Tus ojos eran los únicos que provocan en mí este sentimiento difícil de explicar

1 - SADNESS IN WINTER

Estar metido en una cueva, con una ventisca capaz de tumbar a ocho dragones, congelándose hasta lugares que no conoce y rogar a los dioses que los permitan vivir un día más es una cosa común, es decir... Vive en Berk ¿De qué tendría que sorprenderse? Las heladas, tormentas y cualquier fenómeno natural que tratara de frío son comunes y corrientes.

Lo que no negaría es que resultaba muy curioso el cómo las ventiscas parecen muy desordenadas, había vientos contradictorios nada usuales, también que se estuvieran saliendo del tiempo cronometrado que han hecho. Abrazándose más con sus larguiruchos brazos se presiona contra Toothless, quien también tirita, en busca de calor, más se seis veces intentando encender una fogata que muere por el viento.

Un día de estos consideraría seriamente cambiarse el nombre a "Hiccup Haddock Horrendous el mala suerte", pues como si no fuera suficiente con lo que ya se ha nombrado, hay escarcha llenando la cueva ya de por sí fría. Toothless hace uno que otro ruido y mueve la cabeza, una especie de pedido para salir sin importar el clima fuera.

—Ya amigo... Lo peor que puede pasar es que nos volvamos un bloque de hielo — asegura en supuesto optimismo, Toothless le dirige una mirada acusadora —. Oye, es enserio... ahí fuera nos acabaríamos enterrando bajo la nieve — trata de calentar sus manos soltando su aliento en estas —. ¿Sabes? Mi madre dejo una historia sobre un supuesto... espíritu del invierno o algo así que hace las ventiscas, tormentas y todo lo que sea con nieve, Papá no la cree... Aunque sería genial ¿eh? Alguien capaz de controlar la nieve y el hielo.

Toothless vuelve a refunfuñar, sin encontrar lo que sería genial de todo eso, para su capacidad intelectual -es decir, no mucha- es lo mismo a un vikingo con ganas de matarlo con un arma a la cual solo puede huir y no destruir, sería muy frustrante. Hiccup por su parte sigue en su vano intento de encontrar un mínimo de calor en su cuerpo o en el de Toothless, la escarcha se hacía más pronunciada en determinado punto, que, aunque particular, no prestó mayor atención.

—Aunque... ¿Como seria? Ella decía que se llamaba "Jack", pero nunca dice como es, quizás solo confundió un dragón de escamas Blancas sin registrar en nuestro libro, que de alguna manera alborota el clima o... Ay no sé, pensar tanto en esto no haría que deje de congelarme aquí — concluye en un pequeño lloriqueo. Vivir sin una pierna para morir a los cuatro meses, sin duda alguna es Hiccup es la buena fortuna encarnizada, alabado sea el sarcasmo —. También puede verse humano... —a pesar de quejarse, sigue con lo mismo —: Algo así como uno bendecido por los dio-

—La luna en realidad.

— ¡AY SANTOS DIOSES!

Acabo revolcándose al final de la cueva, usando a Toothless como barrera, cuya mandíbula caída lo hace saber que no es el único que está viendo el mismo extraño fenómeno por llamarlo de algún modo. Una pequeña risita llena el rocoso lugar mientras la blanquecina escarcha hace un mayor acto de presencia en la oscura superficie, haciendo ver un tono blanco y luminoso.

—Pareciera como si de verdad te hubiera ... ¿Me estás viendo? —interroga con una cara casi tan espantada como la del joven Vikingo —. ¿Pu-puedes verme?

— ¿¡De donde se supone que saliste!? —interroga Hiccup, más que asombrado por la repentina aparición en la cueva.

— ¡Puedes verme! —se lleva las manos a la cabeza, entrelazando sus dedos con sus cabellos y haciendo una expresión que revela su genuina emoción. —Me llamo Jack Frost, podría decir que es un gusto conocerte. —sonríe con cierto grado de nervios, pero con suma empatía con la intención de no asustar a su receptor.

—cla-claro... ¿Que eres? Hace un segundo no estabas aquí, nadie puede tener cabello blanco, estas descalzo y más descubierto que una oveja recién afeitada, hay una tormenta fuera y tu estas aquí dentro, eso es- Au... —soba su cara, Toothless adora darle bofetadas con sus orejas, usualmente interrumpiendo su palabrería sin sentido.

—En realidad estoy aquí desde antes de que tu llegaras, me pasaste de largo y por eso es tan... raro que puedas hablarme en este instante — por lo atropelladas de sus palabras, queda suficientemente claro que quiere tener una larga conversación —. ¿Cuál es tu nombre? Te escuche llamar al dragón Toothless, aunque supongo que sabes que tiene dientes retráctiles.

—E-eh... si... ya lo sé, aunque al principio no lo sabía. Me llamo Hiccup Haddock Horrendous III. —Jack da un silbido, jugando con el cayado en sus manos.

—Que nombre más largo ¿Eres alguien importante? —Hiccup gira la cabeza, pues Jack se había guindado de manera casi imposible en su cayado y quedó al revés —. No tienes pinta de serlo.

— ¿Sabes que es Berk?

—Ni idea.

— ¿La aldea a unas islas de distancia?

— ¿Dónde hay vikingos gritones y dragones por doquier?

—Aja.

—Entonces sí sé que es Berk.

—Mi papá es el líder. —Y Jack se cae de donde está, apartando la capa marrón que tiene puesta para ver con sorpresa al castaño.

— ¿Eres hijo de ese...? WOW, eso sí que es raro, no te le pareces en nada — carcajea, Hiccup no se lo tomó mal pues no había nadie que no reaccionara así al enterarse —. Eres como un fideo viviente... Con mucha suerte serás tan grande como él al crecer.

—Espero que sí, la aldea acabaría tirándome al mar de no ser así... ¿Y tú? ¿Que se supone que eres? —pregunta aun abrazando su cuerpo.

—Es difícil hablar cuando te chasquean tanto los dientes. —resopla uno de sus blancos mechones de cabello. —Aunque no estoy seguro de que ayude... —dando unos cuantos pasos llegó a la entrada de la cueva, dando golpecitos a la pared y suelo para crear una gran barrera de hielo con apenas entradas. —Listo, el frío no debería entrar tanto ahora, creo

— ¿Puedes crear hielo? La tormenta... ¿La hiciste tú?

—En realidad fue un pequeño error de cálculo, es complicado saber que alcance tengo, he estado practicando mucho ese asunto — admite jugando con el cayado en sus manos —. Y puedo congelar todo lo que me plazca, por eso soy Jack Frost.

—Ya veo... —murmuró pensativo, sin el cuento constante era ciertamente menos frío. Jack tomó lugar en el suelo, tan cercano como el vigilante dragón se lo permitió —. ¿Tu Familia tiene esas habilidades también?

—Ni idea.

— ¿Solo estas tú?

—Supongo que sí.

— ¿Nadie más te acompaña?

—Soy solitario cual lobo.

— ¿Y tu familia...?

—No sé si la tengo.

— ¿Qué...?

—No sé. —respondió antes de siquiera dejarlo terminar, suponiendo lo que diría —. En realidad, no recuerdo tener nada de eso

— ¿No sabes nada? Padre, madre, hermana, hermano, abuelos, Tíos... ¿No recuerdas nada? —Insistió con sorpresa y Jack negó con la cabeza —. ¿Como sabes tu nombre siquiera? ¿lo inventaste?

—No, la Luna me lo dijo. —sonríe divertido. —El problema es que... Desde ese momento no me ha dicho más nada. Nadie puede verme, escucharme o siquiera tocarme... He pedido una respuesta que jamás ha llegado.

—Debe ser muy solitario ¿Desde cuándo es así?

—Creo que van unos... cinco o seis años, es complicado llevar la cuenta, pero — soplando suavemente su mano se formó un foco de nieve que vuela hasta Hiccup —. He aprendido a hacer algunas cosas. —el copo choca con la cara del vikingo, un pequeño brillo azulino junto a su inexplicable risa vino después.

— Se siente extraño. —tapa su boca para evitar reírse.

—Cuando hago eso en los niños se ponen a jugar, es divertido pelear con nieve — la escarcha se expande aún más, estando a poco de llenar toda la cueva con ella —. Quizás si lo hago con tu papá se divierta al menos un poco, nunca he visto reír a ese hombre.

—Es el líder de nuestra aldea, tiene preocupaciones más importantes.

— Asumo que preocuparse por la poca confianza que tiene el pueblo por su hijo. He escuchado que eres tan inquieto como una sardina —mofa —. Y en comparación a los demás, muy, muy delgado.

—Eso ya es asunto arreglado, antes matábamos dragones, ya no lo hacemos. Él era bueno matándolos y yo montándolos. Es un progreso en la vida.

—Dudo que estuviera muy orgulloso de esa clase de cambio.

—En realidad no, le costó aceptarlo, pero lo hizo, nos llevamos mejor con ese cambio, todo gracias a Toothless. —da unas palmaditas a la cabeza del Night Fury.

—Quizás sea gracias a ti ¿No lo crees? El dragón no habla — acota sonriendo, Hiccup apoya la cabeza en Toothless —. Supongo que también pudo ser mutuo.

—Tal vez si — Toothless hace un pequeño gorgoteo complacido —. Si de verdad estás tan solo y nadie puede verte... ¿Por qué no vienes a la Aldea? Estoy seguro de que estarán contentos de recibirte, al menos cuando diga que no eres peligroso y que no congelaras la carne asada. —Y esto señores, es lo que más preocupa a los vikingos de Berk durante el invierno, la carne.

—No creo que ellos puedan verme, he jugado por ahí cantidad de veces y todos me atraviesan —hace un pequeño resoplido —. Quién sabe, puede que vaya a visitarte, debe ser divertido jugar con alguien que sabe que soy yo quien lanza las bolas de nieve.

—Si así lo quieres...

Estuvieron un rato prolongado en silencio, donde Hiccup mantenía su mirada clavada en Jack, de bonitos ojos azules como zafiros grandes y resplandecientes. Toothless había logrado dormirse desde hace un rato largo, intentaba no imitarlo para asegurarse de que el albino no se fuera y seguir hablando después. Resultaba gracioso lo fácil que empatizo con él, por lo general costaba hablar con otras personas aun si fueran contemporáneas. Acabó dormido sin remedio, con el frio preponderando, pero sin ser tan jodidamente fuerte como hace unas horas.

Por algún motivo, tenía unas ganas terribles de dibujarlo, pero carece de método para hacer justicia a sus ojos o cabello albino... Muy bien, que alguien le explique qué clase de fetichismo está tomando por sus ojos o cabello; su rareza está en el estatus habitual, igual que su curiosidad, quizás podría ayudar a Jack a recordar y ser amigos...

Como temía, al abrir los ojos Jack ya no estaba, la cueva tenía escarcha con grabados hermosos en toda su longitud, sin contar lo que ahora Toothless está queriendo tocar con la curiosidad a flote.

—No amigo, lo vas a destrozar, está prohibido tocar — Ríe empujándolo con suavidad. Hay un perfectamente hecho modelo de Toothless en nieve, sentado con sus orejas levantadas y sus alas recogidas. En el suelo con unas rocas estaba escrito un "Nos vemos luego" —. Bien amigo, hora de volver a casa, Papá va a querer matarnos.

Sin verlo por su dirección, Jack se encuentra sentado en un árbol más arriba de la cueva, asegurándose de que se fuera. Una vez desapareció de su vista acabo pensativo, porque razón él si podía verlo mientras los demás no, hablar, tocarlo... Era tan extraño, quizás debía insistir más a la Luna a que respondiera, también evitar hacer esas tormentas, le daría mucha pena que por su culpa esa aldea tan pintoresca acabe destruida y los ojos verdes de Hiccup se marchitaran por el frío...

Si, debía ir a practicar a otro lado.


La nieve en Berk por un tiempo se hizo muy escaza, no se quejaban, pero resultaba sumamente extraño que después de vivir tantos años con aquellas fuertes tormentas de granizo y nieve, estás no hicieran aparición. Tenían épocas muy cortas donde nieva con suavidad, apenas llenando el piso y cubriendo el pasto verde; caminando en uno de los lugares menos visitados con Toothless andando a su lado, la rutina cuando quiere huir de sus deberes en la aldea en realidad.

Luego de caminar un rato sin nada importante que ver Toothless se echó en el suelo, negado a seguir caminando por nada y sin comer; Hiccup se acostó recostado del dragón con negras escamas, restando importancia a la brisa fría que comienza a hacer, hasta cierto punto lo hizo, sin embargo, se volvió bastante fuerte, pues tuvo que frotar sus brazos, aun con la ropa se sentía.

—No recordaba que hiciera tanto frío en este lugar —farfulla levantándose —. Volvamos a la aldea, antes de que... ¿Y esto?

Extendió la mano y tomo lo que cae suave y grácilmente del cielo. Copos de nieve, perfectos en todo sentido, que, al entrar en contacto con su mano, se derretían al instante. Es curioso pues siempre que ha visto nevar, hay cierto preludio como las nubes densas y grises, los copos tampoco suelen caer sino una tormenta con la cual esconderse en casa es la mejor opción; el cielo sigue tan despejado y brillante y como antes.

—Esto me recuerda mucho a alguien... —murmura viendo al cielo y luego a Toothless que hace pequeños gruñidos en respuesta, moviendo las alas y orejas —. Sea como sea... Vamos amigo. —Toothless resoplo, dándole la espalda —. ¿Y ahora a ti que te pasa? Hey, heyeyeyey regresa aquí — persigue al reptil por el camino cómicamente tomado, pues da saltos en una especie de señal de seguirlo —. ¡Toothless! —queja ante la imitación que hace este de una sonrisa, mostrando sus encías y burlándose de su persona —. Voy a llenar de anguilas tu plato si-

— ¡Bunnyyyyyy! ¡No puedes ocultarte por siempreeeee! —la voz cantarina y familiar hizo aparición, no sabía si seguía la voz o a Toothless en este momento. —Voy a congelar tu madriguera a menos que me respondas~ ... Tal vez me equivoque de lugar y es otra isla ¿Por qué todo aquí debe verse tan igual? Ah~ Viento, hora de- ¿Eh? ¿Y tú que tienes...? Ay, ay eres pesado

—Tooth... ¿Jack?

Toothless tenía bajo su hocico al pálido muchacho de ojos azules, quien alza la mirada para verlo y a juzgar por su mueca ni siquiera sabe quién es. Dio una larga lamida a la mandíbula de Jack, su expresión delató el asco que esto le proporcionaba, no lo culpa, hasta él tiene asco de esa baba.

—Muy bien, ya, ya, lo estás aplastando — lo empuja suavemente y se sienta a un lado, permitiendo al albino levantarse. Hiccup tomó aire y... —: ¿¡Donde estuviste!? Te desapareciste de repente aquella vez y más nunca.

— ¿Te conozco? No bueno... ¿Como puedes verme? —pregunta con las manos en su nuca, alzando una ceja.

— ¡Por supuesto que me conoces! Soy Hiccup... El fideo, desgracia para la aldea, metido en una cueva a mitad de una tormenta... —incita, recordando vagos diálogos con él. Jack abrió los ojos con graciosa sorpresa, parando el juguetón andar hacia un lado.

— ¿Hiccup? ¿Eres tú enserio? WOW — Exclama sonriendo -y cabe destacar que sus dientes sin terriblemente blancos, como su cabello. - Hiccup apretó los labios por la expresión del otro, poniéndose mínimamente colorado —. No te reconocí... Has cambiado mucho y para bien al menos.

—Ya me di cuenta de que no me reconociste. —ríe nervioso.

—Debí suponerlo, solo tú has logrado verme, sería raro que alguien más lo hiciera y tenga casualmente un dragón tan poco común. —juega con el cayado que había recogido del suelo —. ¿Qué haces por aquí? Berk queda lejos ¿Te aburriste de estar ahí? Suele ser muy... Aburrida. —redunda.

—Eh... No, para nada, no puedo hacer eso en realidad —comenta un tanto por lo bajo, Jack ladea la cabeza esperando una respuesta clara —. Y que haces tú por aquí, no hay aldeas cerca, nada hay cerca en realidad.

—Busco a Bunny.

— ¿Bunny?

—Aja, un conejo de un metro noventa, deja huevos de dulce cerca de las aldeas, los esconde y él también lo hace, maldito cobarde. —bufa. Haciendo un pequeño puchero. Hiccup no quiso preguntar más al respecto del personaje, está resignado a no entender.

— ¿Algo por lo que estés buscando? puedo ayudarte si gustas. — Ofrece con gentil sonrisa.

—Nah, no importa, lo hare en otro momento... Sigo bastante sorprendido de lo mucho que creciste, al menos ahora te pareces más a tu padre... debe estar orgulloso de e-

—Está muerto —Jack se mordió la lengua —. Hace unos cuantos meses, tuvimos un problema con un vikingo que usaba a los dragones y... No importa —se interrumpe. — ¿Por qué no vamos a la aldea? Podemos hablar mejor ahí, comer algo.

—Si no te molesta que vaya allá pues sí, puede que sea divertido. —comenta con divertida sonrisa, planeando alguna jugarreta seguramente

—Genial. Sube y agárrate —Jack se apoyó en su cayado mientras Hiccup se subía al lomo de Toothless —. ¿Jack?

—Podemos hacer una carreta de quien llega primero. —ofrece en tono travieso.

— Pero tu no-

—Te veo en Berk~

Para asombro de Hiccup, Jack estaba ¿Flotando se puede decir? En el aire y alejándose. Teniendo espíritu competitivo no tardo en seguirlo, con Toothless notoriamente animado por la carrera contra el raro muchacho capaz de congelar, volar y aparentemente no salirse de su cabeza una vez entra en ella sin permiso con sus voluminosos ojos azules y cabello albino; Pasando por sobre algunas islas, Jack creaba con su cayado algunos caminos de hielo por los que se deslizaba, mientras Hiccup sobre Toothless esquiva los altos árboles en su camino.

—Eres muy lento. —Toothless bajo la cabeza, viendo a Jack flotando bajo su cuerpo, formó aquella sonrisa mostrando sus encías—. Aunque muy tierno. —admite con una risa por el cómico gesto.

— ¿Te dadas por vencido? Nadie en Berk nos supera. —mofa cuando se puso a la par, Jack le saco la lengua y con cierta saña traviesa, congela el cabello castaño. — ¡Hey!

—Eso es porque yo no vivo en Berk, hasta más al rato segundones. ¡Viento es hora de seguir! —exclama y tal como lo dicho, un fuerte viento de cola dio lugar; Hiccup con incrédula mirada lo vio alejarse en la dirección respectiva a la aldea. Una risa peculiar afloro en su rostro, posiblemente considerable como tonta.

—De verdad es genial. —Toothless alza la mirada tanto como puede a su jinete, era idea suya o tenía esa estupidez plasmada en la cara tal como con Astrid...

...

Apenas puso un pie en el suelo, estuvieron a poco de caer encima suya en base a quejas que apenas logra distinguir; hielo en los hornos, en la comida, los dragones pegados al suelo y nevando incluso dentro de una casa. En realidad, no hay una razón del todo clara a porqué decir esto, tomando en cuenta que es solucionable de forma independiente, los Terrible Terror también escupen fuego y podrían encargarse de lo más relevante sobre el hielo.

— ¿No lo crees extraño? Aparte de la poca nieve en estos años ahora pasa esto. —queja Astrid cruzada de brazos —. Quizás ofendimos a algún dios.

—Hemos estado al día con los rezos y ofrendas, no es cuestión de un... —pequeños copos de nieve hacen aparición, recordando lo que había dejado de lado por su aldea enardecida —... Dios.

—Que gran halago que me crean un dios, de verdad. —salta del techo de un cada hasta acabar en pie junto al vikingo —. Tardaste mucho y quise divertirme un rato.

— ¿Congelando todo y nevando? Ahora soy el líder y debo lidiar con cada problema.

—Lo sé, lo sé, es que era demasiado tentador, sobre todo al pata de palo y mano cambiable, su bigote está mucho más firme ahora. —ríe divertido, su risa recordaba a la de un niño en plena travesura que ha sido descubierta.

—Si vas a estar aquí no puedes ir causando esta clase de caos.

—Está bien, no lo haré de nuevo. —mira a un lado con puchero y clara falsedad en sus palabras, pues seguramente lo querría hacer de nuevo.

— ¿Y hace cuanto que llegaste? Fuiste capaz de -

—Hiccup ¿Con quién hablas? —Astrid se atrevió a preguntar con relativa tranquilidad, contrario a lo que hubieran hecho sus amigos, quizás burlándose.

— ¿Como que con Quien? Con Jack, está aquí parado frente a... —su aclaración murió cuando repentinamente apareció su madre.

—Estuve buscándote, han pasado cosas muy extrañas hoy, tal vez- ¿Hiccup? ¿Qué pasa?

Intento decir algo, sin embargo, Jack negó con la cabeza, apoyando el cayado en su hombro y viendo a otro lado, caminando distraído y pasando su mano que traspasa a todos lo que intenta tocar, sin ser visto en lo más mínimo. Una vez al lado de Hiccup puso su mano en el cabello de este, dando pequeños tirones a los mechones.

—No es nada, solo fue... Un lapsus, luego te lo explico. —respondió a Astrid que siguió con mirada extrañada, Snotlout no se pudo aguantar la risa.

—Nuestro gran líder ahora habla solo cual delirante, la sucesión promete. —bromea sin poderlo evitar, no tomó importancia al comentario, acostumbrado a esa clase de palabras desde la infancia y siendo Snotlout, con más razón.

—Puede ser que inhalaste gas de algún dragón, es algo común. —dice Fishlegs con pequeña y simpática sonrisa.

—Lo dudo, estaba muy solitario por allá... mamá, necesito que hablemos algo. —Valka asiente curiosa por lo que Hiccup tenga que decirle, más aún con la extraña seña que hizo a prácticamente nada, sin contar que su cabello tenía un movimiento extraño y de la brisa nos e trata.

Jack sabía donde estaba la casa del jefe, por lo que no se esmeró en seguirlo, sino en ver que hacían los vikingos por la aldea y Toothless, molestando a un dragón de cuatro alas bastante grande, Cloudjumper si no escucho mal de la madre de Hiccup, se parecía más a ella que a su padre, lo cual es bastante gracioso. Entró la casa sin problema, sentándose en una de las altas vigas de esta, creando escarcha con su toque de inmediato.

—Tú fuiste la que hablaba de él y es real.

—Jack Frost es solo un rumor que existe desde que soy pequeña Hiccup, ahora se hizo más común, pero es solo un mito. —afirma con calma la mujer quitándose la capa y dejándola sobre la mesa —. pasar tanto tiempo por ahí te ha hecho confundir las cosas, Jack Frost no es real.

—Lo es, incluso está ahí. —lo señala y Jack rueda los ojos, no iba a verlo aun si afirmaran que está presente, ha pasado tanto que ha llegado a la conclusión de que lo más saludable es no tomar importancia al asunto.

—No importa lo mucho que lo digas, nadie me ve, solo tú. —responde divertido, moviendo el cayado y creando sin querer algún que otro copo de nieve.

— ¡ya ves! —exclama alzando los brazos en señalización de la repentina y compacta nevada en la vivienda.

—Este sí que es un buen truco, ya quiero ver cuál es el nuevo artefacto que hiciste, es menos destructivo que tu espada de gas. —se restregó la cara con ambas manos, esto era una desventaja de estarse desviviendo en inventar nuevas cosas. Jack se ríe, saltando al suelo y acuclillado en el borde de las escaleras —. Aunque cuidado, parece estar llenando la casa de escarcha y ya sabes que la madera se-

—¡No soy yo! Es Jack, demuéstrale de alguna forma que estas aquí, estoy quedando como un loco desquiciado. —pide ya ciertamente desesperado, Jack saca la lengua y mirando a otro lado —. Gracias, espíritu inservible.

—Te haré algo de comer, estas alucinando. —ríe con nerviosismo.

— ¿Por qué hiciste eso? Demuestra que existes, ella ya sabe de ti.

—¿Qué puede saber? Ni siquiera sé que soy yo —sentado estira las piernas, apoyando el cayado del suelo —. aparte ¿Para qué quieres que me vea? Me gustaría, pero estoy contento de que solo tú lo hagas.

Hiccup acabó con la cara roja por la expresión sonriente del solitario albino, Valka vio con diversión esta expresión en su hijo. Mira a un lado, encontrándose repentinamente con una figura de nieve con su forma, tan exacta que alguien debió verla para hacerlo, pero... Solo están ella y Hiccup en la casa. El líder de Berk mira a Jack que acercándose a una ventana hace pequeños dibujos en formas simples como un conejo, estrellas y pájaros, que pronto salen de ahí y empiezan a flotar y moverse por toda la casa. Una de hecho choco contra el rostro de Valka, que empezó a reír suavemente.

—Oh por los... Dioses... esto es... ¡HII!—se llevó una mano al pecho, fijándose en quien está parado a su lado.

—Se nota que es tu madre, reaccionó exactamente igual —mofa y Valka se hace atrás temblorosa, Hiccup la agarra antes de que se caiga —. Ummm... Creo que iré a ver la aldea un rato, se hará de noche pronto y estaré ocupado, te veo otro día Hiccup, Valka.

Con esta simple despedida sale por una ventana abierta, Valka señaló en aquella dirección con la boca abierta y Hiccup respondió con una especie de mueca nerviosa, aunque un poco desilusionado de que se fuera, quería hablar más con él, aunque no espere aquel detalle de que solo él —y ahora su madre—. lo pudieran ver, eso daba una explicación a porque a pesar de la alegría notoria, la soledad en sus ojos de azul tonalidad, estuviera siempre presente.

El interrogatorio de su madre no tardo en venir, lo esperaba, respondió con lo poco que sabia y una vez hecha la noche después de cenar, esperaba que Jack apareciera para conversar, estuvo desvelado viendo a la luna sin la presencia del albino, preguntando donde estaba este. Bajo la mirada a Toothless, que cual peRro cachorro se metía en su cama a dormir de vez en cuando.

—Estoy bien amigo, solo que... Tras tantos años de no vernos se vuelve a desaparecer — suspira desilusionado para luego agregar —: Aunque es bueno que me recuerde, quizás mañana también está cerca, después de todo no es como que se esfuerce en esconderse haciendo nevar en todo lado y congelando todo lo que toque... —se deja caer nuevamente en el lecho —. No pueden tocarlo, tampoco verlo... Pero mamá y yo si ¿Por qué?

Esto lo tiene un tanto molesto, aun cuando Jack lo había mencionado, no pensó que fuera tan exagerado, nadie lo veía, escuchaba, ni siquiera tocaba, su madre lo atravesó por completo como si se tratara de un fantasma -Un espíritu Hiccup, un espíritu-. Respiro tan profundo como pudo, mañana lo buscaría, solo seguiría la nieve, el frío y todo lo que simbolizaba al albino.

...

— ¿A qué viene esa cara de querer apuñalar algo?

Su sobresalto no fue normal, llevándose una mano al pecho por lo desbocado que este se encuentra, viendo al albino que cae lentamente al suelo, apoyando el cayado en su hombro y esa risita que aparenta ser imborrable en su rostro. Dio un largo suspiro, incorporándose de donde está recostado y haciendo un apenas perceptible sonido con la boca.

—A que llevas casi una semana sin aparecer. —con sonrisa sarcástica ladea la cabeza mientras Jack silva.

—No pensé que ibas a extrañ- Quítame... a tu largar... tija de encima. —pide habiéndose dejado caer por el peso de Toothless en su espalda y la lamida de este a su cabello.

—muy bien Amigo, ya es suficiente castigo —Obedeciendo, el Night Fury se levanta, permitiendo al albino bufar inconforme —. Eso es por desaparecerte antes de poder hablar.

—Quería jugar y ya que no podía en Berk fui a hacerlo en otro lado... Como sea, tu ayudas dragones ¿verdad? —Hiccup asiente de inmediato, suponiendo ya que es lo que va a decir —. De camino acá vi a uno herido y derribado, parecía un arma vikinga así que supuse que sería buena idea decirte.

—En Berk no atacamos dragones, alguien más debió hacerlo —murmuró pensativo, con una mano en la barbilla —. Llévame hacia él dragón, conozco muchas de las armas de aldeas circundantes, debo asegurarme de que no sea de las nuestras.

—Está cerca, no hace falta que vueles hasta allá — informa, Hiccup iba directo a subir a la montura de Toothless. Ambos comenzaron a caminar junto al otro —. ¿Alguna razón por la que te molestara que me fuera?

—Si, digo, no... ay dioses — restriega su cara para extrañeza del albino —. Es que... Pensé que en esta ocasión podríamos hablar más, hacer cosas...

—Si eso quieres no hay problema, soy adorable y no puedes evitar extrañarme — bromea con juguetón gesto, apoya el cayado en sus hombros, con ambos brazos sobre este —. El tiempo en realidad sobra. Debo suponer que tienes mí haz preguntas para mí.

— ¿Por qué nadie te puede ver? ¿Por qué solo yo y mi madre a último segundo?

—Más que eso, es porque yo soy invisible para los humanos y no la mayor parte de animales. Haz preguntas que pueda responder al menos. —ríe con suavidad.

— ¿Pudiste encontrar algo sobre tu Familia?

—Nop

— ¿Sobre ti?

—Para nada.

— ¿Qué hiciste en estos años entonces? Te desapareces para no hacer... —hablando de años, algo asalto su mente al momento de verlo a la cara —. No has... cambiado nada.

— ¿Ah no? Bueno, han sido pocos años.

— ¿Cuantos? —se detuvo, cruzado de brazos y con aburrida expresión.

—¿Dos? Nono... Tres años.

—Fueron cinco a punto de ser seis. Ni siquiera estás consciente de cuánto tiempo llevas por ahí. —se llevó una mano a la barbilla, analizando los elementos que abarcan sus pensamientos.

No ha cambiado en todo este tiempo, es posible que ni siquiera sepa cuanto a pasado desde que dejo de crecer y ser visto a pesar de asegurar cinco años desde el acontecimiento. Jack dio un soplo, creando hielo con ello y caminando mientras el vikingo sigue en su planeta mental; sin darse cuenta, el albino ya lo había guiado directo al dragón herido y eso fue...

—Pero si es un... Night Fury. —admiro con sorpresa a este, es la primera vez que veía a otro aparte de Toothless, lo curioso es que de hecho estuviera ahí de día —. ¿Hace cuánto lo conseguiste?

—Creo que esta desde la noche, considerando que esta moribundo... o moribunda, no sé de género en dragones. —se encoge de hombros.

—De saber esto hubiera traído con que sanarlo, de camino a Berk moriría. —aprieta los labios con frustración, acercando con lentitud su mano y apaciguar el sufrimiento del dragón. Toothless olisqueo al otro y bajo sus orejas, dando un ligero gruñido.

—Solo necesitas cerrar la herida ¿cierto? —Hiccup asintió sin mirarlo, el arco del cayado dio suaves toques a la piel escamosa, creando hielo. —Con eso no debería ser mortal transportarlo y puedo atraer a tus amigos hasta acá para que te ayuden con eso.

— ¿Enserio... quieres ayudar con esto? —Jack no tenía la pinta de mostrar mucho interés en las personas o criaturas ajenas, por no decir que de no conocerlo posiblemente hubiera dejado a este dragón morir.

—Claro, me daria mucha pena y a ti te comería la cabeza no haber hecho nada... ya vuelvo, iré a molestar en tu aldea. —despide dando un salto y volando de manera en la que a Hiccup le hace gracia.

— ¿Que? —Toothless hizo un movimiento negativo con la cabeza y rodando los ojos —. No seas tonto, es algo lindo lo que hará. —resopla viendo a otro lado, Toothless se echa cerca del dragón herido con graciosa mueca, su jinete es... Tan fácil de leer y solo un pensamiento venía a su mente...

Aquí vamos otra vez...


— ¿A-alguno de us-ustedes sr les con-congel-o la ca-casa? — Fishlegs temblaba de pies a cabeza con todo y grasa, Astrid sacudió la cabeza llena de nieve y escarcha.

—No gordo, nuestras almas son las congeladas. —Tuffnut y Ruffnut tenían rastros de hielo por todo el cuerpo.

—Su nariz fue lo que se congeló. —Snotlout estaba lleno de quemaduras y hollín, seguramente por Hookfag estornudando fuego como siempre.

—Esto es absurdo, la nieve está apareciendo de la—y justo antes de terminar su queja, una bola de nieve impacto con su rostro — ¡Ya está bien! Quien fue el imbe-

—No hay nieve en ningún lado, no puede habértela lanzado nadie. —Ruffnut con mueca de fastidio.

—Alguien debió hacer... lo...

- ¿Con quién estás hablando? -

- Con Jack -

- Lo siento... fue un lapsus... -

- Solo es Jack Frost mamá, no el mismo Odín. -

—Jack... Frost... —murmuro recordando aquel cuento que fue narrado en su niñez.

—Parecen conocer más mi nombre de lo que yo pensaba, que extraño —en un impulso de sobresalto tomó su hacha y la lanzó en dirección del albino, casi golpeando a este —. ¡OYE! —quisquilla.

—VEN AQUÍ MALDITO GUSANO. —ella corre y toma su hacha de donde se clavó, de cierta forma llamó la atención, una homicida; se alejó moderadamente, Astrid ni tardo en llamar a Stomfly y subirse en su lomo.

— ¿A dónde se supone que vas? —la expresión fastidiada de la gemela es una señal de nos comprender qué ocurre con la rubia.

— ¡Solo síganme!

—uhh... Parecen un poco enojados... ¡Viento, ayúdame un poco! —una fuerte brisa lo alza por los aires, sin dejar de estar plenamente visible.

Que fuera un deber no significa que no iba a jugar, pues en plena persecución formó una larga senda de hielo resbaladiza por la cual ahora se mueve. Astrid hizo disparar fuego ahí, pero no sirvió de nada, Jack volvía al aire y repetía su acción, dejando ver que realmente no estaba preocupado por ellos. Sin quererlo una risa afloro de Astrid, la cual sacude su cabeza y con una mano quita la nieve que cayó en su rostro.

La hizo sentir tan feliz por instante, animada de jugar aun si ya no es una niña. Al girar la cabeza se percató de que quienes la seguían se habían dejado llevar por este mismo impulso, no la sorprendía de los gemelos pero es curioso que Snotlout y Fishlegs también lo hicieran.

—Maldito... —Gruñe al notar la burlonería en la expresión del pálido muchacho. Volando en picada para al fin alcanzarlo y así lo tomara entre sus garras, Jack se hizo a un lado y el dragón para no chocar aterrizo forzosamente en el suelo —. ¡REGRESA AQ...!

—Es bueno que llegaran pronto.

— ¿¡Hiccup!? —se cayó de la montura, al reincorporarse llevo una mano a su pecho con agitada expresión y evidente angustia. — ¡¿Qué haces aquí!?

—Eso que importa, necesito que me ayuden con ella. —señala a la ya confirmada dragona. Jack se mantiene en pie sobre un árbol poco frondoso.

—Oye, pero... ¿Como supiste que iba a necesitarnos? —pregunta Tuffnut a la aturdida joven que aún tiene el asombro en su mirar.

—Yo no lo... sabía... solo lo seguí y... —Javi hizo un gesto con la mano en forma de saludo, Hiccup negó con la cabeza con una leve risa.

— ¿Y ese quién es? —la pregunta sorprendió a Jack, pues no espero que la gemela lo viera y mucho menos tener las miradas del resto encima suyo, al menos eso aparentaba.

—Lo vi cuando Astrid lo perseguía hasta hace unos minutos... —acota Fishlegs.

— ¿Ahora de verdad pueden verlo? —alzo una ceja extrañado y se llevaban la dragona herida.

— Por supuesto que sí, me tiro nieve a la cara y... nos trajo... hasta aquí —entró en cuenta de aquel pequeño detalle —. Tu... ¿Lo enviaste?

—Algo así... ¡Hey! ¡Ven aquí! —incita y Jack hace un puchero, bajando lentamente de donde esta —. Chicos, él es Jack Frost... Jack, ellos son Astrid, Tuffnut, Ruffnut, Fishlegs y Snotlout.

—Un gusto haber congelado sus casas, cabello y nariz de dragones. —a pesar de sentirse un tanto provocador de pleito, lo dijo por estar nervioso e incómodo; que lo pudieran ver lo altera un poco, pensando en que ha hecho diferente en todo este tiempo con respecto a ahora para que esté clara su existencia.

Aparentemente Hiccup se percató de este detalle, a pesar de su forma de ser, Jack luce tímido en ciertos momentos que debía saber distinguir y así no fastidiarlo. Bajó el hacha de Astrid, la veía con todas las ganas de hacerle daño aun sin ser grave, quizás enfado de más a la temperamental de su novia... Que hablando de ella...

¿Debe mencionar que llevan una relación tirante últimamente?

—Bueno, ya hice lo que quería hacer por aquí, te veo en el tiempo que decida acordarme de que hay gente capaz de verme cerca de cada poblado que congelo. —despidió con caricaturesco gesto de mano.

— ¿Enserio te desaparecerás de nuevo? Nunca llegamos a hablar y-

—No me extrañes tanto, acabaré volviendo de un modo u otro, el viento me trae hasta acá cuando no me doy cuenta. —y finalmente tras un salto aparentemente débil llegó hasta un árbol y ahí, aparentaba ser arrastrado por el viento.

—Lo odio.

—Odias prácticamente todo lo que te moleste aun si fue para llamar tu atención. —suspira el líder de Berk y Astrid lo mira con el entrecejo arrugado.

—Viste lo que hace y lo invitas a volver a Berk, puede ser un peligro para toda la aldea. —recrimina apretando los dientes.

—Yo huelo otra cosa y no creo que nos incumba... —susurra Ruffnut a su gemelo que suelta una risa típica de ellos.

—No ha hecho nada malo, solo congelado un par de cosas y contrario a lo usual que es tener un incendio, no creo que el hielo sea tan malo. —defiende con débil y lánguida sonrisa.

Astrid gruñó molesta, solo ella entendía porque aparentemente Snotlout reía por lo bajo. Pudo ver perfectamente esa mirada en él, esa que tenía cuando aún no eran nada hace unos años, una especie de espectro enamoradizo hacia el albino y eso no es normal o casual considerando la defensa que tiene Hiccup hacia él...

Esperaba y no apareciera más nunca.


—Está haciendo frio y esta vez no me tomaras por sorpresa. —advierte sin apartar la mirada de su cuaderno de cuero, en donde parece muy concentrado en dibujar.

—No era mi plan asustarte, aunque de hacerlo no me enojaría —toma lugar a su lado, ambos sentados en el techo de la casa del vikingo —. ¿Que estas dibujando?

—No creo que te guste —cierra el libro con nerviosa sonrisa —. Pareces más tranquilo de lo usual.

—Pues encontré la madriguera de Bunny y como no estaba ahí la congele, posiblemente es la última vez que me veas vivo... si es que lo estoy. Aunque posiblemente ni siquiera sepa que fui yo... —murmura dejando el cayado a un lado —. Pensé en quedarme por aquí un tiempo.

— ¿Enserio? —pregunta ilusionado.

—Es el único sitio que se puede decir "conozco", así que ¿Por qué no? —se encoge de hombros en gesto despreocupado.

—Hablando de eso, tengo algo para ti, entra a la casa. —avisa y Jack movido por la curiosidad lo sigue dentro de la vivienda, entrando directamente a la habitación del vikingo y notando un pequeño desastre —. Toothless no ayuda a mantener este cuarto en pie —comenta rebuscando en lo que parece el closet.

—Dudo que tú seas ordenado de todos modos. —burla ante la excusa. Al dar la vuelta para agregar mayor cantidad de comentarios jocosos, casi choca con lo que Hiccup tiende.

—Hice esto para ti hace unos días, creo que es de tu tamaño, pero no puedo saberlo hasta que lo uses. —Jack toma con sorprendida expresión la ropa que el vikingo le entregó, en tonalidad azul y blanca a excepción del pantalón y botas.

— ¿Por qué me hiciste ropa?

—Tenía tiempo libre y pensé que te luciría mejor algo azul como tus ojos. —comenta viendo a otro lado en lo que Jack retira la ropa que lleva puesta.

Usar algo diferente es extraño, aparte de contener cierta calidez ajena a su persona desde hace mucho tiempo. Usar zapatos era un fastidio, pero se los podría quitar cuando Hiccup no estuviera viendo y así no hacerlo sentir mal. Era un regalo hecho por él, no podía mostrarse disgustado por un gesto tan lindo y poco común hacia su persona... igual a prácticamente todo lo que Hiccup hace ya que estamos hablando de eso.

—Si que te sienta bien. —elogia con cierto rubor en sus mejillas igual al pálido muchacho de ojos cual zafiros. Este mira los guantes hasta los codos, es la primera vez que lleva tanta ropa encima y resulta extraño.

—Gracias... supongo.

—Tienes que ver otra cosa, antes de olvidarlo. —lo tomo de la muñeca para forzarlo a seguirlo aunque el contacto en si no hacía falta, es más, debía verse sumamente extraño entre los aldeanos que veían a su líder tirando de nada o de lo invisible.

Acabarían pensando que se volvió loco.

Al abrirse una puerta de una casa especialmente grande fue empujado al suelo y lamido por toda la cara. A duras penas pudo sentarse teniendo aun parte del peso sobre su regazo, viendo de que se trataba e impresionado, sonriendo a la dragona de escamas negras que lo mira con grandes ojos en extraña tonalidad verde Aqua. Rasco un poco bajo la mandíbula de esta.

—Parece que está bastante bien —comenta al levantarse, teniéndola aún chocando su cabeza contra él para invitarlos a subirse a su lomo, como ella tanto a visto en su igual con el otro muchacho —. No pensé que me recibiría tan bien.

—Sin ti no hubiera sobrevivido y ella lo sabe bien, una vez te ganas su confianza con algunos gesto son capaces de dar la vida por ti. —Toothless ruge con suavidad.

—No es algo merecido, después de todo quien realmente la salvó fuiste... tu... —arrugó el entrecejo ante las miradas taladrantes en su dirección, quería creer que se trataba de la dragona.

— ¿Es realmente Jack Frost?

—Es como las historias lo cuentan.

—El suelo en el que está de pie se congela.

— ¿Como nuestro líder podía verlo desde antes? ¡Tal vez esta bendecido por los dioses para entrar en contacto!

— ¿Pu-pueden verme? —da un paso levemente intimidado, con su corazón latiendo a mil por hora, era una alegría mezclada con temor, pues no sabe qué hacer en este instante —. E-ellos... yo me tengo que ir, regresaré más tar- Ay —miro mal a la de escamas negras que lo mordió con sus encías tratando de que no se vaya.

—¿te da miedo que te vean?

—No es eso es que... son muy ra... Tu hiciste algo ¿verdad? —lo miro acusadoramente y Hiccup alzó las manos en gesto de rendición.

—Solo dije que la prueba de tu existencia es que la habías salvado, por eso si salía de ahí con gusto seria únicamente por ti. Parece que cuando son conscientes de tu existencia se percatan de ella. —explica y Jack resopla, apartando a la dragona con cuidado.

—Sea como sea... me siento ofendido por esta trampa. —hace una especie de puchero, viéndolo desde el punto en que Hiccup hacia esto para hacerlo sentir avergonzado igual a como lo dejo pareciendo un loco hace un tiempo —. Así que no te sorprendas de mi- ¿¡Humpf!?

— ¡HICCUP!

El llamado furico de Astrid vino con la sorpresa y exclamación general producida por el gran suceso de su líder besando al pasmado espiritual invernal. Cabe destacar que Jack está gustoso o por el contrario, demasiado pasmado como para dar una respuesta negativa o afirmativa a este acercamiento cada vez más íntimo hasta que el mismo frio lo hizo apartarse del albino.

—N-no esperaba esto. —admite chasqueando los dientes con los labios en tono purpura, la cara de Jack no podía estar más roja.

— ¡¿Como te atreves?! —increpa Astrid ofendida, tironeando del muchacho.

—Espera, calmate —ordena Valka, alejando al par y Jack se apoya de la dragona, cubriendo su cara con una mano —. Sabes que estas-

—Ya lo sé mamá, pero yo no la quiero de esa forma desde hace tiempo ya, es-

—¿Por él? —no pregunten como o porque ella siempre lleva su amada hacha consigo, apuntando a Jack con esta —. Me estas rechazando como tu prometida por un... HOMBRE.

— Yo creo que mejor regreso cuando los ánimos estén menos arriba y esa hacha no este sedienta de mi sangre. Te veo luego. —despide con cierta prisa, la dragona rugió con pena por la partida del ojiazul. Hiccup suspiraba y se gira nuevamente al par de mujeres.

—Tenemos que hablar, en privado. —si... de alguna manera, lo arruinó.

...

—Simplemente pasó, no me pidas que entienda eso. —ofuscado por el mismo y constante reclamo se revuelve el cabello.

—Pues olvídalo, deshazlo, lo que quieras. Tu y yo nos casaremos en el próximo festival de Luna creciente como habíamos acordado. —sonaba a una orden y Valka cerro un ojo ante el golpe de Hiccup contra la madera de la mesa.

— ¡Hablas como si lo que más te molesta es no ser la pareja del líder de Berk! Los dos sabemos que esto ya no existe y era un acuerdo para lograr la Concepción de heredero y nada más. Eso puede hacerse incluso sin él compromiso.

—Hiccup eso no... —Valka guardó silencio ante la mirada de su hijo.

—No puedo casarme con alguien que no siento nada. Tu deberías entenderme. —pide con deje esperanzado al respecto.

Valka dio un largo suspiro, masajeando sus sienes. Por supuesto que entendía, ella no era la indicada para Stoick, su padre jamás la quiso como la esposa para su hijo por ser débil en casi todo aspecto, pero Stoick solo siguió adelante con sus deseos y aquí la ven ahora, madre del hijo de Stoick el Vasto y su viuda que cada día siente su ausencia ahora eterna en el Valhala.

—Comprendo tu punto, pero tú debes entender que tienes un deber con tu pueblo, principalmente en la búsqueda de un heredero. Aun si ese muchacho acepta, los demás no lo harían, es un hombre. —hace aquella señal que daría a Astrid como victoriosa en el asunto.

—Si puede llegar a ocurrir no lo rechazaría por ser quien es. Puede traer ventiscas y desastres, lo que menos querrían es esa desgracia sobre Berk por ofenderlo — por el modo en que habla, parece que lo ha meditado bastante. La mayor se cruza de brazos —. Sabes que lo intentaré de todos modos, por favor...

—Está bien. —concluyo tras un largo silencio. Astrid se alteró de inmediato.

— ¡¿QUE!? ¡¿LO VA A DEJAR!?

—Es el líder de esta aldea, su decisión, aunque... original, no será desgracia a este pueblo. De no funcionar volveremos a los preparativos de tu boda. —concluye con sonrisa.

Sabia una cosa y es que su hijo a cada segundo que pasaba, le hacía pensar que realmente tenía el alma de un dragón habitando en ese cuerpo. Quería ser libre, volar alto para cruzarse con quien significaría su pareja eterna, que de haberlo encontrado unirse con él para sentirse completo y de haber errado, aceptar a regañadientes lo que puede traer el mismo bien a su aldea como al legado.

...

Al verlo salir de aquella pequeña cabaña entró por una de las ventanas a investigar que había dentro. Lo primero que vio fueron monturas para dragón, una de ellas estaba quemada y algo consumida; dibujos de Toothless con cálculos y múltiples diseños de armatostes para poner a este; ilustraciones de otros dragones que en realidad no ha visto destacan. Habían muchos cuadernos de cuero amontonados, tomando algunos que otro, cuidando de no congelarlo, los abrió leyendo su contenido.

—Es realmente un fanático de dragones. —murmura pasando las páginas llenas de ilustraciones, suponía que era un poco viejo por la cantidad de polvo. Alzo una ceja a la última página de ese cuaderno

¿Eso era un dibujo suyo?

No parecía del todo exacto, principalmente porque no es tan cuadrado de barbilla; la hoja entera tenía diferentes ángulos y señalizaciones a si mismo con respecto a detalles. Lo dejo en su lugar y tomó el que estaba sobre la mesa de trabajo, más bocetos de su persona, esta vez acertados en cuanto a detalles, omitiendo que pareciese tener cabello negro. Encontró también diseños de su ropa, la cual había tenido varios ajustes desde el diseño original.

Verse ahí daba un poco de repelús.

—Voy a tomar mi cuaderno y ya- ¡AY DIOSES! —se llevó una mano al pecho por el susto de ver ahí al albino —. ¿Qué haces a...? ¡Dame eso! —su rostro adquirió rojiza coloración al percatarse de que tenía el cuaderno. Al intentar arrebatarle Jack pasó sin dificultad de él, dando saltos por el lugar para esquivarlo, pareciendo tan ligero como una pluma.

—Parece que te gusta mucho mi cara —Hiccup llegó a una nueva escala de rojo —. No te culpo, soy hermoso. —pestañeo continuamente en forma de juego, Hiccup arrebato el libro de sus manos

—No te burles...

—No es burla, solo estoy jugando.

—Pensé que preguntarías porque te besé. —resulta curioso que no haga mención de aquello y más aún que apareciera el mismo día.

—Tengo más curiosidad por la pelea que tuviste con tu novia como para no importarte y hacerlo.

—Era mi prometida, más un acuerdo arreglado que otra cosa, realmente todo se fue deteriorando cuando me hice líder de la aldea —coloca el cuaderno donde lo había dejado, recostándose de la mesa —. Así que acabé fijándome en ti de alguna forma que no entiendo, pero es bueno ¿Sabes?

—Como puede ser bueno fijarse en mí, creo que tantas volteretas en tu dragón dañaron un poco tu cabeza.

—Eres bueno, a pesar de los años no has cambiado en ningún aspecto y también me recuerdas un poco a mí y a Toothless —Jack ladeo la cabeza, aquello era una ecuación fallida, que podía tener de parecido con un vikingo líder de su aldea junto a un dragón de ojos verdes y escamas negras... ¡Ni siquiera entre ellos se parecen! A menos que hable de ojos, por lo que considera, adorable confusión se apresura a responder —: Te pareces a nosotros porque en tu mirada se nota lo perdido que estas.

Jack toco una de las paredes, creando hielo y que al llegar al techo reventara creando pequeños cristales de escarcha que revolotean por toda la habitación, Hiccup retiro la mano para tomar uno, mientras el albino toma su cayado en manos y se recuesta de oeste con contrariada expresión.

—No creí que fuera tan evidente...

—Lo es cuando quieres que sepan que existes y a la misma vez te da miedo de que sea así. —aquello contaba más como una señalización de que quería saber porque esto ocurría.

—Es que... es lindo ¿Sabes? Poder hablar con las personas de nuevo, pero... Ellos creen conocer de mí, esperan que pueda hablar y... ¿Como hablar de algo que no conozco? He estado años intentando saber quién soy, para qué estoy aquí; por qué la Luna me escogió, hablo y luego guardó silencio... Los he escuchado hablar de mi como si yo fuera un dios y ni siquiera sé que soy, es incómodo.

Hiccup ladeo la cabeza, había algo que Jack no decía y él podía interpretar, quizás el otro no quería decirlo en voz alta y por ello tal vez suponía que sobreentendería. Le daba miedo enterarse, puede ser lo que busca, cierto, sin embargo, es normal temer a lo que no se conoce y más aún cuando se trata de algo tan íntimo y delicado, de lo cual literalmente depende tu vida.

—Tal vez te preocupas mucho, acabarás enterándote en algún momento y... No me mires así, es solo una suposición. —Jack rueda los ojos —Por otro lado... ¿Por qué no me dejas ayudarte? Quizás consiga alguna información, no debe ser tan difícil.

—Suerte con eso, decía lo mismo cuando eras un fideo. —resopla. Hiccup rio nervioso.

Salieron de la cabaña donde un par de Night Fury los esperaban aparentemente. Jack dejo ir un atisbo de risa, jugando con el cayado en sus manos — ¿Una carrera? O quieres irte a dormir como adorable y dulce niño —. Mofa en tono juguetón, Hiccup sonrió de la misma forma, acercándose a Toothless que notando lo que pasaría se agazapo mínimamente al suelo.

Apenas estuvo sobre Toothless Jack saltó, iniciando ambos el vuelo en desconocida dirección a juzgar por lo corto que fue el intercambio de palabras. Toothless hizo un fuerte aleteo, causando viento en contra de Jack que estuvo a poco de golpear un pino: evitado exitosamente por la dragona que lo lanza al aire nuevamente y Jack se posa sobre ella, imitando la postura de Hiccup a medias y dando pequeñas indicaciones mudas a la hembra que se acerca a Toothless rápidamente.

—Vas a perder por tramposo~ —despide cuando ella baja en picada, Hiccup parpadea sorprendido y Toothless la imita para igualarse.

— ¡Quien hace trampa eres tú! —acusa con emocionada expresión en su rostro

— ¡Nunca se dijo que una dragona a mitad de carrera estuviera prohibido! —responde, levantándose levemente para resistir la apertura de las alas de la dragona y así no chocar contra el agua.

Hacía donde volaron es un misterio, Jack fue el primero en aterrizar y saltando victorioso con la dragona lanzando un lar de bolas de fuego al aire para celebrar. Toothless aterrizo segundos después, notablemente enfurruñado por haber perdido. Hiccup bajo de su montura haciendo un puchero en falsa molestia por su derrota.

—Oww El gran líder de Berk perdió contra un simple y desmemoriado niño, que pena. — burla y Hiccup niega con la cabeza.

—El lindo niño, puede volar por sí mismo, esa ventaja es muy mala. —se excusa.

—Como digas. —se cruza de brazos, sacando la lengua por un momento e inflando en pecho por gozo de su logro.

Aunque llego de improvisto no lo sorprendió el beso que Hiccup proporciono a sus labios, quedándose viendo en la espera de alguna reacción ante esto. No dijo nada, ni afirmativo o negativo, dando una señal de que podía repetirlo si quería. Al hacerlo Jack tomo una postura sumisa, pasando los brazos por sobre los hombros del vikingo y cerrando los ojos.

Jack cumplió con lo suyo de quedarse en Berk, sin dormir en ningún lado y causando pequeños destrozos a donde fuera, los aldeanos no se mostraban molestos, pues al menos esto no era a sus casas y no significaba volver a construirla como pasa con cierto elemento incendiario que escupen los dragones.

Se desvivían jugando como un par de niños a cualquier cosa, usualmente incluyendo a Toothless y la dragona aun sin nombre. En palabras de todos queda que Hiccup luce muy feliz, como si aquel espectro de tristeza causado por la muerte de Stoick hubiera por fin desaparecido de su ser, agradecían enormemente al espíritu del invierno por haber logrado aquello. Por otro lado, y como unas buenas palabras dichas rezan.

Lo que empieza jugando, termina gustando.

Se besan a cada rato, en todo lugar y en cualquier situación, usualmente Jack lo iniciaba, de vez en cuando se sienta el regazo del pecoso para hacerlo. Hiccup no se quejaba como era obvio, tomando provecho para formar mayor cercanía entre él y el albino inquieto. La aldea los había visto, pero guardaban silencio pues a pesar de desaprobar la naturaleza de esa relación indefinida, se ven incapaces de reprocharlo por dos razones.

En primera, están bien sin nevadas y granizo todo el año, temían que, de molestar a Jack, este reiniciara ese ciclo debido a la ofensa; en segunda, no hace falta, su líder esta por fin feliz y si es junto a un espíritu invernal que ha acabado con la desgracia que tantos años han vivido, eso significaba que los dioses lo habían enviado para ver si son realmente merecedores de una vida en pacíficas condiciones climáticas.

— ¿Que edad tienes? Aun si no cambias... supongo que ya debes tener varios años. —el esfuerzo por ocultar que lo retrata a cada momento que puede se vio nulo, pues Jack ya había visto casi cada cuaderno y ambos acabaron avergonzados por ello.

— Tengo... ¿Catorce? —Hiccup saco la cabeza del cuaderno y rompió el trozo de madre y carbón con el que escribe.

—¿¡Tenias catorce!? —ahora se sentía ofendido, a sus quince años parecía de once y Jack parece de dieciséis si lo analiza bien.

—Creo que sí, recién cumplidos. —aquello fue más una respuesta intuitiva que por seguridad de ello.

Hiccup se rasco el entrecejo, todo lo concerniente a preguntas del pasado de Jack debía asumirlas como a que este no sabía o estaba obtuso, pues dudaba muchísimo que tuviera solo catorce años a estas alturas, de hecho si hacia una suma simple, él dijo hace cinco años que tenía cinco años en esa búsqueda de identidad, más los cinco que han pasado desde ese primer encuentro...

¿¡Veinticuatro años!?

— ¿¡Eres mayor que yo!?

— ¿A sí? —pregunta igual o menos sorprendido a juzgar por su mueca —. No lo sé, apenas sé que han pasado años por ti.

—Realmente hay mucho, mucho que descubrir sobre ti. —suspira un tanto rendido, el cuaderno fue retirado de sus manos mientras el cuerpo frío tomaba asiento en sus piernas, rodeando su cuello con ambos brazos.

— ¿Te molesta el enredo que marca mi existencia? —pregunta en tono coqueto y juguetón, Hiccup niega con la cabeza, teniendo un ligero gesto nervioso. Jack usaba siempre la ropa que le hizo, incluso había pensado en hacer más en cuanto encontrara ese pelaje de lobo blanco y agregar tanto fluffly como fuese posible.

—Más que molestarme, me pone curioso... pero eso podemos hablarlo en otro momento. —concluye y Jack da la razón con un simple movimiento de cejas. Hiccup vio por sobre el hombro del albino, distinguiendo al par de curiosos Night Fury viendo en su dirección. —Eso me recuerda... ¿Como piensas llamarla? No puede no tener un nombre por siempre.

—Pues... había pensado en Nightlight... —alzo una ceja, un tanto curioso por la elección del albino —. Sus escamas de están haciendo blancas, resalta mucho por la noche.

—Bueno...

—No me puede juzgar alguien que puso Toothless a su dragón. —hay que ser sinceros, aunque ya estén acostumbrados y sea más de cariño que otra cosa... Toothless no es un nombre específicamente genial o imaginativo. Hiccup abrió la boca y la volvió a cerrar, muy bien... en eso le ganó.

—Aunque ese un nombre que también te queda bien a ti.

—No hace falta demostrar de esa forma que te tengo babeando —tira de la mejilla pecosa, dando luego una palmadita y un ligero beso en los labios para luego levantarse —. ¡Bueno! Me iré por un rato, buenas noches gran líder. —despide y con cayado en mano da un salto con el cual sale volando, Nightlight no tardo en seguirlo. Toothless bajo las orejas.

—Volverán en un rato, no Two pongas triste compañero —palmea la cabeza de este que se lo queda mirando —. Oye... sabes que, de poder hacerlo, te ayudaría a volar, pero sigo sin encontrar un modo de hacerlo —hace un gorgoteo, también sabía que lo intentaba, aun si resultara molesto ponerse todo lo que Hiccup hacía, comprendía que era para dar esa facilidad due no tiene por desgracia. El problema es que... Es un dragón, uno interesado y no poder volar por su cuenta complica sus intenciones —. Mañana pensare en algo. Vamos a dormir.

No lo sorprendía que Toothless tuviera intenciones con Nightlight, después de todo es de su misma especie y aun si era desde un punto de vista reptiliano, es bastante bonita. Lo curioso son esas manchas en sus escamas, parecía que en cualquier momento se haría completamente blanca como la luna llena...

O la nieve

Rememorando, era la misma tonalidad que tomó el lugar donde fue herida y Jack selló con su magia, es posible que algo tenga que ver en todo este asunto. Sin embargo, ya estaba agotado por tanto que tuvo que hacer en el día y las continuas desveladas pasando rato con el cariñoso albino que solo a él parece prestar atención. Los rumores acerca de que los dioses apoyan su liderazgo se han hecho más fuertes en repercusión de la cercanía y permiso de Jack... en algunos momentos debía decírselo para que no se lo tomara a mal.

—Ya, suficiente, Odín adora hacerme pensar de más. —suspira rendido, entrando a la casa.

En el claro donde la luz de luna refleja a la perfección en el lago ahora congelado, Jack se dedica a admirarla, Nightlight descansa cerca del espiritual invernal. Mira sus ropas por un momento, jamás se imaginó vistiendo como un vikingo, comportarse tan extraño con uno... Con Hiccup no se sentía solo, la molestia de no saber nada sobre sí mismo mermaba estando con él, era, en resumen, como si el mismo mundo desapareciera en su presencia y que no importe cuando están cerca, siendo tan solo algo efímero que no dura lo suficiente.

Sentía que podía ser mucho más, que Hiccup quería que fuera mucho más y él, cual patética polilla a la luz quería ese deseo del líder de Berk. Dio un enorme resoplido, sentándose en el hielo y fijándose en los grabados de escarcha formándose, su vista se volvió a clavar en la luna, tomando el frío aire de su ambiente.

—No sé porque no has querido responderme de nuevo, pero... ¿Puedes decirme si esto está bien? —Su percepción es la misma a la que es siempre y también lo será, infantil, miedosa a la consecuencia y buscando permiso o aprobación para ello —. Si comenzar a ser dependiente de él es bueno... Por favor ¿Por qué no respondes? —pregunta exasperado — ¿Es una señal de que es malo lo que hago? ¿Qué debo alejarme? ¿Es bueno? ¿Continuo? ¿¡Que se supone que haga!?

Y la respuesta jamás llegó, Jack dio un golpe al hielo con el cayado, formando un largo y peligroso camino de picudas estalactitas en el suelo. Nightlight alzó la cabeza para observar a su jinete con preocupación. Vio con el ceño fruncido a la Luna.

— ¿¡Por qué me haces esto!? Hablas para decir solo algo que ni siquiera recuerdo cómo obtuve, como aparecí de esta-

¿Por qué no me dejas ayudarte?

— ¡Hiccup si está dispuesto a ayudarme a encontrar lo que tú no quieres decir! —recrimina apretando los labios y los puños —. Yo creía que al menos te tenia a ti por ser el primero en hablar y... Nunca digas más nada... —soltó el aire retenido —Vámonos Nightlight... De nada sirve volver aquí. —la dragona se levanta y Jack se sube en su lomo.

Una vez en Berk aterrizaron, Nightlight camina a su lado mientras apenas se da el tiempo de percatarse en que nadie está fuera de su hogar, posiblemente es muy tarde ya. Por costumbre Arriagada no se esmero en esquivar a la única persona que camina fuera de su cabaña, chocando con esta.

—Lo sien-

—si aprecias tu vida te iras de aquí, Hiccup tiene un deber con Berk y tu lo estas apartando de ello —arrugo un poco el entrecejo, cruzándose de brazos frente a la rubia —. Ya que empatico eres, aleja la nieve de aquí y a ti también.

—Con esa actitud tan recta y aburrida no me sorprende que Hiccup se fastidiara de ti. Puedo ir y quedarme donde me plazca, un hacha no puede contra el invierno —sopla creando escalofríos en la rubia —. Así que, gracias por la charla. —despide con gesto d emano y de largas zancadas.

—Necesita a una mujer para tener un hijo... ¿Qué harás al respecto? —increpa con mal sana sonrisa, Jack se hizo el que no al escucho, caminando hacia la casa de Hiccup mientras Nightlight gruñía a Astrid.

—No vale la pena grandulona, entra a dormir con Toothless antes de que sus instintos lobunos salgan a flote aullando. —ordena con sutileza, ella tan solo obedeció y Astrid sigue con su camino.

Estuvo durante toda la noche sentado en el techo de la gran casa, soplando suavemente y moviendo apenas su cayado para hacer una suave nevada, lo había practicado y así evitando crear una tormenta de proporciones colosales. Miro a la luna de nuevo, moviendo tan solo los labios, negado a dejar salir su voz por algo que no recibiría.

"Aun si está mal, lo voy a continuar..."