Bueno, la continuación de Una lista y tres días si no lo han leído les invito a que lo lean primero, el fic tiene referencias aunque posiblemente sí podrían entenderlo sin hacerlo.
Muchas gracias al apoyo a la primera parte, me alegraron la vida, este capítulo termina justo en donde se quedó el anterior.
No revise mucho la transcripción, espero no tenga mucho errores porque ya estaba un poco harta de transcribir, así que no me quedó ánimo para revisar
Posiblemente la personalidad de Nico no sea muy Nico porque, bueno, es que prácticamente ha habido tres Nicos, el pequeño, el de la perspectiva de los demás y su propia perspectiva, yo haré el de la perspectiva de Nico, pero ustedes son los que juzgaran mejor, por si las dudas me disculpo por adelantado
La portada de es Cookiecreation'14, me disculpo por usarla sin su permiso, 1. No se como contactarla y 2. si supiera mi inglés no es nada decente para hacerlo, aun así la uso con todo respeto.
La saga de Percy Jackson pertenece a Rick Riordan y escribo esto sin fines de lucro
Jason tenía suerte de ser su amigo, y en ese momento no se refería a los beneficios que podía obtener de él, sino al hecho de que no lo enviara directo al inframundo.
Por otro lado, de no ser porque Will le dijo que no más viajes sombras por un tiempo, ya estaría en el rincón más oscuro del palacio de su padre, preparado para no ver la luz del sol una larga temporada.
—Nico —sintió su rostro enrojecer al ser llamado, si tuviera que elegir si ganaba su molestia o su vergüenza…—, estás completamente rojo.
—No me hables, Jason —levantó su dedo índice sin atreverse a mirarlo—, sólo… no digas nada por un rato.
—Te dije que lo lamento.
—Shhh
—Lo lamento —volvió a decir, pero Nico notó que reía.
—Tú y tu novia son igual, siempre deben llegar en el peor momento.
—¿Qué? ¿Dos interrupciones? —esta vez la risa de Jason fue totalmente audible—, vas en serio, Nico, me alegro.
Nico consideró que podía perdonar su llegada en tan mal momento, pero sabía que aún no era capaz de mirarlo al rostro.
—¿Quieres ir a desayunar?
—No, quiero ir primero a mi cabaña a dejar mis cosas.
Jason lo acompañó hasta la puerta de su cabaña, entregándole la maleta que se había empeñado en cargar.
—¿Nos vemos después?
—A la hora de la comida —prometió el pelinegro.
El hijo de Hades se sentó en su cama ataúd (realmente odiaba esa cosa) Hazel había recogido las sabanas antes de partir. Le alegraba que su hermana no estuviera sola en el campamento romano, a pesar de que él ya no estaba completamente solo, la noche la tendría que pasar sin compañía en la cabaña.
—Extrañaré la enfermería de noche.
Will le había hecho compañía dos noches completas. Al pensar en el hijo de Apolo sintió su cara caliente y sus manos temblar. Recordaba perfectamente la sensación de las manos del rubio en su rostro, aún sentía las mariposas enloquecer en su estómago al recordar el calor de la piel de Will cerca… entonces habían oído el llamado de Jason. Nico actuó en reflejo, había apartado las manos del rubio de su rostro y se había lanzado hacía atrás, alejándose del sanador. Los ojos azules del hijo de Apolo no lo miraban cuando volteó a ver su rostro, sus labios formaban una línea, apretados como si se encontrara molesto, ese gesto sólo duró un segundo. Lo volteó a ver y sonrió, se levantó de la cama, se veía tranquilo, como si nada hubiera sucedido, pero Jason lo descubrió todo al ver su rostro sonrojado.
—Vienes por Nico —había comentado Will dirigiéndose al romano.
—Sí —Jason dudó, pero agregó—, ¿quieres que pase más tarde?
Nico hubiera podido patear a su amigo fuera de la habitación, el hijo de Apolo, por su parte, ni siquiera cambió el gesto.
—No, Nico es libre de irse.
El pelinegro se había bajado de la cama y acercado a Will ¿para qué? no estaba seguro, el sanador le sonrió y le revolvió el cabello.
—Nos veremos por ahí —fue todo lo que dijo para después marcharse.
Sobre su cama-ataúd Nico volvió a maldecir a Jason. Will se había molestado cuando lo alejó, no se había apenado ni se había avergonzado que Jason los viera, si él no se hubiera alejado ¿Will lo hubiera besado aun frente a su amigo?
···
A la hora de la comida Nico no pudo seguir la charla de los demás, por alguna extraña razón Piper, Jason, Percy y Annabeth habían terminado comiendo en su mesa, pero Nico pasó el rato de la comida buscando con su mirada a Will entre sus hermanos, sólo logró ver a Kayla en su mesa, Lou Elle y Cecil estaban comiendo en sus respectivas mesa, pero no logró ver al hijo de Apolo de su interés por ningún lado.
—Podrías ir a llevar algo de comida a la enfermería —escuchó el comentario a su lado, volteó y encontró que era Annabeth quien estaba sentada junto a él, la hija de Atenea le sonrió cómplice y como si no hubiera dicho nada continuó hablando con los demás.
—Nos vemos luego —Nico se levantó de pronto, tomando una fruta al azar se fue corriendo rumbo a la enfermería, dejando a algunos de sus acompañantes sorprendidos por su repentina partida.
El italiano se preguntó cómo se presentaría ante quien estuviera a cargo y con qué excusa diría que buscaba a Will. Sin embargo, no necesitó entrar a la enfermería, el rubio estaba afuera hablando con el entrenador Hedge, Will se despidió de él y le regaló una sonrisa de agradecimiento. Nico se detuvo sin estar seguro si acercarse o no, el hijo de Apolo volteó alrededor y al verlo se notó sorprendido, pero después sonrió y se dirigió a él.
−Me alegra que no esperaras meses antes de aparecerte por aquí.
−No te vi comiendo, te traje algo –el pelinegro le entregó la fruta, siendo en ese instante que noto que se trataba de una manzana.
−Gracias –la sonrisa de Will despertó las mariposas en su estómago− ¿te gustaría caminar un poco conmigo?
−¿No irás a comer?
−¿Eso es un no?
−¡Quiero ir! –Nico se maldijo mentalmente, por alguna extraña razón cuando estaba con Will podría ser exageradamente honesto, no era la primera vez que le sucedía, lo que le hacía preguntarse si el hecho de que el sanador fuera hijo de Apolo tendría que ver.
−Vamos –Will le regaló una sonrisa que hizo enloquecer las mariposas de su estómago.
El rubio caminó rumbo al bosque y Nico no dudó en seguirlo. Después de caminar un rato Will se sentó en un tronco caído, el pelinegro se sentó a su lado pensando en cómo romper el silencio.
−Parece que sabías a dónde venias –atinó a decir.
−Me gusta venir a pasar un poco de tiempo solo… al menos todo lo solo que se puede pasar en el campamento.
Nico quería disculparse por la interrupción de Jason o por haberse alejado cuando lo iba a besar, pero empezó a temer que Will le dijera que no fue más que un mal entendido, que nunca planeó besarlo y por eso no se vio avergonzado cuando Jason llegó. Un frío helado se instaló en su estómago haciendo desaparecer las mariposas, sintiéndose incapaz incluso de ver a Will al rostro… hace un par de horas se sentía bastante seguro y ahora comenzaba a dudar por todo. Sabía que Will era amable con todos ¿por qué él sería especial?
−Nico –Will lo llamó, pero no se atrevió a mirarlo
−Mande
−¿Puedes voltear a verme?
Soltando un suspiro el pelinegro obedeció la petición, el rostro de Will estaba cerca del suyo, lo que hizo pasar saliva nervioso. Los ojos azules y el cabello rubio que en algún momento le recordó a Jason podía ver ahora que no tenía nada que ver con su amigo, el cabello del hijo de Apolo era ondulado y se encontraba revuelto, dándole un aire desaliñado a su apariencia, sus ojos eran un tono de azul distinto a los de Jason y Will, más allá de cualquier opinión que pudiera tener Piper, le parecía más atractivo que el hijo de Júpiter.
Will tocó su mejilla con una mano, la sensación de su mano marcada por el uso de la espada y el arco hizo que el viento frío de su estómago desapareciera y las mariposas enloquecieran una vez más. Will acercó su rostro y por reflejo Nico cerró sus ojos. Al hacerlo escuchó la risilla de una chica una dríade, por supuesto. Colocó las manos en el pecho de Will, alejándolo, al abrir sus ojos encontró, una vez más, el mismo gesto en el rostro del rubio, los labios apretados muestra de que se encontraba molesto.
−Estás enojado.
−Sé que no debería, es decir, entiendo que no quieras ser visto besado por un chico, supongo que es algo normal, es sólo que no puedo evitar pensar que lo que no quieres es besarme… Es decir, es obvio, incluso para ti, que eso trato de hacer ¿no?
El rostro de Nico se coloreó rojo, a veces no estaba seguro de cómo tratar con la sinceridad del sanador.
−Se-se que es obvio, es sólo que las dríades no tardaran en decirle a los sátiros y estos contarles a todos en el campamento.
−Entiendo – Will soltó un suspiro, alejándose de Nico− también entiendo que no querías que tu amigo te viera, lo que me molesta es que no hay lugar en el campamento en el que se pueda estar absolutamente solo.
Lo que realmente le estaba diciendo a Nico es que no lo besaría. Nico se levantó de un salto, sorprendiendo a Will lo tomó de la mano, comenzando a caminar lo obligó a seguirlo sin soltarlo.
−No puedes burlarte, lo tienes prohibido, nunca te volveré a llevar si lo hacer –era claro que Will no sabía a qué se refería, aun así les respondió.
−No lo haré.
Nico vio algunos campistas caminando por los alrededores, pero en lugar de soltarlo apretó la mano de Will y aceleró el paso, el rubio no comentó nada cuando lo condujo al interior de la cabaña de Hades, lo que el italiano agradeció ya que de lo contrario acabaría con el poco valor que había logrado reunir.
Cuando estuvieron en el interior de la cabaña, Nico dio media vuelta, jalando a Will del cuello logró que ambos se golpearan los dientes con fuerza, el más alto se alejó, quejándose del golpe pero aun así rió.
−Nico ¿qué tratabas de hacer?
−Aquí estamos absolutamente solos, nadie va a venir –Nico cubrió su boca con la mano, también le había dolido el golpe.
−Déjame revisar –le pidió tomándolo con una mano de la barbilla y con la otra apartando su mano−. No parece que haya algún daño. Para la siguiente vez que quieras hacerlo sería bueno que me regalaras una advertencia.
−¿Cómo podría saber que pasaría? Nunca había intentado besa a alguien.
Su comentario amplió la sonrisa de Will.
−Entonces permíteme mostrarte.
El hijo de Apolo levantó su barbilla, inclinándose hacía él, Nico cerró sus ojos, esperando el beso que nunca llegó, por lo que el pelinegro abrió sus ojos encontrando el rostro de Will a milímetros del suyo.
−¿Qué sucede?
−Supongo que siento que alguien llegara a interrumpirnos en cualquier momento.
−Nadie vendrá –Nico no se permitió dudar más, acercó sus labios, besando los de Will con timidez, el rubio suspiró.
El sanador continuó el juego de tímidos besos, hasta que el pelinegro fue capaz de memorizar la forma de sus labios.
−¿Puedes abrir un poco tu boca para mí? –le pidió en un susurro que ocasionó un escalofrió en el italiano.
Nico obedeció, al sentir la lengua del rubio en el interior de su boca se apartó.
−¿Desagradable? –el tono demostraba que no le importaba, pero por su gesto era claro que se encontraba dolido con su reacción.
−No, por el contrario, lo encontré muy placentero… me tomó por sorpresa.
Will rió.
−Me encanta cuando eres tan honesto –tomó con ambas manos el rostro del pelinegro−, ¿por qué no cierras los ojos y te limitas a disfrutar?
El fic ya casi lo tengo terminado, pero he tenido una flojera monumental transcribirlo, espero poder hacerlo estos días
Espero que haya sido de su agrado, cualquier comentario se agradece, muchas gracias por leer. Besos y abrazos de mi parte
