¡Hola! Este es mi primer fic en la vida, y lo estoy haciendo porque amo mucho el Naruhina y el Sasusaku. Espero que si lo leen, disfruten lo poquito que llevo. :3 Será un fic lleno de fantasía y amor.
El título está inspirado la canción "Ho hey" de The Lumineers, que de alguna manera sería el tema principal entre Naruto y Hinata, y espero incluirla en determinado momento de la historia. :)
CAPÍTULO 1.
Hinata.
El destello del sol traspasa suavemente mi ventana. Se detiene sobre mi rostro, y mis ojos se abren. La mañana es fría, pese a la luminosidad solar que llega hasta mi habitación.
Bajo con rapidez las escaleras. Son las 8:30 ; como esperaba, los rostros familiares en el comedor me saltan a la vista. La radio está encendida, y como de costumbre, sólo Neji parece prestarle atención. Hanabi devora sus huevos revueltos sin alzar la vista, y mi padre se lleva el tenedor a la boca con tranquilidad.
-Buenos días. – Sonrío, dirigiéndome principalmente a mi hermana. Sé bien que Neji sólo asentirá, y que mi padre ni siquiera se tomará la molestia de mirarme.
La verdad es que la relación con él nunca ha sido sencilla. Ni siquiera cuando yo era pequeña; siempre ha sido claro que como primogénito él deseaba un niño. Y con el paso de los años las cosas no han cambiado mucho. Él apenas cruza una palabra con Hanabi o conmigo. Sé que para mi hermana ha sido mucho más difícil que para mí, porque ella pasó menos tiempo con mamá. Yo intento llenar ese hueco maternal siempre que está en mis manos, pero... no estoy segura de que sea suficiente.
Como anticipé, Hanabi es la única que parece haberme escuchado, y me guiña un ojo. Tras prepararme un pan tostado y un café me siento a la mesa en el momento exacto en que los demás comienzan a levantarse.
- ¡Te veo al rato! – Grita mi hermana, plantándome un fuerte beso en la mejilla. Su actitud cambia inmediatamente al mirar a mi padre, y su voz se convierte en un hilito. - Me voy...
-Bien.
Tras esta contestación, mi hermana sale de la casa con la mochila en la espalda. Si me estiro un poco, puedo verla desde aquí tomando su bicicleta y haciéndose cada vez más pequeña, hasta desaparecer en la distancia.
-Nos vamos en quince minutos, Hin.- Me avisa Neji, sobresaltándome.
-V-voy. -Le respondo, y me apresuro a terminar mi pan.
Neji llegó a la casa cuando tenía nueve años, y yo tenía siete. Nuestros padres eran hermanos, y antes de que él viniese a vivir con nosotros, solíamos vernos y jugar durante las reuniones familiares. Nos divertíamos muchísimo. Él siempre ha sido un chico muy noble; en ese entonces me animaba continuamente a correr y a saltar (cosas en las que soy realmente torpe). Sin embargo, tras el accidente de sus padres, todo cambió. Se apartó de nosotros... De todos. Cuando mi madre vivía, era un gran apoyo para él, pero ella murió hace ocho años. Y desde entonces, nadie ha podido hablar con Neji de manera abierta sobre lo que pasó. A veces creo que soy yo quien debe dar ese paso: Hanabi sólo tiene diez años, y, pese a ser muy inteligente, no acaba de comprender el asunto y sólo puede intentar animarlo a su manera. Y mi padre... bueno, él nunca habla de temas personales con nadie. Creo que ni siquiera consigo mismo.
Tras terminar el desayuno y prepararme para el colegio, salgo con Neji de la casa, en dirección al colegio. El trayecto es muy corto. Todas las distancias lo son en un pueblo tan pequeño como el nuestro. Quince minutos después nos encontramos en la escalinata principal de la preparatoria.
-Te veo en la tarde. - Se despide, secamente.
Ni siquiera me da tiempo de decir adiós antes de verlo alejarse.
Naruto.
La luz del hospital lastima mis ojos; es lo que me hizo despertar. Estoy exhausto, y... creo que estoy herido. ¡¿Y los demás?! ¿Qué pasó? Mi pierna...Algo ardiente recorre mi brazo... ¡Carajo! ¿Dónde están los demás?
- ¡Hey! -grito. No hay respuesta. Grito nuevamente.
¿Cómo llegué aquí? No hay nadie en la habitación del hospital... Intento sentarme, pero, ¡ah! mis piernas están demasiado mal.
De pronto, la puerta se abre, y Tenten entra, con ropa de civil.
-¡Tenten! ¡¿Qué pasó?! ¿Y los otros?
Tenten abrió mucho los ojos. La conozco desde hace años; está emocionada.
- ¡¿No recuerdas, Naruto?!
- ¿Qué cosa? Recuerdo que peleamos con Nagato y su tribu de imbéciles, pero... -Me siento demasiado cansado. No puedo seguir hablando... Me duele el cuerpo...
- ¿No recuerdas el último ataque? Tú lo hiciste, Naruto. Diste todo en la batalla. Todos lo dimos.
- ¿Quieres decir que... los vencimos?
Ella asiente; las lágrimas empiezan a correr por sus mejillas.
-El rey quiere verte... a ti y a tu familia. ¡Dará una gran comida en tu honor! Bueno, en el "nuestro", pero sabe perfectamente que fuiste tú. ¡Oh! Fue difícil... ¡Pero lo logramos!
Lo logramos. En serio lo hicimos. Después de años de luchar contra este grupo... ¿Logramos derrotarlos? ¿Logré...mostrar mi valor frente a todos? Después de... esos años de...
-Quizá no es el momento de darte detalles y todo lo que viene... te ves cansado. - exclama mi mejor amiga con cierta preocupación. - Lo lamento... creo que debes descansar...
- ¡NO! ¡No, no, no! ¡Ya he descansado más que suficiente! ¡Sígueme contando! - grito, e intento levantarme, pero nuevamente el dolor me retiene.
Ella sonríe.
-Eres el mismo Naruto de siempre. -Suspira. y toma asiento al lado de mi camilla.
Hinata.
La clase de literatura es mi favorita. No tengo alguna gran pasión en mi vida, pero definitivamente me gustan los libros. Cuando pienso en el futuro, y pese a que mi padre quiere que desista de la idea de estudiar una carrera profesional, sueño con ir a la universidad. Quizá podría estudiar literatura.
La profesora está dando una cátedra sobre los recursos literarios. Miro a mis amigos y la forma en que sus semblantes delatan su aburrimiento: Kiba no deja de bostezar, Choji come papas de una bolsa oculta bajo la mesa, Shino dibuja algo en la última hoja de su libreta, y Sakura, con discreción, oculta sus audífonos bajo su cabello rosado.
Sakura y yo nos conocimos en el último año de la escuela primaria, hace seis años. Yo no conocía a nadie en el salón. A ella la ubicaba desde años anteriores porque era casi imposible no hacerlo; su personalidad es completamente opuesta a la mía. A mí siempre me ha costado relacionarme con las personas, y prefiero pasar desapercibida. Ella, en cambio, desde pequeña se oponía a la mayoría de cosas que el grupo entero seguía. Le encantaba molestar a las otras niñas poniéndoles apodos o dejando cosas en sus casilleros; era realmente pesada.
No sé si algún día entenderé el porqué de su amigable acercamiento hacia mí. Pero cuando ocurrió, ella guió aquella conservación, y desde entonces todo había fluido de una manera inusual y agradable. A decir verdad, Sakura no ha cambiado demasiado con los años. Sigue siendo esa chica rebelde e irreverente. A veces me asombra lo valiente que es.
Con Choji y Shino la amistad surgió en la preparatoria. Fue Sakura nuevamente quien tomó la iniciativa con ellos. Ninguno de los dos es especialmente hablador: cada uno es marginado a su manera, y parece perderse en sí mismo. Pero, una vez que nos acercamos a ellos, supimos que eran chicos realmente dulces en el fondo.
Finalmente está Kiba, quien ha sido, desde los seis años, mi mejor amigo. Nuestra amistad comenzó en el autobús escolar, en el momento en el que él me pidió una mordida del almuerzo y me habló sobre su pasión por los animales. A pesar de que nuestros temperamentos son distintos, puesto que él es bastante relajado y divertido, hemos pasado buenos y malos momentos juntos. Con el tiempo, él ha sabido integrarse muy bien con el resto de los chicos.
El timbre que anuncia la salida suena. Mis amigos se despabilan, y aliviados de que la clase haya terminado, recogen sus cosas. Yo me levanto también, y salgo del salón con ellos.
Naruto.
Tenten se fue hace algunas horas; tras ella vinieron a verme los chicos del escuadrón, la amargada de mi hermana, e incluso mis primos. Mis primos... es increíble pensar que vinieron desde su aldea sólo para verme. No dudo de Gaara, pero... ¿Temari? ¿Kankuro? Ellos jamás han sido cercanos. Seguramente pretenden algo más...
Finalmente vino a visitarme Matsuri, la asistente del rey. Habló con el doctor, y de acuerdo con él, hoy en la noche estaré dado de alta. Es increíble, porque aún siento mi cuerpo un poco destrozado.
Mañana en la noche se celebrará la cena en mi honor. Pienso esto mientras miro por la ventana el atardecer, en su plenitud, y las pequeñas cabañas donde viven las familias del pueblo. Algunas cabañas son muy coloridas; retozan de tonos distintos, piden ser vistas. Ser visto... llamativo... ¿Qué hace uno después de ser observado?
Mañana en la noche, antes de la cena, el pueblo se reunirá para escuchar un discurso dedicado a nuestro escuadrón. A mí, especialmente. El pueblo sabrá quién soy ahora, en quién me he convertido. Es increíble, pero...
¿Qué pasará después de mañana? Puedo hacer predicciones. Me darán algún cargo importante en el reino. Tendré fama y favor real. Mi escuadrón y yo quizás seremos caballeros reales. No necesitaremos dinero nunca más. Las chicas estarán locas por mí. ¡Oh, eso no suena nada mal!Podré comer todo lo que quiera, y más. Pero...
¿Pero? ¿Existe un pero para toda esta felicidad que se avecina? Pero... ¿Es realmente felicidad? ¡Cómo quisiera dormir! Estas preguntas tontas... Quisiera negar la falta de emoción que siento. Quisiera estar... como de costumbre: deseoso, feliz, emocionado... Y me siento tan extrañamente melancólico. ¿Será el dolor corporal el culpable?
Los recuerdos: mi niñez. El dolor. Y luego, entrenamientos cada vez más exigentes. La formación del escuadrón. Las primeras batallas. La última y victoriosa batalla. Cuando miro atrás y busco el principio de mi ambición... me percato de que me ha acompañado toda mi vida. Ambición de admiración, de poder, de felicidad. Mañana todo se cumplirá. ¿Y luego qué seguirá? ¿Más misiones? ¿Más victorias? ¿Ambición infinita?
Comienzo a sentir una fuerte opresión en la sien. ¿Con quién podría compartir esto? No con Tenten; es mi mejor amiga, me conoce bien, pero... ¿acaso he dejado que sepa que existe esta nostalgia en mí? Ella conoce bien a este chico alegre, animado, fuerte. Capaz de motivarse a sí mismo y a los demás en las peores situaciones. ¡Y claro que soy así! Pero... quizá no es todo... No sé cómo reaccionaría ante esta parte de mí, ante esto que no afloraba desde hace años. Y los otros chicos... Jamás. Sai ni siquiera tiene sentimientos. A Lee no le interesan estas cosas.
Shikamaru. ¡Shikamaru entenderá! ¡Claro!
Será mañana. Además, quizá con este molesto y paralizante dolor corporal se largue también el otro, mucho más interno...
