Avatar no me pertenece y hago esto sin fin de lucro.

Editado: 14 de julio del 2008


La luz de la Luna bañaba los cuerpos desnudos de un par de jóvenes, ambos sudorosos, ambos sonrientes, cansados y aparentemente satisfechos.

Sin embargo, el cansancio solo se le notaba a él, mientras que ella parecía tener fuerzas suficientes para continuar.

― Otra vez. – Pidió la chica sonriendo aun más.

― ¿Otra?, ¿qué acaso no te has cansado, aun no estás satisfecha? ― Decía un joven con una mirada traviesa.

― ¿No me digas que el gran príncipe resiste menos que una simple campesina? – Dijo ella sabiendo que esto lo molestaría.

Y efectivamente, esto lo había molestado, porque su cara inmediatamente mostro un gesto de indignación.

― Sabes muy bien que eso no es cierto, y si así fuera tú tendrías la culpa porque soy yo el que hace todo el trabajo. – Reclamaba el joven, aunque en realidad lo último no fuera del todo cierto.― Yo diría que eres una explotadora… ― Él no pudo continuar quejándose porque, de pronto, sintió unos labios cubrir los suyos.

El beso se alargó por un rato, hasta que ella lo rompió casi de la misma forma en la que lo había empezado y se separó un poco, dejando al maestro con ganas de más.

― Entonces, ¿qué dices? – Dijo ella conociendo la respuesta.

― ¿Tú qué crees? – Respondió él mientras se acercaba cada vez más a ella para reanudar su actividad nocturna.


Les agradezco que lean esta pequeña viñeta y cualquier comentario o sugerencia será bienvenido.