DISCLAIMER: Harry Potter y Cia. no me pertenecen. Este es un fic sin ánimos de lucro. Sólo los uso para divertirme y divertir a los demás.
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Un niño de once años no debería guardar tanto odio, pero él lo hace. Su disgusto por el cuatrojos de Harry Potter hervía sus venas. Aquél individuo simplemente no sabía cómo ni con quién relacionarse porque, difícilmente, alguien podría rechazar su amistad; al menos, nadie con dos dedos de frente lo haría.
—Estúpido, Potter. Pero ya verá, padre se encargará de…
—¡Hola, Draco! –saludó una voz cantarina; rubia, de impresionantes ojos verdes y una luminosa sonrisa, Astoria Greengrass era, sin duda, la oveja negra de la familia. Nadie podía negar su belleza, sin embargo, era sabido por todos que en ella no había la dosis natural de maldad que te permite sobrevivir al infierno de las grandes familias.
—¿Qué haces aquí? –preguntó con asco, esperando que se llevaran a la niña de ocho años de su presencia—. Largo.
Ella no perdió su sonrisa. —Vine a visitarte. Me gusta tu casa… y tu madre es muy linda –agregó.
"No es muy linda cuando padre aplica sus castigos en mí", pensó con amargura.
—No me interesa, quiero que te vayas. ¡Ahora! –exigió, retomando su camino.
—Pero, Draco, yo…
—¡Sal de aquí! ¡Fuera, Astoria! –explotó al girarse, el heredero de los Malfoy. Dejando caer su veneno de serpiente en el ser indefenso más cercano: la pequeña Astoria—. No me interesas. ¡Fuera! ¡Largo!
Astoria lloró inmediatamente. —Eres malo, muy cruel.
—Aprende algo, niñita; o eres el victimario o eres la víctima –repitiendo la famosa frase de su padre—. Búscate un lugar y aléjate de mí. Te desprecio, Astoria. Todos lo hacemos. Quizás tu pequeña cabecita no entienda esto —aguijoneó su cabeza con su pálido dedo índice—, pero nadie te quiere. Eres una sombra…
Los ojos de Astoria se aclararon aún más por las silenciosas lágrimas.
—No eres nadie—.
