Ya eran las primeras horas de la mañana y los escasos habitantes de Oldale se saludaron cordialmente tras empezar las actividades diarias de ese escaso pueblo. Varios niños se veían entusiasmados debido a que el día de hoy recibirán su primer Pokémon por parte del Profesor Birch en Littleroot.

—Papá ¿Crees que podré ganar el Gran Torneo? — dijo uno de los niños a su padre quien lo cargaba en sus hombros.

—Todo es posible si lo haces con determinación— respondió el progenitor del niño— Y nunca olvides que el cielo es el límite.

Varios padres de familia se reunieron en la única estación de autobuses que hay en la ciudad, varios de ellos comentaron lo difícil que fue calmar a sus hijos la noche anterior. En una banca de la estación de autobuses, un joven veía la situación y solo se limitó a reírse de las falsas esperanzas que daban esos padres a sus hijos.

El joven sacó una cajetilla de cigarros de su pantalón, colocó uno de ellos en su boca y buscó su encendedor en los diferentes bolsillos sin resultado alguno, pero un hombre se acercó ofreciendo fuego para el joven, a lo que agradeció el gesto realizado.

—¿Gustas? — comentó el joven al sostener su cajetilla.

—No gracias, tengo que ir a Littleroot y no quiero oler a tabaco— respondió el hombre al tomar asiento.

—El camión ya está lleno, así que el próximo será dentro de media hora o 45 minutos— añadió el chico al dar un toque a su cigarro aun sosteniendo la caja de cigarros.

—Al saber eso… mejor sí dame uno— El hombre tomó el primer cigarro que salía de la caja y lo colocó en su boca— Gracias… ¿Cuál es tu nombre?

—Soy Tess— respondió el joven al soltar el humo.

El hombre empezó a consumir el cigarro y fijó su mirada en Tess, el joven es de tez algo morena, lleva puesto una chaqueta color naranja opaco y debajo de ella una camisa blanca con un dibujo extraño, el color de su pelo es castaño, aunque bastante descuidado, para ocultar la falta de interés en peinarse, lleva puesto una visera del mismo color que su chaqueta, sus pantalones son de mezclilla con una tonalidad oscura y algo desgastados, al igual que sus tenis.

—¿Vas a estar todo el día aquí? — preguntó el hombre al exhalar el humo del cigarro.

—Sí…— respondió Tess apáticamente sin voltear a ver al hombre

—¿Ni escuela ni trabajo?

—Estamos en verano amigo y no me interesa conseguir un trabajo— comentó el joven de igual manera.

—Ya veo…— Ambos se quedaron en silencio y el hombre vio como Tess dejó caer la colilla del cigarro para pisarla de inmediato— No te he dicho mi nombre, me llamo Joseph— El hombre no obtuvo respuesta alguna— ¿Tienes alguna meta en la vida? — preguntó Joseph con una sonrisa.

—Sí… sí tengo una— respondió Tess al recostar su espalda en la banca— Salir de este maldito pueblo…— El joven soltó un gran suspiro— Mandar a todos al carajo— Tess sacó de nuevo su cajetilla para colocar un nuevo cigarro en su boca— Pero se me es imposible.

—Tal vez pueda ayudarte con eso— agregó Joseph, palabras que hicieron reír al joven.

—Realmente soy un bueno para nada, no tengo nada que ofrecer al mundo, Yo no aspiro a nada.

—Te pones límites, sabes que estos fueron creados para romperse— comentó Joseph— ¿Sí sabes quién soy? — preguntó el hombre al prestarle de nuevo el encendedor.

—Te llamas Joseph, lo acabas de decir— respondió Tess al prender su cigarro— Espera un momento…

El joven miró detalladamente a Joseph, y Tess se sorprendió de la forma en la que iba vestido, un saco cruzado color gris completamente abotonado que hace juego con su pantalón, una camisa de manga larga blanca junto a una corbata de color rojo vino, sus zapatos de color negro recién boleados y una Homburg color negra yace en su cabeza que resalta la piel blanca de este hombre.

—No eres… ¿El primer campeón de la ALP? ¿'El Campeón Rechazado'? — preguntó el joven señalándolo

—Pasan los años y no puedo quitarme ese apodo— comentó Joseph con una sonrisa.

—Mencionaste que ibas a Littleroot ¿Por qué el campeón de la Asociación de la Liga Pokémon iría a ese pueblo?

—El Profesor Birch me pidió que lo acompañase a la entrega del primer Pokémon a los niños y que dé una plática— Joseph hizo un gesto de poco interés— Ya sabes ¿No?

Palabras que provocaron una risa a Tess y ambos empezaron a tener una plática amena en lo que Joseph espera la llegada del camión para Little Root. Al ver el camión estacionarse, Tess se levantó de la banca y agarró sus cosas para despedirse del primer campeón de la ALP.

—¿Por qué no me acompañas? No me vendría mal una ayudita con Birch — ofreció Joseph al joven— ¿O tienes algo más importante que hacer?

—Ya que insistes— respondió Tess con una sonrisa.

Ambos subieron el camión y tomaron su respectivo asiento, lo que le sorprende a Tess fue el por qué aceptó la oferta del campeón, ya que regularmente rechaza las invitaciones para salir y no porque alguien bastante importante lo acompaña, el sentía que valía la pena pasar el tiempo con él.

Pasó una hora para que llegasen a Littleroot, Joseph tomó un gran respiro al bajar del camión a la par de un estiramiento de sus brazos, a su vez, Tess bajó del transporte y empezó a mirar a sus alrededores, él ya tenía varios años que no veía a este lugar y se maravilló de cómo el lugar no ha cambiado en lo absoluto.

—Sígueme— indicó Joseph al joven— No hay pierde al laboratorio del profesor.

No tardaron en llegar al lugar citado, ambos se quedaron perplejos al ver la multitud de gente afuera del laboratorio y se mostraban algo molestos. El campeón se adentró a la muchedumbre para escuchar las quejas, para sorpresa de Joseph fue escuchar que el Profesor Birch no se encontraba en su laboratorio.

—Déjeme llamarlo— dijo el campeón al marcar el número en su celular, tras el tercer timbre, colgó la llamada— ¿Dónde se habrá metido? — se preguntó para sí mismo— Bueno… tengo que hacer tiempo— Joseph pidió a la multitud para que abrieran espacio para permitirle hablar con mayor facilidad.

El campeón logró captar la atención de todos, antes de que empezase a hablar, Joseph desabrochó su saco para poder elegir uno de sus compañeros de bolsillo, al seleccionar al Pokémon indicado para la ocasión, alzó la Pokéball para liberar a una Gardevoir, quien hizo una entrada elegante a la vez de hacer una ligera reverencia ante la multitud, algo que notó Tess fue el collar que tenía puesto, de apariencia avanzada tecnológicamente, a su vez, logró percibir una piedra preciosa dentro de ese collar.

—Chicos— Joseph llamó la atención de los niños— Este mundo está rodeado de criaturas conocidas como Pokémon, pero ellos son más que eso—resaltó el campeón al acercarse a su compañero de bolsillo— Ellos son amigos y compañeros de vida.

—Ambos nos complementamos en nuestro día a día— dijo la Gardevoir quien provocó a los presentes se sorprendieran al ver cómo un Pokémon podía hablar con fluidez— Por ello incito a que cuiden a sus futuros compañeros y verán cómo pronto se volverán una parte de su vida.

—El invento de Cecil si funcionó— susurró para sí mismo Joseph al ver cómo su Pokémon logró hablar para todo un público— Gracias Saga por compartir esas palabras, pero bueno, hay diferentes formas de vivir con tus Pokémon, pongo de ejemplo aquí a mi amigo— Joseph señaló a Tess incitándolo a que se uniera a la plática.

—¿En serio?

—Vente…— dijo Joseph a regañadientes, sin ninguna alternativa, el joven se acercó al campeón— Dudo que me reconozcan chicos, por eso…— Los niños interrumpieron al campeón diciendo su apodo— Sí… Como iba diciendo, mi vida cambió al tomar este camino, algo que mi amigo Tess también busca lograr ser el campeón de esta edición del torneo de la ALP.

—¿Eh?

—Combatir con tus compañeros de bolsillo es una conexión más allá de la amistad, es como si fuesen uno— explicó Joseph a la audiencia— Y eso crea un vínculo que va más allá de sus límites y ustedes chicos, que aspiran a la grandeza, pueden hacerlo… El cielo es el límite— concluyó Joseph.

Los presentes aplaudieron las palabras del primer campeón de la ALP, lo que incomodó al joven Tess fue cómo los niños se le acercaron para hacerles preguntas, especialmente de cómo conocía a Joseph, el chico se limitó a reír nerviosamente y decir una que otra mentira para que siguiera con el juego.

Tras varios minutos de preguntas y respuestas, el Profesor Birch se acercó a la multitud ofreciendo disculpas por no llegar a la hora acordada. Ya sin perder más el tiempo, el profesor abrió su laboratorio y los infantes se adentraron al lugar como una avalancha humana, al ver todo el desmane que se presentaba, Joseph indicó a Tess que lo apoyase para alivianar el trabajo al profesor, sin presentar ni una queja, el joven hizo lo mejor para calmar a las masas.

Pasado más de una hora, al fin los tres hombres tuvieron un minuto de descanso, el laboratorio se encontraba en calma y en orden, por muy sorprendente que fuese, Tess tomó una silla del lugar y la colocó cerca de una pared para poder recargarse con mayor facilidad.

—Cielos…—comentó Tess jadeante del cansancio— ¿Qué les dan de comer a esos niños?

—Ni idea…— respondió Joseph al tomar un vaso de agua— Aunque solo queda uno— fijo su mirada en el chico de Oldale— ¿No vas a cumplir con tu palabra?

—¿A qué te refieres? — el joven se cruzó de brazos.

—Escuché muy bien lo que le decías a los niños hace rato— Joseph se acercó a Tess— Ay sí, quiero cumplir esa meta… Ay si, estoy entusiasmado…— comentó el campeón con tono burlón, acto que provocó unas risas al profesor.

—Solo lo dije porque tú empezaste con las mentiras— manifestó el chico.

—Realmente tener un Pokémon puede cambiarte la vida— añadió Birch a la conversación— Uno no sabe lo que le espera si no lo intenta.

—Tengo que recordar que tuve dificultad para hablar con niños… ¡Niños! — exclamó Tess.

—Una aventura es diferente…— dijo Joseph al acercarse a la PC— ¿Me permite profesor? — petición que accedió Birch— Te guste o no pienso darte esto como regalo por haberme ayudado.

El campeón retiró de la computadora una Timer Ball, Tess miró con detenimiento el regalo que se le estaban presentando, sin perder más el tiempo tomó la Timer Ball y la abrió para descubrir qué hay dentro de ella, el joven se estaba emocionando en la espera de que saliese el Pokémon y este se preguntó si realmente quería viajar por Hoenn.

—Esto es…— dijo Tess al ver la figura de su compañero en sus piernas— ¿Un Trapinch? —preguntó el chico de Oldale al cargar al pequeño y verlo con mayor detenimiento.

—Así es joven Tess— comentó Birch con cierto asombro— Es un muy buen Pokémon, pero creo que sería mejor que tuviera uno de estos chicuelos.

El profesor se dirigió a la parte trasera de su laboratorio, dejando a los otros dos en duda de qué se estaba refiriendo. Al cabo de unos minutos regresó con tres Pokéball y las colocó en la mesa cerca de la PC de Birch.

—Venga elije uno de ellos— invitó el profesor a Tess para que se acercara, el joven dejó a Trapinch en la silla donde estaba sentado— Verás, realmente tengo medido cuántos Pokémon iniciales tengo que entregar cada año, pero estos chicos no tuvieron dueño porque faltó uno o porque me entregaron otros por equivocación y se me olvidó regresarlos— Birch empezó a reírse nerviosamente— Pero bueno, a diferencia con los niños que ya habían elegido su compañero con anterioridad, contigo será a la vieja escuela.

Al terminar de dar su explicación, el profesor abrió las tres Pokéball para liberar a un Treecko y su primera impresión fue su mirada de superioridad. El segundo en aparecer fue un Tepig, quien seguía dormido y no se inmutaba de que su igual de hierba lo empujaba para seguir siendo el centro de atención, por último, el tercer Pokémon resultó ser un Piplup, que miraba a sus alrededores confundido, como si no supiese la razón del por qué está ahí.

—Tengo muchas preguntas que hacerle profesor sobre estos iniciales— comentó Joseph al ver los tres Pokémon en la mesa.

—Tengo que recordarte que me mandaron algunos por equivocación— recalcó Birch al campeón—Bien Tess… ¿A quién elijes?

—Siendo sincero— respondió Tess al ver a cada uno de los iniciales— Realmente no sé… pero…— Tess se acercó a Piplup y lo cargó para tenerlo a la altura de sus ojos— Tu mirada me dice que estás igual de perdido que Yo… Me quedo con él Profesor Birch.

—Vale— comentó Birch al guardar los Pokémon restante— Espero que se lleven bien— finalizó el profesor con una sonrisa— Bueno… ¿No quieren algo de comer? Todo este ajetreo me dejó con el estómago vacío— El profesor agarró sus cosas y buscó sus llaves para cerrar el laboratorio— Yo invito, además, me gustaría hablar contigo Joseph sobre tu investigación.

—Vale— dijo Joseph al colocarse su sombrero— No puedo negarme ante tal oferta.

Al salir del laboratorio, el celular de Joseph empezó a sonar, pidió que lo disculpasen por unos minutos y que se adelantaran, a lo que Birch y Tess acataron la petición del campeón, al ver una distancia considerable entre ellos, Joseph contestó la llamada y su Gardevoir salió de su Pokéball.

—Tu mujer te tiene muy controlado— comentó Saga con una risa burlona, pero no obtuvo respuesta de su entrenador y esperó a que terminase la llamada— Oye, sobre el chico… ¿Hay una razón por la cual lo invitaste a venir aquí? Digo… no es muy común de tu parte… A menos…

—Así es Saga…— respondió Joseph al guardar su teléfono— Puedo verlo en sus ojos… Solo es cuestión de tiempo para que lo libere…

—El Séptimo Sentido…— susurró Saga para sí misma— Espero que esta vez funcione… Presiento que Tess es algo… diferente— concluyó el Pokémon.

—Ojalá y sí… Necesito esos datos…— Joseph sacó la Pokéball de su Pokémon— Estate pendiente de lo que suceda ahora en adelante con el chico ¿Vale? — Saga acató la petición de su entrenador y por voluntad propia regresó a su Pokéball, tras guardar a su compañera, Joseph apresuró su paso para alcanzar a los demás.

Pasaron las horas y el pequeño grupo de hombres se encontraban en un pequeño local bastante reconocido en el pueblo, Birch realizó varias preguntas al campeón de la ALP referentes a su última investigación.

—Así que… ¿No hay una posibilidad de que esa conexión en la naturaleza? — cuestionó el profesor a Joseph.

—No, realmente es algo exclusivo entre humano y Pokémon— afirmó el campeón— Ambos se complementan.

—Aún me cuesta lo que es capaz esa conexión— añadió Birch— Sobre todo si hablamos de un Pidove, ya sabes, este Pokémon es capaz de olvidar casi todo y viven su día a día como nada hubiera pasado, pero que ayude a un ciego, es un caso único si me lo permites decir.

—Sí, yo también pensé lo mismo, pero las pruebas están ahí— agregó Joseph— Además, aún necesito reunir información, por eso ando viajando a cada rato.

—No me sorprendería que tu mujer te esté vigilando a cada rato ¿Verdad? — preguntó Birch lo cual provocó varias risas entre ellos.

—Ya sabes… Nunca confían en ti— comentó el campeón con una risa nerviosa y tomó de su vaso de agua para poder apartar la vista de los demás.

—Oh vaya mira la hora— dijo el Profesor al mirar el reloj de la pared, se levantó de su asiento y dejó un billete mayor a la cuenta— Ya es tarde y Yo aquí.

El pequeño grupo se marcharon del restaurante y se encaminaron a la estación de autobuses de Littleroot, por último, tanto como Tess como Joseph, agradecieron el trato que el Profesor Birch les brindó todo este tiempo.

—Fue un honor tenerte aquí Joseph— dijo Birch al campeón.

—El honor fue mío profesor— respondió Joseph con una sonrisa— Haberlo ayudado es más que un honor.

La llegada del autobús no se hizo esperar y todos se despidieron cordialmente. Al tomar asiento en su respectivo lugar, Joseph sacó su teléfono para empezar a tomar apuntes del día de hoy, por su parte Tess le invadió la curiosidad de ver qué era lo escribía.

—Sobre tu investigación— comentó Tess al rascarse la parte trasera de la cabeza— ¿Cómo empezó?

—Se remonta hace cuatro años— respondió Joseph al continuar anotando— Solo fue curiosidad, nada más— dicho eso, hubo un silencio entre ellos por varios minutos, el campeón llamó la atención del joven, pero aun anotando en su celular— ¿Si tomarás el desafío?

—¿El torneo de la ALP? Ni loco…— suspiró el chico de Oldale.

—Recuerdo que me dijiste que querías salir de tu pueblo… Parece que esta es tu oportunidad— agregó Joseph a la conversación—Hoy pasaré la noche en un hostal de tu pueblo, a las diez de la mañana estaré en el Centro Pokémon, si quieres tomar el desafío, si realmente quieres salir de tu pueblo— El campeón guardó su celular y volteó a ver a Tess— Ahí te estaré esperando.

Concluida esa conversación, el resto del viaje se quedó en silencio. Tess pensó que era cierto lo que decía Joseph, es su oportunidad de cumplir su mayor anhelo, aunque teme que fracase en el intento, no sabe nada de los combates ni mucho menos cómo funciona el mundo exterior, pero ese deseo suyo lo motiva a tomar el desafío, lo motiva para ser alguien.

Al llegar a Oldale, Tess acompañó al campeón al hostal al cual se iba a hospedar y se despidieron cordialmente. El joven llegó a su casa y como era habitualmente, vio cómo su madre estaba acostada en el sofá dormida, el chico se limitó a dar un suspiro y prosiguió a entrar a su cuarto.

Tess se acostó en su cama y empezó a recordar lo que dijo el campeón en su camino de regreso, la posibilidad de que alguien de ese calibre le esté invitando a participar en un evento igual de importante que él lo hace más increíble, cada vez que pensaba la situación lo motivaba más y sin que se diera cuenta, Tess cayó dormido.

Los primeros rayos del sol atravesaron la ventana del chico que provocó que se levantase, Tess estiró sus brazos y se levantó de su cama para dirigirse a su baño. Al ver su reflejo en el espejo pensó que todos empezaban desde cero alguna vez, nadie nacía con tanta habilidad para los combates, esto se forja con la experiencia y ver las dos Pokéball en su mesa reforzó ese pensamiento suyo.

—Ellos son igual de novatos como Yo… Mi destino lo forjo Yo y nadie más que Yo… El cielo es mi límite y estas fueron creadas para romperse— dijo Tess con una sonrisa confiada.

El joven terminó de arreglarse y preparó una mochila para su largo viaje, Tess sabe que solo tiene el verano para poder clasificar al torneo organizado por la Asociación de la Liga Pokémon, y entre más rápido logre entender todo el concepto, mejor para él.

Al salir de su cuarto observó que no hay nadie en la casa, como era de costumbre no iba a ver a su madre hasta en la noche, Tess vio la hora y se percató que ya casi no tiene tiempo, así que solo dejó una nota que detalla la razón por la cual partiría en un viaje que posiblemente le cambie la vida. Tomó las llaves de la casa y al fin salió de su casa.

—Este es el primer paso para mi nuevo Yo…— Tess acomodó su mochila y empezó su camino hacia el Centro Pokémon— Creo que este es el despertar que necesitaba.