Pudo ser tan Fácil
Título: Pudo ser tan Fácil
Autor: Karla Avalos
Personajes: Quinn Fabray & Rachel Berry
"Pudo ser tan fácil, pero lo dejaste ir Tomas tu orgullo, tu ego, tu miedo a ser feliz"
POV Rachel
Otro día en la William McKinley High School. Todos los días era la misma rutina. Caminar por los pasillos de esta escuela, donde lo más importante, no son las calificaciones, sino las etiquetas que día con día, los que se creen superiores a los demás, te ponen.
Mi nombre es Rachel Berry y no me da vergüenza decir que soy una Gleek. Puede que antes si me diera pena decirlo, pero no me voy a avergonzar de tener esa etiqueta solo por hacer las cosas que en verdad me gustan. La razón por la cual me llaman así es por que pertenezco al Glee Club y para el resto de las demás chicas (porristas) soy diferente a ellas, razón por la cual soy tratada, digamos, como un insignificante insecto. Pero no me afecta, bueno, no mucho. Creo…
-Fíjate por donde vas, RuPaul—Y aquí comenzaba mi rutina de día a día, 08:30 AM: Ser insultada por Quinn y sus secuaces; de su lado derecho, Santana y de su lado izquierdo, Brittany. Las tres porristas más lindas, más populares y las tres favoritas porristas de la entrenadora Silvestre. En ocasiones solo pretendía no escuchar los insultos de la Capitana de las Cherrios, pero en otras, era simplemente imposible.
Yo seguí mi camino y escuche la risa de Santana. Era un hecho que en verdad no le agradaba. Ella era malvada conmigo, siempre encontraba el más mínimo detalle para hacerme sentir mal. Así era Santana. Brittany en cambio era muy tierna y muy linda, aunque en ocasiones, era muy distraída y se podría decir que un poco tontuela, pero es un amor de niña. Ella es la única de las porristas que me habla dentro y fuera de la escuela. Así era Brittany.
Entre a mi clase de Historia, donde Finn ya me había apartado un lugar junto a él. Yo solo sonreí y bese su mejilla en modo de agradecimiento. El profesor entró y yo tomé asiento, segundos después mi celular comenzó a vibrar. Lo saque de mi bolso y vi que era un mensaje.
-"Lo siento. ¿Te veo después de clases?—Leí el mensaje y solo suspire.
-"Te veo en el auditorio"—Presione la tecla de enviar y me concentre en la clase. Después de seis meses era la misma rutina. Pero que podía hacer, a mí me gustaban las rutinas.
La última clase del día había llegado a su fin, cerré mi libro y me disponía a salir del salón, pero la voz de Finn detuvo mi salida.
-¡Hey Rachel!—Finn camino hasta mi con una sonrisa en su rostro y con sus libros en mano.
-¿Qué paso, Finn?—Y él seguía con su mirada en mí y con su misma sonrisa. No iba a negarlo, Finn es muy guapo y me encanta su sonrisa, siempre me hace sentir bien, cuando estoy mal. Y en cierto punto, hasta me sentía atraída a él.
-Me preguntaba ¿tienes algo que hacer ahora en la tarde?—Él se notaba nervioso. Tenía muchas ganas de decirle que no, pero…
-Finn, el día de ahora tengo cosas que hacer, pero tal vez otro día—Y Finn me miro
-Rachel, si esto es por Quinn… —Yo lo interrumpí
-¿Quinn? ¿Qué tiene que ver ella en esto?—Dije rápidamente
-Pues que terminamos y pues pienses que yo quiero salir contigo para olvidarme de ella. Tu sabes que no es así, en verdad me gustas y quiero intentar algo contigo—Finn se sonrojo al decir esto y yo también. Sentí que mi corazón se iba a salir en cualquier momento. Finn siempre me había gustado, pero en estos momentos, simplemente yo no podía estar con él.
-No, Finn, no es eso. Yo tengo planes con mis padres. Otro día, a lo mejor—No deje que me contestara, solo bese su mejilla y salí del salón. Que ganas de romper la rutina.
Camine hasta el auditorio. Por los pasillos se podían apreciar a las porritas con los jugadores de Futbol. Las malditas etiquetas estaban molestándome. El qué dirán que apoderaba de mi vida poco a poco, el miedo, el ego, las burlas, el rechazo; estaba harta. Yo solo quería ser una adolescente normal, vivir mi vida, sin importar todo eso, sin importar nada, yo solo quería romper la rutina, solo quería vivir mi vida, yo solo quería dejar de experimentar como era amar sufriendo. Romper la rutina, era tan fácil, pero el ego, el miedo, el orgullo, no lo dejaban fluir.
-Hola—Me dijo al momento que entre. Yo solo me senté dos asientos separada del lugar donde se sentaba.
-¿Para qué querías verme?—Fue lo que le dije
-Te extrañaba—Trato de acercarse a mí y besarme, pero no me hice a un lado
-Ya en serio, ¿Qué quieres?—Se podía observar el asombro en sus ojos, puesto que yo nunca le negaba un beso por más enojada que estaba. Pero este día era diferente, no estaba enojada, estaba lastimada.
-Es la verdad, Rachel—Me miro directamente a los ojos—Lo siento—Bajo su mirada y yo no pude más.
-Siempre es lo mismo. No creo ser capaz de soportarlo más.
-Rachel, ¿De qué hablas?
-¿Qué de que hablo, Quinn? Te diré de lo que hablo. Que ya no puedo pretender que no pasa nada cada vez que me insultas, que me vez en los pasillos y lo que haces es tirarme una bebida en la cara, de hacerme la vida imposible, solo para conservar tu apariencia como la Queen B, en la escuela. Ya no puedo seguir con la rutina—Era el momento de sacar lo que sentía. Era el momento. Quinn no podía seguir tratándome de la misma manera.
-¿Y cuál es esa rutina, según tú, Rachel?
-Insulto, disculpa, palabras bonitas, besos y allí va Rachel de estúpida, pensando que mañana llegare a la escuela y tú actuaras como lo eres cuando estamos solo tú y yo. Sin la preocupación de quien nos ve, quien hablará de nosotras por estar juntas—Quinn me miro a los ojos directamente e intento abrazarme, pero yo no la deje.
-Rachel tu sabes que esto no iba a ser fácil. Tú sabías que yo en la escuela seguiría siendo la misma, yo sé que no está bien, que si en verdad te quiero, tengo que cambiar, pero es que ponte en mi lugar, soy la capitana de porristas, no puedo ponerme en boca de todos. Ya pase por un embarazo y pase a ser la comidilla de toda la escuela. El decirle a todo el mundo que tengo una relación contigo, sería el fin de todo lo que yo tengo—Quinn tomo mi mano y la entrelazo con la suya. La sensación de su piel rozando la mía, era una sensación que no podía explicar. Pero no podía caer en eso, a Quinn solo le preocupaba ella.
-¿Y lo que yo siento, Quinn? ¿Tú crees que es fácil para mí? A ti solo te importa lo que tu sientes, lo que tú vas a perder, ¿pero yo? Sé que no soy popular, sé que no soy la chica más hermosa, pero yo todo esto, a lo largo de seis meses lo he soportado por que te quiero, por que en verdad siento cosas que nunca jamás en la vida sentí por nadie, pero no creo que funcione.
-Rachel—Quinn intento detenerme, pero yo no quería quedarme allí, con ella. Si lo hacía, todo iba a terminar, y yo me estaba enamorada de ella. Estaba pasando lo que no quería.
