Esto se trata de mi historia de Desterrado reescrita, pues no estaba contenta por el resultado, así que he borrado la anterior y bueno, espero que esta os guste más, así mismo trataré de hacerla más larga, pero no contéis con actualizaciones regulares, con la Universidad de por medio no sé cuando podré subir un nuevo capítulo.


Dinamarca visitaba al médico por orden de su jefa, la nación llevaba varios días sintiéndose mal y la presidenta danesa le había ordenado, preocupada, que fuera al médico para encontrar la razón de sus vómitos matutinos.

Mathias caminaba rumbo a la sala de espera cuando recibió un mensaje de Noruega, su novio, el danés lo abrió con un sonrisa en los labios, aunque por dentro sentía un ligero desasosiego, Lukas no solía mandarle mensajes casi nunca, a menos que se tratara de algún fundamental, normalmente para recordarle cuando había una reunión, pero no había ninguna hasta el mes que viene pensó el danés. Suspiró y decidió leer el mensaje para salir de dudas.

"Hemos convocado una reunión en casa de Suecia, es esencial que vengas" leyó el danés y frunció el ceño , normalmente las reuniones entre ellos no se planificaban con tan poca antelación, definitivamente había algo más se dijo el danés. Luego sacudió la cabeza, ¿desde cuando soy así de desconfiado? pensó, sin duda sería una reunión normal, que acabaría como todas en algún bar para poder divertirse después de haber zanjado los temas que se habían tratado. Sí, sin duda sería otra reunión más.

"¿Y sobre qué es la reunión Norge?" escribió Mathias en un intento de ir bien preparado a ella, su jefa estaba bastante cansada de sus despistes, y el danés no quería decepcionarla más, la mujer le caía muy bien y quería demostrarle cuan maduro podía llegar a ser él en verdad. Pero en ese momento el médico le llamó para que entrara en la consulta y el danés se levantó mientras guardaba el móvil en su bolsillo, deseoso de saber que le pasaba.

El médico era un humano joven, de modales algo bruscos, pero con gran conocimiento de su profesión, así que Mathias sabía que estaba en buenas manos, no era la primera vez que ese médico le hacía algún que otro análisis.

-Buenos días-saludó el danés estrechándole la mano con energía y regalándole al doctor una de sus grandes sonrisas, la cual ,como de costumbre, no fue devuelta, pero eso no afectó al danés. Estaba ya muy acostumbrado a eso y no le dio la más mínima importancia.

El humano le estuvo haciendo varias preguntas para poder orientarse sobre el mal que aquejaba al danés, le escuchaba con atención y a medida que el danés describía los síntomas, el médico parecía más meditabundo.

-Perdona que te interrumpa, Danmark- le cortó l médico, pese a no sentir en absoluto cortar la palabra al otro-pero hay una cosa que me gustaría preguntarte. Me dijiste que eras una nación,¿las naciones pueden quedarse embarazadas aún si son hombres?

Esa pregunta hizo que el danés se callara durante varios segundos mientras pensaba una respuesta-Supongo que podría ser-admitió-Pero nunca he oído hablar de ningún caso, ¿por?

-Era por saber-dijo el médico mientras rebuscaba en su maletín y sacaba una prueba de embarazo-No quiero molestarte pero, ¿te importaría hacerte la prueba?-pidió cortés el doctor-Es que el embarazo es lo que más encaja con los malestares que me has descrito, Danmark.

Este cogió la prueba algo confuso, no sabía como usarla, si hace unos días alguien le hubiera dicho que acabaría usando una, el danés se hubiera reído, miró al médico, le daba vergüenza confesar que no sabía usar una.

-¿Pasa algo Danmark?-preguntó el doctor al notar la mirada que la nación le estaba dirigiendo, una mezcla de vergüenza y miedo, pensó el médico que suspiró-No sabes usarla, ¿verdad?

Este negó desviando la mirada y al otro le dio algo de lástima y le explicó lo que debía hacer. Dinamarca escuchaba en silencio y cuando estuvo solo se hizo la prueba y esperó a que el resultado apareciera. Cuando lo vio parpadeó confuso. Positivo, el resultado había salido positivo.

El miedo fue lo primero que recorrió su cuerpo en pequeñas oleadas, seguido de incredulidad, el danés no sabía como enfrentarse a esa situación, ni siquiera sabía muy bien que se suponía que debía sentir, ¿euforia?, ¿alegría? Además no sabía si llegaría a ser una buena madre para su pequeño, pero lo primero era decírselo a Lukas, él era sin duda alguna el padre del bebé que crecía en su interior y Mathias estaba seguro de que Noruega se iba a alegrar, a su manera, por la noticia.

Fue en ese momento cuando se acordó de la reunión y miró la hora, preocupado. Dio las gracias al médico y salió mientras marcaba el número de Lukas, no se lo iba a decir hasta que se vieran, pero iba a decirle que no podría viajar hasta el día siguiente.

-Norge-dijo el danés cuando su novio descolgó-Verás, hoy no voy a poder volar hasta allí. pero mañana estaré a primera hora. Estoy deseando verte.

-Vale-respondió Noruega inexpresivo-Se lo diré a los demás.

-Te amo-dijo el danés sonriendo mientras colgaba. Tenía muchas ganas de verle y poder contarle la gran noticia, el danés se daba cuenta de que eso era precisamente lo que había faltado en su relación, tener un hijo.

Iba silbando por las calles rumbo a su casa, estaba muy contento, sostenía en sus manos la prueba de embarazo como si se tratara del mayor y más valioso de los tesoros. Mientras en su mente ensayaba como debía contarle a su pareja la gran noticia, claro que no iban a estar solos, así que lo mejor sería esperar a que la reunión acabara y todos se fueran, entonces sí se lo diría a Lukas.

Cuando llegó a su casa se acordó de que tenía que llamar a su jefa, decidió no contarle lo que el médico le había dicho, primero se lo diría a Noruega.

"Ya salí" escribió deprisa y sin fijarse si lo escribía bien "M dijo k no era nada grave"

"Me alegro" respondió su jefa "Pero la próxima vez que me escribas un mensaje no te comas palabras"

"De acuerdo, jefa" escribió Mathias esbozando una sonrisa, le gustaba mucho su nueva presidenta, aunque nunca llegaría a igualar a la reina danesa que formó la Unión de Kalmar, Margarita pensó el danés nostálgico al recordar a esa mujer.

Con un suspiró se metió en la cama, le esperaba un largo día, además tenía que madrugar para coger ese dichoso vuelo a Estocolmo.


Y este es el primer capítulo de Desterrado, como veréis esta vez no iré tan rápido en la historia, así mismo la haré más larga, aunque no estoy segura de si debo darle un final feliz o no, vosotros, mis estimados lectores,¿ que pensáis? Dependerá de vosotros el final de esta historia.

Así mismo acepto críticas, positivas y negativas, evidentemente, porque aquí dices que aceptas críticas y solo te llegan negativas...