Aquella tarde, ambos jóvenes se encontraban completamente decepcionados. Pero aún así, tenían la fortaleza de no ser poseídos por un akuma, porque eran fuertes y porque conocían los peligros de ello, por algo eran los portadores de los principales Miraculous.
Supongo que se preguntarán, ¿qué es lo qué sucedió con ellos? Es fácil. El amor los tenía tristes. ¿Qué pasó?
Marinette se sentía cada vez más perdida respecto a sus sentimientos, pensaba que estaba enfrascada en ser solamente la amiga de Adrien. ¿Por qué? Porque él había conocido a Kagami, y desde que ella había entrado al equipo de esgrima, pasaban casi todas las tardes juntos.
Ella los veía hablando, riendo y compartiendo vivencias. Resulta que Kagami estaba sola, porque su padre estaba viviendo en Japón, y su madre era una empresaria importante. Básicamente vivía con su abuela, pero ella debía cuidarla, debido a su avanzada edad. De ese modo congeniaron, gracias a sus solitarias vidas.
Por otro lado, Chat Noir principalmente se sentía algo feliz al saber que por lo menos tenía una oportunidad con su Lady. Pero gracias a las constantes burlas y a los comentarios de Plagg, se sentía un poco confundido.
—A ti te gusta Kagami, el problema es que tú no lo quieres reconocer, eso es lo que te pasa —se burló Plagg.
—Creo que sabría si me gusta esa chica, no soy un tonto.
—Eres un adolescente, es casi lo mismo. Que tú no vivas tú vida no es mí problema.
Adrien rodó los ojos.
—¿Por qué eres tan insolente?
—No soy insolente, simplemente soy realista. He vivido con muchos portadores, y vi muchas cosas. Adolescentes borrachos, adolescentes ladrones, algunos mujeriegos.
Adrien alzó una de sus cejas en confusión.
—¿También pueden existir portadores así? Pensé que debían ser un buen ejemplo.
—Por eso te digo: los adolescentes son muy cambiantes. Me sorprende lo angelical que eres tú.
Durante la noche un akuma apareció. Una niñera despedida después de ocho largos años, ella estaba muy dolida, estaba encariñada con esos tres niños. Además, ella jamás cometió un error.
—¡Sígueme, Chat Noir! —gritó Ladybug. Pero él felino la detuvo con su garra.
—¡No! Esta noche tengo un plan, conozco bien a las niñeras.
Por primera vez en su vida, fue Ladybug la que siguió el plan de Chat Noir. Él mandaba, ella obedecía.
Fue la primera vez que se dio cuenta de que él realmente sabía qué era lo que hacía.
—¡Ganamos! —chocaron los puños y sonrieron ampliamente, estaban felices después de la larga batalla.
Ladybug se sentó en el techo, apreciando la hermosa luna que el cielo les regalaba. La noche siempre le había encantado, era la mejor hora para reflexionar de los sentimientos o de la vida en realidad.
—Estuviste fantástico, Chat Noir.
Él se sentó a su lado y sonrió, su colita se movía de arriba a abajo.
—Te he seguido por tanto tiempo, que ya conozco tu estrategia. Solo te seguí a ti —respondió sonriente —. Así que esta victoria se debe a ti.
—Al contrario, utilizaste tú inteligencia para crear un plan, no te menosprecies.
Ambos Miraculous emitieron un pitido, ambos se levantaron y comenzaron a correr, despidiéndose en el aire.
Durante las próximas batallas, ambos daban su opinión, ambos combatían mejor. Eran como un complemento en la lucha del otro, iban mejorando.
Ladybug veía a aquél gatito bobo con otros ojos, ya no le parecía tan bobo, ahora veía su astucia. Le gustaba esa faceta, y le gustaba que sus chistes malos continuarán.
Chat Noir por otro lado no podía detener el fuerte latir de su corazón cada vez que su Lady lo miraba, era una sensación tan agradable, tan maravillosa.
Ambos tenían nuevas impresiones del otro, era como si fuera la primera vez que se veían, gracias a las nuevas habilidades del felino.
