

El amor de su vida estaba atrapada con sus dos mayores rivales y definitivamente no dejaría que ella muriera de esa manera.

Con un poco de presión hacia ese mocoso que poco entendía sobre el verdadero amor logró sacarla y sabiendo que mantener las esperanzas era inútil en ese momento, se arrojó al suelo y la acomodó en su regazo.

Él podría haber huido y quizás eso era lo que ella pensó que iba a hacer, pero ¿Con que objetivo? ¿Qué clase de vida sería sin ella? ¿Qué clase de hombre sería si la dejaba allí? No había vida sin Ai, al menos ninguna que él quisiera vivir.

Vida eterna unidos o sino morirían juntos, en ese lugar y en ese momento.

Arrojó el paracaídas restante a su rival. El "amor" de esos idiotas no era nada comparado con el suyo, uno tendría que matar al otro al final, pero los demás poseedores de diarios eran aún más estúpidos y más incapaces de entender el sentimiento que ambos compartían desde siempre, el sentimiento de amar tanto, con tanta intensidad a alguien que llegaba a doler, así que si ambos iban a morir, que no sea del todo en vano. Por lo menos pudieron tener una ceremonia de bodas antes de fallecer.

Escupió sangre y se dedicó a decirle sus últimas palabras con lágrimas saliendo de los ojos de ambos.

Creo que no viviremos juntos por siempre como dioses...pero aún así esto también es para siempre.

Y terminaron de asimilar el destino que compartirían.

2do Universo

Era el fin, no había de otra, todo iba a acabar allí mismo.

Su vida se acabaría en ese oscuro y asqueroso lugar, con esas dos personas a las que tanto odiaba, pero por lo menos él se salvaría.

La dejaría allí e huiría con el paracaídas, justo a tiempo para escapar de la torre que se derrumbaría, a ella no le molestaba porque quería que estuviera bien y ganara el juego, y si para eso tenía que abandonarla, pues, entonces no le importaba.

Hasta que lo escuchó hablar ¿Qué estaba pensando?¿Por qué no escapaba? De todas formas ella iba a morir, no valía la pena quedarse allí por ella. Pero, tendría que haberlo sabido, él jamás la dejaría sola, se lo había dicho muchas veces que nunca la abandonaría, que siempre estaría a su lado, en las buenas o en las malas siempre estaba con ella.

Su Marco no la dejaría.

Y cuando su amor levantó los escombros, entendió que él moriría también y volvía para que sus vidas acabaran juntos. Ver esa barra de metal atravesando su abdomen le rompió el corazón.

Ya no había esperanza, para ninguno de los dos, pero existía el consuelo de poder compartir ese final.

Ella sentía su tacto que la tranquilizaba aún en esa situación, sentía como la cargaba en sus brazos y como la colocaba casi sobre él y le hablaba, pero ella ya no podía, apenas estaba consciente y quería que sus energías la mantuvieran despierta el tiempo suficiente.

La torre que los había visto crecer juntos...cuando él la encontró, los primeros pasos de su amor, conflictos, reconciliaciones, malos momentos, buenos momentos, incluso su boda...ahora también sería testigo de su muerte. Se derrumbaría y los llevaría con ella.

Escuchó como él se disculpaba y ella sólo quería gritarle que no era su culpa, aún en esa situación intentaba alegrarla simulando una voz simpática, escuchó el diario de su teléfono actualizándose se imaginaba que decía.

Él vino a buscarme, en verdad es el mejor.

Escuchó esas hermosas últimas palabras que le dedicaba mientras se aseguraba de disfrutar de su cercanía lo mejor posible pues sería la última vez.

3er Universo.

Al fin, la espera se acabó, todo estaba sucediendo de una vez por todas.

Ambos estaban ansiosos pero asustados también ¿Quién no lo estaría? Después de todo era una situación en la que ponerse nervioso.

Ella le preguntó si la amaba, que pregunta más tonta (ella ya sabía la respuesta) sin embargo él le respondió que la amaba con todo su corazón y ella le sonrió. Había oído que las mujeres se ponían de esa manera en aquella situación, y él había sido testigo de aquel demente comportamiento, siempre intentando ser paciente.

Los separaron durante un corto lapso de tiempo, no podían creer que era el momento. Cuando volvieron a verse ya era otro escenario, las ansias se incrementaron, sólo esperaban que todo saliera bien.

El semblante de dolor que ella tenía era indescriptible, si no estuviera al tanto de la situación se habría asustado, pero de hecho sabía que era necesario.

Ese era sin duda el mayor esfuerzo que ella había realizado, gritaba y sudaba con toda la cara roja mientras apretaba con fuerza (destrozaba) la mano de su esposo, algunas maldiciones se escaparon de su boca, sin poder contenerlas por la gran fuerza que estaba realizando.

Y por fin, después de todos esos cuidados, de los sustos y de la gran desesperación final, se alcanzó a escuchar el llanto del recién nacido.

Bienvenido al mundo, nuestro pequeño bebé.

Besó a su mujer mientras ella sostenía a la pequeña criatura, estaban tan felices que hasta un par de lágrimas escaparon. Marco y Ai habían traído una nueva vida a este mundo.