— ¿No se dan cuenta que se les oye las peleas por si escuchan algo? —Pregunto Nick en un susurro a Judy mientras se encontraba sentado en la cama. Este esperando que le entregara el libro que ella recomendó que leyera, quien lo buscaba a un metro de la misma.

El zorro no era un ávido lector, pero creía que si Judy lo recomendaba iba a tener un buen entretenimiento.

La coneja se encogió de hombros y escudriñando sus pertenencias, lo miro.

— Al parecer no.

— Son unos chismosos —Gruñó en voz baja.

— Ya me acostumbre, además no hago nada indebido así que dudo que mi vida les resulte interesante —Dijo— Pero lo siguen intentando.

Al oírle decir eso a Nick inmediatamente se le ocurrió jugarles una broma. Se subió a la cama y empezó a saltar para producir un agudo y rítmico chirrido. Judy lo miro sin comprender por un momento, quien cuando lo hizo sus mejillas se habían coloreado de un carmesí.

Entretanto los vecinos de forma inmediata empezaron a pedirse un vaso entre sí, para así -según ellos- escuchar mejor.

El zorro siguió saltando durante uno o dos minutos y después de eso Nick emitió un fuerte gemido y se dejó caer hacia atrás con un estruendo de resortes. Sin poder contenerse, Judy se echó a reír bajo la almohada que tomo antes del zorro se lanzara. Intentando no quebrar el sepulcral silencio que se produjo en la vivienda de sus vecinos.

Nick alzo las cejas.

— Se supone que debes suspirar extasiada, no reírte —Le reprendió en voz baja— Van a pesar que no soy buen amante.

— Entonces deberías haberte tardado más —Respondió— Dos minutos no merecen más que una carcajada.

— Zanahorias —La llamo— No puedo creer que seas tan desconsiderada.

— Tú fuiste que quisiste hacer esta broma, yo nunca dije que fuera a participar —Musito y bajando la mirada siguió revisando sus cosas intentando encontrar el anhelado libro.

— Sabes deberías mudarte —Espeto Nick luego de unos segundos en la que solo se escuchaban los murmullos de los vecinos más que sorprendidos y el ruido inevitable de Judy revolviendo las cosas.

— No están fácil buscar alojamiento y además... ¿A dónde podría mudarme?

— Conmigo —Le dijo cerrando los ojos y cruzando sus brazos detrás de su cabeza.

Ella se rió por tal ocurrencia y sin tomarle importancia al comentario siguió buscando el libro, encontrándolo a los segundos, por lo cual lo alzo muy orgullosa.

— Lo encontré —Replico muy feliz.

Él abrió un ojo aun reposando su cabeza detrás de sus brazos cruzados y volviendo a cerrarlo. Repuso esbozando una sonrisa ladeada: Te lo digo en serio. Mudate conmigo ¿Que dices, Zanahorias?

Judy abrió enormemente los ojos a lo escuchado y el simplemente siguió sonriendo, quien se le ensancho mucho cuando escucho que el libro se cayó al suelo haciendo su sonoro y característico sonido.

Y mucho más cuando escucho a los vecinos chismosear de lo que "supuestamente" sucedió con su vecina.