Capítulo 1

Breeanna

Nunca me habría imaginado llegar a alguna parte y menos aún con mi lamentable estado físico, pero así era. A menos de cien metros se alzaba un edificio rodeado por unas altas vallas, probablemente electrificadas. Aún cojeando y con la sangre brotando de mi costado con una lentitud exasperante me dispuse a llegar aunque fuera solo a la puerta del edificio. Les había prometido a mis amigos que llegaría a salvo a cualquier sitio alejado de las chabolas de Milwaukee y no les decepcionaría.

El dolor punzante de la herida de bala mermaba mis fuerzas y el esfuerzo que invertía en llegar a aquel desconocido edificio era inmenso.

Ya a cinco metros a penas de distancia de la entrada, no pude evitar derrumbarme, el estómago me dolía demasiado para poder dar un paso más pero, por desgracia, seguía consciente, sufriendo aquel dolor al que era imposible acostumbrarse. Pude oír unos pasos y luego una voz. Masculina, joven, no mucho mayor que yo.

-¡Tris! ¡Ven, rápido!

-¿Qué ocurre, Matthew?-habló otra voz, femenina, de mi edad tal vez-¡Dios mío! ¿Qué le ha pasado?

-No lo sé, acaba de derrumbarse aquí mismo-respondió el chico-¿Crees que estará…?

-No-respondió al momento la muchacha-Aún respira, ¿ves?

-Ha perdido mucha sangre-dijo él, sonaba cerca y entonces sentí unos dedos tocándome la herida, quería gritar de dolor pero mi cuerpo estaba atontado y no respondía a mis pensamientos-¿Cómo no puede haber muerto ya?-estaba sorprendido.

-Eso da igual-repuso la chica-Cógela, la llevaremos a la enfermería.

Sentí entonces unos brazos delgados por debajo de mis piernas y de mi cuello. No fue mucho más tarde cuando acabé de perder el conocimiento.