La serie Once Upon a Time, sus personajes, y demás mencionados aquí, no me pertenecen.

Hola a todos! Este prompt me fue sugerido hace muchos días atrás, espero que sea del agrado de Lunediose y de todos los que pasen por aquí a leer.

Prompt: Emma se divierte aprovechándose a cada oportunidad que tiene que Regina sea de complexión y estatura más pequeña que ella :)


HER LITTLE MILLS

—¡Emma!

—¿Qué?

—Es tarde, ya deberías estar en la biblioteca ayudando a Regina.

—Ya voy mamá —Renegué—. Belle debe estar ayudándola.

—Si te pedí que ayudaras a Regina fue porque Belle está ocupada en otras cosas.

—Pues en lugar de estar ocupada en otras cosas debería estar ayudando a Regina, es su biblioteca después de todo.

—Mira, Emma. Ve de una buena vez y deja de estar holgazaneando.

El colmo de los colmos. Me levantan temprano un domingo, no me dejan desayunar en paz, y encima tengo que ir a hacer quién sabe qué.

—Buenas noches señorita Swan.

—No me molestes, Regina. No estoy de humor. Tengo hambre.

—Perdone usted mi salvador —Se burló de mí—. Eres como un oso gruñendo cada vez que tienes hambre.

—Lo que sea. ¿Qué tengo que hacer?

—Sentarte y no hacer nada, es lo que se te da mejor.

No iba a oponerme a eso, era domingo, quería estar en casa durmiendo. Me senté y puse los pies sobre la mesa, era agradable verla ponerse de puntillas e intentar tomar un libro de la estantería más alta.

Me acerqué y sin ningún problema alcancé el libro que ella quería.

—Lo tengo, pequeña —Besé su cabeza solo para molestarla.

—Ya lo tenía —Me arranchó el libro de las manos.

—Lo que tú digas, mi pequeña Reina.

Su humor se puso peor que el mío, y durante la media hora que pasamos allí optó por ignorarme.

—Podía haberme quedado en casa durmiendo. ¿Por qué tengo que estar aquí si todo lo que tenías que hacer era buscar unos libros viejos?

—Yo no te pedí que vinieras.

—Supongo que mi madre sabía que ibas a necesitarme para alcanzar las cosas de los estantes más altos.

Casi perdí el aliento al ser golpeada en el estómago por el enorme libro que ella me dejó caer encima. Se fue sin decirme nada, así que supuse que debía llevárselo a mi madre.


XXXSQXXX

—¡Ma!

—¡Hey chico!

—¡Mira mamá, ma está aquí!

Regina apareció en el pasillo del supermercado empujando un carrito de compras.

—Señorita Swan.

—Hey.

—¿También estás de compras ma?

—No. Solo me dieron ganas de unas galletas. Mary Margaret se encarga siempre de las compras.

—Puedes acompañarnos, y luego puedes venir con nosotros a almorzar.

—Eso me encantaría.

A Regina no parecía encantarle, pero no dijo nada. Leyó la larga lista que llevaba en las manos y continuó su recorrido por los pasillos.

Me distraje un poco eligiendo con Henry los cereales. Fitness con sabor a manzana.

—Ese es para mamá.

—Lo imaginé.

Iba a poner los cereales en el carrito y me di cuenta que Tony, el supervisor del supermercado estaba muy sonriente en el pasillo de lácteos, mientras Regina se ponía de puntillas para alcanzar el yogurt del estante más alto del congelador, él tenía puesto los ojos en sus curvas perfectas. Di unos cuantos pasos largos y alcancé el yogurt.

—¿Vas a llevar solo uno o necesitas más?

—Soy perfectamente capaz de alcanzar las cosas por mis propios medios.

—Te daría la razón si midieras unos centímetros más.

Regina podía estar molesta, pero Tony sabía que había sido descubierto. Algo me decía que las cosas estaban situadas estratégicamente en las estanterías para que Regina tenga que empinarse.

A pesar de eso, mi invitación a almorzar no fue retirada, pero tuve que pagar el precio ayudando a Henry a colocar un tablero de baloncesto en el patio trasero de la casa.

—Me parece que es un poco alto para Henry.

—Es la medida oficial, tiene que practicar correctamente si desea entrar en el equipo el próximo año.

Henry volvió con el balón, listo para probar el tablero.

—¿Quieres jugar con nosotros, mamá?

—No cariño. Voy a sentarme aquí y verlos jugar. —Se sentó cómodamente en uno de sus sillones blancos, y me sorprendí al verla quitarse los tacones al fin.

—Este es un juego para gente alta.

—Pero hay jugadores pequeños. —Dijo Henry.

—Sí, pero tu mamá es muy pequeña y delicada. Como una de esas mariposas pequeñitas.

Regina no emitió ningún comentario, pero si las miradas mataran…


XXXSQXXX

Tener una cena familiar fuera de Storybrook fue idea de mis padres, concretamente de mi madre, dijo que ayudaría a Regina a ser ella misma, y así todos podríamos ver lo adorable que en realidad es. Omitimos decirle esa parte a Regina, son esas cosas que uno se lleva a la tumba por el bien de toda la familia.

La cena fue agradable, la comida deliciosa, y Regina incluso comió una porción entera de papas fritas. El único que falló fue mi carro. No hubo poder humano que lograra encenderlo, ningún servicio de grúa podría llegar a Storybrooke y papá no tenía nada con qué poder remolcarlo, así que iba a tener que dejarlo y volver por él al día siguiente.

—¿Y si alguien se lo roba?

—Nadie va a robarse eso, Emma.

—Van a robarlo, Regina. No podemos dejarlo aquí.

—Volveremos por él mañana a primera hora. —Prometió papá.

—Y va a estar guardado en este estacionamiento oculto.

—Subterráneo, mamá.

—Suban todos al camión, se está haciendo tarde.

—Pero no vamos a entrar, abuelo.

—Te llevaré en mis piernas —Dijo mamá.

—Yo llevaré a Regina.

—¿Perdón? —Regina se cruzó de brazos.

—Después de Henry eres la más pequeña.

—No voy a ir sentada en tus piernas.

—Soy más alta, tú eres casi del porte de Henry y más liviana.

Papá encendió la camioneta. Henry se acomodó sobre su abuela en el centro. Y Regina me miró horrorizada cuando tomé mi lugar y palmeé mis piernas. Se dejó caer sobre mí como una roca, y me dio un par de pisotones mientras se acomodaba.

—Al menos no vamos a llegar aplastados, mamá.

Una pequeña llovizna empezó a caer, papá condujo despacio para llegar sanos y salvos a casa. Todos conversamos alegremente de lo bien que lo habíamos pasado, excepto Regina. Después de varios minutos de ir con la espalda erguida y clavando sus uñas en mis manos cada vez que me atrevía a tocar su cintura, se rindió, se arrimó a mi pecho, su cabeza encontró un lugar en mi hombro, y durmió durante todo el trayecto.

A veces ser pequeña tenía sus beneficios.