Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, aunque la historia si.
Lo que está escrito "entre comillas" con los pensamientos de la gente.
Lo que está escrito en cursiva son conversaciones telefónicas o en la lejanía.
Algunos capítulos son Pov Jacob y otro Pov Renesmee, ya lo iré indicando.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Capítulo 1.
El primer día en la universidad.
POV JACOB.
Cuando llegué a clase, me encontré con muchas caras nuevas para mí. Me había trasladado desde la universidad de Santa Mónica a la universidad de Washington.
El primer cambio que noté fue, sin duda, el clima. Que frío que hacía allí. Y yo con mis camisetas de manga corta y mis bermudas. Dios, me muero de frío. "¿Por qué nadie me ha avisado del frío que hace en esta maldita ciudad?"
-Hola. ¿Eres el nuevo?
Me volví hacia la persona que me había hablado. Era un chico rubio, con unas gafas más grandes que su cara. "Dios mío…."
- Si. Me llamo Jacob.
- Yo me llamo Edward.
- Genial. – cogí mi carpeta y fui hacia el edificio. Me di cuenta al momento de que el chico me estaba siguiendo. - ¿Quieres algo, gafotas? Digo, Edward.
- El rector me ha mandado para enseñarte todo esto.
- No estamos en el instituto.
- Es lo que me ha dicho. – dijo, encogiéndose de hombros. – Tampoco es que tenga muchas ganas. – murmuró.
- Te he oído.
- No pretendía lo contrario.
Iba a responderle, pero me hizo gracia. Para ser un gafotas empollón, los tenía bien puestos. Le tendí mi mano y sonreí.
- Soy Jacob Black. – dije, haciéndole reír.
- Yo Edward Cullen.
- Edward, encantado de conocerte. Estaré encantado de que me enseñes la universidad.
Edward sonrió y nos marchamos de tour por la universidad, que era más grande de lo que imaginaba. Me sorprendió gratamente ver que Edward y yo teníamos muchas cosas en común. Ambos estudiábamos derecho, nos gustaba el futbol y los cómics (afición que nadie conocía de mí)
- Bueno, se acabó el recorrido. – nos detuvimos ante un aula. – Esta es la clase de derecho penal.
- Quedan veinte minutos para que termine la clase. – dije, mirando mi reloj. – Enséñame otra vez la cafetería.
- Pero…
- No vamos a interrumpir la clase, no?
- Pero…
- Edward, ¿te diviertes alguna vez?
Vi como se sonrojaba y se encogió de hombros.
- Me divierto a mi manera.
- Pues hoy nos vamos a divertir a la mía.
Nos pasamos toda la mañana en la cafetería, hablando, riendo y viendo pasar a las bellezas que iban a esa universidad. Cuanta maciza junta.
- ¿Has salido alguna vez con alguna de estas bellezas? – pregunté, guiñándole un ojo a una morena que nos estaba mirando.
- ¿Yo? ¿Pero tú me has visto bien? – dijo Edward. No respondí. Sabía a lo que se refería. – Solo me hablan para pedirme apuntes o para que les haga algún trabajo.
- ¿Y los haces?
- Si.
- Eres idiota.
- Qué?
- Que eres idiota. Estás dejando que se aprovechen de ti.
- ¿Y qué quieres que haga?
- Negarte.
- ¿Cómo? Oh Dios, ahí viene Bella.
- ¿Bella?
- La chica de pelo castaño.
Edward se escondió tras su carpeta mientras la tal Bella y otra chica se acercaban a nosotros.
- Hola. – dijo, la chica rubia.
- Hola, nena. – dije, deleitándome con su hermosa sonrisa. - ¿Cómo os llamais?
- Yo me llamo Rosalie y mi amiga, la que se ha olvidado de hablar, se llama Bella.
- Hola Bella.
- Ho-hola.
- ¿Eres nuevo? No te había visto por aquí antes. – dijo Rosalie, aun sonriendo. "Menudo polvazo tiene esta tía."
- Tal vez no te habías fijado.
- Me habría dado cuenta, créeme.
- Y eso?
- Un cañón como tú no se ve todos los días.
Sonreí. Ya la tenía en el bote. La miré de arriba a bajo. Si, definitivamente tenía que acabar en mi cama.
- ¿Tienes novio?
- No.
- ¿Quieres venir a mi casa?
- Si.
Me puse en pie al momento y comencé a recoger mis cosas.
- Jacob, a dónde vas?
- Voy a enseñarle mi casa a Rosalie. – le guiñé un ojo a la chica y esta sonrió. – Ya nos veremos mañana.
- Pero…
- Nos vemos mañana. – sentencié. – Y no olvides lo que hemos estado hablando.
Rosalie dejó una carpeta sobre la mesa y miró a Edward.
-¿Me haces lo de siempre?
Miré a Edward, que sin decir nada, cogió la carpeta de Rosalie y se marchó. "Menudo calzonazos."
- ¿Nos vamos, Jacob? – dijo Rosalie, cogiéndome del brazo.
- ¿Y tu amiga?
- Ella puede vivir sin m. ¿Verdad Bella?
- Si, claro. Marchaos. Yo…
No dijo nada más, se dio la vuelta y se marchó a toda prisa.
Miré a Rosalie, que no dejaba de mirarme. La besé brevemente en los labios y nos marchamos a mi casa, donde nos pasamos toda la tarde follando por todos los rincones de ella.
.-…-…-…-…-…-.
Hola, hola.
Fic nuevo.
Espero que os haya gustado lo suficiente como para seguir leyendo.
Aquí tenemos a un Jacob distinto al que solemos conocer, pero pronto veremos como se encuentra con la persona que cambiará su vida.
