Lo prometido es deuda. Este es el One-shot del cual comente en mi fic. Bueno, mas bien sera un two-shot. El capitulo dos sera un epilogo de la historia. Espero lo disfruten tanto como yo al escribirlo.
DISCLAIMER: Harry Potter no me pertenece, yo solo fangirleo con sus personajes
Título: Roto, Perdido/ Reconstruido, Encontrado
Tiempo: Post-guerra
Pareja: DRAMIONE
Una mañana de agosto fue cuando se fue.
Una mañana nublada, solitaria, húmeda y triste. Una mañana ella despertó frustrada y más rota de lo que ya se sentía, con una necesidad aplastante de dispersar la neblina que sofocaba su corazón. Desde hace días en su mente rondaba la idea de irse, dejar a las personas que amaba y poder curar su propia alma. Se preguntaba si la guerra la había vuelto egoísta, quería encontrar su felicidad, llenar ese espacio que faltaba en su corazón: sus padres. Sus amigos, fieles como siempre habían prometido ayudarle, el ministerio ahora a manos de Kingsley también se había comprometido con la causa, pero en el fondo sabía que le correspondía solamente a ella ese trabajo. Debía buscarlos sola, enfrentar sus miradas de reproche, contarles todo lo sucedido y después llorar en sus brazos. Imaginaba ese momento y no creía que sus amigos pudieran estar ahí compartiendo ese instante: Ni Harry, Ni Ron, Ni los demás Weasley, menos el ministerio de magia.
Esa noche antes de partir veía a sus padres llamándola. Aquella noche los soñó tan reales, tan fuerte fue su sueño que no dudo en tomar su bolso (el cual no había sido desempacado porque sabía que lo necesitaría de nuevo) saco un pergamino y escribió 3 notas: una para Harry, una para Ron y una para Ginny. Lagrimas surcaban su rostro mientras las escribía, se sentía tan egoísta, tan mala pero una parte de su ser le decía que debía hacerlo, que se lo debía a ella misma y ellos lo entendería.
A Harry le escribió una corta explicación del motivo de su partida, sabía que Él podía entender fácilmente:
"Tu sabes lo que es tener una responsabilidad que solo Tu puedes afrontar. Ese día en el bosque cuando te entregaste a Voldemort entendiste que solo tu podías estar allí, era tu momento, no nuestro. Este es mi momento. Traeré a mis padres de vuelta y los veré el 1ero de Septiembre en el andén 9 3/4. Con amor Hermione"
La carta de Ron le costó más trabajo, El también había perdido a un miembro importante de su familia; una vez le dijo que juntos superarían todo y traerían a sus padres de vuelta pero Ron no la entendía, no conocía como se sentía por dentro, lo perdida que se encontraba, la bruma de su corazón Él no la podía dispersar:
"Puedo estar rodeada de mil personas que me amen y aun así sentirme sola porque falta algo muy grande en mi corazón…
Perdóname Ron, El amor que me ofreces no puede cubrir ese faltante."
Así termino la carta después de explicarle sus motivos y tratar de expresar sus sentimientos lo más claro posible.
A Ginny le escribió una petición, era una misiva corta pero necesaria:
"Gracias por todo, prometo volver completa a ustedes y con mis padres. Cuídalos, no dejes que me sigan"
Después de esto desapareció de la Madriguera, nadie la vio salir, tampoco sintieron cuando desapareció, hasta la mañana siguiente cuando encontraron las notas. Hubo lágrimas, enojo y gritos, pero Ginny cumplió lo que Hermione escribió y no los dejo irse tras ella, Harry entendió ese sentimiento de responsabilidad del cual ella le hablo en su carta y Ron se encerró en su cuarto sabiendo que ella tenía razón, siempre la tenía.
Hermione se encontraba a millas de distancia, sopesando sus posibilidades y decidió que no quería aparecerse directamente en Australia, usaría la ruta larga: la muggle. Su plan era tomar un avión en París con destino a Estados Unidos y transbordar en el aeropuerto de Atlanta rumbo a Sydney, de ahí partiría en busca de sus padres y examinaría su ritmo de vida para encontrar el momento oportuno de su acercamiento.
No sabía lo que el destino le tenía preparado en París, alguien más estaba a punto de volver a cruzarse en su camino, ese alguien la acompañaría durante su travesía y ¿Quién sabe? tal vez se quedaría para siempre en su vida.
Draco Malfoy se encontraba en París también, después de todo lo sucedido en la guerra, de todos los juicios a los que tuvo que asistir, los múltiples funerales de los cuales participo; deseaba encontrar la paz y sobretodo el camino que debería tomar. Decidió que el mejor lugar para escapar era la antigua tierra de sus parientes paternos. Estaba "Solo", no quiso la compañía de nadie; interiormente él se encontraba perdido, más perdido que nunca y sin ninguna idea de lo que debía hacer con su vida.
Caminaba por las viejas calles del París muggle, preguntándose porque ese lugar era tan especial sin la necesidad de que "la magia traspasara las paredes de los callejones donde yacía escondida". Una viejecilla hace días le decía que había llegado al lugar correcto pero que su viaje apenas estaba por comenzar, claro que se rió por el comentario, pero no le tomo importancia hasta ese día: esa mañana nublada de agosto cuando se encontró a Hermione Granger.
Ella estaba en un pequeño café, un lugar acogedor con deliciosos postres típicos, Él se dirigía al establecimiento cuando la vio por el gran ventanal del local sentada en una mesa tomando té y leyendo, lo extraño era que se encontraba sola y la única idea que se le vino a la mente fue que el ministerio estaba siguiendo sus pasos y por eso ella estaba ahí. Sin pensarlo dos veces y por el calor del momento, entro al café dirigiéndose directamente a la mesa de la chica, dio un golpe en la mesa para llamar su atención y pudo notar (cuando Hermione levanto la mirada para reconocer a la persona que estaba frente suyo) que estaba igual de sorprendida que El por encontrarlo ahí.
- ¿Qué demonios haces aquí Granger?
- ¿Disculpa?, eso no tiene a ti porque importarte, es un lugar público. Todos podemos entrar.
-Sabes a lo que me refiero. El ministerio te envió a seguirme la pista, ¿no es así?
-No, nadie me envió a seguirte. El mundo no gira a tú alrededor y este es un país libre. Yo puedo estar aquí sin ningún motivo en el cual tú estés involucrado. - Hermione tomo sus cosas y salió a toda prisa del lugar. No quería girarse, siguió caminando pero sabía que Draco la continuaba siguiendo, cuando la alcanzo la tomo del brazo y la metió a un callejón.
- ¿Qué te pasa? ¡Suéltame! - pero el rubio apretó más su agarre
-Te suelto cuando me digas que haces aquí. ¿Dónde dejaste a tus perros guardianes?
-Estoy aquí por asuntos personales, nada que te interese y no te preocupes, mañana sale mi vuelo- lo miraba directamente a los ojos y noto como un choque de corriente los enlazaba como un imán que no podía desviar su trayectoria.
-Vaya, el gran trió de oro separado. ¿Su amistad no aguanto la gloria venidera o por fin se aburrieron de ti?
-Mis amigos no son de tu incumbencia, hurón engreído. Y suéltame antes de que tu cara sienta mi puño de nuevo.
-Oh vamos Granger, no estamos en Hogwarts. Deberías tener ideas más creativas- por fin la soltó- Que te suelte no significa que tengas permiso de irte, no sin antes decirme a dónde vas.
-Malfoy, de verdad crees que te diré a donde voy. ¿A ti? Ni siquiera a ellos se los dije exactamente.
-Bueno, ya comenzaste a hablar. ¿Tan importante es tu misión que traicionas a la comadreja y a Potty?
Draco había tocado un nervio importante, Hermione se había sentido muy egoísta al dejar a sus amigos y emprender ese viaje sola, una parte de ella sentía que los había abandonado y traicionado. Claro que no era así, pero habían vivido tantas cosas juntos que desprenderse de ellos era difícil.
- ¡ALGUIEN TAN PODRIDO COMO TU HABLANDO DE TRAICIÓN! ¡TU ERES EL MAS TRAICIONERO, JUNTO CON TU FAMILIA! ¡NO TIENES DERECHO DE HABLAR DE MIS AMIGOS! -una fuerte cachetada estaba a punto de caer en la cara de Draco, la esquivo y tomo fuerte la pequeña mano de la chica.
- ¡A MI FAMILIA NO LA MENCIONES PEQUEÑA TONTA! ¡TU NO SABES NADA SOBRE MI! –le comenzó a gritar.
- ¡PUES TU TAMPOCO DE MI VIDA! ¡LOS HÉROES COMO NOS LLAMAS TAMBIÉN PERDIMOS COSAS EN ESTA GUERRA! – lagrimas comenzaron a caer de sus ojos, pero continúo gritando- ¡VETE, VETE! YA LOGRASTE LO QUE QUERIAS, HACERME LLORAR COMO SIEMPRE. ¡SIEMPRE FUISTE UN NIÑO MIMADO, IDIOTA QUE LE GUSTA PISOTEAR A LOS DEMÁS!
- ¡TODO ES TU CULPA GRANGER! ¿POR QUÉ TENIAS QUE APARECER AQUÍ? ESTA ES MI OPORTUNIDAD Y TU VIENES AQUÍ TRAYENDO CONTIGO TODOS LOS MALOS RECUERDOS QUE NO QUIERO REVIVIR- Draco corrió la manga del abrigo rosa de Hermione y dejo a la vista la cicatriz del brazo "MoodBlood" se leía claramente, como si la herida fuera muy reciente- TODAS MIS NOCHES SON UNA PESADILLA Y TU ESTAS EN ALGUNAS. JUZGÁNDOME POR TODOS MIS ACTOS.
- ¡PUES NO ES MI CULPA TODO LO QUE SUCEDIÓ! YO TAMBIÉN SIGO SUFRIENDO Y ESTOY ROTA, ROTA Y PERDIDA- y sus lágrimas salieron más grandes y más abundantes impidiéndole ver que El también lloraba- Pero no me voy a quedar así, voy a encontrar la salida y tú también lo harás, tú también vas a ser reparado.
- ¿Ahora te compadeces de mí? Vaya el espíritu Gryffindor siempre sorprende- comento limpiándose las lágrimas antes de que ella lo mirara de nuevo.
-Todos Malfoy, todos tenemos cicatrices, pero es responsabilidad nuestra solucionarlas o dejar que las heridas se infecten y nos pudran el alma- recobro la compostura y volvió a la calle principal perdiéndose entre la gente.
A la mañana siguiente Hermione estaba en el aeropuerto esperando su vuelo, miraba por el gran ventanal donde se veía la pista de aterrizaje y un hermoso valle iluminado por los rayos del sol. Un aroma conocido inundo su entorno, exactamente no lo reconocía, pero sabía que lo había percibido antes "Menta y campo fresco", era el olor de Draco Malfoy que se encontraba a su lado esperando a que notara su presencia.
- ¿Qué haces aquí? - tenía un shock interno, parecía una broma que Él se encontrara ahí.
-Iré contigo
- ¿Perdón? ¿A dónde demonios crees que vas conmigo? - definitivamente era una broma.
-A donde sea que vayas. Tómalo como mi redención.
-Si no deje que Harry o Ron me acompañaran. ¿Cómo crees que te dejaría a ti? - jamás había sentido un tick en su ojo derecho, pero estaba segura que en ese momento tenía uno.
-Por que los dos estamos rotos y perdidos. Muy rotos y perdidos- soltó un suspiro pasándose la mano entre sus rubios cabellos.
Hermione pudo notar muchas diferencias en Él, se veía más alto, más pálido, su cabello estaba más largo y tenía unas ojeras grandes y sus ojos se veían de un gris opaco, un gris nublado y triste. Al mirarlo ella lo entendió, lo que sus ojos reflejaban era lo mismo que ella sentía interiormente: una densa bruma que asfixiaba.
- ¿Cómo planeas conseguir un asiento en el mismo vuelo?, el avión esta por despegar. Dudo mucho que encuentres un asiento disponible.
-Por eso no te preocupes. ¿A dónde vamos?
-Australia
-Bien, sígueme.
Si alguien le preguntaba en ese mismo instante porque seguía a Draco Malfoy no hubiera sabido que contestar. Ella no entendía claramente el motivo por el cual accedió a dejarlo unirse a su viaje pero en su interior sentía que estaba haciendo lo correcto y que tal vez, solo tal vez, ella no sería la única reconstruida al final.
No supo exactamente como pero minutos después los dos se encontraban abordando un vuelo rumbo a Atlanta en la sección de primera clase. Cuando le pregunto a Draco como había conseguido lugares así, le contesto "Soy un Malfoy, tengo contactos. Espero este cacharro muggle sea mejor que una escoba"
-Tu odiabas a los muggles y ahora estas viajando en un avión construido por ellos, conmigo. Necesito escribirlo en mi diario- sonrió ante la imagen, porque era real. Draco Malfoy, el que odiaba a los muggles y la llamaba sangre sucia por ser hija de unos, estaba sentado a su lado en un cómodo asiento de cuero esperando el despegue.
- ¡HAHAHA! -una carcajada falsa- Muy graciosa. Es algo que no se ve todos los días eh. Pero creo que desde ayer me volví loco y por eso estoy aquí. Considérate afortunada, disfrutaras los beneficios de estar a mi lado. -una sonrisa ladeada se dibujó en su rostro. Cayeron en cuenta que era la primera vez que se sonreían mutuamente y para su asombro fue una situación de lo más agradable. -Bien Granger, nos quedan muchas millas que recorrer así que te recomiendo empezar a contarme tu super secreta misión.
-No es una misión secreta. Es sobre mis padres, están en Australia. No es una historia muy larga.
-Yo creo que si lo es. No tengo nada mejor que hacer, no es como que aquí arriba haya mucho entretenimiento. Así que empieza a hablar.
Hermione soltó una sonrisa corta, algo como una carcajada disfrazada. Realmente era un momento tan extraño pero lo peor es que no se sentía fuera de lugar, había una extraña comodidad en su entorno, para ser exactos: entre ella y Draco había algo agradable. Tal vez como Él dijo, los dos están tan perdidos que son capaces de entender como caminar juntos en medio de la densidad de su tristeza.
- ¿No te parece todo esto surrealista? ¿Tú y Yo? Hablando como viejos conocidos…
-Sí, mucho. Tengo que retener mi impulso de molestarte-se acomodó mejor en el respaldo del asiento, descansando su cabeza en el y desviando su mirada hacia el frente.
-Es el mayor tiempo que has pasado sin llamarme Sangre Sucia…- Hermione también desvió la mirada y bajo el tono en la última palabra.
-No te eh llamado así en mucho tiempo y no creo volver a hacerlo- la miro de nuevo esperando que ella también lo hiciera- Tal vez deberíamos… durante este viaje...hacer como si nos acabáramos de conocer.
- ¿Y que pasara después de este viaje? ¿Nos volveremos a odiar? - ella por fin giro su rostro en su dirección, manteniendo la mirada.
-Como siempre pensando más allá de lo que tienes en frente... aun así, no creo que nos volvamos a odiar- el hizo un gesto extraño, más bien un gesto que Hermione nunca había presenciado, ella solo conocía las caras de amargado de Malfoy, esas caras que la gente hace cuando huele a podrido, no ese rostro que la miraba con ¿agrado? - Además puedo apostar que jamás lo hiciste…
- Ah, ¿seguro?
- "Odio" es una palabra muy grande para ti. Eres de los buenos, así son ustedes- comento encogiendo los hombros.
En cuanto el avión despego Hermione le relato a Draco toda la historia de sus padres, el hechizo de olvido que les lanzo, las identidades nuevas que les dio y donde vivían. También le contó su motivo para irse sola, sin ninguno de sus amigos; se llevó una sorpresa cuando resulto que hablar con Draco era muy fácil, era bueno escuchando, aunque hacia comentarios idiotas, sobre todo refiriéndose a Ron y Harry pero todo lo demás fue agradable. Él también le contó algunas cosas sobre su familia: resulta que planeaba vivir en parís después de la escuela, no tenía muy buena relación con su padre, pero si con su madre, los dos se habían acercado mucho después de la guerra, había cancelado su compromiso (arreglado obviamente) con una de las hermanas Greengrass.
Quien diría que puedes conocer a alguien tan bien en casi 17 horas de vuelo totales, con un transbordo, un retraso de 5 horas entre vuelos, un aeropuerto abarrotado y un Draco gruñón porque no tenía el servicio que "Un Malfoy merecía".
Cuando llegaron a Sydney armaron un plan llamado "operación cobra" (nombre dado por Draco) la verdad es que no había ningún plan, simplemente Draco buscaría un lugar donde se pudieran alojar, algo cerca de donde se supone vivían los padres de Hermione y ella comenzaría a investigar que hacían, su rutina, su lugar de trabajo, su círculo de amistades etc...
Una semana después
Resulta que sus Padres trabajaban en diferentes lugares, su Padre tenía su propio consultorio en el centro de Macquarie y su madre ejercía en un Hospital para niños cerca de su hogar. También descubrió algo interesante, todas las tardes alrededor de las 6:00 p.m. su madre esperaba frente al parque del hospital a que su padre pasara por ella. Era un gran parque que unía dos avenidas principales, estaba bordeado por matorrales de flores, de muchos tipos y tenía 3 grandes fuentes. La Dra. Monica Wilkins siempre se sentaba en la misma banca, bajo un viejo roble que tenía vista hacia el área de juegos repleta de niños. Cuando lo descubrió sintió un dolor en la boca del estómago, su madre compartía su tiempo con pequeños porque a pesar de haberla olvidado su instinto maternal le brotaba por los poros. Tal vez ella sabía que algo le faltaba, le había dicho Draco.
A partir de esos descubrimientos estableció una rutina diaria: todas las tardes antes de las 6 llegaba al parque, se sentaba en la banca de al lado y se ponía a leer. Cuando la Dra. Wilkins llegaba a su banca Hermione fingía seguir leyendo, aunque en realidad la miraba de soslayo. Escaneaba su rostro, sus expresiones y se derretía deseando que le sonriera directamente a ella. A las 6:30 p.m. Draco iba a buscarla al parque, a la misma hora que su padre, el DR. Wilkins llegaba a buscar a su mujer; ellos se iban más tarde, después de verlos partir se quedaban platicando y caminaban rumbo a la ciudad.
Sobre su situación con Draco las cosas habían avanzado a un punto muy agradable que parecía "mágico". Él se había encargado de toda la parte "logística" del plan. Al principio cuando supo donde se alojarían sintió algo de inquietud, prácticamente vivirán juntos pero sus dudas se despejaron después del primer día en ese lugar. Era un amplio departamento con dos habitaciones, una cocina completa y un gran salón principal, sentía que era demasiado y le preocupo el costo que tendría alojarse en un lugar tan encantador pero El despejo sus temores diciéndole que el lugar estaba prácticamente a 1 calle de donde sus padres vivían, (más cerca no se podía pedir) y que por su cuenta corría el alojamiento, claro que ella no era una aprovechada, pero Draco insistió tanto que no le quedó más remedio que agradecerle y callarse.
Mientras los días pasaban ellos evolucionaban en su "relación" salían juntos todas las mañanas a conocer diferentes lugares: centros históricos, museos, zoológicos, el conservatorio musical, la playa, el cine, centros recreativos, pero evitaron el centro mágico por alguna razón que ninguno de los dos se atrevió a comentar. Iban de aquí para allá, siempre juntos; por las tardes mientras ella se adelantaba al parque Draco buscaba que actividades podían realizar, estaba consiente que después de cada encuentro con sus padres a Hermione la comenzaba embargar la nostalgia y tristeza, así que él se esforzaba por distraerla. Ante los ojos de todos, incluso los de sus padres (aunque ellos no lo notaran) les parecían una pareja adorable y muy enamorada, los nuevos vecinos: una joven pareja británica. De seguro si ellos mismos se miraban desde otra perspectiva no creerían lo que veían: sus miradas eran distintas, se observaban mutuamente con cariño y respeto, sus físicos parecían haber rejuvenecido a diferencia de su postrer estado al inicio del viaje, Draco ya no tenía esas bolsas debajo de los ojos, y Hermione reía tanto que sus hoyuelos volvieron a marcarse en sus mejillas.
Agosto estaba a punto de terminar, para ser exactos a una semana. Hermione sabía que le había dado muchas vueltas al asunto de sus padres, que era hora de afrontar la realidad y dejarse de juegos. Y es que, en su interior sabía que había aplazado el momento del reencuentro con su familia por Draco, tenía tanto miedo de perder todo lo que habían construido en las ultimas semanas, no quería recuperar a sus padres y después perderle a Él.
Se encontraba sentada en la banca, había llegado más temprano de lo normal. Tuvo una pequeña discusión con Draco y salió temprano del apartamento.
-Granger, ¿Qué demonios te pasa? Tú no eres así de cobarde ¿Por qué tienes tanto miedo de enfrentarlos? - los dos estaban en la sala hablando sobre el regreso a su ultimo año en Hogwarts, las cartas habían llegado hace tiempo al apartamento. La realidad de su situación disparo la charla en una breve discusión sobre sus padres.
-Porqué no quiero que me odien, no sé cómo pararme frente a ellos después de devolver sus recuerdos. Temo su rechazo y su enojo.
-Claro que se van a enojar, pero son tus padres. Te perdonaran después del sermón que te darán y lloraran contigo. Necesitas dejar esa actitud de gato asustado que tienes.
-Para ti es fácil decirlo… Tú no tienes nada que perder en esta situación. Así que no me juzgues, tu aceptaste venir.
-No te estoy juzgando Granger, pero no te entiendo... estabas tan ansiosa de encontrarlos al principio. Ya estás aquí, sabes lo que debes hacer. – se puso frente a ella y tomo su mano en muestra de apoyo. Hermione se soltó bruscamente y salió del apartamento.
Soltó un fuerte suspiro sin percatarse de que la Dra. Wilkins la estaba mirando.-Hola Jovencita- le sonrió muy amable y le tendió la mano- Mi nombre es Mónica Wilkins, somos vecinas de la misma manzana.
Por un momento se quedó petrificada, su madre le estaba hablando-Uh-mm. Lo siento- apretó su mano- Mi nombre es Jane Granger- no sabía lo que hacía, pero pensó que era mejor usar su otro nombre- Mucho gusto.
-Discúlpame si estoy siendo entrometida- se sonrojo un poco- te note algo distraída y creo que se la razón- la Sra. Wilkins dejó escapar una risilla nerviosa- ¿Tuviste una pelea con tu novio?
-Ah…- a Hermione le costaba procesar la información- ¿Novio?
-Si. Ese apuesto chico rubio que siempre está contigo. No pienses mal de mí, pero los eh visto juntos y sé que viven varias casas cerca de nosotros. Además, son británicos, mi esposo y yo también lo somos.
Hermione pensó que lo mejor era dejarla pensar que estaba en lo correcto acerca de su relación con Draco, sentía curiosidad por lo que ella le fuera a decir- Ah sí, hemos tenido una pequeña pelea.
-¿Puedo saber el Por qué? Perdóname que me tome tantos atrevimientos, pero me recuerdas tanto a mí en mi juventud.
-Fue algo sin importancia… pero los dos somos un par de testarudos- se sintió tan contenta por el comentario de su madre.
-Amor joven, ¿si sabes cuánto te ama ese muchacho, verdad? – ella no pudo evitar sonrojarse ante el comentario- a veces me lo encuentro en el café de la esquina por las mañanas, es muy agradable y siempre habla de ti.
-É-l, Él le habla de mi- tartamudeo un poco- ¿Q-ué le h-a di-cho?
-Nada malo querida, todo lo contrario- tomo asiento al lado de Hermione- dice que eres la persona más inteligente que ha conocido, que en sus tiempos de escuela siempre fuiste la más brillante, tu bondad y valentía son dos características que El más admira… También adora como frunces el ceño cuando estás leyendo y una parte de la historia no te gusta. Tu novio realmente es un chico especial- la miro con ternura, una ternura que solo una madre da.
Hermione tuvo que aguantar el impulso de llorar frente a ella, algunas lágrimas rebeldes salieron de sus ojos, las cuales fueron limpiadas por las suaves manos de su madre.
-Estar enamorada es mágico cariño. Vive con todas tus fuerzas esos momentos a su lado y no los dejes ir- no supo exactamente que paso después, solo que los brazos de su madre estaban aprisionándola.
-Lo siento cariño. Soy una sentimental- despegándose de ella. -Me encantan las historias de amor. Un día de estos deberían venir a nuestra casa a cenar. Estaríamos encantados de recibirlos- la Sra. Wilkins miraba por detrás de su hombro- Bueno, tu príncipe ya llego y te trae una sorpresa- le dio un beso en la mejilla y fue en dirección a la salida del parque.
Cuando volteo hacia atrás se dio cuenta que Draco estaba parado al lado de la fuente con un ramo de rosas inglesas de color amarillo y su cara estaba algo roja. Se había mantenido a distancia observando la escena entre Hermione y su madre. A paso lento se acercó a donde estaba El y lo abrazo inmediatamente.
-Gracias Draco, Gracias- le decía mientras lloraba en sus brazos- Le has estado hablando de mí.
-Bueno, tenía que ayudarte en algo, ¿No? - el paso su mano libre por su cintura, aplastándola más contra su pecho- ¿Ya no estas enojada conmigo?
-No - meneando su cabeza contra su pecho- Malfoy tienes que prometerme algo- levanto su rostro para mirarlo directo a los ojos.
-Lo que quieras- sonó tan hermosa esa frase saliendo de sus labios.
-Cuando recupere a mis padres … prométeme que no te perderé a ti- Se sonrojo mucho mientras decía eso- Te quiero a mi lado.
- ¿Es mi imaginación o Hermione Granger se me está declarando? - levanto una ceja mientras su rostro dibujaba una risita arrogante pero antes de que Hermione protestara por el comentario, la beso. Fue un beso mágico, sentía como su piel ardía, sentía cosquillas en sus labios y la brisa del viento elevándola al cielo.
- ¿Es mi imaginación o Draco Malfoy acaba de declararme su amor? - respondió murmurando sobre la boca de Draco para después volver a besarse. Los dos sonrieron en medio de ese beso y de los siguientes.
Esa noche los dos no solo se declararon su amor dentro de la habitación de Él, esa noche en medio de gemidos, caricias, besos húmedos y risas coquetas, los dos sellaron su destino, los dos se reconstruyeron mutuamente. Se entregaron uno al otro, tal vez no sabían muy bien lo que hacían, ya que fue su primera vez, la de los dos. La definición de amor jamás volvería a ser igual después de ese día. Ninguno de los dos se había sentido tan bien después de la guerra, fue como estar completos, habían encontrado su lugar en el mundo y dispersado la bruma que cegaba su interior.
A la mañana siguiente mientras aun descansaba en los brazos de Draco después de una noche mágica sabía lo que debía hacer. Le pidió que la acompañara hasta la casa de sus padres. Tomaron sus varitas y después de haber repasado juntos la explicación que le daría a sus padres, partieron.
Estaban parados frente a la casa del Dr. Y la Dra. Wilkins, a Hermione le tembló la mano cuando toco el timbre mientras que Draco le sostenía firmemente la otra. La Sra. Wilkins fue la que abrió la puerta.
-Jane, Querida. Buenos días- al parecer estaban por salir a sus respectivos trabajos- Podemos ayudarles en algo.
Draco tomo la palabra al ver que Hermione estaba petrificada a su lado- Buenos días Dra. Queríamos hablar con usted y su esposo, no es nada malo. Es una simple consulta.
-Oh entiendo, entiendo. Pasen- los paso a la sala principal, Hermione no pudo evitar sentir tristeza al mirar todas las fotografías de la chimenea y notar que ella no aparecía en ninguna- Querido puedes venir. Por favor
-Oh, tenemos visitas- su padre entro a la habitación y su temor incremento, se sentía temblar y quería desplomarse, pero Draco la tenía tan sujeta de la mano que parecía acero-¿ En que podemos ayudarles.?
-Granger, es hora- dijo en tono bajo para que solo ella escuchara.
-No puedo
-Si puedes- Saco la varita de ella de su bolsillo trasero y se la tendió
- Chicos, ¿está todo bien? - la Sra. Wilkins estaba muy extrañada por su comportamiento
Hermione levanto el brazo apuntando a ellos con la varita, pero su temblaba demasiado, sentía que las palabras no salían de su garganta. Draco la tomo de la cintura y afirmo su brazo.
-A las 3, los dos juntos. ¿Si? - le murmuro al odio y le dio un beso pequeño.
Lanzaron el hechizo, fue perfecto, nada salió mal. Al siguiente parpadeo sus padres estaban apresurándose a abrazarla y lloraban con ella. No entendían nada de lo que había sucedido, ni los detalles, pero estaban con su hija por fin.
Cayeron en la alfombra arrodillados llorando, abrazados, no dejaban de decirle cuando la amaban, de besarse las mejillas y Hermione se sentía tan feliz, tan completa. Draco pensó en abandonar la habitación, pero la Sra. Granger se lo impidió, lo unió al abrazo y lo apretó. Formaban un cuadro muy tierno, cuatro personas abrazadas sollozando. Los padres de Hermione no paraban de darle las gracias y darle la bienvenida a la familia. Era extraño el sentimiento que embargaba a Draco, El jamás se imaginó que abrazar a unos extraños (muggles sobretodo) se sintiera tan bien, tan agradable. Lo único que tenía seguro era que estaba en el lugar correcto, en el momento exacto… Estaba donde pertenecía.
Al principio de su viaje Hermione no podía ver a nadie más en ese cuadro, solo veía a 3 personas: ella, su mamá y su papá, pero la realidad resulto diferente y mejor que sus sueños. Tal vez había sido la bruma interna que no la dejo ver antes más allá de lo que podía suceder; eso sí, en lo que estaba completamente acertada fue en su decisión de aceptar a Draco en su viaje.
Tuvo toda la razón cuando pensó que Draco Malfoy también podría salir beneficiado después de ese viaje, tuvo toda la razón al pensar que no solo ella seria reconstruida. Los dos juntos se repararon y dispersaron toda ansiedad de su entorno, encontraron el camino uno en el otro. Porqué después de todo, aunque estés roto, no tienes por qué quedarte roto. Si estás perdido no lo estarás para siempre.
Al final todos encontramos el camino a casa…
Realmente espero les guste, la segunda parte mañana la publico, sera mas corta pero sera un buen epilogo. Lo prometo.
Esta historia me gusto mucho, estaba muy inspirada mientras la escribía.
Gracias por leerla y espero ansiosa sus reviews.
Buenas noches
