Harry Potter, el héroe. Harry Potter, el salvador. Harry Potter, el que sobrevivió a quién no debe ser nombrado. Harry Potter el bueno para nada.Draco subido en un banco declamaba para su incondicional público. Con una sonrisa malévola dirigió su mirada al trío maravillas que justo hacían su entrada en el patio.
Déjalo Harry es solo el creído de Malfoy. Hemos quedado con Hagrid y ya llegamos tarde. Hermione le dijo tirando de él de la manga.
Harry Potter, el cobarde que se esconde bajo las faldas de su amiguita sangre sucia. Fue Ron quien saltó esta vez. Harry era su amigo no era un cobarde e insinuar que se escondía bajo las faldas de Hermione era atacar a la reputación de su amiga.
¡Malfoy! baja de ahí y pelea como un hombre si tienes lo que hay que tener. Ron se remangó y se dirigió hacía Draco. En seguida 4 matones se pusieron en guardia para proteger a su leader. Eres tú el que siempre se esconde detrás de tus matones o debajo de la roñosa capa de Snape.
Vaya si saltó la fanta naranja ¿Cual de los chicos Weasleys eres tú? ¿Gruñón, tímido, perezoso, mocoso, mudito, feliz o dormilón? Draco se gustó así mismo con ese comentario y miró a las chicas que estaban ahí haciéndole corro para dedicarles una sonrisa.
Él que te va a partir esa cara de idiota tuya. Ron estaba muy pero que muy enojado.
¡Uy! ¡Uy! Mira, como tiemblo, todos sabemos que no sois nada más que un atajo de farsantes.
Ron déjalo ya, no ves que solo quiere cabrearte. Venga vayámonos. Hagrid nos espera. De nuevo intentó Hermione. Pero tanto Harry como Ron estaban ahí parados apretando sus puños fuertemente esperando la ocasión para saltar al cuello a Draco.
Otro bueno para nada ese Hagrid no debería de estar aquí. Es una prueba más de la lastimosa política de esta escuela.
Cállate Draco Malfoy o seré yo misma la que te cerrará esa bocaza de un golpe. Hermione dijo furiosa fulminándolo con la mirada. Y he dicho que nos vayamos. Hagrid debe de estar preocupándose ya. Dirigiéndose a Harry y a Ron.
Claro, corred, como los cobardes que soy. Draco volvió a dirigir su mirada a las chicas que se encontraban allí. Quizás el loco de Hagrid os muestre el cachorro de un Lusedell jajaja Quizás hasta tu madre, Weasley, pueda amamantarlo, total es eso lo que hace, ¿no? Lo siguiente fue muy rápido un rayo sobre Draco directo y el chico en breves segundos estaba lleno de pústulas horribles que rezumaban pus.
Puede que Hermione fuera la más lista de los 3 y Ron fuera el más leal. Pero Harry era, sin duda, el más rápido y el más creativo cuando se trataba de hechizos. Harry sonrió triunfante y retomó su camino hasta la casa de Hagrid sin mirar atrás.
Los chicos pasaron una tarde de lo más amena con el guardián semi-gigante hablando de todo tipo de criaturas y leyendas. Pero Hermione dejó a los muchachos un poco antes porque quería ir a consultar unas cosas a la biblioteca antes que cerrara. Así que Hagrid aprovechó para ofrecerles unos vasos de cerveza de mantequilla y unos buenos pedazos de tarta de melaza silvestre. Hermione siempre reñía a Hagrid por su dieta que se basaba básicamente en dulces. Aquello iba a malograr su dentadura Hermione no podía evitar ser la hija de un par de dentistas al fin y al cabo. La tarta era deliciosa, la cerveza estaba,muy fresca y la compañía inmejorable. Hagrid adoraba que los chicos lo visitaran. Les tenía un especial apreció a aquellos tres imanes de problemas. Así que cada visita de los chicos era un motivo de júbilo para él. Hagrid sabía de la curiosidad de los 3 y siempre estaba dispuesto a entretenerlos con todo tipo de historias sobre criaturas fascinantes y leyendas sobre la zona. Aquella tarde acabó hablándoles de la migración decenal de los licántropos. Cada 10 años grupos de jóvenes los licántropos atravesaban el bosque prohibido como parte de un proceso de iniciación a la madurez o algo así. Y justo ese año se cumplía el décimo aniversario de la última migración.
Ron y Harry se despidieron de Hagrid y fueron hacia la escuela. Durante todo el camino de vuelta no hicieron otra cosa que hablar sobre hombres lobos y vampiros. Para Harry solo eran leyendas o cuentos de miedo de los que se cuentan al rededor de un fuego en una acampada. Pero Ron creía ciegamente en su existencia.
Al llegar al castillo se apresuraron a subir las escaleras que daban a la torre de los Gryffindors. Se les había hecho tarde y aun tenían una redacción para Adivinación que hacer. Pero se llevaron una sorpresa al entrar a la sala común y encontrar al profesor Snape de píe conversando con uno de los prefectos.
Señor Weasley, señor Potter, que honor, al fin han decidido honrarnos con su presencia. Y nada más ni menos que 20 minutos antes de su toque de queda. Nos tienen abrumados (aplaudiéndoles). Snape les había dedicado uno de sus retorcidos comentarios, nada nuevo, nada por lo que preocuparse. Excepto que esa tarde habían atacado a uno de sus alumnos estrellas, Draco.
¿Profesor? ¿Qué hace aquí? ¿Quiero decir... en la sala de los Gryffindors? Ron preguntó aunque tenía una ligera idea de porque estaba allí.
Señor Weasley la razón por la cual estoy aquí es que esta tarde un alumno que pertenece a mi casa ha sido cruelmente atacado por un miembro de la suya. ¿Le suena de algo, señor Weasley? (Ron tragó saliva y bajó la mirada) Señor Potter y usted que está tan callado ¿Qué tiene que decir sobre un acto tan atroz y vergonzoso como cubrir de pústulas a un compañero? Ahora era el turno de Harry de tragar y bajar la cabeza. No voy a perder el tiempo preguntándole si fue o no fue usted quien perpetró tal acto vandálico. Hay demasiados testigos que así lo confirman. Harry tragó de nuevo saliva.
Señor, si me lo permite se lo puedo explicar, Malfoy estabaHarry empezó a explicarse pero Snape lo cortó en seco.
¿Si se lo permito? Claro, señor Potter, nada me gustaría más que me explique como un alumno de una de las más prestigiosas escuelas de magia ha atacado a su propio compañero.
Malfoy no es mi compañero. Dijo en un susurro Harry casi inaudible. Casi. Excepto si eres Severus Snape.
10 puntos menos para Gryffindor dijo Snape cortante como el acero. Señor Potter le sugiero que controle esa lengua suya sino quiere que acabe a cachitos en una de mis pociones. Harry se tapó la boca con las manos y negó enérgicamente con la cabeza. Está claro que necesita que alguien le recuerde no tan solo las normas de esta escuela sino un poco de modales. Y éste no creo que sea el lugar adecuado para tratar esa carencias Snape miró con desdén a todos los chicos que estaba allí sentados estudiando hablando o jugando. El director Dumbledore, la profesora McGonagall y yo mismo le esperamos en 12 minutos en la aula de pociones. Buenas noches. Y Severus salió de la sala rápidamente.
Estoy muerto. Dijo Harry en cuanto Snape hubo abandonado la sala.
¿Crees que te expulsarán? Ron dijo casi en pánico. Iré contigo, les diré que es lo que ha pasado realmente. Ron como siempre fiel a su amigo. No, Ron. No serviría de nada. Quizás Dumbledore quiera escucharme. Harry dijo no muy seguro de ello. No puedo volver a casa. Allí no me quieren Harry estaba totalmente desalentado. Más vale que vaya no creo que ayude que llegue tarde.
Harry se fue corriendo hasta la aula de pociones cuando estaba a punto de picar a la puerta oyó como los tres adultos discutían acaloradamente sobre él y se detuvo con la mano alzada frente la puerta.
