Los chicos sin suerte.
Aun chico sin suerte nunca se le declararan
Exactamente ¿Qué es no tener suerte en el amor? Y más importante aún como no se tiene suerte, entonces ¿Qué se debe hacer para tener un poco de suerte?
En la vida existen dos tipos de personas las que son amadas con el simple hecho de existir, ósea las que tienen suerte, y existen las personas que no tienen suerte, este tipo de personas debe de trabajar duro para que los demás volteen a verlos.
Kanda caminaba por los pasillos de la orden; según algunos rumores el samuray se le declararía a un camarada de la orden, más específicamente a un exorcista, muchos exorcistas como miranda, Krory, Marie, y sobretodo Chaoji anhelaban ser el exorcista elegido por el gran Kanda.
Kanda siempre fue frio y distante con sus compañeros; pero últimamente sentía la necesidad de proteger a uno de sus compañeros, ese compañero era muy guapo y encantador pero lo que tenía de guapo y encantador lo tenía de distraído, por lo que decidió aclarar abiertamente que se le declararía al famoso exorcista, lo que todos desconocían era quien podría ser ese exorcista.
Ya que Kanda tiene gustos muy particulares y en realidad no tenían ni idea de lo que buscaba en una pareja; pero todos sus compañeros a excepción de unos cuantos como Lavi y Lennalee, deseaban fervientemente que el joven, galante. Atlético y atractivo azabache se hubiera fijado en ellos.
Chaoji al escuchar la noticia de que Kanda estaba enamorado de un exorcista se emocionó notablemente pues el estaba enamorado del Espadachín desde lo sucedido en el arca, le gustaba todo de el, su sexy nariz, sus sexys ojos y sobretodo su sexy boca, realmente anhelaba ser pareja del gran Kanda.
Y cuando lo vio cruzar uno de los pasillos de la orden con su porte elegante y atlético no dudo en intercederlo.
-Ho-hola joven Kanda- Saludo enérgicamente y torpemente hombre mientras Kanda simplemente lo pasaba de largo, con paso decidido a la sala de entrenamiento, pues sabia que ahí dentro se encontraba la persona que buscaba.
Choaji se quedó paralizado pero rápidamente reacciono para seguir a su adorado azabache, pensó que tal vez no lo había visto o que simplemente no había hablado de una forma audible.
Repentinamente lo vio entrar en la sala de entrenamiento, lo cual no era de extrañar, pues a estas horas la mayoría de los exorcistas, buscadores y científicos están en la cafetería comiendo, y la sala de entrenamiento seguramente estaría sola, tal y como le justa al Espadachín, por lo que seria el ambiente perfecto para una romántica declaración pensó el pirata.
Estaba decidido a abrir la puerta para entrar y estar a solas con su amor platónico, pero en ese momento pudo apreciar ¿dos sombras?, si dos sombras una pertenecía al atlético y sensual cuerpo de su exorcista favorito pero ¿y la otra?, esa sombra era mas pequeña que la de Kanda y también mas delgada.
En ese momento sintió que si se quedaba a observar saldría herido, pero aun así decidió quedarse parado en silencio mientras escuchaba como la melodiosa voz de Kanda decía:
-Pensé que estarías en el comedor devorando todo- Por un momento suspiro el ahora espía, quizá simplemente se había encontrado con el otro por mera casualidad.
-Buenos días a ti también Bakanda- Hablo sarcástico una voz imposible de no reconocer, era ese enano que tanto aborrecía; aun no lo había terminado de perdonar por lo que sucedió en el arca por el deseo del niño de "querer salvar a un Noe!" y ahora tenia otra razón para odiarlo; llamar a su "futuro novio" Bakanda; ese niño no tenia vergüenza ni respeto por nadie, se dijo así mismo.
-Oye Allen, necesito hablarte de algo importante- Eso si que desconcentro a ambos, Kanda nunca había dicho el nombre del peliblanco siempre se refería a el como el Moyashi, enano, cabeza de anciano o algún otro apodo despectivo.
-Claro, ¿esta todo bien Kanda?- El mayor respiro hondamente para después mirarlo directo a los ojos, esos ojos color plata que tanto le gustaban, todo en ese renacuajo le gustaba desde sus finos labios hasta sus delgadas y estilizadas piernas, por ese motivo simplemente decidió que ya era hora de enfrentar la realidad y sincerarse con el menor.
-¿Has escuchado ese chisme sobre mi y que me gusta otro exorcista- Se aproximó a paso lento hasta el menor quien retrocedió por inercia hasta quedar atrapado entre la pared y el samuray quien para evitar que el alvino escapara coloco sus manos a la altura de la cabeza del chico.
-Pues si, pero no creo que sean verdad- Se sonrojo por la cercanía del mayor, estar a solas con Kanda podría ser peligroso para cualquiera, pero estar así de cerca seguramente seria aun mas peligroso, no sabia en que momento el mayor podía atacarlo con su fiel muguen o con su propio puño.
-¿Por qué?- Simplemente estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no besarlo en ese instante, el ambiente se tornaba mas tenso pues pudo ver como en los ojos del menor se reflejaba miedo y todo su pequeño y frágil cuerpo temblaba.
Aunque le ofendía un poco la respuesta del menor; ¿acaso el no tenia derecho a enamorarse?
-Es que no se me ocurre nadie que pudiera cautivarte- Sonrió nerviosamente mientras sentía como una de las manos del mayor se posaba sobre su estrecha cintura para acercarlo mas a su cuerpo, y la otra mano se posaba en su barbilla para que lo mirara directo a los ojos.
-Pues te daré una pista Moyashi- Y sin más beso delicadamente al menor quien se sorprendió y en un principio intentaba apartarlo dándole leves golpes en la espalda y jalando su chaqueta de exorcista, pero el mayor no pretendía fracasar en esta "misión" por lo que ejerció mas fuerza en la cintura del alvino acercándolo aun mas; luego mordió el labio inferior del menor quien por el dolor dejo escapar un quejido lo cual no desaprovecho el de larga cabellera e inmediatamente metió su lengua en la estrecha y cálida boca del chico.
Allen sentía que se estaba quedando sin aliento; podía sentir el fuerte y húmedo miembro de Kanda en su boca y como se movía con destreza, pero el no sabia que hacer, nunca había besado a nadie, además se estaba quedando sin aliento y por mas que intentara alejar a su compañero este simplemente no cedía.
Kanda noto como al menor le hacia falta el oxígeno y poco a poco se fue retirando de los labios del menor, mientras se dejaba a la vista un delgado hilo de saliva que unía ambas bocas, luego soltó por completo al ingles y este inmediatamente se dejo caer al suelo tomando grandes bocanadas de aire con su mejillas al rojo vivo y unas pequeñas lagrimas asomándose por sus bellos ojos.
Yuu se puso en cuclillas para quedar a su altura y mirarlo fijamente con una gran sonrisa en el rostro, realmente los labios del ingles sabían mejor de lo que se imagino eran dulces, suaves y masticables, deseaba probar mas, realmente ese estúpido novato lo había flechado.
-Supongo que con esa pista te basta para intuir quien me gusta o es ¿Qué acaso eres demasiado lento para averiguarlo?- El menor se sorprendió al escuchar hablar al Japonés, levanto la mirada para observar el rostro del mayor e inmediatamente desviar la mirada y asentir levemente.
-¿ Y bien?- Nuevamente lo tomo por la barbilla para mirarlo a los ojos y noto como finas pero insistentes gotas de agua recorrían el rostro del niño.
-Creo que si vuelves hacer algo así, moriré asfixiado- Sonrió tiernamente mientras abrazaba al mayor, en realidad no estaba muy seguro de lo que sentía, pero sabia que le gustaba esa sensación cálida, nunca experimento algo parecido pero no le incomodaba esta nueva sensación.
Noto como el mayor posaba una de sus manos en su redondo trasero mientras que con la otra mano recorría su espalda de arriba abajo, intento separarse del abrazo pero el mayor era simplemente mas fuerte y le resulto imposible apartarse.
-Pobrecito, y eso que no t eh mostrado ni la mitad de mis habilidades- Sonrió con superioridad notando como el cuerpo mas delgado se tensaba notablemente, luego decidió darle un par de nalgadas notando lo bien formadas y ejercitadas que estaban para luego sobarlas circularmente.
Sintió una punzada de dolor en su hombro izquierdo, y es que el alvino no sabia como apartarce de esa bochornosa pose y solo se le ocurrido morder a su agresor en el hombro para que lo dejara libre.
-Idiota eso me dolió- Se levanto rápidamente sobándose la zona afectada.
-Tu comenzaste, no hagas ese tipo de cosas, no me gustan- Realmente estaba rojo de vergüenza mientas se levantaba y hacia un puchero adorable.
-Contigo tendré que ir lento, que aburrido- Una sonrisa burlona y cargada de superioridad apareció en su rostro. El era el gran Kanda las cosas siempre se hacían a su ritmo, pero tomando en cuanta que esta vez se trataba dl joven Moyashi decidió ir lento, no quería asustarlo pues sabia que el enano era menor que el, le hacia gracia la poca experiencia que tenia con parejas lo noto pues el chiquillo se quedo sin oxigeno muy pronto.
-Pero bueno, entonces esto nos convierte automáticamente en pajera debilucho- El era Kanda nadie se esperaba una declaración romántica de su parte.
Allen simplemente lo miro incrédulo.
-Nunca, nunca eh tenido una pareja- Desvió la mirada rápidamente. –No se lo que hacen las parejas- Confeso rojo de vergüenza pero con una mirada decidida. –Pero hare lo mejor que pueda, lo prometo- Puso una de sus mejores sonrisas. Al mayor no le sorprendió esa declaración ya que se notaba su nula experiencia y se le hacia aun mas excitante ser el primero en la vida del inocente exorcista.
Sabia que muchos de sus pervertidos compañeros querían entablar una relación con ese chico atolondrado pero este por ser tan tonto, ingenuo e inocente nunca noto cuando se le declaraban de varias maneras, por eso opto por una alternativa mas directa, un beso un beso era perfecto para que el niñato entendiera sus intenciones.
Estaba realmente feliz de que el chico aceptara sus sentimientos, ya que no estaba muy seguro de su reacción, el sabia que era sexy, seguro, inteligente, galante y que muchos camaradas lo querían de una manera muy santa, pero ese pequeño brote de hadas era indescifrable, no sabia siquiera si le podría gustar una persona a su corta edad.
-Significa que tendremos otro beso- Y sin mas tomo al joven por la muñeca y lo jalo hacia el para robarle un delicado y dulce beso.
-Este me gusto mucho mas que el anterior-
-Eres de verdad un niño muy lento- Pero con gusto el seria su tutor en el amor, iría al paso del menor, lento pero seguro, debía ser paciente y comprensivo con ese chiquillo que lograba hacerlo enloquecer son solo escuchar su nombre.
Choaji quien escuchaba todo atentamente sintió como se le rompía el corazón, no lograba comprender como el gran Kanda podría estar enamorado de ese inexperto y torpe niñato, ni que Kanda fuera pedófilo o algo por el estilo.
Aunque pensándolo mejor; tal vez la inexperiencia del niño le seria útil, ósea si Kanda era ya un hombre con ciertas necesidades "Básicas" pero que el enano aun no puede satisfacer; el se encargaría de atender al samuray.
