¿Quién no ha querido alguna vez un Weasley?
Creo que no hay que decir que no me pertenecen los personajes.
Perfección
Hermione llevaba los últimos años oyendo como describían a la joven Lily. Nunca había oído ninguna mancha en su historial, ni siquiera que se juntara con Snape. Hacía siempre lo que creía y nunca se equivocaba.
Sirius decía que era una especie de musa. Una luz que cegaba a los chicos y guiaba a las chicas. No negaba que habría sido capaz de robársela a cualquier compañero, excepto a James. En cambio, Lupin le miraba con mala cara y alegaba que era la mejor amiga. Una larga lista de tardes interminables en la biblioteca con ella se había convertido en el mejor recuerdo del licántropo en su estancia en Hogwarts.
Los dos merodeadores no eran los únicos que hablaban de ella. Todo lo que Hermione oía se acercaba a la perfección. Sus ojos, que parecían iluminados por el mismo universo. Su pelo, largo y brillante. Su delicada perfección, su forma de ayudar. Todo era perfecto. Y había conseguido enamorar a Potter.
Y Hermione llevaba los últimos años soñando con parecerse a ella. Con tener esa sonrisa y ese encanto únicos. Con poder conseguir todo cuanto quisiera simplemente con la mirada. Pero ella no quería un Potter.
No, Hermione quería un Weasley. Un Ronald Weasley.
Mátenme si quieren. Pero avisen :D
Go
