Después de tanto tiempo, debía regresar a su ciudad natal, Hillwood, no entendía porque la vida se empeñaba a que regresara a un lugar al que no deseaba volver jamás en su vida; a sus 24 años tenía una vida deplorable, tenía una carrera exitosa, un novio agradable y que le amaba pues se lo demostraba en fin una vida completa en New York, pero no sabía porque razón el destino se empeñaba en que el recuerdo de aquella persona siguiera vivo en su mente y corazón, y ahora volvería a un lugar que deseaba dejar atrás igual que todo su amor por ese joven.

-Hola amor, ¿Qué te pasa? –Pregunto su novio en cuanto la vio salir de su trabajo, él siempre iba a recogerla, para llevarla a pasear por las calles alegres de la ciudad, pero al parecer los planes cambiarían aquella vez; era un hombre joven alto de cabello negro, ojos azules tan intensos como el mar, como los de ella, una encantadora sonrisa, piel blanca, un cuerpo perfectamente bien trabajado.

-Nada…solo que…

-¿Qué?

-Michael, tengo que volver a Hillwood

El joven comprendió entonces, sin más que ella dijera, inmediatamente se acercó para darle un reconfortarle abrazo, él sabía todo el pasado de la rubia, sabia sus temores, sus inquietudes, siempre la acepto con todo y nunca le reprocho nada, incluso sabía perfectamente que pese a que la rubia lo quería, no lo amaba de tal manera como amo alguna vez a ese chico de cabeza de balón que le rompió el corazón, pero sabía que eso era su pasado y él era su presente, pero ante esta situación entendía el miedo de la joven, pues era su mismo miedo reflejado.

-¿Iras?

-No tengo otra opción –La joven miro a su novio sonriéndole dulcemente -¿Vienes conmigo?

El joven sonrió –Si tú quieres, claro que iré.

-Quiero que vengas porque el objetivo, aparte de dirigir un proyecto de la empresa, es también hacer mi presentación de mi libro, pero esta vez desean que sea en mi ciudad natal –Dijo triste y molesta la rubia -¿A quién diablos le importa de dónde Salí? Simplemente debieron hacerlo aquí.

-Pero tú misma dijiste que la feria de literatura se realizaría allá ¿No?

-Si pero no sabía que yo estaría a cargo y menos que aprovecharían para presentar mi nuevo libro.

-Tranquila, Geraldine, todo saldrá bien

-Hace años que no estoy ahí y menos he visto a mis padres desde que…

-Lo entiendo pero ya es momento ¿No crees?

-Si eso creo…

-¿Quieres platicar?

-No, mejor voy a descansar, tengo que arreglar todo para salir en el primer vuelo pasado mañana

-¿Tan pronto?

-Sabes que la feria de literatura es la semana entrante y mi jefe me dijo que fuera antes para descansar y arreglar todo, ¿Qué ocurre, Michael?

-Bueno es que…no creo irme contigo, creo que tendré que alcanzarte

-¡¿Qué?! Pero ¡¿Porque?!

-Porque amor, tengo trabajo también –Dijo sarcásticamente mientras le sonreía dulcemente –Tengo que arreglar asuntos antes de poder irme contigo

La joven palideció, no esperaba llegar sola a Hillwood, el joven le miro preocupado -¿Estarás bien?

-Sí, no te preocupes claro que estaré bien –Dijo nerviosa

-Bien

Ambos subieron al automóvil para dirigirse al apartamento de la joven, donde ella inmediatamente se puso a trabajar en todo para poder partir en dos días de regreso a la ciudad, a la ciudad donde quería dejar todo el dolor que paso, dejar a sus padres que nunca ayudaron, dejar a…cierto cabeza de balón que le partió el corazón.

Los recuerdos llegaron a su mente cuando estaba preparando sus cosas, inevitablemente volvió a recordar todo lo ocurrido después de encontrar los padres de Arnold en San Lorenzo, después de que una vez más estuvo ahí ofreciéndole su amor a aquel joven y que este…no tomo en cuenta y volvió a tirarlos como basura…

FLASH BACK (HACE DOCE AÑOS)

Todo regresaba a la normalidad en el vecindario, todos estaban felices pues lograron el objetivo de haber rescatado a los padres de Arnold, también habían logrado fortalecer más los lazos que los unía como grupo; la familia Shortman ahora estaba completa y viviendo como todos en Hillwood.

Una chica rubia había logrado lo que siempre había deseado, lo cual era estar al lado de su amado cabeza de balón, nadie sabía esto por supuesto, claro Gerald no dijo nada después de encontrarlos besándose, pero eso no importaba, todo para ella era luz por fin.

Al llegar a la secundaria (su primer día de clases) encontró a cierto cabeza de balón en la entrada, esperando por ella como habían quedado el día anterior.

-Hola, Hell

-Hola, Arnoldo ¿Cómo estás?

-Mejor ahora –Susurro dulcemente mientras tomaba la mano de la joven

Se sonrojo pero no quito su mano, ambos caminaron por los pasillos de la nueva escuela tomados de la mano, aquello era su sueño hecho realidad, un sueño que pronto comenzó a ser opacado por los celos que son realmente destructivos.

Las semanas pasaron y pronto llegaron a mitad del año, donde comenzó a sentir lo que era realmente sentir celos, Lila, la señorita perfección últimamente se le acercaba muchísimo a Arnold, su Arnold, aquí fue donde empezaron las diferencias entre ellos pero siempre lograron soportar toda marea, al final siempre estaban juntos.

Siempre…

Cuando llego el tercer y último año de secundaria, ultimo día de escuela fue en el que sucedió lo peor que pudiera suceder, Arnold se encontraba al frente de ella, un tanto molesto por las actitudes que tanto como ella y como el habían optado.

Helga era la chica más popular de la secundaria junto con Rhonda, claro Helga nunca busco aquella fama, pero es que era una chica muy hermosa, su cuerpo era de una adolescente de casi 16 años, perfectamente bien definido y perfectamente trabajado, lo cual llamaba mucho la atención de otros jóvenes, inmediatamente Arnold se sintió amenazado y comenzó a celar a la joven rubia, quien no entendía porque el había cambiado con respecto a seguridad, pero ella misma se mostraba insegura pues hacia lo mismo que el cabeza de balón.

-¿Qué quieres decir, Arnold? Ve al grano

El joven le miro lleno de molestia –Lo que escuchaste, este tiempo que pasamos juntos sin contar el último año, han sido buenos pero ya no se siente bien

-Por tu culpa –Dijo molesta

-Tú comenzaste con tus celos absurdos, Helga

-¡Lila siempre te coquetea Arnold! ¡Eres tan idiota que no te das cuenta!

-¡No me insultes!

-¡Y tú no me grites!

-¡La que grita es otra!

-Sabes que…no entiendo porque en primer lugar empezó todo esto –Dijo la rubia triste, pero aparentando enojo –Digo…no sé qué hago perdiendo el tiempo con un zopenco como tu…no eres mi tipo

-Tu nunca fuiste mi tipo, Helga, sin embargo estaba contigo por algo ¿No crees?

-A eso me refiero Arnoldo, no entiendo ¿porque? ¡Dime ¿Porque?!

-No tiene caso –Murmuro mientras trataba de irse pero ella lo detuvo

-¡Dímelo ahora Arnoldo, no seas cobarde anda dime que es lo que realmente pasa, ¿Por qué no elegiste mejor a la señorita perfección?! ¡Se ve que muere por ti desde que volvimos de San Lorenzo!

-Sabes no quiero pelear…

-Cobarde

-¿Qué?

-¡Eres un maldito cobarde, Arnold! ¡No tienes las agallas para decir nada de lo que realmente piensas! ¡Eres un estúpido por guardarte todo, estúpido con cabeza de balón!

-Basta Helga…

-¡No, es la verdad, no eres capaz de…!

-Bien, ya que insistes –Molesto la tomo de los hombros – ¡Solo fue por agradecimiento!

La joven sintió un balde de agua fría encima, trato de controlar sus lágrimas mientras su corazón se sentía romper en mil pedazos, pero ya era tarde para retractarse -¿Agradecimiento?

-Sí, solo estaba contigo porque era una manera de agradecerte por ayudarme en todo –Dijo rápidamente el joven, estaba cegado por los celos y por el enojo, no pensaba lo que decía, solo deseaba terminar con ella, terminar con aquello que le estaba atormentando, terminar con la persona que podía ponerlo de cabeza en un instante, tenía miedo de perder la voluntad ante ella, pero no se lo diría, porque ella tal vez se aprovecharía o perdería el interés.

-¿Agradecimiento? –Repitió la joven ida.

-Si

La joven le miro molesta y ofendida -¡Tu puto agradecimiento te lo puedes meter por donde te quepa, estúpido Arnoldo, no necesito tu maldita lastima, idiota!

-Helga… -El joven quedo impactado ante la imagen que tenía enfrente, la rubia ya no había logrado mantener las lágrimas dentro de sus ojos, estas brotaron a mil por hora, su mirada era llena de dolor tan inmensa como el mar, su cuerpo temblaba de ira y dolor, pese a que su semblante mostraba molestia su mirada gritaba de dolor tan inmenso que acaba de provocarle.

-¡Cállate idiota! –Grito histérica la joven, quien se encontraba fuera de si -¡Es increíble Arnoldo! ¡Yo te amo, no puedes jugar así con los sentimientos de la gente! –Soltó la joven sin pensar, Arnold solo la miraba sin saber que hacer o que decir, lo que era verdad era que el sentimiento era mutuo –Te odio

-Perdóname Helga, pero…creo que lo mejor es que esto termine –Sintió un fuerte dolor en el pecho al decir esto, el mismo dolor que la joven sintió

Entonces Helga, tomo una decisión –No volveré a repetirte esto, así que escucha –Susurro mientras hacia un esfuerzo sobrehumano para verle –Arnold te he amado desde que somos niños, me enamore de ti, siempre me has gustado y poco a poco me envolviste en la dulzura de tu ser, en tu hermosa forma tan samaritana de ser, amo cada partícula de tu ser, amo tu aroma a jazmín en tus dorados cabellos, me…me agrada el dulce néctar de tus labios sobre los míos, el calor de tus brazos me llenan de vida, tus ojos son como dos hermosos estanques donde quiero bañarme por siempre –Arnold le miro aun molesto pero se llenó de aquellas dulces palabras en todo su ser, sabía que Helga era la dueña de esos poemas, cuando fueron a San Lorenzo lo descubrió, pero… -No puedo ser más específica ¿O sí?

-Estoy un…poco confundido –Y era en parte verdad, los sentimientos que habían crecido en su ser por la rubia eran muy intensos que no lograba asimilarlos aun, además de que Lila merodeando por ahí no ayudaba, no podía negar que la chica era muy hermosa ahora, además de que siempre le coqueteaba y claro que se daba cuenta, más cuando ella misma le decía que le gustaba, por esto también se encontraba en esta situación con su actual novia.

La rubia se volteó dejando escapar más lagrimas –Respóndeme algo…aunque con lo que dijiste me quedo claro, quiero saber… ¿Te gusto?

El chico se sonrojo, claro que le gustaba y cada día ella se ponía más hermosa pero…él no sabía si aquello se podría clasificar como amor –Si me gustas pero…

-Pero no me amas –Susurro la joven terminando la frase por el

-Amar es una palabra fuerte ¿Cómo sabes que me amas, cuando no has estado con alguien más?

-Tu que sabes, además se perfectamente bien lo que siento, no soy una confundida como tú, Arnoldo

-Bien, estoy confundido pero te puedo decir que no te amo –La rubia hiperventilo, Arnold se acercó un poco a ella, pero ella se alejó un poco más –No te amo y lo mejor es que esto termine ahora…

-No volveré a hablarte de mis sentimientos, Arnold –Susurro la joven con la voz quebrada, Arnold sintió que el corazón se le iba al escucharla así, pero estaba decidido a tomarse un tiempo para pensar las cosas y para saber si realmente lo que sentía por ella era amor o en realidad si era solo agradecimiento pues para ser honestos el había actuado un tanto así al enterarse de todo lo que ella había hecho por él y no entendía ahora si solo era por eso o porque el también sentía lago más por ella.

-Lo sé, no te lo pediré

Helga sintió una última apuñalada en su ya roto corazón, simplemente volteó a verlo para añadir –Entonces ya vete, no quiero verte más y espero nunca jamás volver a verte

-Nos vemos después, Helga –Susurro el joven preocupado pero comprendiendo que era mejor déjala tranquila y darle su espacio.

Helga se dejó caer en el suelo, había gente alrededor de ella paseando tranquilamente por el parque, pero en aquel momento no le importo solo se dejó caer sintiendo que su vida se iba, que la razón de existir ya no había mas en aquel momento, dejo escapar todas las lágrimas que podía derramar al ver perdido lo más valioso para ella, Arnold.

Las cosas en ese entonces no podían empeorar o al menos la rubia eso pensó, pero al llegar a casa se enteró de una terrible noticia, para la familia al menos era así, para ella era la mejor noticia del mundo, no solo porque a su hermana se le veía feliz, sino porque pensaba que así por fin le darían atención, pero estaba muy equivocada…

END FLASH BACK (PRESENTE)

-Todo en aquella época, paso muy rápido –Susurro la joven tomando la fotografía que tenía aun en el relicario de su amado –Arnold –Murmuro su nombre apenas audible, mientras una pequeña lagrima escapa -¡Oh! No Helga Geraldine Pataki no, prometiste no volver a llorar por ese gusano –Dijo molesta y tiro a un lado el relicario

Tomo otra fotografía de su caja donde había guardado todo lo que le recordaba a su pasado, en ella estaba su familia, una Olga embarazada y unos padres molestos pero a la vez felices por el nuevo miembro de la familia –Jake ya debes de tener ocho años, amigo, debes estar enorme –Murmuro –Te deje de ver cuando tan solo gateabas, ahora que te veré… -"Si te veo" –Seguramente mis padres siguen enojados conmigo y…contigo no Olga, es increíble yo te ayude y yo termine sola, como siempre.

En ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos por el teléfono de su apartamento, respondió de muy mal humor, pues no deseaba hablar con nadie, pero en cuanto escucho la voz de aquella persona se sorprendió tanto que su mal humor se esfumo. -¡Phoebe!


Hola queridos lectores

esta es una idea que tenia en mi mente, espero les guste, quise explicar un poco a modo general de lo que paso entre los rubios, pero aun hay mas cosas, pero poco a poco se iran descubriendo, sobretodo con la familia de Helga, tambien con lo que despues paso con el cabeza de balon provocando asi la decision de Helga de irse de Hillwood.

puede que ahorita sea algo confuso pero espero que vaya mejorando conforme se vaya desarrollando la historia ;D jejeje

si les gusta haganmelo saber y si no tambien no hay limites :D

saludos